El Consejo de Ministros en su permanente fuga hacia delante, como si
huyera de su sombra o de su incompetencia y múltiples errores, acaba de
aprobar el inicio del procedimiento para activar una reforma exprés de
la Constitución en pos de eliminar -viejo anhelo de Cs- los aforamientos
de los políticos para sus presuntos actos delictivos en su vida privada
y en los públicos si están relacionados con la corrupción.
Abrir la Constitución para tan poca cosa no tiene sentido en un país
que tiene la escandalosa cifra de 250.000 aforados que deberían quedar
en solamente cuatro: Jefe del Estado, Presidente del Gobierno,
Presidente del Tribunal Constitucional y Presidente del Tribunal
Supremo. Todos los demás sobran.
Y abrir la Constitución en pleno desafío catalán y metiendo al Rey en el debate de
la inviolabilidad, por parte intencionada de los nacionalistas y
Podemos, tampoco parece que sea propicio, máxime cuando todavía está
pendiente la plena recuperación del orden constitucional en Cataluña y
se viven momentos de tensión y riesgo de enfrentamiento civil.
Y en ese avispero catalán parece que se quiere meter hasta las cejas
el que fuera primer ministro de Francia Manuel Vals que a punto está de
anunciar su candidatura a la alcaldía de Barcelona al frente de una
plataforma en la que Vals pretende incorporar a Cs y resto de fuerzas y
de movimientos pro constitucionales.
Pero seguimos sin entender el por qué este catalán de origen, que es
más francés que español, quiere ser alcalde de Barcelona y meterse en el
lío de la política catalana con el riesgo de acabar sentado en el
consistorio de la ciudad condal en una silla de concejal.
En fin allá el gabacho Vals, que es catalán, español y europeo y un
político de raza, pero se equivoca Vals si se empeña en proponer que
Barcelona comparta con Madrid la capitalidad de España. Eso sí que es
un disparate monumental. Mejor sería que Barcelona comparta la capital
de Francia con Paris donde manda Ana Hidalgo, otra española afrancesada
que a lo mejor acaba en Málaga o en Madrid.
Y para concluir este tríptico subrayar que en el PP han echado las campanas al vuelo porque el fiscal del Tribunal Supremo pide a la Sala del caso que archive
la denuncia contra Pablo Casado por su presunta prevaricación y cohecho
impropio en su master de la Universidad Rey Juan Carlos, lo que
constituye un triunfo y alivio para el PP porque el Supremo suspenderá
la investigación porque la fiscalía del Supremo no ve ‘indicios
suficientes’.
Repican las campanas en el PP y doblan en el PSOE donde resulta que a
la ex ministra de Sanidad Carmen Montón también la están investigando
por su master además del plagio de su Trabajo de Fin de Master y de su
cese en el Gobierno.
Como moralmente está investigado el Presidente Sánchez por plagio en
su libro sobre su tesis y otras sospechas variadas demostrando todo ello
que su ataque a Casado ha resultado ser un ‘boomerang’ contra él mismo y
contra el PSOE. Y eso el
Consejo de Ministros lanza fuegos de artificio sobre una pretendida
reforma express de la Constitución que difícilmente prosperará, mientras
en Barcelona algunos empiezan a bailar la sardana a ritmo de Valls.
(*) Periodista
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