martes, 31 de diciembre de 2019

Por quién doblan ‘las campanadas’ / Pablo Sebastián *

Las ‘campanadas’ del reloj de La Puerta del Sol de Madrid que anuncian el final de 2019 y la llegada del nuevo año de 2020 no repican (en sus cuartos) de alegría sino que, visto lo que Pedro Sánchez ha pactado con ERC, más bien doblan por España y sobre todo por la Transición y la Constitución.

Porque cuando todavía no habíamos salido del asombroso informe de la Abogacía del Estado al preso Oriol Junqueras (lo recibió con euforia antes que el Tribunal Supremo) pidiendo su libertad, ya van saliendo a flote como la suciedad, los puntos secretos del acuerdo que el PSOE y ERC han sellado para que la Esquerra se abstenga en la segunda votación del 7 de enero y Pedro Sánchez resulte elegido Presidente del Gobierno.

Según ha desvelado ERC, Sánchez propiciará desde el Ejecutivo y como parte de su programa, una ‘Mesa entre Gobiernos’ de España y Cataluña (sic) para abordar ‘el conflicto político catalán’. A lo que se añade el nuevo compromiso -que anunció Iceta- de Sánchez de convocar una ‘consulta’ en Cataluña -referéndum camuflado- para avalar los acuerdos que emanen de dicha Mesa de Gobiernos.

Y sobre los que no podrán opinar el conjunto de los españoles que son los depositarios y legítimos dueños de la soberanía nacional. A los que Sánchez ha excluido de su programa para rendición del Estado en Cataluña del que se van conociendo datos alarmantes, ‘flecos’ le llaman ellos.

Aunque todavía faltan algunos más y en especial la alusión a los presos del ‘procés’ como primer paso hacia los indultos que serán imprescindibles para que Junqueras, la estrella del momento, sea candidato a la presidencia de la Generalitat.

Sánchez pudo haber logrado la investidura ‘gratis total’ el 25 de julio pero no  quiso en la creencia de que ganaría por goleada (unos 150 diputados) en los comicios del 10-N. Pero Sánchez erró y ahora en España, ya semidesnuda como la Pedroche en ‘las campanadas’, los ciudadanos españoles deberán pagar a escote el precio de la investidura de Sánchez, a su sola y mayor gloria personal.

Y el PSOE callado como un muerto ante semejante degradación nacional que deja al Rey Felipe VI, el Jefe del Estado comprometido en tan precaria situación que pone en riesgo la convivencia nacional y el deteriorado marco constitucional.

Se nos dirá que no es para tanto, que la Mesa de Gobiernos parirá un ratón, que la consulta será simbólica y no vinculante y que los indultos benefician la convivencia en Cataluña. E incluso habrá en el Gobierno de Sánchez alguien (como Pablo Iglesias) que argumente que al recibir estos regalos ERC renunciará a declarar la independencia de Cataluña de una manera unilateral. Y que, una vez que Junqueras presida la Generalitat, Puigdemont quedará aislado de España como si fuera el Robinson Crusoe de Waterloo.

A este tipo de ensoñaciones, ajenas a la realidad y al origen de la razón de ser del separatismo catalán, en Francia las llaman ‘Castillos en España’. Unos castillos de naipes que se derrumbarán con estrépito a nada que el Gobierno de España rechace cualquier nueva petición de ERC en su ciega cabalgada hacia la independencia. O está se vea frenada por la Justicia o el Parlamento nacional, si es que el PSOE regresa a la senda constitucional.

‘Las campanadas’ de la media noche y entre dos años de la Puerta del Sol marcarán un antes y un después en la Historia de este país de que, como al parecer dijo Bismark, ‘es la nación más fuerte del mundo porque siempre ha intentado auto destruirse y nunca lo ha conseguido’. Aunque todo apunta a que esta vez Sánchez e Iglesias lo van a volver a intentar.


(*) Periodista


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