jueves, 4 de noviembre de 2021

No todas las personas sin vacunar son fanáticas, pero la porción que quería ‘esperar para ver’ se está reduciendo


LOS ÁNGELES.- No todas las personas no vacunadas descartaron el tema por completo. Algunos dicen que “esperarán para ver”, o que lo harán “solo si es necesario”, según muestran encuestas recientes de la Kaiser Family Foundation.

Pero ese grupo, los que no están vacunados pero aún están abiertos a la idea, parece estar disminuyendo, muestra el sondeo. Entre marzo y octubre, el porcentaje que dijo que “esperaría para ver” o se vacunaría solo si fuera necesario se redujo del 24% al 9% de los encuestados.

Durante ese tiempo, la proporción de personas que aseguraron que “definitivamente no” se vacunarán creció del 13% al 16%. Los números sugieren que a medida que se ha convencido a más individuos, muchos de los que siguen sin vacunarse podrían ser los más rebeldes de convencer para los funcionarios de salud.

“Es cada vez más un grupo que está totalmente en contra”, reflexionó Liz Hamel, vicepresidenta y directora de opinión pública e investigación de encuestas de la Kaiser Family Foundation. Hamel agregó que cuando la fundación probó previamente diferentes mensajes sobre el tema, no encontró ninguno que influyera en las personas del grupo “definitivamente no”.

Los funcionarios gubernamentales y las empresas privadas intentaron aumentar la presión con nuevas reglas. En algunas áreas, los restaurantes y otras empresas están verificando si los clientes están vacunados antes de dejarlos entrar. Los hospitales, las aerolíneas y otros empleadores han exigido la vacunación a sus trabajadores.

En Estados Unidos, los republicanos, los evangélicos blancos y los residentes rurales siguen siendo menos propensos que otros grupos a informar que están vacunados contra el COVID-19, según las encuestas de KFF de octubre. También las personas menores de 65 años que no tienen seguro, aunque es más probable que estén en la categoría de “esperar para ver” que otros grupos con tasas bajas de inoculación.

Las tasas de vacunación también se retrasaron a principios de este año entre las personas negras y latinas, pero las brechas raciales y étnicas parecen haberse reducido en los últimos meses, mientras que la política persiste. Las encuestas encontraron que el 90% de los demócratas habían recibido al menos una dosis, en comparación con el 61% de los republicanos.

Los demócratas y republicanos también tenían percepciones distintas de la amenaza que representa el virus, que los investigadores sugirieron que podría estar vinculada a los diferentes medios que consumen.

Las dudas también se han relacionado con información errónea sobre las vacunas y sus efectos, según los investigadores, y el simple hecho de transmitir información sobre su seguridad y eficacia puede no ser suficiente para contrarrestarlas. En un estudio realizado en Polonia, los investigadores encontraron que ninguno de los mensajes populares probados fue eficaz para reducir esa vacilación.

Y la desconfianza en el gobierno está ligada al escepticismo sobre las vacunas en general, lo cual sugiere que en muchos lugares, “los gobiernos pueden no ser el mensajero más eficaz para los consejos de salud”, señaló una profesora de la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA, Corrina Moucheraud.

En las zonas rurales y conservadoras del norte de California, la desconfianza en el gobierno es profunda y los residentes han querido durante mucho tiempo separarse para formar su propio estado, llamado Jefferson.

Entre los trabajadores no vacunados, solo el 17% comentó que probablemente lo haría si su empleador lo requiriera sin ofrecer las pruebas como alternativa, según las encuestas de KFF. La mayoría, el 72%, aseguró que renunciaría.

Aun así, las encuestas de KFF encontraron que solo el 5% de los adultos no vacunados habían dejado el trabajo debido a los requisitos de vacunación.  

Nadie puede exigir en Estados Unidos que alguien consuma una sustancia contraria a su fe.

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