ELCHE.- Para las embarazadas vacunadas, el peligro es total: el 85% pierden a su bebé. Lo natural es que lo protejan contra cualquier daño. ¿Cómo puede ser esto? Rambla Libre ha preguntado a la eminencia patria, la catedrática María José Martínez Albarracín: "el mal está que confían en médicos y matronas que tienen indicaciones de recomendar el veneno de muerte", dice.
– VAERS reporta 1.064 muertes fetales. A VAERS se informa poco. ¿Existe un peligro cierto para el feto o para el lactante en quienes se pinchan?
R.- A VAERS, según la evidencia científica publicada, se reporta aproximadamente un uno por ciento de todos los efectos adversos que produce un medicamento o una vacuna. Es preocupante que se hayan notificado en nueve meses más del doble de los efectos adversos producidos por todas las vacunas en treinta años y no se detengan estas inoculaciones.
En cuanto al feto y al embrión hay que decir que la mayor parte de los abortos relacionados con la vacuna se producen en el primer trimestre del embarazo y en un número alarmantemente superior a lo que podría ser casual. Sin embargo también se ha reportado un alto nº de muertes fetales casi a término y problemas perinatales.
– Sin embargo, las instituciones –la Junta de Andalucía o el Gobierno de Canarias- siguen recomendando timo vacunar a las embarazadas y los médicos de los servicios de salud. Por ejemplo, si vas a necesitar una cesárea las obligan a timo vacunarse. Las gestantes son muy cuidadosas con el fruto de vientre. ¿Han perdido ese sentido innato de proteger a su vástago y los médicos, su objetivo de curar y los políticos se dedican a recomendar ir contra la salud?
R.- Desgraciadamente las embarazadas están confiando en sus médicos y matronas que han recibido la instrucción de recomendar esta “vacuna” sin que se hayan hecho los estudios preceptivos para poder recomendarla. Ninguna de las vacunas-covid comercializada ha hecho ensayos clínicos con embarazadas por lo que se está utilizando a las mujeres, en esta etapa tan sensible de su vida y a sus futuros hijos, como cobayas. Es imprescindible que quien recomiende una vacuna covid lo haga por escrito, con el preceptivo consentimiento informado exhaustivo y se haga, por tanto, responsable de su prescripción.
En cuanto a los políticos, mejor ni mencionarlos, porque está claro que cumplen a su vez instrucciones y que no están al servicio del pueblo sino de farmaindustria.
REFERENCIAS:
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.07.28.21261159v1.full.pdf
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