lunes, 19 de marzo de 2018

Iceta-Millo-Rivera, la fusión / José Antich *

Una fotografía de El Nacional en la que se ve al delegado gubernamental Enric Millo, al exministro Margallo y al socialista Iceta satisfechos en la cabeza de la manifestación convocada por Societat Civil Catalana este domingo, y que se hizo inmediatamente viral, refleja mucho más que cualquier discurso la situación del bloque unionista en la política catalana. 

En primer lugar, porque la foto no admite matices: Iceta está donde está por voluntad propia y lo que queda del PSC con él. Los socialistas han aceptado un papel subsidiario en la política catalana y sus compañeros de viaje actuales no forman parte de su historia, pero eso no parece preocuparles mucho.

La cifra de 7.000 manifestantes, según la Guardia Urbana, da una idea fehaciente de que una cosa son los minutos de televisión obtenidos en las cadenas españolas o en las radios y los grandes diarios del régimen y otra cosa es la realidad en la calle. Si la concentración no fue un fracaso, quedó muy cerca de ello, ya que por las imágenes emitidas del acto no parece que el cálculo sea a la baja.

Y eso que la troupe de asistentes de fuera de Catalunya fue, como es habitual en este tipo de actos, significativa. Además de Margallo, figuraba el ex primer ministro francés Manuel Valls, un asiduo ya en este tipo de celebraciones. 

Valls ha conseguido en los últimos tiempos todo un hito: ocupar más espacio en los medios de comunicación españoles que en los franceses, cuya estela ha ido desapareciendo al tiempo que encontraba todo un filón en la defensa de sus posiciones antiindependentistas. 

A Valls no le perdona la izquierda francesa, primero, haber reducido a la mínima expresión el PS; después, su abandono del partido y, en tercer lugar, su ingreso por la puerta de atrás en la formación de Macron que gobierna Francia.

En España, Valls se mueve ora de la mano de Ciudadanos ora de la mano del PP de Albiol. Como Alfonso Guerra, también cada vez más cerca de C's. Cuando la izquierda y la derecha se confunden, los primeros no tienen nada a hacer. Nada no, hacer bolos muy bien remunerados.


(*) Periodista y ex director de La Vanguardia

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