"La cuna del trasvase encara otro año incierto". El titular de La Verdad de Murcia coincidió el miércoles con unas declaraciones del presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura en las que juzgó "legítima" la reivindicación de quienes piden cerrar el trasvase Tajo-Segura. Eppur si muove. Aunque la retórica alarmista no cesa, ya surgen voces en Murcia que atisban la senectud de una infraestructura que ya casi no satisface a nadie. Son voces aún minoritarias, pero muestran la mutabilidad de un consenso que parecía pétreo.
Ni PP ni PSOE cuestionaron nunca desde el Gobierno el mantenimiento
de la tubería. Ahora, en cambio, el Ministerio para la Transición
Ecológica lanza señales que permiten otear un viraje, aún tímido, en la
hoja de ruta de la planificación hidrológica. Sánchez, al igual que
Rajoy, asume la inviabilidad de resucitar las grandes y costosas obras
trasvasistas.
De las palabras tanto de la ministra Ribera
-que ya va aprendiendo a calibrar sus anuncios- como de Hugo Morán,
secretario de Estado de Medio Ambiente, se deduce que la intención del
Gobierno es apostar por la autosuficiencia de todas las cuencas.
En
el
caso del Segura, esto implica explorar las reservas de las aguas
subterráneas y sustituir progresivamente la dependencia del trasvase por
el agua desalada,
algo que, según la Confederación del Segura, impide la ley. No es
cierto que Ribera vaya elevar la cota mínima no trasvasable de 400 a 600
hectómetros cúbicos (hm3), tal como arteramente deslizaron desde el PP
murciano.
Sin embargo, las reuniones que esta semana mantuvo el número dos
de Transición Ecológica con los regantes y los ribereños sirvieron para
constatar que Sánchez, además de finalizar de una vez las obras de
abastecimiento que necesita la cabecera del Tajo, no piensa cerrar la
tubería pero sí modificar las reglas de explotación para, de forma
gradual, reducir el caudal trasvasado. Es un cambio. Mínimo, pero
cambio.
Este Gobierno durará dos años o caerá la semana que viene. Quizá el
próximo sea un ferviente defensor del sistema Tajo-Segura. Dará igual.
La transición ecológica en materia hídrica será más o menos rápida,
pero será. A pesar de las reyertas regionales y la bronca política. La sequía, el cambio climático y la propia degradación del río precipitarán el ocaso de un trasvase que es herencia directa del franquismo.
(*) Periodista
(*) Periodista
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