Eso de "la tensión interna del bloque independentista" debe de ser un macro en el procesador de texto de El País.
Todo lo que pasa en la vida contribuye a reavivar (macro). En este caso
no hay duda: un recurso contra una decisión de un órgano amigo no es
una decisión amistosa. Según el recurrente, es un mero trámite, para
cumplir un requisito de futuras apelaciones. La pelea parece ser sobre si se informó con la debida antelación y a quién había de hacerse.
Menudencias, pero, por si se dispara la especulación sobre la "tensión interna", etc., aparece la CUP sancionando la iniciativa del recurso de Puigdemont. La
CUP ejerce una función como de fedataria pública de izquierdismo e
independentismo cabal. Cuando hay alguna confusión en el campo indepe,
muchos miran a ver qué dice la CUP para reorientarse. La autoridad le
viene de estar siempre hablando de la acción social y realizándola, que
es un modo sencillo de ganarse la confianza de la gente.
La
amalgama de organizaciones de izquierda, que simboliza esa "unidad
popular" que lleva en el nombre y por la que suspira Podemos, apoya el
recurso del presidente burgués, etc. Cierto que con la habitual
reprimenda, pero apoya y sanciona.
El
revuelo del recurso era de esperar. Los medios, entusiasmados con la
tensión interna. Los políticos de la derecha haciendo mofa. Hasta los
del mismo viaje, algo amoscados, aunque no quieran reconocerlo.
Sin
embargo es un lance perfectamente legítimo, un cumplir el expediente.
Una especie de gambito en la partida que el presidente Puigdemont
mantiene con el Estado español. Paralela a la que juegan los presos/as
políticos procesadas en la farsa del proceso 1-O. Paralela a la que se
juega en el Parlament y paralela a la actitud de resistencia que manifiesta tozudamente la población catalana y resistencia pacífica.
Que
la causa político-inquisitorial contra el independentismo era una farsa
era obvio desde el comienzo. Ahora se ha hecho obvio también en sede
judicial, a la vista de las pruebas presuntamente manipuladas por la
Guardia Civil, sobre las que descansa todo el proceso. Visto lo cual
solo corresponde anular toda la causa y liberar a los presos/as
políticas.
La
finalidad del recurso es facilitar la vuelta de Puigdemont como
presidente electo de la Generalitat, a una Catalunya sin presos ni
exiliadas políticas.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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