MADRID.- Si ya de por sí construirlo no resulta barato, mantener el AVE tampoco es que sea especialmente económico. Según un informe del Tribunal de Cuentas, adelantado por La Razón, el coste de administración de un kilómetro de la línea de alta velocidad entre Madrid y Valladolid, si se incluyen los gastos financieros y las amortizaciones, es de 534.000 euros, mientras que en el caso del tramo Córdoba-Málaga es de 434.000 euros.
Si sólo se incluyen los costes de explotación, el coste es de
154.000 euros, por los 155.000 euros del corredor Córdoba-Málaga. En el
otro extremo, la línea más económica de mantener es la Madrid-Barcelona,
con 96.000 euros.
Entre las causas que explican una diferencia tan
abultada entre unos y otros corredores se encuentra «la dificultad de
los trazados y el alto grado de tecnificación de estas nuevas líneas
puestas en explotación respecto a las antiguas», explica el Tribunal de
Cuentas.
El
informe, referido a la fiscalización de la financiación de las
infraestructuras ferroviarias en el periodo 2011-2013 pero publicado el
pasado mes de noviembre, añade que el Administrador de Infraestructuras
Ferroviarias (Adif) apenas cubre la mitad de estos costes con lo que
ingresa en concepto de cánones.
La compañía pública propietaria de las instalaciones cobra a los operadores ferroviarios una cantidad por la utilización de la red. Los cánones se pagan por diferentes motivos: por acceso, por reserva de capacidad, por circulación, por tráfico y por uso de estaciones y de otras instalaciones ferroviarias.
La compañía pública propietaria de las instalaciones cobra a los operadores ferroviarios una cantidad por la utilización de la red. Los cánones se pagan por diferentes motivos: por acceso, por reserva de capacidad, por circulación, por tráfico y por uso de estaciones y de otras instalaciones ferroviarias.
Para la red de
alta velocidad, la cobertura de los cánones en el periodo fiscalizado
osciló entre el 49% y el 51%. El coste total ascendió a 680,4 millones
de euros, mientras que los ingresos ascendieron a 344,5 millones.
Las
cantidades totales han crecido desde entonces porque la inauguración de
nuevos corredores como el Valencia-Castellón o el Valladolid-Palencia
han añadido más kilómetros y, por ello, más gastos a la red del AVE.
En
las líneas analizadas por el Tribunal de Cuentas, la cobertura de los
costes totales con los cánones correspondientes osciló entre el 124% de
la Madrid-Sevilla –la más antigua y, por ello, la más amortizada– y el
16% de la Madrid-Valladolid.
Aunque la ruta que une la capital con
Barcelona es la que tiene más ingresos porque es la que más viajeros
transporta –4,17 millones–, su cobertura fue de sólo un 65% como
consecuencia del mayor volumen de los costes de amortización y de los
financieros, según explica el informe.
En particular, las amortizaciones
imputadas a la línea Madrid-Barcelona ascendieron a 89 millones de
euros, frente a los 26 de la Madrid-Sevilla. Los costes financieros
asociados al corredor catalán ascendieron a 63 millones, mientras que la
línea andaluza se financió con cargo al presupuesto del Ministerio de
Fomento.
(En la imagen, estación del AVE en Alicante)
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