miércoles, 2 de enero de 2019

¿Es usted Xenófobo? / Guillermo Herrera *

Estoy cansado de escuchar la palabra ‘xenofobia’, a modo de insulto lapidario, sin saber lo que significa realmente, para calificar a una persona de racista, fanática y hasta genocida, por lo que se hace necesario poner cada concepto en su sitio.

Según el diccionario de la RAE xenofobia significa fobia a los extranjeros, y aversión exagerada a alguien o a algo, que en Psiquiatría se convierte en un temor angustioso e incontrolable ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones, que se sabe absurdo y se aproxima a la obsesión.

A mi juicio, esta descripción correspondería solamente a una minoría de extremistas que no andan muy equilibrados en sus neuronas, pero no a la mayoría de la población que está instalada en el sentido común, aunque sea el menos común de los sentidos.

La xenofobia es el miedo al extranjero o inmigrante, con manifestaciones que van desde el rechazo, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. A veces la xenofobia va unida al racismo, o a la discriminación ejercida en función de la raza.

ETNOCENTRISMO
Se basa en el ‘etnocentrismo’, que suele implicar la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras culturas.

A ello se opone el ‘indigenismo’ que es una corriente cultural, antropológica concentrada en el estudio y valoración de las culturas indígenas, y el cuestionamiento de los mecanismos de discriminación en perjuicio de los pueblos originarios.

“Pueblo elegido” es un término común usado alrededor del mundo y a lo largo de la historia, diferentes grupos religiosos, de todas las religiones mundiales, han tenido conceptos de realeza, de divinidad entre ellos mismos, para diferenciarse de la "población común". Incluso hay estadounidenses que se consideran el pueblo elegido para explotar a la humanidad.

'Elegidos' para gobernar o mandar sobre las masas, como una representación de alguna deidad o ser superior, Existen términos como casta divina, escogidos, Hijos de Dios, linaje escogido, real sacerdocio, hijo de los dioses e hijo de la luz, entre otros muchos.

DELITO
Al margen de su consideración ética reprobable, la xenofobia puede ser un delito, ya que numerosos estados tienen tipificadas como delito este tipo de conductas, y la Unión Europea aprobó, en septiembre de 2.008, una ley contra el racismo y la xenofobia, cuyo primer artículo dice lo siguiente:

Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.”

¿GENOCIDIO BLANCO?
Dentro de las posturas extremistas se halla la teoría conspirativa y supremacista del llamado “genocidio blanco” que sostiene que se están promoviendo deliberadamente la inmigración masiva, la integración racial, el mestizaje, el multiculturalismo, las bajas tasas de fecundidad y el aborto en países predominantemente blancos para convertir a los blancos en una minoría y, por lo tanto, hacer que se extingan a través de la asimilación forzada.

En agosto de 2.018, el propio Presidente Trump fue acusado de respaldar esta teoría de la conspiración en un ‘tweet’ de política exterior, en el que instruía al Secretario de Estado Mike Pompeo para que investigase supuestos ataques agrícolas sudafricanos, afirmando que “el gobierno de Sudáfrica está confiscando ahora tierras a los granjeros blancos”. Pero el gobierno sudafricano y otros analistas sostienen que los ataques agrícolas son parte de un problema de delincuencia más amplio en Sudáfrica, y que no tienen una motivación racial.

La base ideológica de todo ello es la llamada “supremacía blanca” o “supremacismo blanco”, una creencia racista que sostiene que las personas blancas son ‘superiores’ en muchos aspectos a las personas de otras razas, y que, por lo tanto, las personas blancas deben ser dominantes con las otras razas.

El llamado “nacionalismo blanco” sostiene la creencia de que los blancos son una raza, y busca desarrollar y mantener una identidad nacional blanca. Sus defensores se identifican con el concepto de nación blanca, y buscan garantizar la supervivencia de la raza blanca y las culturas de los estados históricamente blancos. Sostienen que “los blancos deben mantener su mayoría en países de mayoría blanca, mantener su dominio político y económico, y que sus culturas sean las más importantes.”

“BASURA BLANCA”
Por otro lado “basura blanca” es un término despectivo usado principalmente en los Estados Unidos que combina un componente étnico con la clase social. Llamar a alguien “basura blanca” es acusar a esa persona de estar en bancarrota a nivel cultural, de tener un bajo estatus social y una perspectiva de pobreza, así como de excentricidad.

El llamado “blanco pobre” es uno de los variados grupos sociales minoritarios en Estados Unidos. Descendientes de europeos, tiene sus orígenes en el Sur de Estados Unidos y en los Apalaches. Aparecen como una casta social, y consiste en un grupo de obreros agrícolas rurales, blancos y sin recursos, que aunque no sean esclavos, no poseen tierras, y llegan a ocuparlas en algunos casos.

NACIONALISMO NEGRO
En el lado opuesto del extremismo se halla el llamado “nacionalismo negro”, que es un movimiento político y social surgido en oposición al multiculturalismo, y que busca la creación de una nación negra. Nacido a mediados del siglo XIX, adquirió singular fuerza en los años sesenta y principios de los setenta, principalmente entre los afroamericanos de Estados Unidos.

El nacionalismo negro promueve el mantenimiento de la identidad afroamericana, reconociendo los orígenes como pueblo de origen africano. Algunos de sus lemas son “Poder negro” o “Lo negro es bello”. Algunas personalidades asociadas con la consigna fueron el famoso Malcolm X, las Panteras Negras y el Ejército de Liberación Negro.

El ‘afrocentrismo’ es una visión de la historia del mundo que enfatiza la importancia de los africanos, tomándolos como un solo grupo, y a menudo transformándose en sinónimo de personas de raza negra, en la cultura, la filosofía y la historia.

Por otro lado el “panafricanismo o pan-africanismo” es un movimiento político, filosófico, cultural y social, que promueve el hermanamiento africano, la defensa de los derechos de las personas africanas, y la unidad de África bajo un único Estado soberano, para todos los africanos, tanto de África como de las diásporas africanas. 

“NACIÓN DEL ISLAM”
En este contexto nació la llamada “Nación del Islam” que es una organización religiosa y socio-política fundada en 1.930 en los Estados Unidos por Wallace Fard Muhammad, con el fin de resucitar la conciencia espiritual, mental, social y económica de las mujeres y los hombres negros de Estados Unidos y del resto del mundo dentro de los preceptos del Islam.

Pero las creencias y la teología de la Nación del Islam se diferencian radicalmente del Islam tradicional, especialmente por su concepto politeísta de Alá. La Nación del Islam considera que existen diversos seres que alcanzan el estatus de Dios (aunque nunca al mismo tiempo).

Otra teoría que difiere radicalmente del Islam tradicional es que “los negros son superiores a las demás razas” (pero el Islam oficial establece la igualdad de todas las razas), y que la raza blanca fue creada artificialmente por un científico malvado llamado Yakub (el bíblico Jacob, padre de las doce tribus de Israel), quien creó una raza de personas blancas para que dominaran el mundo durante seis mi años. Los blancos son interpretados como seres demoníacos, como “diablos de ojos azules”.

El problema de algunos musulmanes es que no se adaptan con facilidad a la sociedad que los acoge, y quieren imponer a los demás sus costumbres y su religión, incluso con violencia a veces en el caso de los islamistas. Otro problema es que se reproducen tanto, que a veces superan en número a la población autóctona, aunque no tengan recursos para criar a tantos hijos. Esta actitud no se da en otras culturas como la hindú o la budista, que son más tolerantes y pacifistas, pero sí se dio en la cultura cristiana en el pasado, aunque ya lo hemos superado afortunadamente, y nos hemos vuelto campeones en la defensa de los derechos humanos.

¡TAMBIÉN LOS CHINOS!
Por otro lado el ‘Sinocentrismo’ es la perspectiva etnocéntrica que considera a China como el centro del mundo, y pone en relación a ese centro cualquier otra zona, que ser considera ‘periferia’. Antes de la era contemporánea, ésta era la forma en que China se veía a sí misma: como la única civilización en el mundo; siendo las naciones extranjeras u otros grupos étnicos considerados como bárbaros. En la época contemporánea, tras verse sometida China al imperialismo europeo y japonés, esta consideración se reduce a la búsqueda de la supremacía china frente a otras naciones. 

RESPETO MÁXIMO
No voy a hablar del miedo al forastero, porque es un problema psiquiátrico, ni mucho menos del delito de agresión física o de asesinato, porque es un problema de derecho penal. Tampoco voy a hablar de la supuesta ‘superioridad’ cultural del mundo occidental llamada ‘eurocentrismo’, con la que no estoy de acuerdo, porque nadie es superior ni inferior a nadie, ya que cada cultura aporta unos valores humanos maravillosos y diferenciados al patrimonio cultural de toda la humanidad, por lo que todos podemos aprender de todos.

Más bien me apunto a la teoría del relativismo cultural que defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural, y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con valor absoluto y de carácter universal.

El multiculturalismo que promueve el mantenimiento del carácter distintivo de las culturas múltiples se contrasta a menudo con otras políticas diferentes de asentamiento como la integración social, la asimilación cultural y la segregación racial. El multiculturalismo ha sido descrito como una "ensaladera" y un "mosaico cultural" en contraste con el crisol de razas. 

Siempre he propugnado una síntesis cultural entre la espiritualidad de oriente y la tecnología de occidente, es decir, nuestro sentido práctico de la vida para sobrevivir mejor, y el sentido espiritual de lo trascendente que abunda en las culturas asiáticas. Sólo propugno un valor universal y absoluto que es el RESPETO a los derechos humanos y sociales de cada ser humano y de cada comunidad.

MUNDIALISMO
Por eso yo quiero hablar de utopía, de realidad y de sentido común. Mi utopía es el mundialismo bien entendido, definido como el conjunto de ideas, sentimientos y actos que propugnan y expresan la solidaridad entre los pueblos de la Tierra y que tienden a establecer una ley y unas instituciones de carácter supranacional que les sean comunes.

Para nosotros los hispano-hablantes es muy fácil ser mundialista, porque ya compartimos un idioma y una identidad cultural común. Pero el mundialismo no es partidista, ni política ni confesionalmente. Es también la corriente de pensamiento que adoptan las personas que se identifican como ciudadanos del mundo.

Siete puntos que piden los mundialistas:
  • Creación de un legislativo mundial con una cámara del pueblo mundial.
  • Reforma de la Carta de las Naciones Unidas.
  • Creación de una policía mundial integrada por agentes independientes de los Estados soberanos para evitar el monopolio.
  • Creación de un tribunal mundial para juzgar a los criminales de guerra.
  • Creación de una autoridad mundial del medio ambiente.
  • Creación de una autoridad mundial para velar por el respeto a los derechos y deberes humanos.
  • Creación de una autoridad mundial para garantizar, con carácter de prioridad absoluta, la autosuficiencia alimentaria.
Todo ello se basaría en el bien común, un concepto que se puede entender como aquello de lo que se benefician todos los ciudadanos, o como los sistemas sociales, instituciones y medios socioeconómicos de los cuales todos dependemos que funcionen de manera que beneficien a toda la gente.

GLOBALIZACIÓN
Esto está relacionado con la llamada ‘globalización’, que es un proceso económico, tecnológico, político, social, empresarial y cultural a escala mundial que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter mundial gracias a la revolución informática. Pero a mi juicio lo que hay que globalizar es la solidaridad, y no el egoísmo, la explotación ni el capitalismo salvaje.

El problema de la globalización es el fomento de la competencia como valor económico universal, que por un lado aumenta la cantidad y calidad de los productos, y por el otro amenaza las condiciones de trabajo como salarios y derechos laborales. Esta eterna competencia entre empresas multinacionales favorece a la depredación del medio ambiente en plena crisis climática global.

Además, el acceso a los mercados internacionales de las élites oligárquicas de países ricos en recursos naturales, pero poco desarrollados industrialmente, lleva al abandono de intentos políticos de promover progreso y justicia social en dichos países, ya que dichas élites destinan su producción a una exportación mucho más lucrativa, a corto plazo, que a establecer un tejido industrial local nacionalizando su producción. (Me acuerdo de los países árabes del Golfo Pérsico.)

Además de produce una creciente privatización de los sectores económicos públicos como la sanidad, la enseñanza y las administraciones públicas (además de otras empresas públicas), por parte de gobiernos de corte neoliberal, junto al auge de la empresa multinacional y el adelgazamiento de empresas y estados nacionales. También se produce una sobrevaloración de lo material y del consumismo sobre lo social o moral y sobre lo ético, así como el fomento de la tecnificación industrial por encima de la eficiencia productiva.

MOVIMIENTO ANTIGLOBALIZACIÓN
Las críticas al proceso globalizador configuran lo que se denomina “movimiento antiglobalización” o ‘altermundismo’ y sus cabezas mediáticas generalmente están ubicadas en un contexto nacionalista.

El punto en común mayoritario que tienen estas críticas es que equiparan globalización a imperialismo y neocolonialismo, todas se oponen a lo que han denominado fundamentalismo de mercado y acusan a la globalización de fomentar un estilo de vida consumista y postmaterialista.

Como solución más generalizada todas estos credos ideológicos apuntan a la necesidad de un Estado fuerte y regulador para la sociedad y proponen el resurgimiento del desarrollismo, el dirigismo y el proteccionismo en las políticas económicas de las naciones, a la vez que reclaman reeducar a la sociedad en torno a valores solidarios que contrarresten las costumbres individualistas. 

¿FRONTERA ABIERTA?
Ligado al mundialismo está el concepto de “frontera abierta”, que es una frontera que permite la libre circulación de personas entre diferentes jurisdicciones con pocas o ninguna restricción en el movimiento, es decir, que carece de un control fronterizo sustantivo.

Los defensores de las fronteras abiertas argumentan que “la emigración libre es la forma más efectiva de reducir la pobreza mundial”. Los migrantes de países en desarrollo pueden ganar salarios más altos después de mudarse a un país más desarrollado, si encuentran trabajo, cosa muy difícil.

Sin embargo, la inmigración a gran escala de los países más pobres a los países más ricos puede crear una "fuga de cerebros" en el país de origen, donde los profesionales educados dejan su país de origen para vivir en otro lugar, privando a sus países de origen de una fuerza laboral formada. Por ejemplo, en 2.010 había más médicos etíopes viviendo en Chicago que en Etiopía.

Además, las fronteras controladas fomentan políticas responsables en relación con las tasas de población y de nacimiento de los países, mediante la prevención de una alta población y evitar que los países con alta tasa de natalidad despojen a personas de otros países de baja población y de baja tasa de natalidad.

SENTIDO COMÚN
En conclusión, lo que me dicta el sentido común es un No absoluto a la xenofobia y a todos sus derivados, y sí a la emigración controlada según las necesidades del mercado laboral de cada país, y según los méritos profesionales de cada inmigrante, tal y como hace Canadá que es el país más abierto del mundo con los emigrantes.

Por ejemplo, Alemania está saturada de inmigrantes en situación ilegal, y encima necesita 1,2 millones de trabajadores cualificados para cubrir las necesidades de su mercado laboral abundante, ya que tiene una industria monstruosa. El problema es que los inmigrantes que ya tiene no están cualificados para cubrir dichos empleos, y sus gastos de mantenimiento se tienen que pagar con impuestos de todos los ciudadanos que trabajan.

Por lo tanto el meter a gente sin oficio ni beneficio sólo puede conducir al aumento del desempleo, la marginalidad, la creación de guetos, los conflictos étnicos y sociales, el racismo no deseado, el auge de partidos de extrema derecha y la pérdida de identidad cultural de cada país. Para abrir fronteras sin control tendría que haber primero un equilibrio económico de prosperidad en todo el mundo que no existe actualmente excepto dentro de Europa, ya que la desigualdad económica entre países es abismal.

Por ejemplo, si Suiza abriera sus fronteras, toda Europa emigraría a Suiza en busca de su riqueza, y si Europa abriera sus fronteras, toda África emigraría a Europa en busca de trabajo, lo que generaría un caos, que ya se está produciendo por cierto. Lo que hay que hacer es un Plan Marshall para desarrollar a los países pobres de modo que no tengan necesidad de emigrar para sobrevivir, porque nadie es feliz lejos de su tierra y de sus raíces. Yo por lo menos no lo sería. Deseo no haber ofendido a nadie y agradezco su paciencia por leerme o escucharme.



(*) Periodista

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