BARCELONA.- La banca corre para reducir todavía más sus activos problemáticos, o
tóxicos. Después de desprenderse de prácticamente la mitad de sus
activos improductivos hasta 2017, los bancos mantienen el objetivo de
disminuir estas cifras lo más posible.
Solo entre los bancos Santander, Bankia y Sabadell pretenden deshacerse de 11.000 millones de euros en activos problemáticos este año, cuando menos.
El Banco Santander tiene como objetivo liberar 6.000 millones en activos tóxicos durante 2018. Bankia preveé en su plan estratégico 2018-2020 vender 2.900 millones anuales de activos problemáticos.
Y el Sabadell, por su parte, tiene la intención de deshacerse 2.000 millones al año hasta 2020, aunque no descarta que la cifra se eleve.
Pero la puesta en el mercado de este tipo de activos no se limita a la gran banca; Ibercaja y Liberbank también figuran entre los bancos que manifiestan la necesidad de soltar cargas.
Para vender la mitad de sus activos tóxicos de aquí a 2020, Ibercaja se propone liberar unos 600 millones al año, mientras que Liberbank eleva sus números hasta los 900 millones por año.
Esta semana, el Banco de España advirtió del elevado
volumen de activos deteriorados en la banca española. Los préstamos
dudosos suman casi 100.000 millones de euros mientras que los
adjudicados rondan los 58.000 milones.
A finales de 2017 la banca española había reducido los activos
tóxicos en un 46% en comparación con diciembre de 2013. En diciembre
tenía unos 152.000 millones frente a los 280.000 millones de cuatro años
atrás.
Los reguladores y los supervisores señalan que mantener estos activos
en balance impide a las entidades destinar recursos a otras actividades
que generarían más ganancias, lo que afecta directamente la
rentabilidad del sector.
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