El Tribunal Constitucional ha encontrado una solución salomónica al
recurso del Gobierno donde se pedía la suspensión de la investidura de
Puigdemont. Los magistrados de TC aplazan esta parte del recurso del
Gobierno dando por hecho que Puigdemont puede ser candidato -como
declaró el Consejo de Estado- pero añaden que no puede ser investido
presidente si no acude en persona a la sesión de investidura con la
previa autorización del juez. Lo que impide que Puigdemont se presente
en la Cámara burlando a la Policía.
De esa manera el Tribunal Constitucional, que también prohíbe el voto
delegado a los prófugos, ha adoptado una decisión unánime que concilia
el derecho con el sentido común y la práctica democrática. Una vez que
resulta inaceptable que un candidato a presidir un Gobierno, como es el
caso de Puigdemont, no participe en la sesión de investidura, pretenda
hacerlo por vía telemática y que el motivo de esa pretensión no sea una
causa mayor, como enfermedad, sino el ser prófugo de la Justicia
española.
Naturalmente si el presidente del Parlament Roger Torrent mantiene la
fecha del martes 30 (a las 15 horas) para celebrar la investidura de
Puigdemont y este no se presenta con la autorización del juez no habrá
investidura.
Ahora bien si Torrent y la Mesa del Parlament desobedecen al TC y
aceptan la investidura telemática todo el procedimiento y la investidura
quedarán en ese caso anulados. Y Torrent y quienes le apoyen en la Mesa
incurrirán, tal y como ocurrió con Forcadell, en el delito de
desobediencia y serán citados a declarar ante la Audiencia Nacional o el
Tribunal Supremo.
La decisión del TC ha sido acogida con satisfacción por el Gobierno
de Rajoy a pesar de que tanto el TC como el Consejo de Estado no votaron
su pretensión preventiva de que Puigdemont pueda ser candidato a pesar
de no estar inhabilitado y aunque sea prófugo de la Justicia. De manera
que este Gobierno, en ese aspecto, ha quedado desautorizado y su
propuesta de recurso al TC por la candidatura han resultado un error y
una temeridad.
En todo caso, quienes no están en condiciones de dar lecciones
jurídicas ni democráticas son los partidos soberanistas y menos
Puigdemont porque al final de la legislatura pasada fotos ellos violaron
todo el orden constitucional y violentaron las elementales normas de la
vida democrática.
Y después de la decisión del TC ¿qué puede pasar? Pues para empezar
esa decisión y aunque no lo digan en público satisface a ERC porque
tienen a Junqueras en la cárcel mientras Puigdemont anda de paseo por
Europa.
Y ahora falta por saber si Puigdemont decide volver a España de
manera abierta y entregarse a la policía para lo lleven a la cárcel y
ante el juez Llarena del Supremo lo que es imposible de imaginar; o si
se conforma con un nombramiento en el Govern como Consejero de
Exteriores o incluso como Consejero Jefe (en CAP) lo que constituiría
otra burla y desafío a la Justicia, y lo que volvería a acabar en manos
del Tribunal Constitucional.
En todo caso o Torrent presenta otro candidato o el artículo 155
seguirá vigente en Cataluña y si no hay Presidente en el plazo de dos
meses se convocarán nuevas elecciones. Además el TC ha preservado su
unanimidad y ha puesto punto y final a la investidura de Puigdemont y a
esta burla del Estado por parte de los partidos secesionistas que tienen
que entender de una vez por todas que ya está acabado el ‘procés’.
(*) Periodista
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