De tanto como está corriendo el Partido Popular por
irse hacia la derecha, puede llegar un momento en que, al final, entre
Vox y ellos no haya ninguna diferencia. Con Pablo Casado al frente de la
organización y con José María Aznar en la sombra tejiendo las diferentes derechas, retornan dinosaurios de la política.
Así ha vuelto Miguel Ángel Rodríguez,
más conocido como MAR, que fue portavoz del primer gobierno de Aznar
entre 1996 y 1998 y que desde aquel entonces ha ejercido, primero, al
frente de una importante central de publicidad, más tarde en su propia
empresa de comunicación y también como polémico tertuliano.
Ahora llevará la campaña de la candidata del PP a la comunidad de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Y lo hará con dos perlas en su mochila, amén
de otras lindezas ya que el muestrario es inabarcable. La primera,
cuando en 2014 declaró en el programa de Antena 3 Espejo Público que
a Artur Mas "lo que le falta es un fusilamiento".
La segunda, detenido
por la policia municipal de Madrid por cuadruplicar la tasa de alcoholemia permitida después de golpear tres coches con su Mercedes.
MAR ha sido llamado para competir con Vox y Ciudadanos, no para
recuperar el voto centrista, algo que en Madrid tampoco se sabe muy bien
qué es con el escoramiento generalizado a la derecha. A ello se ha
añadido la ruptura de Podemos por el flanco Errejón,
quien, quizás, no tiene muchos adeptos como el otrora carismático Pablo
Iglesias pero, en cambio, da lustre.
La ruptura Iglesias-Errejón y el
alineamiento del segundo con la alcaldesa Carmena ha explosionado la
izquierda del PSOE de tal manera que la vuelta al minifundio que fue
Izquierda Unida está más presente que nunca. Que nadie se engañe, es
probable que en este contexto el votante se quede en casa y tampoco se
beneficie el PSOE, necesitado como está de apoyos, provengan de donde
provengan.
La ruptura en Podemos llevará a su radicalización, algo que tampoco le viene bien a Pedro Sánchez,
que este martes ha encajado su primera derrota importante en el
Congreso de los Diputados por el tema de los alquileres de pisos y el
decreto ley que modificaba las norma del PP de tres años a cinco.
Insuficiente para Podemos y una avanzadilla de lo que puede suceder en
los presupuestos generales del Estado, que hoy el Gobierno español casi
puede darlos por perdidos. Le tocará a Sánchez resistir en la Moncloa
como sea y soñar en un milagro. Porque lo otro, elecciones, es ir a una
derrota segura. Y con los dinosaurios campando a sus anchas.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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