miércoles, 25 de octubre de 2017

El empresario jumillano García Carrión hace frente a un posible boicot y mantiene la sede en Cataluña


MADRID.- García Carrión, la empresa murciana propietaria del vino de mesa Don Simón, está dispuesta a hacer frente a un posible boicot y apuesta por mantener la sede de su bodega de cava Jaume Serra en Cataluña. De acuerdo con los datos que figuran en el Registro Mercantil, la filial mantiene su domicilio social en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú, publica El Economista.

Fuentes no oficiales de la compañía han confirmado a este periódico que, por ahora, "no se ha producido ninguna novedad al respecto ni ha habido un traslado". Rafaela Corujo, vicepresidenta y esposa del presidente y propietario de la compañía, José García Carrión, ha declinado sin embargo hacer ningún tipo de valoración. "No tengo nada que decir", aseguró el martes ante la llamada de este periódico.
La decisión de García Carrión, que está especializado en la venta de cava a precios muy bajos, choca con la de los dos grandes productores catalanes, Freixenet y Codorníu, que lideran el mercado. El presidente de Freixenet, José Luis Bonet, anunció precisamente este martes que el consejo de administración de la compañía se reunirá la semana que viene para aprobar su marcha. Bonet reconoció que "no le hace gracia" que la empresa, con sede en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), tenga que irse después de cien años de historia en la región.
Durante su intervención en el evento Forbes Summit, el presidente del gigante de cava, señaló, no obstante, que es "algo que hay que hacer" para proteger a sus empleados y a sus accionistas. En este sentido, el presidente de Freixenet ha aclarado que en el caso de que se declarase una Cataluña independiente, algo que ve como "poco probable", Freixenet pasaría a ser una multinacional española con presencia en Cataluña.
En referencia a los boicots que se están produciendo contra los productos procedentes de empresas afincadas en Cataluña, Bonet reconoció, no obstante, que hay un boicot a los productos catalanes, una actuación que, en su opinión, es "muy lamentable", además de una "reacción política ideológica" que nada tiene que ver con el producto en sí.
La que ya ha aprobado su salida es Codorníu. El pasado 16 de octubre, la empresa de la familia Raventós, cansada de esperar una solución a la situación de "incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Cataluña", anunció el traslado de su sede social, hasta ahora en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), a Haro (La Rioja). Todo con el objetivo de garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes.
Desde Codorníu explicaron en ese momento a elEconomista que se trataba de una decisión que se ha tomado "por responsabilidad empresarial", y que afecta a la matriz del grupo, Unideco, que agrupa a todas las bodegas de la firma repartidas tanto por España como el resto del mundo. La primera semana de octubre, tras el referéndum ilegal del 1-O, había alertado en un comunicado que se planteaba la opción de cambiar su sede social, reivindicándose entonces como "empresa catalana y también española, la más antigua del país, desde el año 1551".
Aunque mantiene la sede ahora de su filial de cava en Cataluña, García Carrión sí que tiene la sede del grupo en la localidad de Jumilla, en la Región de Murcia. Había anunciado un plan muy agresivo en 2014 para duplicar su tamaño, pero está muy lejos de conseguir sus objetivos y sufre una continua caída de las ventas. Además, este mismo año se ha tenido que enfrentar a la salida de Luciano García Carrión, hijo del presidente, y uno de los máximos responsables de la expansión de la compañía mediante la firma de acuerdos a nivel internacional.
Luciano García Carrión abandonó la empresa por discrepancias con sus padres, según han confirmado fuentes próximas a la compañía, que se ha quedado ahora sin heredero.

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