lunes, 21 de mayo de 2018

La hora decisiva del PNV / Pablo Sebastián *

Vamos a ver qué hacen los primeros dirigentes nacionalistas vascos del PNV el lehendakari Íñigo Urkullu y el presidente del partido Andoni Ortuzar, ante el nuevo desafío al Estado lanzado por el reciente presidente de la Generalitat de Cataluña Quim Torra.

Porque el PNV cometió el error de entrometerse en la política nacional y la catalana exigiendo la retirada del artículo 155 de Cataluña, como condición para apoyar los Presupuestos de 2018 de Rajoy, y calificando de ‘presos políticos’ a los golpistas que están a la espera de juicio en la prisión, para evitar fugas como las de Rovira y Puigdemont.

Porque una cosa es pedir más dinero para el cupo vasco, transferencias de competencias del Estado y otra bien distinta es que, ahora que ETA parece disolverse, el PNV y el Gobierno vasco se echen al monte tras la senda que ha abierto Puigdemont y camino de la autodeterminación que Urkullu desea introducir en una reforma del Estatuto de Guernica.

Ósea el PNV se acerca a la hora de la verdad y tendrá que optar entre subir al monte o la legalidad. Porque todo apunta a que Rajoy, con el visto bueno de Sánchez y Rivera, no piensa retirar el 155 visto el envite que le acaba de lanzar Torra al nombrar consejeros de su gobierno a dos presos preventivos, Rull y Turull, y a dos prófugos de la Justicia, Comin y Puig.

Lo que constituye una prueba definitiva de que Torra, siguiendo órdenes de  Puigdemont, no pretende gobernar desde la legalidad ni dialogar con Estado sino volverlo a desafiar. Y todo para provocar nuevas elecciones catalanas en las que Puigdemont pretende aislar a Junqueras y ERC, manteniendo así movilizados a sus seguidores del secesionismo catalán.

 Por todo ello y si la salida del laberinto pasa por las nuevas elecciones en Cataluña es Rajoy quien las debería convocar, y en esta ocasión sin prisas, y destituyendo previamente a Torra por la vía de 155 y cuando antes mejor.

No en vano la estrategia de Puigdemont consiste en mantener activo y bajo tensión mediática el circo político catalán para que el ruido llegue a Berlín donde a la espera está de la decisión final de la Justicia de Alemania sobre su posible extradición a España.

Sabiendo como además lo saben el prófugo Puigdemont y su delegado en Barcelona, Torra, que mientras esté vigente el 155 en Cataluña el PNV, salvo un cambio de posición, no le aprobará a Rajoy los Presupuestos Generales de 2018 y en ese caso las elecciones generales españolas se tendrán que adelantar.

Salvo que el PSOE, con generosidad, se abstenga durante la votación de los Presupuestos aunque sólo sea para frenar el chantaje del PNV y facilitar la mejora de las pensiones. Argumento este último que Urkullu también podría utilizar para alejarse de Puigdemont y frenar las marchas de los jubilados de Bilbao. Y para evitar que muchas empresas del País Vasco, si ven a Urkullu echarse al monte, empiecen a emigrar en bloque como ya ha ocurrido en el territorio catalán.


(*) Periodista


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