miércoles, 28 de febrero de 2018

El desbloqueo de la investidura, y el extraño papel de Puigdemont / José Oneto *

El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha convocado para este  jueves 1 de marzo a las diez de la mañana, el pleno del Parlament catalán, para debatir cuatro propuestas de resolución, tres de ellas para abordar el bloqueo de la investidura y, la cuarta para “ratificar la confianza” en Carles Puigdemont como expresidente de la Generalitat.

Puigdemont presidiría un Consejo de la República integrado por representantes de JxCat, ERC y la CUP y encargado de “fomentar acciones para avanzar hacia la República” avalado por una Asamblea de la República que integrarán los diputados de los partidos independentistas. Presidencia, Consejo y Asamblea formarán el “Espacio Libre de Bruselas” con el que JxCat y ERC dan por ejecutada la “restitución” de Puigdemont, según la propuesta que ambos partidos han trasladado hoy a la CUP para cerrar el pacto de investidura.

Esta será la primera reunión del Pleno desde las elecciones del pasado 21 de Enero y, después de que Esquerra  Republicana de Catalunya (ERC), se haya sometido a los deseos y ambiciones políticas del expresidente de la  Generalitat, Puigdemont, desde su exilio de Bruselas, que quiere y pretende algún tipo de reconocimiento, algún tipo de homenaje, algún tipo de título de esa República catalana en el exilio que tendrá su sede en su residencia oficial de Waterloo.

Ahí vendrá este jueves, precisamente, el primer problema cuando Esquerra y JXCatalunya planteen el papel que, en la nueva etapa que se abre en Cataluña, desempeñará el señor Puigdemont, que en el fondo, pretende seguir mandando desde Bruselas, donde además de ese Consejo, presidirá una Fundación privada que se encargará de su salario, de su staff personal (dos secretarías), servicios de escolta y protección, coche oficial y chóferes y gastos del Palacete de Waterloo. 

Por parte del Gobierno, según fuentes oficiales, a menos que haya contenido político, en la propuesta de este jueves y no haya efectos administrativos o económicos, Puigdemont puede ser nombrado  Protector de la Abadía de Montserrat o Caballero del Santo Sepulcro.

El otro problema desde ya lo plantea la CUP (Candidatura de Unidad Popular), que acaba de declarar que le parece  ridícula la propuesta de resolución (PR) con la que los independentistas quieren legitimar a Puigdemont en el Parlament, una propuesta que les  parece descafeinada aparte de que están en contra de que el candidato que le substituya, sea el número dos de la Candidatura de JX Catalunya, el presidente de la Asamblea Nacional de Cataluña, Jordi Sánchez, preso en la cárcel  de Soto del Real. 

Carles Riera, portavoz de los antisistema, ha manifestado que no pueden votar a Sánchez después de haber declarado ante el Tribunal Supremo que no era partidario de la vía unilateral y confesar que la proclamación de la república era “puramente simbólica”.

El portavoz anticapitalista de la CUP lamenta que ahora mismo JxCat y ERC estén “más cerca” de una propuesta autonómica y del “peix al cove” (pájaro en mano) que de la República, por lo que no entiende que la política represiva del Estado “condicione la política del país”: “Juguémonos la piel por la República”, reivindica, y para ello propone que la resolución sobre Puigdemont ratifique el Referéndum del 1-O, y la proclamación de la República, que se hizo en el Parlament el 27 de octubre, algo que obligaría al Gobierno central a intervenir con una impugnación ante el Constitucional. 

Por si quedara duda, la CUP ha presentado una serie de enmiendas a la proposición de JXCatalunya pidiendo, entre otras cosas, ratificar la declaración de independencia, algo que va en contra de resoluciones del Constitucional.

Por si quedara alguna duda el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha advertido que el Gobierno seguirá atentamente el desarrollo del Pleno, recordando que  “el Parlament no está para restituir la legitimidad de nadie”, de manera que “si hacen lo que tienen que hacer, nadie va a impugnar nada”, pero “si incumplen una norma o ejercen por encima de lo que tienen establecido, sí recurriremos e impugnaremos”. 

Si la proposición sobre Puigdemont  “es una mera declaración política o de bóveda y no sale de ahí, pues muy bien”, no será impugnada, “pero si tiene consecuencias a terceros o incumple alguna una norma, ahí es donde puede surgir una impugnación”.

Estamos pues en el primer acto que dará paso al candidato designado por Puigdemont, Jordi Sánchez que no podrá  ser investido porque el juez Pablo Llarena no autorizará su salida de prisión, con lo que entrará en juego el segundo candidato Rull, en libertad provisional, que podrá ser investido Presidente pero que estará poco tiempo hasta que sea inhabilitado por la Sala Segunda del Supremo al ser procesado por rebelión, sedición y malversación de caudales públicos.


(*) Periodista y economista



 

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