miércoles, 20 de mayo de 2020

Sánchez y Antoñete / Marcello *

A Pedro Sánchez se le está poniendo el pelo blanco a gran velocidad por el insomnio que le produce Pablo Iglesias y el plúmbeo peso del poder que lleva sobre sus anchas espaldas en este tiempo de muerte, enfermedad y ruina. En el que muchos españoles no concilian el sueño por causa de la enfermedad, o por su difícil situación familiar, económica y laboral.

Al presidente Sánchez se le están clareando las sienes y le está saliendo un mechón blanco en la frente como aquel que lució el gran torero madrileño Antonio Chenel, ‘Antoñete’.

El matador de la mítica faena a ‘Travieso’ el toro ‘ensabanao’ de Osborne en 1966 y, más adelante y tras su reaparición en Madrid el 7 de junio de 1985, a ‘Cantinero’, al que le cortó las dos orejas con las que abrió la Puerta Grande de Las Ventas y del cielo de Madrid.

Ese día a Antoñete, de lila y oro en Las Ventas, lo ayudó a vestirse su amigo el pintor Pepe Díaz en el Hotel Wellington y por la noche, con una ‘chupa de cuero’ -que a su edad, le quedaba extraña- celebró su triunfo, del brazo de la hermosa Charo López, en el ‘Bar Cock’, el lugar de encuentros de la ‘modernidad’ madrileña de la época.

Sánchez no se parece en nada a Antoñete, ¡qué más quisiera!, ni en valor, ni en su clasicismo y buen hacer en ‘medias verónicas, trincherazos y ayudaos por alto’. Ni tampoco en su sobriedad y la mirada puesta en el infinito, entre pitón y pitón. Sánchez es de los que pone una urna detrás de una cortina en el Comité Federal del PSOE, y de los que te esperan al anochecer en la calle Juan de Mena para ajustarte las cuentas.

Por eso, que no se equivoque nadie con Sánchez. Y ni siquiera Junqueras o su botones, el Rufián, porque el Presidente del incipiente mechón blanco en la frente es implacable y vengativo con sus adversarios. Y si ERC le vuelve a votar en contra -y ya van dos en la cuarta y quinta prórroga de la ‘alarma’- al que se le va a poner el pelo blanco como a Copito de Nieve va a ser a ese ‘Bigfoot’ de aviesa mirada que es Junqueras el líder de ERC y que, si llega el caso, podría pasar una larga temporada en la cárcel de Lledoners.

Sánchez, volcando el cuerno de la abundancia a sus nuevos costaleros que lo mantienen el poder, como ahora Inés Arrimadas (‘yo te daré terciopelos / y perfumes orientales, / de Grecia te traeré velos / y de Cachemira cháles…’) es imbatible. Pero anunciando miedo y venganza a sus adversarios (‘me gusta un cementerio / de muertos bien relleno…’) es de mucho cuidado porque, como ‘el hombre de hojalata’ del Mago de Oz no tiene corazón y por lo tanto no conoce la piedad.

Pero como soberbio y presumido que es -el presume de ‘rojo’ y le dicen guapo- lo del mechón a lo Antoñete no le gusta nada y cuentan que lo tiñe con discreción aunque le crece sin cesar. Es su pequeña cruz o puede que una mágica señal. Por ahí se empieza y nunca se sabe ni cuándo ni dónde puede acabar.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés


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