lunes, 10 de septiembre de 2018

Catalunya I. Las presas políticas / Ramón Cotarelo *

Hace algo más de un mes, Palinuro glosaba la idea de normalidad del presidente Sánchez y se preguntaba cómo puede llamarse "normal" una situación con presas políticas. Simplemente, negando que las haya. Así lo hacía Sánchez entonces y, como se ve, lo reitera Ábalos ahora mismo: no hay presos políticos; hay "políticos presos".

La estupidez de la argucia salta a la vista cuando acto seguido se reconoce que la existencia de "políticos presos" no ayuda a normalizar la situación. ¿Por qué no? Un político preso, por ejemplo, es Eduardo Zaplana. ¿Impide normalizar la situación la existencia del político preso Zaplana? Obviamente, no. ¿Por qué la de los independentistas catalanes sí? Sencillamente, porque no son "políticos presos", sino presos políticos. 

Y así se lo van a demostrar mañana al gobierno cientos de miles, quizá millones de personas. Se lo va a demostrar la sociedad catalana. Una sociedad convencida de que solo la República sacará de la cárcel y hará volver del exilio a las personas que los padecen injustamente. 

 
No es el presidente Torra. Es la gente. La Diada es fiesta nacional. Los actos los convocan instancias muy diversas con variadas finalidades. La ANC, Ómnium, los partidos indepes convocan una independentista, republicana, por la libertad de los presos y exiliadas políticos. De ella se desmarcan los demás partidos, PP, C's, PSC, Comunes. Y hacen bien si no son independentistas. Aunque nada impediría que se sumaran a la mayoritaria con sus propias consignas, siempre que lo hicieran civilizadamente, sin agredir a los demás.

También pueden convocar su(s) propia(s) Diada(s). Si no lo hacen es por temor a la baja asistencia. En todo caso, ir o no ir a la Diada (que se prevé de Guinness de los Records), celebrarla o no, de una u otra forma es algo voluntario. La idea de que alguien queda fuera de la Diada carece de sentido. Otra cosa sería si la Diada se quisiera "unitaria". Pero, eso, con presos políticos, es imposible.

Todavía tiene menos sentido atribuir a Torra la decisión de quién queda fuera y quién dentro de la Diada, criticándole la falta de neutralidad en sus actos y decisiones. Es obvio que se eligió a Torra MHP de la Generalitat para aplicar el mandato del 1-O de construcción de la República Catalana; no para ser neutral.
 
 
 
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

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