MURCIA.- El profesor y sacerdote franciscano Alfonso Ortega Carmona (Águilas, Murcia, 1929), que fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Murcia (UMU) en septiembre de 2004, falleció en Alemania la madrugada del pasado domingo 9 de septiembre, según se ha sabido hoy en Murcia.
Catedrático durante varios años de la Universidad Pontificia de Salamanca, donde ocupó distintos cargos académicos, fue investido doctor honoris causa por la UMU en el transcurso de una ceremonia celebrada en la Facultad de Economía y Empresa, en el campus de Espinardo.
Su conferencia de ingreso versó acerca de "Reflexiones sobre el humor en la antigua Grecia y Roma".
El doctorado honoris causa fue aprobado por el Claustro a propuesta del departamento de Filología Clásica, que contó con el respaldo de la Facultad de Letras.
Especialista en Retórica, impartió varios cursos sobre la materia en ciudades tanto españolas como de distintos países hispanoamericanos.
Durante su permanencia como catedrático de Filología Griega en Salamanca fundó la Cátedra de Taurología, que se ocupó del análisis de la fiesta brava, especialmente, de sus aspectos culturales y artísticos y de su importancia en la historia de España.
La búsqueda de las raíces culturales de la tauromaquia fue una constante en la vida y obra de Ortega, que estuvo al frente de la Cátedra durante 15 años, desde 1983. Sin miedos ni complejos, el ilustre filólogo y filósofo fomentó desde este espacio instructivo los postulados y principios del toreo como notable referencia de erudición y norma social.
Por sus extensas ocupaciones fue notable su relación con dramaturgos, artistas, poetas y literatos, insignes nombres de letras y de ciencia, a quienes involucró en la causa por lo taurino a través de artículos, conferencias, mesas redondas, exposiciones, recitales y diversas actividades de alto y refinado nivel.
Con su marcha de Salamanca tras su jubilación en 1998 desapareció aquella Cátedra de Taurología.
Después de Ortega, han dicho en varias ocasiones sus discípulos, han proliferado las cátedras sobre tauromaquia en muchas universidades, aunque también con diversa suerte de permanencia, como un Aula Taurina en la misma Universidad Pontificia de Salamanca y otra en la Universidad Pública de Salamanca; también en la Universidad de Almería y algunas más, prácticamente todas ya sin actividad.
Él fue pionero y sentó las bases de la estrecha e ilustrada relación que debe existir entre Universidad y Toros.
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