lunes, 5 de agosto de 2019

La exclusión social en la Región afecta más a las familias numerosas y monoparentales

MURCIA.- De cada diez hogares murcianos en riesgo de exclusión, tres son de familias numerosas y otros tres de monoparentales. Además, dos tienen menores a cargo y otro par no, según un estudio de Cáritas.

Esta investigación apunta que tener hijos aumenta el riesgo de caer en exclusión social: el 21% de los hogares con menores a cargo están en esta situación frente al 16% de aquellos sin niños. Esta situación se agrava en las familias monoparentales y numerosas, en las que los porcentajes se elevan al 28% y al 33%, respectivamente.
En esta situación, el nivel de estudios «vuelve a presentarse como una de las posibles tablas de salvación», puesto que la probabilidad de hundirse en situaciones de exclusión es tres veces menor en los universitarios que en los que no cuentan con los estudios obligatorios.
Así lo afirma Foessa en su publicación 'Vulneración de derechos: Infancia', en la que la organización vinculada a Cáritas constata que todos los indicadores que hacen referencia a las privaciones que se sufren en las casas españolas son superiores en aquellas que viven menores.
«La presencia de menores en el hogar incrementa el riesgo de caer en exclusión» y «pone a prueba la capacidad de las familias para mantenerse en espacios de inclusión e integración», abunda la organización.
Tomando como base la encuesta sobre integración y necesidades sociales de 2018, realizada a 11.655 hogares y 29.953 personas, Foessa concluye que casi una tercera parte de los hogares con menores a cargo, un 29%, tienen dificultades graves para llegar a fin de mes, una cifra que se reduce al 21% en aquellos sin niños.
El motivo, según apuntan, es el coste de la crianza. En este sentido, recuerda que organizaciones de infancia como Save the Children cuantificaron entre 480 y 700 euros mensuales el aumento del coste de tener hijos, dependiendo del tramo de edad y la comunidad autónoma.
«Parece evidente que las economías familiares se resienten cuando se dan procesos de crianza, y esto se corrobora en el análisis de la acumulación de deudas. El 7% de los hogares con menores tienen deudas (alquiler, hipoteca, suministros, impuestos, créditos, etc.) que no podrán solventar en el próximo año, frente al 2% en hogares sin menores», subraya el documento.
Además, el 10% de los hogares con niños no consigue llevar una dieta adecuada por dificultades económicas, una cifra que se reduce al 6% en los que no hay. La diferencia es más del doble cuando se habla de avisos de cortes de luz, agua o teléfono: 12% en el primer caso y 5% en el segundo.
Los niños de nuestro país viven, asegura Foessa, una «realidad desalentadora», ya que un 23 % se encuentran en una situación de exclusión, el 13% de forma severa, «lo cual implica que casi una cuarta parte de nuestra infancia está desarrollándose en un limitante contexto de carencia o necesidad».
El estudio añade que un 13% crecen en viviendas inadecuadas por deficiencias en la infraestructura, ausencia de suministros o hacinamiento, y el 6% lo hacen en hogares inseguros, es decir, sin título legal, con notificación de abandono o en un hogar con violencia.
Dado que «la vivencia de situaciones de pobreza crónica durante la infancia multiplica el riesgo de sufrirla en la edad adulta» y que las cifras actuales de exclusión infantil «son especialmente altas», el panorama es «ciertamente desalentador para el futuro de nuestra sociedad».
Para evitar que la pobreza y la exclusión se cronifique «es necesario el esfuerzo de todos», pero aunque las familias demostraton su «importancia y eficacia como elemento clave de protección», a esta fundación le preocupa «la constatada falta de apoyo de las políticas sociales» a esta institución.

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