Hay comportamientos que suponen un insulto a la más elemental inteligencia. Este es caso de los portavoces de la Policía Municipal de Murcia con las manifestaciones. Se supone que estos son subordinados de sus jefes políticos, aunque no sirva de justificación, que están más acostumbrados a contar milongas baratas.
Los de los cuatrocientos mil manifestantes en defensa de la continuidad del trasvase Tajo-Segura parecía una trola tan gorda como el millón de sardineros en día del Entierro.
Pero todo es superable para esos contables municipales de mente estrecha y visión sectaria.
Lo de ayer ya pasa de castaño oscuro para la credibilidad de un cuerpo de empleados públicos, que son agentes de la autoridad y quieren ser respetados por los ciudadanos. En la tarde algo lluviosa confluyeron dos convocatorias públicas.
Una procesión, en la que estuvieron presentes Ruiz Vivo y el consejero Ballesta a título particular, que culminó en una misa en la Plaza de Belluga, con presencia del alcalde Cámara y medio equipo municipal popular. Y una manifestación convocada por UGT y CCOO por el empleo, el salario y la protección social, en la que no estuvo presente ningún representante, ni a título particular, de la dirección regional del PP ni ningún edil popular del Ayuntamiento.
Y donde hay general no manda tropa.
Al más estilo Goebbels, los portavoces policiales, quizás bien alentados, aseguran que a la manifestación sindical apenas fueron 1.500 personas. La cifras de 18.000 apuntadas por los sindicatos es exagerada, pero más de seis o siete mil personas sí estuvieron en la marcha según contables más rigurosos.
La vara de medir fue tan generosa con la procesión y misa, se supone que para contentar a altas instancias, que apuntaron a 20.000 asistentes, casi quince veces más que en la sindical. Observadores rigurosos, apuntan que en la procesión habría como mucho tres mil y que en la misa seis mil es una cifra generosa.
Viva la Policía Municipal de Murcia y sus jefes.
Pero todo es superable para esos contables municipales de mente estrecha y visión sectaria.
Lo de ayer ya pasa de castaño oscuro para la credibilidad de un cuerpo de empleados públicos, que son agentes de la autoridad y quieren ser respetados por los ciudadanos. En la tarde algo lluviosa confluyeron dos convocatorias públicas.
Una procesión, en la que estuvieron presentes Ruiz Vivo y el consejero Ballesta a título particular, que culminó en una misa en la Plaza de Belluga, con presencia del alcalde Cámara y medio equipo municipal popular. Y una manifestación convocada por UGT y CCOO por el empleo, el salario y la protección social, en la que no estuvo presente ningún representante, ni a título particular, de la dirección regional del PP ni ningún edil popular del Ayuntamiento.
Y donde hay general no manda tropa.
Al más estilo Goebbels, los portavoces policiales, quizás bien alentados, aseguran que a la manifestación sindical apenas fueron 1.500 personas. La cifras de 18.000 apuntadas por los sindicatos es exagerada, pero más de seis o siete mil personas sí estuvieron en la marcha según contables más rigurosos.
La vara de medir fue tan generosa con la procesión y misa, se supone que para contentar a altas instancias, que apuntaron a 20.000 asistentes, casi quince veces más que en la sindical. Observadores rigurosos, apuntan que en la procesión habría como mucho tres mil y que en la misa seis mil es una cifra generosa.
Viva la Policía Municipal de Murcia y sus jefes.
www.elfarodemurcia.info
No hay comentarios:
Publicar un comentario