jueves, 4 de junio de 2009

Murcianos en Normandía, 65 aniversario / Floren Dimas

La Memoria Histórica, odiada por la derecha, incomprendida o manipulada por la clase política de izquierdas, e ignorada por buena parte de la sociedad española, se ha cobijado en las asociaciones memorialistas y en pequeños sectores sociales, al margen de los partidos políticos parlamentarios, mientras que en la mayoría de los países democráticos de nuestro entorno, es considerada una referencia de ejemplaridad colectiva, considerando que de la evocación de los pasajes históricos y de los conflictos pasados, pueden extraerse elementos pedagógicos de alto contenido moral para el rearme democrático de los ciudadanos.

Esta vez, el aniversario del Desembarco de Normandía no ha pasado desapercibido en España. Posiblemente sea por el hecho de la presencia en el mismo del presidente Barak Omaba, con el que Zapatero se esfuerza en escenificar la distancia existente entre las relaciones Aznar-Bush, marcada por el belicismo de ambos, y entre él y el reluciente presidente yanqui, relación conducida por el aura de una nueva concepción pacifista de las relaciones internacionales. Pero pese a esta publicidad mediática, hoy como ayer, el recuerdo de los republicanos españoles, entre éllos varios murcianos, caídos en los ejércitos aliados por la liberación de Europa del nazifascismo, ha lucido su sempiterna orfandad en los actos conmemorativos de la plaza de Omaha, en Normandía.

Periódicamente los muchachos del grupo de reconstrucción histórica de La Nueve, honran su memoria participando en los actos a bordo de su cohorte de inefables “Jeep”, a modo de embajadores de los españoles que no se olvidan en estas fechas de aquella epopeya protagonizada por los bravos soldados republicanos, expulsados de su patria por el franquismo y convertidos por la fuerza de las circunstancias, en unos nuevos Quijotes de la libertad.

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