Hacerse el sueco significa hacerse el desentendido, no
hacer caso a las reflexiones que se le hagan. La expresión podría
proceder de los marineros suecos que atracaban en puertos españoles y
aprovechaban su desconocimiento del idioma para entender solamente
aquello que les interesaba. Suecia ha adoptado una estrategia de control
de la epidemia de Covid-19 distinta a la de la mayoría de países de la
UE.
Suecia, cuya extensión es algo menor que la de España, tiene 10
millones de habitantes (España, 47 millones), una densidad de población
de 23 h/km2(España, 93 h/km2) y un PIB per cápita
de 46.000 euros (España, 26.000 euros). Hasta ayer, Suecia había
registrado 21.520 casos de Covid-19, con 2.653 fallecidos (tasa de
mortalidad 12,3%). Sus vecinos, todos menos casos: Dinamarca 9.158,
Noruega 7.710 y Finlandia 4.995, y menos muertes.
Suecia no se ha confinado, entre otros motivos porque
legalmente le resulta muy difícil hacerlo. Las leyes suecas de salud
pública se basan mayoritariamente en la responsabilidad individual de
cada ciudadano para no transmitir una enfermedad infecciosa. Se ha
recomendado a los ciudadanos que sigan las medidas de higiene y
protección básicas, que eviten el contacto con la gente de más edad, que
trabajen desde casa y que no viajen si no es necesario. Los colegios
siguen abiertos, como muchos negocios, incluyendo bares y restaurantes.
En una interesante entrevista en Nature , Anders
Tegnell, responsable de esta estrategia, afirmaba que el objetivo era el
mismo: aplanar la curva para reducir el contagio y evitar el colapso
del sistema sanitario sueco, dado que consideran que la enfermedad no se
puede detener ni erradicar hasta que se disponga de una vacuna. Por
ello, intentan mantener el nivel de infección lo más bajo posible. La
base de la estrategia es la información y el recuerdo constante a la
población de las medidas a seguir individualmente.
Están teniendo problemas en las residencias, donde registran una alta mortalidad que ha provocado ya algunas críticas. Tegnell cree que su estrategia no puede ser aún evaluada y que es necesario que transcurra más tiempo. La OMS, que recomienda los confinamientos “a la China”, ha reconocido recientemente que esta estrategia sueca de responsabilidad ciudadana autorregulada puede ser adecuada, especialmente cuando entremos en la “nueva normalidad”. Habrá que estudiar con atención el modelo sueco, y no hacerse el ídem.
(*) Decano de la Facultad de Medicina y jefe del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic – Universitat de Barcelona - ISGlobal
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