MADRID.- La
voracidad del Estado no tiene límites. Finalizada la crisis
económica, el endeudamiento de España sigue aumentando a ritmo
vertiginoso. En los nueve primeros meses de 2017 -última fecha en la
que se disponen datos oficiales-, la deuda de España se ha
incrementado nada menos que en 36.130 millones de euros, hasta
situarse por encima de los 900.000 millones por primera vez en la
historia. Esta cifra no incluye la deuda de las administraciones
autonómica y local. Tampoco la privada, según se dice hoy en https://www.capitalmadrid.com.
Para
lograr una idea aproximada de lo que representa el crecimiento de la
deuda del Estado hasta el mes de septiembre, basta decir que equivale a
lo que costaría la construcción de 300 torres como la de Agbar en
Barcelona. Hay que decir que la financiación del crecimiento de la deuda
ha corrido exclusivamente a cargo del Banco de España. La autoridad
monetaria española ha incrementado sus tenencias de deuda en 42.803
millones de euros.
La adquisición de deuda por parte del Banco de España se produce por
delegación del Banco Central Europeo, como consecuencia de las compras
de valores que realiza para impulsar la economía a base de relajar las
condiciones de acceso al dinero.
El Banco de España mantiene deuda en sus carteras por 181.393
millones. Esto supone que el supervisor bancario español corrido con la
financiación del 20% de los valores emitidos, una auténtica anomalía,
porque desde el Tratado de Maastricht de hace 25 años está prohibido que
los estados compren su propia deuda.
Escaso interés
El resto de inversores no han mostrado una tendencia a la
financiación de la deuda. Los inversores extranjeros apenas han comprado
títulos del Estado por importe de 3.271 millones de euros, muy lejos de
su posición tradicional como financiadores de la mitad de la deuda.
Estos inversores mantienen en sus carteras títulos por importe de
386.225 millones de euros, lo que equivale al 42,77% de los valores
emitidos por el Estado. El interés de los extranjeros por la deuda
española se ha ido desinflando en los últimos meses.
A comienzos del año pasado, los inversores no residentes manejaban
casi la misma deuda que ahora, 383.052 millones de euros, casi un 46,5%
del total de títulos. Desde entonces, la deuda del Estado ha crecido en
más de 78.011 millones de euros y los extranjeros apenas han comprado
títulos por 3.173 millones de euros.
Las administraciones públicas han reducido su cartera de letras,
bonos y obligaciones en 7.590 millones de euros, hasta situarla en los
15.393 millones de euros, mientras los fondos de inversión la han
reducido en 3.482 millones, hasta los 32.077 millones. Los fondos de
pensiones han reducido en 2.910 millones, hasta 16.286 millones.
En el lado de las compras, sólo las aseguradoras han incrementado sus
portfolios de títulos del Estado en 4.582 millones de euros, hasta los
90.989 millones de euros.
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