jueves, 9 de noviembre de 2017

Añoranza de los días aburridos / Márius Carol *

Hay un momento en la vida en que la situación es tan mala que sólo puede mejorar. El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena decretó esta noche prisión eludible con fianza (les da una semana para presentarla) para la Mesa del Parlament y dictó la libertad con cargos para Joan Josep Nuet. 

A Carme Forcadell no le dio este plazo e ingresó en Alcalá Meco, de donde presumiblemente saldrá mañana tras depositar la fianza, lo que resulta una humillación innecesaria. La decisión produjo cierto alivio en la sociedad catalana, no únicamente entre el independentismo, porque abre un camino para que salgan de la cárcel el exvicepresidente Oriol Junqueras y siete de sus consellers. Esperemos que también facilite la libertad de los presidentes de la ANC y Òmnium. La niebla que oscurece la política podría empezar a despejar.

En el momento en que la juez Lamela envió a la cárcel a ocho miembros del Govern, se inició lo que Antoni Puigverd ha calificado de incendio político irreparable. Ciertamente, había pocas posibilidades de reconducir la crisis catalana con una campaña electoral tranquila, pero la decisión de la juez al decretar prisión sin fianza añadió gasolina al fuego. 

Los magistrados no se dedican a hacer política, pero sería importante que tampoco la perjudicaran. Una campaña electoral con candidatos en la cárcel resultaría el peor de los escenarios. Es imprescindible que los partidos puedan aportar soluciones al conflicto catalán. E incluso proponer fórmulas para recomponer la convivencia y recoser la sociedad.

Necesitamos recuperar las instituciones y componer un nuevo relato colectivo. Y el Gobierno debería ser generoso a fin de superar esta etapa, con todo lo que ha supuesto de desgarro. Todos nos merecemos un acuerdo satisfactorio para cerrar heridas. Con la esperanza de que vuelvan los días maravillosamente aburridos, en los que la política no alteraba el ánimo ni favorecía el resentimiento. 



(*) Periodista y director de La Vanguardia



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