jueves, 11 de febrero de 2010

El obispo Lorca Planes dice, sobre el Cristo de Monteagudo, que a un pueblo "no se le puede tocar su historia"

MURCIA.- El Obispo de la Diócesis de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, afirmó hoy que "a un pueblo no se le puede tocar su historia, sus valores, sus elementos de identidad y no se le puede dejar en el aire, porque se le hace daño", en relación a la polémica suscitada estos días por un grupo de juristas, quienes han presentado un recurso ante la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia por el que solicitan la retirada del monumento del Corazón de Jesús de Monteagudo en su actual ubicación.

En un comunicado, Lorca Planes destacó que "la valoración es distinta, pero no contradictoria con su valor religioso", ya que, subrayó, "si hay que buscarle un significado al monumento, éste está centrado en la línea de la unidad y no en la de la polémica y división".

En esta misma línea, puso de manifiesto que "la fe de este pueblo tiene más de 2.000 años de historia y tiene derecho a manifestarlo", tal y como ocurre con el Corazón de Jesús de Río de Janeiro que, a su juicio, "es un signo de esa fe, un caso parecido al nuestro y no plantea ninguna cuestión".

Así, dijo sentirse admirado por "este estado de cosas y cómo se ha provocado esta situación" que, lamentó, "está quitando la paz a tanta gente, especialmente a los hombres y mujeres de Monteagudo, con los que me solidarizo".

Y es que, destacó, "estamos hablando del monumento de Monteagudo, una dimensión colectiva de la libertad religiosa reconocida por el artículo 16 de la Constitución Española, que garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto no sólo a los individuos, sino también a las Comunidades, y del Tribunal Constitucional, tan normal para el pueblo de Murcia, que identifica a toda la huerta".

Todo ello hasta el punto, argumentó, que el monumento "ha pasado a formar parte de las raíces culturales del pueblo, de Monteagudo y de toda la huerta de Murcia".

"Todos sabemos que la Fe de la Iglesia ha potenciado una gran dimensión cultural, materializándose en tantas y tan bellas obras de arte, de valor incalculable y que son el orgullo de nuestros pueblos", indicó el obispo de la Diócesis de Cartagena, quien sacó a colación una carta a los artistas del Papa Juan Pablo II en abril de 1999, en la que se puso en valor la importancia de sus obras como un bien para la humanidad.

Decía que "en el amplio panorama cultural de cada nación, los artistas tienen su propio lugar y precisamente porque obedecen a su inspiración en la realización de obras verdaderamente válidas y bellas, non sólo enriquecen el patrimonio cultural de cada nación y de toda la humanidad, sino que prestan un servicio social cualificado en beneficio del bien común".

Más adelante, en la misma carta, explica cómo el arte tiene necesidad de la Iglesia y viceversa al considerar que "los temas religiosos son de los más tratados por los artistas de todas las épocas".

"La Iglesia ha recurrido a su capacidad creativa para interpretar el mensaje evangélico y su aplicación concreta en la vida de la comunidad cristiana y esta colaboración ha dado lugar a un mutuo enriquecimiento espiritual".

Es por ello por lo que consideró aconsejable "estar atentos para no caer en el mito de Penélope, por razones de gustos o líneas de pensamiento cambiantes", tras lo que mostró su deseo de que "la serenidad y la razón traigan las aguas a su sitio".

Precisamente ayer, a raíz de esta polémica, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia acordó pedir a la administración competente la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) para el Cristo de Monteagudo.

Opina el delegado del Gobierno

Por otra parte, el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, afirmó hoy que el Cristo de Monteagudo forma parte de la historia de Murcia y tachó, como murciano, de "dislate" que se asegure que la estatua "molesta, cuando está totalmente integrada dentro del paisaje y la vida normal del Valle".

Al hilo consideró acertada la posición del alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, de declarar la zona del Cristo de Monteagudo de Bien de Interés Cultural (BIC), aunque, advirtió, "el Ministerio ya iba reclamando la declaración de Bien de Interés Comunal de esa escultura, porque fueron los vecinos los que pagaron su confección".

A juicio del delegado del Gobierno, la estatua "no estorba a nadie, es muy nuestra, forma parte de todo nuestro entorno como la Catedral, la Hornacina de la Virgen de los Peligros y otras tantas culturas que están ahí, han estado siempre y merecen un respeto".

"La lucha por la laicidad y separar lo religioso de la vida pública no va por ahí, sino por tomar otras medidas que respeten todas las creencias y religiones", indicó González Tovar, al tiempo que señaló que hacer una polémica sobre el Cristo de Monteagudo "tiene probablemente unos intereses que van más allá de la propia defensa de la laicidad".

La polémica comenzó cuando un grupo de juristas presentó un recurso ante la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia por el que solicitan la retirada del monumento del Corazón de Jesús de Monteagudo en su actual ubicación.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin embargo, los que edificaron un Cristo sobre un palacio musulman respetaron tanto la histoeia como el buen gusto por los co-ones

Anónimo dijo...

La eminencia no se pronuncia, sin embargo, sobre el plan urbano para alicatar el monte hasta la misma puerta del santuario. Cosas mundanas.

Anónimo dijo...

¿Y donde empieza y termina la historia, sr. obispo? Con la expulsión de los moros, con la dictadura (ahora pongo un cristo), con la republica (ahora quito el cristo) con la sublevación de Franco (ni dios ni cristo) con el franquismo (cristo por cojones) o con la democracia (no con mi nombre)

Anónimo dijo...

Aquí todos juegan a ser políticamente correctos. Pero --¡graciosa paradoja-- en realidad lo que va a salvar la imagen fálico-monumental espetada sobre el peñasco que da nombre a Monteagudo, no es la fe cristiana de los murcianos (bastante débil y desviada, por cierto), sino las raíces bereberes de esta huerta y urbe.

Anónimo dijo...

Les recuerdo que fueron los musulmanes los que arrasaban los templos de los territorios que conquistaban. Los cristianos construían sobre los previos, o junto a los previos (mezquita de Córdoba y catedral de Córdoba, por ejemplo). ¿Y los budas de Afganistán....?