jueves, 3 de mayo de 2007

Bayrou no votará por Sarkozy el próximo domingo

PARÍS.- El dirigente centrista francés François Bayrou ha asegurado que el domingo próximo no votará por el conservador Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

En declaraciones al diario Le Monde, Bayrou no aclara si apoyará a la socialista Ségolène Royal o adoptará otra posición. "A esta hora yo no sé lo que haré, pero empiezo a saber lo que no haré", en alusión a que no dará su respaldo en las urnas a Sarkozy, con el argumento de que "se corre el riesgo de agravar la ruptura del tejido social".

En la primera vuelta de los comicios, el 22 de abril, Bayrou logró cerca de siete millones de votos, un 18,5% del electorado, por lo quedó fuera del segundo turno, al que pasaron Sarkozy y Royal. Unos días después dio una rueda de prensa para indicar que no daría consigna de voto con vistas a la segunda vuelta y criticar a los dos pretendientes, aunque se mostró más duro con el candidato conservador.

Una gran parte de los diputados de su partido, UDF, ha optado por anunciar su apoyo a Sarkozy y alguno ha manifestado que votará en blanco el domingo próximo, lo que no ha gustado a Bayrou, crítico con lo que considera "maniobras" del partido de Sarkozy para atraer a sus fieles. El ex candidato centrista ha hecho su anuncio tras presenciar el debate entre Royal y Sarkozy, emitido por diferentes cadenas y emisoras del país.

Sarkozy ha conseguido mantener la calma y argumentar sus posiciones ante los repetidos ataques de Royal durante las más de dos horas y media que ha durado su único cara a cara de la campaña, conscientes de que puede ser decisivo para el desenlace de los comicios.

Una encuesta realizada por el diario Le Monde entre casi 47.000 internautas da como ganadora del debate a la candidata socialista, con un 51% de votos a su favor. Un 37,2% considera que Sarkozy estuvo mejor durante el cara a cara, mientras que un 11.8% no se decanta ni por uno ni por otro.

Royal, que quiere ser la primera mujer en auparse a la jefatura de Estado, ha atacado una y otra vez a su rival, que le aventaja en los sondeos, y le ha acusado incluso de "inmoralidad política" y de "mentir" sobre el acceso de los niños discapacitados a la escuela.

"Yo no pierdo los nervios. Estoy enfadada. Hay cóleras útiles (...) tengo mucha sangre fría. Me ponen furiosa las injusticias y las mentiras", ha replicado la candidata socialista a Sarkozy, quien, sereno, le ha ha dicho que acababa precisamente de perder los nervios y le ha pedido que se "calmara" y no le señalara "con el dedo".

Ha sido el momento más tenso de los muchos encontronazos que han marcado el debate, que comenzó con un fuerte ataque de Royal contra el balance de Sarkozy como ministro de Interior en la lucha contra la delincuencia, "uno de los principales motivos de preocupación de los franceses".

"En materia de violencia, en cinco años de Gobierno de Jospin, la violencia y la delincuencia aumentaron un 18 por ciento", dijo Sarkozy , mientras que "en los cinco últimos años de mandato de Jacques Chirac, la delincuencia ha disminuido un 10%.

Royal, que ha multiplicado los guiños hacia los centristas en los últimos diez días, no ha tendido puentes hacia ellos en lo que se refiere a las 35 horas de trabajo semanal, reforma estrella del anterior gobierno de izquierdas que para Sarkozy fue "una catástrofe generalizada".

Royal, que reconoce que la aplicación de esa ley fue "demasiado rígida", le preguntó porqué, si es así, su Gobierno no había abolido esta "conquista social". También dijo que las 35 horas se generalizarán sólo si los interlocutores sociales lo acuerdan "sector por sector".

El futuro de las pensiones fue otro tema de desacuerdo: Sarkozy quiere mantener la reforma (la ley Fillon) ya votada que equipara el período de cotización del sector público con el privado, mientras que la candidata socialista quiere revisar a fondo esta ley, que le parece injusta sobre todo para quienes han tenido empleos penosos.

El plan de Sarkozy de no reemplazar a uno de cada dos funcionarios que se jubilen -lo que ayudará a reducir la abultada deuda pública de Francia -, dio lugar a otro rifirrafe.

Sobre la inmigración, Sarkozy reafirmó que endurecerá las condiciones del reagrupamiento familiar y excluyó toda regularización masiva, mientras que ella, que apuesta por regularizaciones "caso por caso", abogó por un tratamiento "humano".

En política exterior, no hubo novedades: Sarkozy rechazó que Turquía entre en la Unión Europea. Royal, que le acusó de ser "brutal" con el pueblo turco, proseguiría las negociaciones.

En sus conclusiones, Royal pidió a los franceses que tengan la "audacia" de llevar al Elíseo a una mujer y madre, mientras Sarkozy prometió "resultados" y puso como eje de su proyecto el trabajo.- (Agencias)

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