miércoles, 29 de noviembre de 2017

El importe del nuevo cupo vasco consagra la desigualdad territorial en España / José Hervás *

El sis­tema de fi­nan­cia­ción au­to­nó­mico es­pañol, aunque con­sa­grado por la Constitución, es muy ar­bi­trario en pa­la­bras de los ex­pertos y lo con­firman los he­chos. Es más, la re­ciente de­ci­sión del Congreso de los Diputados de ac­tua­lizar el Concierto Económico y el cupo vasco, con la sola opo­si­ción de los votos de Ciudadanos y Compromís, va a servir para con­sa­grar la ac­tual de­sigualdad te­rri­to­rial.
Las cifras que presentan los expertos son rotundas. Un español medio recibió en 2014, según los datos del último informe público del Instituto de Economía de Barcelona, 2.049 euros, frente a los 3.677 euros que percibió ese año un navarro o los 4.292 de un vasco.

Pese a que las negociaciones para conseguir el reciente pacto con el PNV, acuerdo que rebaja la contribución del País Vasco al erario público, las condujo el Gobierno del Partido Popular, un miembro destacado del partido, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo pidió que les explicaran los detalles del mismo.

Los cálculos de la Xunta gallega desvela que con las nuevas cifras previstas en el cupo vasco, la diferencia entre lo que recibiría Galicia y los recursos con que va a contar el Gobierno vasco se amplían en más de 300 millones de euros al año.

El gobierno de Mariano Rajoy no puede dejar pasar más tiempo antes de afrontar esta reforma. La Ley de 2009 aprobada durante el último gobierno de Rodríguez Zapatero obligaba a hacerlo en 2014. La gravísima crisis económica que hemos atravesado desde 2007 puede haber servido de justificación para no afrontar antes la reforma. Pero no hacerlo ahora suena sobre todo a justificación.

La complejísima reforma diseñada bajo la supervisión de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha sido un desastre. No solo no ha servido para solucionar las desigualdades, sino que las ha agudizado.

La comunidad más perjudicada ha sido la de Madrid. Ha pasado de disponer de 2.935 euros por habitante procedentes de ingresos tributarios a contar al final del proceso con 2.223. Es decir un 24,26 % menos. Esto explica, al menos en parte, la pérdida de calidad del sistema sanitario madrileño.

En el caso de Baleares, la segunda comunidad más perjudicada con el nuevo sistema, sus ingresos se han reducido en un 9,42 % muy similar a la caída que ha experimentado Cataluña, cuyos ingresos procedentes de los cuatro fondos contemplados en la Ley del 2009 han caído el 9,31 %.

Es cierto que el sistema ha servido para que algunas comunidades autónomas mejoren sus recursos, pero son las menos y las de menor población son Extremadura, Cantabria y La Rioja. La primera ha mejorado la recepción de recursos un 73,73 %, pero es que partía de solo 1.454 euros. La Rioja ha mejorado un 29,43 % y Cantabria el 23,4%.

Estas excepciones solo sirven para confirmarnos en la necesidad de la reforma del sistema. El Partido Popular necesita el apoyo de cara a los próximos presupuestos del PNV lo que ha facilitado el acuerdo para actualizar los términos del acuerdo del Concierto y el Cupo Vasco.

 Todos los partidos están de acuerdo en que ha llegado el momento de afrontar la reforma del sistema de financiación de las Comunidades Autónomas para afrontar las ineficiencias del modelo vigente. El paso dado con el Cupo vasco que consagra las desigualdades del sistema hace más urgente afrontar la situación.



(*) Periodista

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