miércoles, 22 de julio de 2009

Cómo Caja Murcia, controlada por el PP, se quedó fuera de la fusión con CajaSur

CÓRDOBA.- El síndrome del negociador viene en el minuto después de haber cerrado un acuerdo. Siempre cree que se ha dejado algo sin atar. Muchas de las personas que han intervenido en el frenético principio de acuerdo entre Cajasur y Unicaja para engrosar la futura Unicajasur deben sentir a estas horas esas sensaciones. En ocho días se ha roto el muro infranqueable de una década en la que Chaves y el PSOE no han cesado el tam-tam de la caja única, según se escribe en 'Abc'.

Aunque el pasado lunes 13 de julio, Braulio Medel daba el primer paso con el acuerdo con Caja Jaén para ganar él mismo tiempo a su futuro -pendiente de la renovación de órganos de mediados de agosto en Unicaja-, este experimentado hombre de las finanzas y, curiosamente, director general de Política Financiera en la Consejería de Economía que dirigió el hoy presidente del Córdoba CF José Miguel Salinas, sabía que la manzana de Cajasur caería tarde o temprano.

Para atisbar la inercia de este hecho con elevada repercusión en Córdoba, habría que remontarse al pasado 21 de abril, fecha en la que Cajasur recibe la mala noticia de la agencia de riesgo Fitch de ver cómo sus rating a largo plazo eran rebajados. Esto es, se convertía en una entidad con improbabilidad de pago. Limitaba sus apetencias en el mercado mayorista y abría una senda peligrosa a la que se sumaban las cifras de morosidad, solvencia y cobertura.

El ladrillo hacía mella y el Banco de España apretaba las clavijas con un plan de negocio y saneamiento que exigía resultados rápidos y una estrategia de captación de liquidez que Cajasur, recién salida del culebrón de Carlos Senent, su penúltimo director general (el quinto en cuatro años), cifraría en 1.681 millones.

La crisis se desbocaba en España y no había día que pasara en el que los rumores sobre las entidades que se encontraban mal no llenarán los titulares. El episodio de Caja Castilla La Mancha, su coqueteo inicial con Unicija y su final intervención daban más verosimilitud al clima de desconfianza y miedo.

El Banco de Españ, pergeñando el Fondo de Reestructuracio y Organización Bancaria, rehuía de más intervenciones, y lanzaba guiños envenenados. Cajasur hacía sus deberes, contenía riesgos, pero la Junta y el PSOE empezaban el acoso final para forzar la unión con Unicaja y segar la independencia de la Iglesia y su entidad en el mapa.

Desde finales de abril, prácticamente, empiezan a sucederse los contactos entre cajas. Los contactos fallidos de Cajasur con sus «hermanas» eclesiásticas del Círculo de Burgos y la CAI de Zaragoza. Entra en escena Cajamurcia, una de las cajas con mejores rating e indicadores del panorama nacional. Controlada por el PP, en una región uniprovincial y sin apenas solapamientos.

La cúspide de Cajasur se desenhebra. Una parte negocia con intermediarios de Unicaja en Antequera. La otra, viaja por la A-92 camino de Murcia para acercar posturas. Desde Cajasur el mensaje se repite: «Plan de Negocio y a escuchar ofertas». El clima interno se enrarece. Pero el Banco de España empieza a recavar planes de viabilidad. Y los tiene de Unicaja y Cajamurcia, con el debate de fondo del veto de las autonomías a las fusiones interregionales. En pleno julio, la presión sube. Antes de las vacaciones de agosto todo tiene que estar cerrado -Medel, los plazos-.

La Iglesia se resiste y busca paz interior en el Vaticano, que deja en manos de Juan José Asenjo la decisión final. Hay dosieres de intercambio con Unicaja y se aleja Murcia. Entramos en la semana clave. A las prisas de Medel, Cajasur responde con cierta indeferencia. Nervios. Braulio Medel logra encajar la pieza de Jaén y gana tiempo, pero la Junta apremia.

Chaves, el pasado jueves, mientras que Santiago Gómez y Braulio Medel se ven las caras con un borrador de acuerdo y algunos flecos por pulir, adelanta que la fusión «sea lo antes posible». La negociación se rompe y comienzan las amenzas (de intervención, de sanción del FROB a Cajasur...). El Cabildo apunta alto y mira a una encrucijada con Asenjo y el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, reeditando el Pacto de Santa Lucía de 2004, por el que Cajasur retornó a la tutela autonómica.

No hay marcha atrás. O el martes 21 o se harían carne las amenzas. El lunes, en el céntrico restaurante Oriza de Sevilla, Medel sació su apetito y Gómez endulzó una senda amarga. Empieza ahora otra carrera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo le queda fusionarse con la CAM de Alicante que está en muy mala situacion economica.Las dos comunidades estan gobernadas por el Partido Popular.