MADRID.- La siguiente anécdota lo dice todo: al poco de ser nombrado titular de Fomento, José Luis Ábalos
acudió a presentar un foro empresarial en Galicia sobre
infraestructuras. Cuando pidió algún dossier informativo para preparar
la ponencia recibió un documento de anteriores ediciones: El AVE a Galicia llegará en 2015,
decía uno. El ministro no daba crédito. Y decidió que en adelante su
equipo procedería con las promesas sobre la alta velocidad de manera
radicalmente distinta a sus predecesores en el cargo: no hacer campaña
electoral con Renfe y Adif.
Fomento lo confirma a El Independiente: ninguna de las puestas en servicio
del AVE apalabradas por el Gobierno de Rajoy para este ejercicio se
inaugurará en 2018. Ninguna. El penúltimo responsable de Fomento, el
popular Íñigo de la Serna, auguró un 2018 “histórico” en ferrocarril.
“De la Serna ha tenido suerte con la moción de censura”, dice un
empleado del ministerio. “No tendrá que dar cuenta de sus promesas
incumplidas”.
Ni Murcia, ya que el AVE antes tiene que parar en la localidad
alicantina de Elche y el tren ilicitano no llegará hasta verano de 2019;
ni Granada, cuya puesta en servicio acaba de ser revisada y retrasada a
junio de 2019; ni Burgos, pospuesto sine die; ni siquiera se
espera para este año la apertura de los dos proyectos más avanzados, la
estación en Otero de Sanabria (Zamora, 20 habitantes) y el túnel entre
Chamartín y Atocha.
En noviembre de 2017 El Independiente publicó que las expectativas de Fomento con la alta velocidad se habían enfriado por “los fallos de seguridad”.
Los técnicos de Renfe, Adif e Ineco consultados corroboran esta
versión: desde el trágico accidente de Angrois en julio de 2013 las
medidas de seguridad se han reforzado, la normativa también y los
cuadros medios y altos de las empresas del Grupo Fomento no están
dispuestos a transigir a las exigencias del ministro de turno. “Yo no lo
firmo, ajo y agua”, responden los técnicos a sus superiores.
Cuesta encontrar a directivos
que quieran ocupar puestos de responsabilidad en la seguridad
ferroviaria. Y nada se da por seguro: “Lo hemos dicho en Granada: nunca
más vamos a lanzar promesas al aire sin la coletilla de si las pruebas salen bien“.
Hace dos semanas Ábalos se plantó en Granada, que lleva 1.300 días sin estar conectada por tren con Madrid
por una decisión que adoptó la entonces ministra Ana Pastor en abril de
2015: suprimir la red convencional porque las obras del AVE durarían
tres meses. Ya van tres años y medio, y por esta razón, harto de
palabras huecas, Ábalos acudió recientemente a la ciudad de la Alhambra
acompañado de un “cronograma”.
Éste va fijando mes a mes las distintas pruebas, sin lanzar campanas
al vuelo: por ejemplo, las pruebas de seguridad de Granada serán en
enero del año que viene y la promesa de apertura, si las pruebas salen bien, se reporta a septiembre de 2019. Esto es, después de las elecciones. “Aunque eso suponga dar munición a la oposición”.
En la Región de Murcia, la primera fecha que se dio para el AVE fue 2014
y desde entonces ha ido posponiéndose su estreno cada tres meses,
especialmente durante la presidencia de Mariano Rajoy. A pesar de un grave conflicto vecinal
por el soterramiento que ha sido hábilmente resuelto por el nuevo
equipo socialista, el Ejecutivo regional, gobernado por el PP desde hace
23 años, se empeña en atacar a Ábalos por retrasar la llegada a Murcia
del AVE a, probablemente, 2020 (en 2019 se estrenará en Elche).
Las fuentes consultadas en las empresas ferroviarias coinciden en que
era “material y físicamente imposible” llevar la alta velocidad a
Murcia este año, a pesar de las críticas del presidente Fernando López
Miras, cuyo partido estuvo prometiendo durante un lustro un AVE que
nunca llegó.
Para rizar el rizo, Fomento ha habilitado una alternativa entre
Madrid y Murcia que permite recortar media hora el trayecto, y el ex
consejero autonómico de Fomento Francisco Bernabé ha tenido que pedir
perdón a Renfe por decir que el ahorro de tiempo se producía “porque se
suprimían las paradas en su trayecto, dejando afectados a más de 300.000
vecinos”. Era mentira.
Ejercicio de cinismo
En la misma línea opera Fomento en Burgos. La actual delegada del
Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha indicado que las
pruebas del AVE en la capital burgalesa -paso obligado en dirección al
País Vasco- no arrancarán antes del verano de 2019. “El Gobierno se
limita a decir la verdad sobre el AVE”, señaló Barcones el 21 de
septiembre. Y ha replicado las críticas del PP: “El Gobierno ni ha
ralentizado, ni ha paralizado ninguna obra en infraestructuras. Hablar
de retrasos en las obras es un ejercicio de cinismo y un error”.
Según informan portavoces del ministerio, hay tres tramos muy
avanzados: Zamora-Pedralba de la Pradería, junto a la estación de AVE
que abrirá en la minúscula aldea de Otero de Sanabria, con una veintena
de habitantes. Este tramo del AVE a Galicia está perfilándose, pero no
dará tiempo a estrenarlo en 2018. Lo mismo pasa con el tercer túnel de la risa
(de alta velocidad) entre Chamartín y Atocha, que hace un año según De
la Serna está terminado “en un 96%”. Adif acaba de contratar el sistema
de señalización, por lo que seguramente no se estrenará hasta el año que
viene.
El tercer tramo en estado muy avanzado es el Vandellós-Tarragona, perteneciente al Corredor Mediterráneo. Si las pruebas salen bien
pronto habrá muchas inauguraciones, pero los técnicos de las empresas
públicas ya no tienen la presión de los políticos por terminar su labor
antes de las próximas elecciones municipales y autonómicas, en mayo de
2019.
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