sábado, 10 de febrero de 2018

Rivera evoca en España el efecto Macron / Pablo Sebastián *

La fórmula es muy sencilla: más Nación, más Europa y más Democracia. Y añadimos: y menos ideología y frentismo político y más ocuparse de los problemas reales y cotidianos de los ciudadanos. Eso fue lo que prometió Emmanuel Macron en Francia y arrasó en las elecciones presidenciales y legislativas. Y eso mismo es lo que ofrece en España Albert Rivera y lo que le permitió a Arrimadas triunfar con claridad en las elecciones del 21-D en Cataluña.

Y eso es también lo que impulsa el espectacular ascenso de Ciudadanos (C’s) en todos los sondeos electorales y especialmente en el último de Metroscopia que acaba de hacer público el diario El País donde colocan a C’s como el claro ganador de unas elecciones generales que se celebrarían ahora con el 28,3 % de los votos. Mientras el PP se quedaría relegado al segundo lugar con el 21,9 %, el PSOE en el tercer puesto con el 20,1% y Podemos en el cuarto escalón con el 16,8 % de los votantes.

Está encuesta anuncia que, en tan solo un año y medio, el PP habría perdido (un 11 %) el tercio de sus votantes que en junio de 2016 llegaron al 33 %. Mientras que C’s habría duplicado con creces su electorado de los últimos comicios para pasar del 13 % al 28,3 %. Y lo peor para el PP de Rajoy es que la tendencia al alza del C’s de Rivera continuará mientras el PP seguirá cayendo y no sabemos hasta dónde, aunque lo que ha ocurrido en Cataluña constituye un serio aviso sobre lo que les puede pasar.

En cuanto al PSOE conviene subrayar que el partido de Pedro Sánchez no sólo no obtiene ventaja del batacazo del PP sino que además ellos mismos bajan 2,63 puntos respecto a las elecciones de 2016, mientras que Podemos cae 4 puntos respecto a 2016 y se alejan del liderazgo político de la izquierda.

Dicho esto C’s, si quiere consolidar su ventaja, debería de precisar bien sus propuestas reformistas y de calidad de la vida democrática porque aunque las va desgranando hace falta conocer un documento detallado de su oferta.

No obstante ya sabemos de: su posición implacable contra la corrupción; de su propuesta de reforma en pos de la Ley Electoral para que sea más justa y representativa; su pretensión de que los partidos no influyan en el Poder Judicial; o de la defensa de medios públicos independientes. Así como otras iniciativas sobre el modelo territorial español que todavía tienen que precisar y ampliar. 

Y sobre todo las normas que garanticen la separación y el control de los poderes del Estado (el económico ahí incluido) y garantías legales que impidan un nuevo espectáculo golpista como el catalán.

Este vuelco político que está ocurriendo en España recuerda al hundimiento de UCD en las elecciones de 1982, tras el golpe de Estado del 23-F, lo que tiene un reflejo paralelo con el golpe de Estado catalán del 27-O en el que el Gobierno de Rajoy actuó tarde, asustado y muy mal, motivo por el que se hundió el PP en los comicios catalanes del 21-D.

Pero además está motivado por el escaso nivel y la pésima gestión del Gobierno de Rajoy en Cataluña y en muchas otras políticas, excepción hecha de la economía y el empleo que han mejorado pero que han sido oscurecidas por lo muchos casos de la corrupción del Partido Popular.

Un partido sin democracia interna donde solo manda Rajoy quien no deja paso a un sucesor y que conduce a los suyos por un incierto camino que ya veremos dónde termina y que, por ahora, empieza a crear entre los suyos un ambiente de derrota y desesperación.

El que los ministros y dirigentes del PP pretenden solucionar con burdos insultos y descalificaciones diarias a Ciudadanos lo que es tanto como señalar al partido que va a ganar. No en vano ya son muchos españoles que ven en Rivera al Macron español aunque de aquí a las elecciones generales todavía muchas cosas pueden pasar.



(*) Periodista



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