sábado, 29 de julio de 2023

El PP obtiene un escaño más por Madrid y obliga al PSOE a negociar el 'sí' de Junts

Sánchez con el socialista marroquí Machij el Karkri

MADRID.- El Partido Popular ha obtenido un escaño más por Madrid en detrimento del PSOE y deja el 'marcador' entre los dos partidos hegemónicos en 137 a 121. Durante toda la jornada se ha notado una mayor abundancia de papeletas populares y el vuelco en el escrutinio se ha confirmado, cuando aún faltaban por contabilizar las papeletas correspondientes al Senado, donde el PP mantiene sus posiciones.

​Esta variación altera las cuentas de la investidura. Ahora al PSOE no le alcanza con la abstención de Junts, sino que necesitará del 'sí' del partido de Carles Puigdemont para que Pedro Sánchez salga investido presidente, lo cual empina un poco más la negociación. A esto hay que sumar que ERC ha decidido consultar con la militancia el sentido de su voto en la investidura.

Fuentes del PSOE asumen la cesión de un escaño por Madrid al PP tras el recuento del CERA.

Por otra parte, el ‘PSOE’ marroquí se jacta de que el voto de sus 150.000 nacionales en Cataluña fue clave para Sánchez.

La opinión pública de Marruecos ha recibido la derrota victoriosa de Pedro Sánchez en el 23J como una noticia positiva para el país. Y desde Rabat, los socialistas locales señalan abiertamente al impacto que ha tenido la comunidad marroquí con derecho a voto en los resultados del PSOE

Especialmente en Cataluña, donde el electorado de origen marroquí estaba «muy movilizado», y donde este grupo de más de 150.000 votantes puede decidir entre uno y dos escaños. Un nicho electoral nada despreciable que se ha disparado a nivel nacional desde que Sánchez es presidente. Y entre ellos es determinante la cuestión del Sáhara, prioridad nacional por excelencia en su país de nacimiento, según OKdiario.

El giro histórico en la postura sobre el Sáhara, una cesión histórica de Pedro Sánchez, suele analizarse desde el punto de vista de la política exterior española. Pero también tiene un significativo impacto en la política interior. Y en el balance electoral. 

Al menos, así lo entienden en Marruecos, donde la resaca del 23J se analiza también en clave patria: el voto marroquí, para el que el giro de Sánchez supone un aliciente, ha sido determinante en las urnas.

Desde Rabat se destacan especialmente los resultados obtenidos por Sánchez en Cataluña, donde el PSC arrasó obteniendo 19 de los 48 escaños. «Yo diría que la huella de los españoles de origen extranjero es palpable, especialmente entre aquellos de origen marroquí. En Cataluña viven cerca de 250.000 marroquíes, muchos con derecho a voto, y hubo una fuerte movilización entre ellos», asegura en la prensa marroquí Machij Elkarkri, dirigente de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares (USFP). 

El ‘PSOE’ marroquí ha hecho campaña por Sánchez este 23J y también la hizo el 28M con llamamientos a los marroquíes nacionalizados con derecho a voto.

En Cataluña votaron el pasado domingo 3,5 millones de catalanes, de los 5,4 que figuraban en el censo electoral. Y de ellos, según el INE, cerca de unos 150.000 son marroquíes con nacionalidad adquirida y derecho a voto. Cada uno de los 48 escaños que decide la región se traduce, simplificando al extremo la Ley d’Hont, en unos 75.000 votantes, por lo que se trata de un nicho electoral que puede ser decisivo para obtener dos escaños.

Las estadísticas y registros del Instituto Nacional de Estadística no dejan lugar a dudas: la mayoría de los extranjeros (181.000) que ha obtenido la nacionalidad -y el derecho a voto- en 2022 fueron marroquíes, con 55.463 nuevos pasaportes españoles. De ellos, según el INE, alrededor de 16.172 sólo en Cataluña. El doble que en la segunda comunidad con más marroquíes nacionalizados en 2022, Andalucía, donde los registros contabilizan 8.000 nacionalizaciones.

La cifra de 16.172 marroquíes nacionalizados en Cataluña es la más alta de la serie histórica. Y con mucha diferencia. Las nacionalizaciones en 2017 fueron 5.645, manteniendo la tendencia de años anteriores que se rompe en 2020. La cifra asciende ese año hasta los 8.451, pasando a 13.251 en 2021 y a los 16.172 del último año.

El mayor aumento de estas nacionalizaciones corresponde a los años de Gobierno de Pedro Sánchez. Sólo en Cataluña, desde que Sánchez es presidente se han sumado 52.000 marroquíes a los censos electorales.

A nivel nacional, el número de nacionalizaciones marroquíes era de 24.527  en 2019. La cifra, como recoge el INE, se ha disparado en sólo 3 años y es más del doble: 55.463.

En el 23J, como ha ocurrido en anteriores citas, destacados miembros del socialismo marroquí pidieron a sus compatriotas con pasaporte español que respaldasen al PSOE.

«Les animamos a que ejerzan su derecho al voto y adelante, voten decididamente de forma masiva al Partido Socialista Obrero Español y sus confluencias territoriales en las próximas elecciones del domingo 23 de julio de 2023», aseguraba una carta hecha pública por una diputada marroquí Aicha El Gourgi, residente en Tarragona. 

«Recuerda que tu voto es importante y puede marcar la diferencia, así que adelante, vota al PSOE», insistía en su escrito a pocos días del 23J.

Desde Marruecos, los socialistas también señalan que entre los asuntos relevantes para los marroquíes destaca el Sáhara. Un asunto que, según el socialista Elkarkri, está protegido de cambios con Sánchez: «Estoy seguro de que la posibilidad de cambiar de posición en el tema del Sáhara es casi nula, ya que es una postura que salvaguarda los intereses del Estado».

Por otra parte, desde la Fundación Euroáfrica valoran que «los votantes marroquíes que residen en España, que rozan el millón de personas, han sido conscientes de la relevancia de su voto para proteger los intereses de Marruecos», ha señalado su presidente, Abderrahim Ouadrassi, en un artículo titulado ¡Todo al Rojo: Sánchez gana en España y Marruecos celebra una victoria!.

La gran ventaja de tener pasaporte de España


LONDRES.- El Índice de Pasaportes Henley se refiere a una clasificación que muestra la fuerza de los pasaportes de diferentes países en términos de la cantidad de destinos a los que sus titulares podían viajar sin necesidad de obtener una visa previa. En la última edición de este ranking, España ha alcanzado la segunda posición, por lo que se puede decir que el pasaporte español es el segundo con más fuerza del mundo. 

El índice es publicado anualmente por la firma de consultoría Henley & Partners, y se basa en datos proporcionados por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). El puntaje de un país en el Índice de Pasaportes Henley está determinado por el número de países a los que sus ciudadanos podían viajar sin visa o con una visa a la llegada.

El país con el pasaporte más fuerte tiene el mayor número de destinos accesibles sin visa, mientras que el país con el pasaporte más débil tiene el menor número de destinos sin visa. De ahí lo importante que es que España sea el segundo país con el pasaporte más fuerte del mundo, mostrando los acuerdos suscritos entre países para viajar sin necesidad de visa. 

Es importante tener en cuenta que las clasificaciones del Índice de Pasaportes Henley pueden cambiar con el tiempo debido a las relaciones internacionales, acuerdos bilaterales, cambios en políticas de visa, y otros factores que afectan la movilidad de los ciudadanos de diferentes países.

Según el Henley Passport Index 2023, Japón tiene el pasaporte más poderoso del mundo. Se trata del quinto año consecutivo que ocupa está posición, ya sea solo o junto con Singapur.

Los ciudadanos japoneses ahora pueden visitar 193 destinos de 227 sin necesidad de visa, mientras que los ciudadanos de Singapur y Corea del Sur, empatados en el segundo lugar del índice, pueden visitar 192 países sin visa.

Según el índice, los viajes globales alcanzan en la actualidad en alrededor del 75% de los niveles previos a la pandemia: “aquellos que tienen la oportunidad de hacerlo parecen estar adoptando lo que se ha denominado ‘revenge travel’”, apunta el informe.

Sin embargo, un análisis más profundo del índice revela el lado más oscuro de esta imagen optimista: Afganistán se mantiene firme en la parte inferior del índice, con una puntuación de 27: 166 destinos sin visa menos que Japón, lo que representa la mayor brecha de movilidad global registrada desde la creación del índice hace 18 años.

Alemania y España ocupan el tercer lugar, con acceso sin visado a 190 destinos de todo el mundo. Nuestro país mantiene la tercera posición del año anterior, revalidando así el título de tercer pasaporte más poderoso del mundo.

En cuarto lugar encontramos, con 189 destinos a los que acceder sin visa: Finlandia, Italia y Luxemburgo (los tres descienden un lugar con respecto al año pasado).

Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suecia ocupan el quinto lugar (188 destinos) seguidos, en sexta posición (187 destinos) por: 

Irlanda y Portugal ocupan el quinto lugar (187 puntos) seguidos, en sexto lugar (186 puntos) por: Francia, Irlanda, Portugal y Reino Unido.

Completan el top 10: Bélgica, República Checa, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Estados Unidos  (en 7º lugar con 186); Australia, Canadá Grecia y Malta (en 8º lugar con 185); Hungría y Polonia (en 9º lugar con 184); y Lituania y Eslovaquia (en 10º lugar con 183).

Reino Unido y Estados Unidos permanecen en los lugares 6 y 7, con puntajes de 187 y 186, respectivamente, “y parece cada vez más improbable que cualquiera de los dos países recupere el primer lugar en el índice que ocuparon juntos hace casi una década, en 2014”, apunta el informe.

Los últimos puestos del ranking los ocupan Siria, Irak y Afganistán (al igual que en el informe de 2022), cuyos pasaportes permiten acceder sin visa a 30, 29 y 27 países respectivamente.

Los países de la Unión Europea con el pasaporte menos poderoso son Bulgaria y Croacia, cuyos habitantes pueden acceder a 174 destinos sin visa (en 2022 podían acceder a 173 países).

“Los ciudadanos de los países con la clasificación más baja del índice están efectivamente excluidos de una gama sorprendentemente amplia de oportunidades para la movilidad económica y el crecimiento”, dice el informe en lo relativo al vínculo entre la solidez del pasaporte y el acceso a la economía global.

El Dr. Christian H. Kaelin, presidente de Henley & Partners e inventor del concepto de Passport Index hace casi dos décadas, comenta que “este último estudio revelador mejora nuestra comprensión de lo que significa el poder del pasaporte en términos financieros concretos”.

“El Henley Passport Index mide el acceso sin visa a 227 destinos en todo el mundo, lo que por supuesto lo convierte en una herramienta extremadamente útil para los viajeros. Sin embargo, para los ciudadanos globales y los empresarios internacionales, una mejor medida de la movilidad económica y la oportunidad que brindan sus pasaportes es una indicación de qué parte del PIB mundial es accesible para ellos sin visa”, explica el Dr. Kaelin.

“Nuestra última investigación sobre cuánto acceso económico global proporciona cada pasaporte es una herramienta útil para los inversores, además de brindar una nueva perspectiva sobre la desigualdad económica cada vez mayor y la disparidad de riqueza que ha llegado a definir nuestro mundo”, concluye.

Al combinar los datos del Índice y los datos del PIB del Banco Mundial, la nueva investigación clasifica los 199 pasaportes del mundo en términos de su puntaje Henley Passport Power (HPP), un término que indica el porcentaje del PIB global que cada pasaporte proporciona a sus titulares, sin visa.

Tomemos como ejemplo el pasaporte japonés, que da acceso sin visa a 193 destinos (el 85% del mundo). En conjunto, estos países representan la friolera del 98% de la economía mundial (con una contribución al PIB de Japón de alrededor del 5%). “En el extremo contrario, el pasaporte de Afganistán brinda acceso sin visa a solo el 12% del mundo y menos del 1% de la producción económica global”, relata el índice.

En términos de porcentaje del PIB mundial, Estados Unidos y China se llevan la mayor parte, con un 25% y un 19% respectivamente, pero los titulares de pasaportes estadounidenses pueden acceder a otro 43% de la producción económica mundial sin necesidad de visa, lo que eleva su total al 68%, mientras que los titulares de pasaportes chinos solo pueden acceder a un 7% adicional sin visa, lo que hace que su acceso total sea solo del 26% del PIB mundial.

“Un pasaporte más fuerte no se trata solo de una mayor libertad de movimiento: se trata de mayores libertades financieras en términos de inversión y oportunidades empresariales”, comenta el escritor financiero y experto en inversiones globales Jeff D. Opdyke.

“En general, un mayor acceso a la producción económica mundial es ventajoso, ya que amplía la cesta de productos disponibles para cualquier individuo. Si bien esto también se puede lograr a través del comercio internacional, las opciones disponibles con acceso físico son mucho mayores y se extienden al uso de servicios que no son exportables, como educación y atención médica de mejor calidad”, añade el Dr. Areef Suleman, Director de Investigación Económica y Estadísticas del Instituto del Banco Islámico de Desarrollo.

“La guerra de Ucrania aún no ha tenido un impacto significativo en los puntajes del índice de pasaporte Henley de Rusia y Ucrania, y ambos países conservan aproximadamente la misma posición ‘sobre el papel’ desde que comenzó la invasión”, dice el índice.

“Rusia ocupa actualmente el puesto 49 con una puntuación de 118, mientras que Ucrania se encuentra 13 lugares por encima, ocupando el puesto 36 con una puntuación de 144. Sin embargo, debido al cierre del espacio aéreo y las sanciones, los ciudadanos rusos tienen prohibido viajar por la mayor parte del mundo desarrollado, con las marcadas excepciones de Dubai y Estambul, que se han convertido en puntos focales”, continúa.

La herramienta elaborada por Henley & Partners permite ver en un mapa los países a los que puede acceder con su pasaporte sin necesidad de visa y los que sí requieren visa.

También puede comparar su pasaporte con los de otros países e incluso ver cómo mejorar su situación en el caso de que tuviera un pasaporte adicional.

Se puede consultar la clasificación completa en la página oficial del Henley Passport Index 2023.

España al borde del precipicio / Fernando del Pino Calvo-Sotelo *

 Escribo pocas veces sobre política española, pero la frustración de las expectativas creadas respecto a una alternancia en el gobierno exige una reflexión. Aunque todo análisis realizado a posteriori –incluyendo este artículo– tiene menos valor que si se hubiera realizado a priori y debe ser tomado cum grano salis, las funestas consecuencias que tendrá la continuación del actual gobierno, cuyos pactos con sus aliados separatistas doy por sentado, requiere de una seria llamada de atención.

La probable permanencia en el poder de un personaje como Sánchez sólo se entiende por un motivo: es un gobernante que nunca ha tenido oposición digna de tal nombre. En efecto, la no-oposición, blandita como el algodón, de Rajoy II (Casado) y Rajoy III (Feijoo) ha sido un regalo extraordinario que le ha permitido cruzar todo tipo de líneas rojas sin recibir coste de respuesta más allá del trémulo piar de un pajarillo. 

Este estilo político de no-oposición se basa en esperar a que caiga la fruta al suelo en vez de cogerla de las ramas del árbol, en ponerse con parsimonia a la cola esperando que antes o después le llegue el turno, en concentrarse en andar de puntillas y no hacer mucho ruido más que en levantar la voz. Es como un café tibio, algo insulso y poco apetecible y la antítesis de la osadía y audacia necesarias para alcanzar el poder, que la ultraizquierda leninista supo utilizar con tanta eficacia.

Errores de bulto y expectativas frustradas

Algunas críticas sobre el modo en el que el PP ha realizado su campaña electoral me parecen justas. La forma más frecuente de ganar unas elecciones es metiendo miedo a la población y diciéndole a quién culpar de ello. Mientras el PSOE dominaba esta estrategia tan burda como eficiente con el miedo a la “ultraderecha” (particularmente en Cataluña, donde los votantes no separatistas prefieren el apaciguamiento a la firmeza y confrontación, al contrario que los separatistas), el PP aludía como socio preferente a un PSOE moderado hoy inexistente a la vez que denigraba a su socio de gobierno natural: la oposición haciéndose oposición a sí misma. 

En abierto contraste, el PSOE trataba con guante blanco a sus socios comunistas sin mencionar en ningún momento el “voto útil” a pesar de que la izquierda está tan dividida como la derecha – dividida, pero no enfrentada.

Tras afirmar sentirse “más cerca del PSOE que de Vox” (¿será cierto?), el PP cayó en la trampa de asumir el discurso de su adversario y realizó una campaña acomplejada y a la defensiva centrada en disculparse por sus pactos. ¿Tan difícil era poner como ejemplo el éxito de Madrid, donde tras un gobierno del PP con el apoyo de Vox no sólo no han desfilado las huestes franquistas por la Castellana, sino que los ciudadanos, encantados, han otorgado al PP mayoría absoluta? 

La patológica falta de combatividad de la no-oposición le impedía incluso fingir indignación y exigir explicaciones a Sánchez por la estable alianza del psicópata con la “ultraizquierda” y el separatismo de pasado golpista o terrorista. Que le haya sido más sencillo al PSOE asustar con la “ultraderecha” que al PP asustar con la alianza subversiva que personifica Sánchez (y que asusta incluso al minoritario socialismo moderado que tantos añoramos) resulta increíble. Por último, la ausencia del líder del PP en el segundo debate fue algo tan patético como el escaño vacío de Rajoy en su moción de censura.

Por lo tanto, aciertan quienes señalan como un problema al principal partido de la no-oposición, pues, como en Hamlet, “algo huele a podrido en Dinamarca”. En efecto, la dinastía Rajoy no terminó con su marcha de la política, sino que continuó con sus sucesores, que permanecieron fieles a ese estilo timorato que he descrito antes y que supone una verdadera bendición para un gobernante agresivo y sin escrúpulos como Sánchez. 

Éste es el verdadero nudo de la cuestión, y muestra un problema mucho más profundo que afecta a la política española desde la Transición.

El desequilibrio de fondo de la política española

Este estilo de comportarse se basa en la aceptación de las reglas, del lenguaje y de las definiciones de bien y mal del adversario político (el PSOE state of mind de Quintana Paz), lo que da lugar a la dócil aceptación de un doble rasero. Quien expide los pasaportes de corrección política es la izquierda. Por ejemplo, los comunistas subversivos de Podemos, los filoterroristas de Bildu o los delincuentes separatistas catalanes son partidos respetables, pero Vox es una peligrosa “ultraderecha” a la que hay que encadenar. 

¿Se imaginan que al golpista Tejero – que pasó 15 años en prisión – se le hubiera indultado a los 3 años como a los catalanes? ¿Se imaginan que el caso ERE – el mayor escándalo de corrupción de la democracia– hubiera afectado a la derecha? Pero la mayor muestra del doble rasero es que, a pesar de que desde la llegada de la democracia toda la violencia política ha provenido de la extrema izquierda (tanto con el terrorismo marxista de ETA y el GRAPO como con los escraches y las violentas manifestaciones de batasunos y podemitas), es sobre la derecha sobre quien recae la sospecha permanente de extremismo.

El mismo estilo es el que explica la obsesión por el “centrismo”, concepto que nada tiene que ver con la loable definición aristotélica de virtud (el justo medio entre dos extremos), sino con un vacío absoluto de ideas y principios y un abandono de la lucha política rayano en la cobardía. ¿Observa acaso el PP que Sánchez o Podemos hayan alcanzado el poder gracias a su “centrismo”? ¿Cómo aspira a tener éxito un partido que vive atrapado por el miedo a pisar las líneas que le marca su adversario para provocarle una indefensión estructural?

En España la mitad del espectro político decidió hace muchos años dar por perdida la batalla del lenguaje y aceptó jugar con las cartas trucadas sin presentar debate ideológico o cultural alguno, limitándose a un seguidismo de toda iniciativa política que presentara la otra mitad (feminismo, ideología de género, etc.). Naturalmente, esto incluye adoptar el epíteto de “ultraderecha” (los ultras sólo pueden ser de derechas) para demonizar al partido que nació originalmente como una disidencia de los votantes traicionados por Rajoy.

En efecto, la crisis crónica del PP y la división de “la derecha” tienen como responsable último a Rajoy, nombrado a dedo con escaso acierto. Tras dos derrotas electorales consecutivas, sólo pudo ganar las elecciones del 2011 gracias a una enorme crisis económica utilizando como ariete la única acción responsable de Zapatero, que fue congelar las pensiones en un entorno de quiebra técnica del Estado. 

El PP prometió no congelarlas y bajar los impuestos, pero al llegar al poder aumentó las pensiones un insignificante 0,25%, subió los impuestos más allá de lo que proponía el Partido Comunista y, lejos de avergonzarse, se jactó de ello a través del ministro de Hacienda más dañino para la seguridad jurídica de nuestro país (hasta la llegada de Sánchez y el desastre Montero, naturalmente): “Me río porque hemos desconcertado a la izquierda”, afirmó encantado Montoro. Poco tiempo después, el gobierno del PP volvió a mentir sobre la subida del IVA, que realizó después de las elecciones andaluzas del 2012 tras afirmar que no lo haría.

Tras prometer luchar contra la corrupción (sin comentarios) e incumplir su programa, que incluía “la reforma del sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial, para que, conforme a la Constitución, doce de sus veinte miembros sean elegidos por los jueces”, continuó traicionando a sus electores al mantener el protocolo que permitió la salida airosa de ETA tras su derrota policial. 

Incumplió sus promesas y consolidó todas las leyes ideológicas de ZP, incluyendo la de Memoria Histórica o la del aborto: es más, susurró a sus magistrados afines que metieran en un cajón su propio recurso ante el Constitucional. Increíble.

De este liderazgo tan dañino, del que el PP jamás ha entonado un mea culpa, nació Vox, un partido que tras su inicial ascenso perdió impulso y quedó noqueado con su fracaso en Andalucía, donde intentó pasar de partido nicho a partido mayoritario. 

Su dificultad para evolucionar desde una política de guerrilla a la de una política de gobierno, sus inoportunas estridencias estéticas y verbales, que favorecen la caricatura y el voto del miedo, la carencia de renovación de sus cuadros y las extrañas inclusiones y exclusiones en sus listas electorales son errores propios de la formación, que sorprendentemente ha omitido toda autocrítica.

La “derecha” puede acudir a las elecciones dividida, pero no enfrentada. El tiempo de despreciarse mutuamente o de apelar al cansino timo del “voto útil” ha pasado.

Los que miran sin ver y escuchan sin entender

Pero el verdadero culpable de que Sánchez pueda seguir gobernando es esa parte del electorado español que le ha votado a pesar de protagonizar la legislatura más escandalosa de la democracia. A esa parte del electorado no parece importarle nada sus mentiras constantes respecto a no indultar a los golpistas catalanes o no gobernar con los comunistas ni con los simpatizantes del terrorismo vasco; o la entrega al País Vasco de las competencias penitenciarias, a lo que se habían negado todos los gobiernos anteriores, que ha servido para acelerar el tercer grado de terroristas de ETA, o la reforma ad hoc del delito de sedición y de malversación para premiar a los golpistas catalanes. 

Esta parte del electorado tampoco parece darle importancia a la preocupante demolición institucional que ha llevado a cabo, desde su asedio a la jefatura del Estado, al escandaloso cese, sin precedentes, de la directora del CNI o al dictatorial control de un Tribunal Constitucional absolutamente politizado que parece querer bordear la prevaricación sin fingir ya siquiera un mínimo de objetividad.

Los votantes de Sánchez tampoco parecen comprender que votarle significa votar el independentismo catalán y el filoterrorismo de Bildu (ojo, su socio más leal), que amplifican su poder gracias a Sánchez, su topo en la Moncloa. Si esto no les importa, imagínense lo poca importancia que darán a su guerracivilismo desenterrador de muertos, a la sistemática erosión del Estado de Derecho con su abuso del decreto-ley, su ilegal estado de alarma o la aprobación de leyes abiertamente inconstitucionales, o a sus tics autoritarios que le llevan a evitar exponerse al escrutinio público de la prensa o el Parlamento. 

Tampoco parece importarles el cambio de política exterior respecto al Sahara y su sometimiento a Marruecos en detrimento de los intereses nacionales tras el sospechoso espionaje a su móvil, actuación que en un país con instituciones más sólidas habría dado lugar a una seria investigación independiente. 

Por último, también les da igual su estilo macarra y el impudoroso amor al lujo y a los privilegios de que ha hecho gala, más propios de un dictador de república bananera que del primer ministro de un país europeo. El mérito de Sánchez es haber comprendido precisamente esto: que puede hacer lo que le venga en gana porque a una parte de su electorado todos estos escándalos le vienen grandes o le resultan indiferentes.

La lección que extrae un psicópata de estas elecciones es que tiene carta blanca para hacer su voluntad sin límite ninguno. Prepárense. Especializado en explotar la carencia de contrapoderes del régimen del 78, que no supo crear instituciones fuertes e independientes ni arbitró suficientes mecanismos de autodefensa ante una situación así, Sánchez continuará con su agenda subversiva e inescrupulosa de demolición del sistema con un poder crecientemente autocrático y arbitrario sin que la ley le sirva de freno, pues domina el Constitucional como si estuviéramos en la URSS. 

No esperen ninguna ayuda de la UE: Sánchez es uno de los suyos, pues saca un diez en todas las asignaturas ideológicas de Bruselas.

Si Sánchez se mantiene en el poder, el daño que producirá a España será difícilmente reparable: el régimen del 78 quedará herido de muerte y la Constitución será papel mojado. Lamentablemente, ni la oposición, ni los medios, ni gran parte de los españoles se han enterado de lo que nos jugábamos en estas elecciones.

 

(*) Economista

El ministro Marlaska repone al coronel yeclano Pérez de los Cobos en su cargo


MADRID.- El Ministerio de Interior ha acatado la sentencia del Tribunal Supremo (TS) y ha restituido al coronel yeclano Diego Pérez de los Cobos, que fue cesado por pérdida de confianza como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid por parte del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, según confirman fuentes de Interior.

Las mismas fuentes señalan que la reincorporación se ha comunicado tanto a la sede judicial como al coronel. El entorno de Pérez de los Cobos indica que, efectivamente, se le ha informado de que su reposición como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid ya está firmada y que se publicará la próxima semana en el boletín oficial de la Benemérita.

Fue el pasado 28 de marzo cuando el Supremo dio la razón a Pérez de los Cobos, confirmando la sentencia dictada el 31 de marzo de 2021 por el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo número 8 de la Audiencia Nacional. Este declaró "ilegal" el cese del coronel al entender que la motivación no era "real" o, como poco, no se ajustaba "a la realidad".

Ya en junio, Pérez de los Cobos envió una carta a Grande-Marlaska en la que le reclamaba que "a la mayor brevedad lleve a punto y debido efecto lo ordenado por sentencia firme, disponiéndose lo oportuno para ser restituido en su puesto y funciones sin mayor dilación".

Interior tenía un plazo de dos meses para ejecutar la restitución de Pérez de los Cobos como jefe de la Guardia Civil en Madrid. No obstante, fuentes del caso indicaron que el plazo se había dilatado porque empezó a contar desde que el fallo se notificó de forma efectiva al Ministerio del Interior. Se apuntaba así a una restitución "en torno a la primera semana de agosto".

Pérez de los Cobos fue cesado en mayo de 2020, concretamente un domingo por la noche, a los pocos días de declararse el estado de alarma por la COVID-19 y de que agentes de la Comandancia de Madrid iniciaran una investigación -luego archivada- por orden de una juez sobre la posible conexión de la manifestación feminista del 8-M y la expansión de contagios.

El cese de este coronel oriundo de Mula ha motivado una de las críticas recurrentes del PP, Vox y Ciudadanos a la gestión de Marlaska. El coronel alegó en uno de sus recursos que su cese era una "directa consecuencia de no haber accedido a realizar un acto abiertamente ilegal", como hubiera ocurrido en el caso de "informar a los responsables políticos del Ministerio de Interior de una investigación sometida a la más estricta reserva".

El juez Celestino Salgado declaró "ilegal" el cese del coronel al entender que la motivación no era "real" o, como poco, no se ajustaba "a la realidad". Luego, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional dio la razón a la Abogacía del Estado en un primer momento, al considerar que no hubo "desviación de poder" por deberse a una pérdida de confianza. Lo contrario, adujo, supondría eliminar la posibilidad de destituir del cargo de libre designación a un oficial.

Tras conocerse el fallo del Supremo, Grande-Marlaska aseguró que iban a cumplir la sentencia, aunque reiteró que la decisión de cesarlo estaba justificada por pérdida de confianza debido a la filtración del informe del 8-M y a que no comunicó a sus superiores la práctica de esta diligencia, como había hecho anteriormente con otras novedades. Según él, en ningún momento desde la cúpula de Interior el interés fue conocer "el contenido" de dicho de informe.

El ministro también aludió en el Congreso a la posible relación de Pérez de los Cobos con el mal uso de fondos reservados en la etapa del Gobierno del PP, ya que el coronel fue alto cargo en Interior -fue enviado a Cataluña por el referéndum del 1-O- antes de jefe en Madrid. No obstante, luego Grande-Marlaska matizó que su intención no había sido vincularle directamente con el 'caso Kitchen'.

jueves, 27 de julio de 2023

Agricultores españoles: «La UE nos exige unas normas fitosanitarias que no demanda a Marruecos»


MADRID.- Los agricultores españoles llevan reclamando desde hace años que se establezcan las mismas medidas para los productos de dentro de la Unión Europea como para los que vienen de países terceros.

El trabajador del campo destaca que la Unión Europea exige a los agricultores comunitarios una serie de medidas fitosanitarias por la salud de los consumidores que, sin embargo, no demanda a países terceros. 

 «Estos se rigen por sus propias normas, por lo que si en esos países están autorizados esos productos, se pueden vender aquí». 

Por ello, atendiendo al caso reciente de las sandías, ven con buenos ojos traer producto extranjero si no hay suficiente producción en España. No obstante, recalca que los agricultores españoles se preocupan «por la salud de los consumidores», motivo por el que la UE «debería poner las mismas condiciones a los productos que vienen de fuera».
 
Igualmente, se muestran exhaustos y señalan que los trabajadores del campo están ya «cansados de pelear». «Llevamos muchos años exigiendo esas cosas y Europa lo que nos dice es que no pueden ser tan estrictos porque hay que ayudar a esos países, y es algo que nosotros no entendemos. Queremos tener peso en Bruselas para que a los españoles nos escuchen, y no que los cuatro o cinco lobbies de países del centro de Europa sean los que dominen la situación agraria», denuncian.
 
Andrés Góngora, de la ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), destaca que la alerta sanitaria de las sandías procedentes de Marruecos viene a certificar lo que llevan denunciando muchísimos años, que los productos que vienen de fuera «están producidos en condiciones diferentes con herramientas fitosanitarias diferentes», motivo por el cual se ha emitido esta alerta sanitaria.
 
Desde COAG se muestran indignados por este acontecimiento y exigen a España, a Francia y a la UE que se conozca el nombre del importador, no solo la retirada de la mercancía: «Tiene que instaurarse un régimen sancionador contundente para aplicar a este tipo de empresas que están inundando nuestros mercados con productos de muy mala calidad».
 
 Este lunes los medios de comunicación nos hacíamos eco de una alerta sanitaria que afectaba a un lote de sandías proveniente de Marruecos que contenía altos niveles de metomilo, un pesticida no autorizado en la Unión Europea (UE).
 
A pesar de que el sistema de alerta rápida para alimentos y piensos de Europa (RASFF) emitió la alerta el pasado día 14 de julio, la organización de consumidores Facua lo difundió esta semana, subrayando los efectos adversos en la salud que podría suponer la ingesta de las frutas contaminadas.
 
Este episodio ha reavivado una demanda sostenida de los agricultores españoles.
 
El metomilo es una sustancia que está erradicada desde hace mucho tiempo en la agricultura española. Se usa como pesticida y puede tener consecuencias graves en algunos casos. Los síntomas de intoxicación por esta sustancia son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, temblores, debilidad muscular y visión borrosa.

El Supremo rechaza la suspensión del caudal ecológico del Tajo que pedían Murcia y la Diputación de Alicante


MADRID.- El Supremo ha rechazado la petición de la Región de Murcia y de la Diputación de Alicante de suspender de manera cautelar los caudales ecológicos escalonados en el río Tajo previstos para 2026 y 2027 entre la presa de Bolarque, en Guadalajara, y el embalse de Valdecañas, en Cáceres. Los jueces, como ya hicieron con un recurso similar de la Generalitat Valenciana en mayo, no ven necesaria la urgencia en la toma de esta decisión. 

La preservación de un mínimo de caudales ecológicos para mantener la vida en los ríos fue aprobada por el Consejo de Ministros a finales del pasado mes de enero. Fue la Comunitat Valenciana la primera en recurrir. Luego llegaron los recursos de Murcia y la Diputación de Alicante. Se da la circunstancia que al frente de la Diputación de Alicante, cuando presentó el recurso, estaba Carlos Mazón, hoy president de la Generalitat Valenciana por el Partido Popular.

El plan del Gobierno central incluía subir el mínimo de seis metros cúbicos por segundo que debe llevar el Tajo a su paso por la localidad madrileña de Aranjuez para enviar al Segura, una cantidad que subirá hasta los 8,65 metros cúbicos en 2027.

Frente al interés de preservar los ecosistemas fluviales, el sector del regadío en Alicante, Región de Murcia y Almería dice que, si se garantiza ese caudal ecológico –que es obligatorio legalmente–, su industria es inviable. 

En defensa de los intereses del sector del regadío han salido sus respectivas administraciones, de ahí la presentación de recursos para intentar retrasar la medida. Por contra, el Ejecutivo de Castilla-La Mancha –comunidad que cedería el agua– aplaude que el Tajo lleve más caudal.

En enero, cuando se aprobó el caudal ecológico, la vicepresidenta tercera Teresa Ribera reafirmó “el compromiso de este Gobierno con el levante, la España más seca”.  

“La fijación por primera vez de un caudal ecológico en el Tajo, nos obliga a imaginar para que eso no suponga ningún riesgo para la disponibilidad de recursos en las cuencas que han contado hasta ahora con el agua del trasvase. Alicante, Murcia y Almería tendrán agua”, añadió.  

La pérdida de poder adquisitivo lleva a los españoles a la ruina


MADRID.- Según los datos recogidos por El Debate del estudio IX Monitor Adecco, el incremento de los salarios en España en el último año ha sido del 4 % (el segundo mayor incremento registrado desde 2008), hasta situarse en los 1.822 euros. Sin embargo, se observa que el salario medio registra una pérdida en el poder de compra de un 7 % de poder adquisitivo.

Durante los últimos cinco años, se ha acumulado una caída del poder adquisitivo de la remuneración media del 2,5 %. Esto supone una pérdida de aproximadamente 44 euros por mes o, lo que es lo mismo, 523 euros anuales comparándolo con las estadísticas de 2017.

Salarios y precios

La relación entre precios y salarios es un aspecto muy importante de cara al consumo y a la economía en general. Según las estadísticas del INE, en el último trimestre de 2022 y en los tres primeros meses de 2023, el consumo de los hogares se redujo en un 1,6 % y un 1,3 %, respectivamente. No obstante, y a pesar de que los salarios están aumentado más rápido que la inflación, el poder adquisitivo perdido no se recuperará al completo.
 
El hecho de aumentar los precios en un momento de inflación se conocer como efectos de segunda ronda, que se definen como efectos inflacionarios producidos por los propios efectos derivados de una inflación original y que son provocados por las subidas en los costes. En el caso de nuestro país, la inflación es menor que la de Francia o Alemania porque los efectos de segunda ronda son más bajos.

Sectores afectados

En el desglose por sectores del año 2022, del informe de Adecco, se muestra que las tres actividades más afectadas y en el que el salario medio perdió mayor poder de compra fueron Industria, Construcción y el sector Servicios.
 
El salario medio de la construcción fue el más perjudicado, con una reducción del 5 %, que se traduce en aproximadamente 85 euros menos por mes o 1.022 euros por año. Las grandes empresas pagan salarios más elevados, pero eso no implica que su poder de compra sea más favorable, más bien al contrario, ya que entre 2017 y 2022, estas empresas fueron las más afectadas, con un -6,1 %. Por contra, las pequeñas empresas han sufrido menos estos efectos (-0,8 %).
 
Por sectores, las grandes empresas constructoras han perdido un 13,9 % de poder adquisitivo, frente al 9,4 % de las industriales y el 5,2 % de las dedicadas a Servicios. Las empresas de tamaño medio han perdido un 9 % en Industria, un 5,7 % en Construcción y un 1, 4 % en Servicios.
 
Por su parte, las pequeñas empresas han experimentado una pérdida del 3,6 % en Industria, del 4 % en Construcción y son las únicas que han mejorado durante este periodo en el sector Servicios, con un +0,3 %.

Salario medio por comunidades

Todas las comunidades han perdido poder adquisitivo desde 2017. Extremadura (1.487 euros), Canarias (1.568 euros), Murcia (1.581 euros) y Castilla y León (1.621) son las que menor salario medio tienen en comparación con la media española, situada en 1.822 euros anuales.
 
Las comunidades que superan la media son Cataluña (1.954 euros), Navarra (1.971 euros), País Vasco (2.099 euros) y, en primer lugar, la Comunidad de Madrid, con 2.139 euros mensuales de media.

Tres comunidades autónomas alcanzan el pleno empleo y otras cuatro lo rozan


MADRID.- Según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el empleo creció en España hasta superar por primera vez los 21 millones de trabajadores, a la vez que el desempleo descendió hasta cifras históricas del 11,6% de media nacional.

Si bien el descenso del paro ha sido generalizado, no se ha comportado de la misma forma en todas las comunidades autónomas. Si en algunas lo hizo de forma notable, en otras los datos se han quedado más cortos. Quienes más redujeron el desempleo han sido Balears(58,16%), Navarra (27,39%), La Rioja (26,34%), Asturias (18,75%) y Catalunya (17,28%). Sin embargo lo han hecho en menor medida otras como Andalucía (-0,17%) o Aragón (-3,68%).

Según los datos hechos públicos por el INE esta jueves, tres comunidades autónomas han reducido en número de parados por debajo del 8%, cifra que el Gobierno ha puesto como marca para decretar el pleno empleo. Estas regiones son Balears (7,15%), Euskadi (7,13%) y La Rioja (7,46%).

Otras cuatro comunidades que se han quedado a las puertas de ese porcentaje y podrían alcanzar el pleno empleo en breve son Cantabria cuya tasa de paro fue del 8,12% en el segundo trimestre de 2023. También se acercó Catalunya, que marcó un desempleo del 8,44% en el mismo trimestre. A estas dos las siguen con unas décimas más Aragón, que se quedó con un 8,59% de desempleo y Navarra, con un 8,79%.

En las antípodas de estos datos están regiones como Ceuta y Melilla, que según datos de la EPA, con un 27,37% y un 19,42% respectivamente. 

Este máximo de contrataciones y el mínimo histórico de desempleados vienen a consolidar una tendencia positiva registrada por la EPA en las últimas encuestas y continúan la tendencia del último año, cuando el empleo creció en 588.700 personas, un 2,88%.

El Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado que los datos de la EPA son el "reflejo de la fortaleza y el dinamismo de la economía española que favorece a familias y empresas".

Cifras ya casi desconocidas desde 2008

En el segundo trimestre se aceleró la creación de empleo, con un incremento de la ocupación de más de 600.000 trabajadores. La población activa se incrementó en 238.600 personas hasta las 23.819.200 personas, alcanzando también un nuevo máximo histórico.

La ocupación alcanzó las 21.056.7000 personas en el segundo trimestre de 2023, lo que supone un récord histórico de personas trabajando, según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En el segundo trimestre del año se aceleró la creación de empleo, con un aumento de 603.900 trabajadores, lo que, unido al aumento de la población activa, que también alcanza un nuevo máximo y se sitúa en 23.819.200 personas, y la reducción de la tasa de paro hasta el 11,6 %, reflejan el dinamismo y cambio estructural del mercado laboral, la eficacia de las reformas adoptadas y la fortaleza de la economía española.

El paro se redujo de abril a junio en 265.300 personas, un 11,68 %, (-6,61 % con datos corregidos de estacionalidad), El número total de desempleados se situó en 2.762.500 personas y el paro descendió hasta el 11,6 %, la tasa más baja desde 2008.

Hay que destacar también que en el segundo trimestre ha aumentado la ocupación y descendido el paro en todas las Comunidades Autónomas, reduciéndose también en casi 140.000 el número de hogares con todos sus miembros en paro.

Durante el trimestre ha seguido reforzándose la estabilidad del empleo, con un incremento de los contratos indefinidos de 410.000, frente a los 95.400 temporales, lo que ha permitido que la tasa de temporalidad se mantenga en el mínimo del 17,3, que acerca a España a la medida europea.

Asimismo, hay que señalar que todo el empleo creado en el segundo trimestre ha sido en el sector privado, con 610.100 trabajadores más y un descenso de 6.200 del sector público. En estos meses el número de trabajadores autónomos se incrementó en casi 100.000 personas.

En este contexto de mejora del empleo, es especialmente significativo el aumento de la población activa, que en este periodo se incrementa en 238.600 personas hasta alcanzar los 23.819.200 trabajadores, poniendo de manifiesto la confianza de los trabajadores en encontrar un puesto de trabajo pese al difícil entorno exterior.

Ocupación

La ocupación se incrementó en 588.700 personas en el último año (+2,88 %), hasta situarse en 21.056.700 personas, la cifra más alta de la serie histórica. En el último trimestre la ocupación aumentó en 603.900 personas (+2,95 %). En términos desestacionalizados, creció un 1,4 %.

El empleo en términos interanuales registró el mayor crecimiento en el sector Servicios, con 658.000 ocupados más y Construcción, con 20.800 y bajó en Industria en 50.500 personas y en Agricultura en 39.600. En el segundo trimestre del año, el sector Servicios creó la mayor parte del empleo, con 606.000, seguido de Construcción, con 60.900 más, Agricultura, con 1.500, mientras que descendió en Industria, con 64.500 ocupados menos.

Por lo que respecta a las Comunidades Autónomas, la ocupación aumentó en todas las regiones en los últimos 12 meses. Los mayores aumentos se produjeron en Cataluña, con 133.000 ocupados más, Andalucía, con 101.600 y la Comunidad Valenciana, con 72.700.

También en el segundo trimestre aumentó la ocupación en todas las Comunidades. Los mayores incrementos se dieron en Cataluña, con 132.700 empleados más, Islas Baleares, con 108.100 y Madrid, con 77.300.

Sigue la positiva evolución del empleo indefinido con un incremento de 1.3140100 personas en los últimos 12 meses, mientras que el temporal disminuyó en 764.300. En el segundo trimestre esta tendencia continuó, con un alza de 410.100 asalariados indefinidos y 95.400 temporales. De esta forma, la tasa de temporalidad disminuye hasta el 17,3 %.

También siguió aumentando el empleo a tiempo completo, con un incremento de 559.200 personas en el último año, muy por encima del empleo a tiempo parcial, que aumentó en 29.500 personas. En el segundo trimestre se mantiene esta tendencia, con un aumento de 561.500 trabajadores a tiempo completo, frente a los 42.500 a tiempo parcial, lo que ha permitido que la parcialidad se reduzca hasta el 13,52 %.

Por género, el empleo femenino se ha incrementado en 308.200 personas en el último año y continuó creciendo en el primer trimestre, con 271.800 mujeres más ocupadas. Por su parte, la ocupación masculina en términos interanuales también se elevó en 280.500 trabajadores y en 332.200 en el último trimestre.

Desempleo

El paro se redujo en 157.000 personas en el último año (-5,38%), con una disminución de 365.300 personas en el segundo trimestre (-11,68 %) hasta las 2.762.500 personas, reduciéndose la tasa de paro hasta el 11,6 %, la más baja desde 2008. En términos desestacionalizados la variación trimestral es del -6,61 %.

En términos interanuales, el paro desciende en Agricultura, con 13.500 parados menos y en Construcción, con 6.200 desempleados menos. Por el contrario aumenta en Servicios, con 64.700 parados más, y en Industria, con un incremento de 2.800. En el segundo trimestre del año, el desempleo se reduce en todos los sectores, especialmente en Servicios, con 208.600 parados menos.

Por Comunidades Autónomas, todas registran descensos del paro en el último año. Los mayores descensos en términos anuales se produjeron en Canarias, con 25.200 menos, Cataluña con -23.700 y Galicia, con un descenso de 19.700.

Estas cifras se registraron tras un último trimestre en el que también se redujo el paro en todas las Comunidades. Las mayores bajadas se dieron en Cataluña, con 70.400 parados menos, Islas Baleares, con 68.600 menos y la Comunidad de Madrid, con 49.900.

Durante el segundo trimestre ha seguido reduciéndose la tasa de paro femenina, que se situó en el 13,2 %, la menor desde 2008, y la tasa de paro masculino descendió hasta el 10,27 %. También sigue bajando el paro juvenil, que se sitúa en el 27,9 %, de nuevo la menor tasa desde 2008.

¿Quién ha ganado las elecciones? / Santiago Alba Rico *


España es un país difícil. La derecha lo quiere simplificar. Es ese, desde los Reyes Católicos, su impulso histórico: lo llamaré el "método Procusto", por el mitológico ladrón que ajustaba el cuerpo de sus huéspedes, sierra o martillo mediante, al tamaño de la cama; o también "método Gordias", en referencia al complicadísimo nudo que Alejandro Magno, sin tiempo que perder, cortó de una cuchillada para conquistar la Frigia. La derecha quiere decidir el tamaño de España. La derecha quiere deshacer el nudo llamado España a golpes de espada.

Como sabemos, hay dos figuras retóricas que utilizamos con frecuencia, de manera cotidiana y banal, y de las que a veces abusan los periodistas y los políticos. Tenemos, por un lado, la sinécdoque, que consiste en nombrar la parte por el todo o viceversa; y tenemos la prosopopeya, mediante la cual atribuimos cualidades humanas a una entidad o concepto abstracto. 

Sin ellas sería muy difícil hablar y casi imposible dar la mayor parte de las noticias; pero su uso esconde a veces trampas conceptuales potencialmente engañosas. "Los españoles votan a la derecha" o "los españoles votan a la izquierda" son sinécdoques a través de las cuales solemos resumir un resultado electoral, olvidando que los partidos que pierden las elecciones también están compuestos de españoles. "España vota a la derecha" o "España vota a la izquierda" son, por su parte, prosopopeyas que se representan España como una persona vida dotada de una única voluntad.

Si pretendemos titular las elecciones del pasado domingo mediante estas dos figuras retóricas, hay que reconocer que tan legítimo es que Feijóo declare que "España y los españoles han votado al PP" (pues ha sido, por los pelos, el partido más votado) como que Sánchez y Díaz afirmen que "España y los españoles rechazan las políticas reaccionarias del PP y de Vox"" (toda vez que, en efecto, el resultado no da a la derecha una mayoría suficiente para formar Gobierno). 

¿Quién ha ganado entonces las elecciones? No las ha ganado, no, la derecha, pese a la exigua ventaja en votos de Feijóo sobre Sánchez,  pero tampoco —seamos un poco sensatos— las ha ganado la izquierda, por muy grande que sea nuestro alivio desde el pasado domingo.

¿De quién ha sido la victoria? Las elecciones, digamos la verdad, las ha ganado la dificultad. Y eso es manifiestamente bueno. Pues si aceptamos, como sostengo en el primer párrafo, que España es un país difícil (una radical complejidad histórica y territorial, un nudo endiablado), podemos rematar todos estos tropos poéticos afirmando que "España ha elegido la dificultad" o, valga decir, que "España se ha votado a sí misma" o, a modo de colofón retórico, que "España ha ganado las elecciones". 

Esto es lo realmente bonito e incómodo del 23J: España quiere ser difícil, aunque no quepa bien en el lecho de Procusto; pide ser desatada con cuidado, como un nudo enrevesado, y no ser forjada en un molde de un solo hachazo. Este "querer ser difícil" es lo que a veces se llama, con otro nombre, democracia.

Bienvenida sea, pues, esta dificultad precariamente victoriosa que la derecha, desde don Pelayo, quiere simplificar de un tajo. Bienvenido sea un resultado electoral que reivindica —también por los pelos— la complejidad democrática sobre la simplicidad retórica y autoritaria. Bienvenido sea ese país difícil que asoma a veces entre las costuras y que nunca acabamos de construir.

España, sí, es un país difícil y lo es por muchas razones. Algunas las comparte con el resto del mundo: neoliberalismo revolucionario, desigualdades sociales, descrédito de las instituciones democráticas. Pero frente a las crisis globales cada país reacciona recapitulando y actualizando su propia historia. No sé si la de España es la más triste, como lamentaba Gil de Biedma, pero está quizás en el top 10.

El miedo que muchos hemos pasado en las semanas anteriores a las elecciones y el alivio con que respiramos desde el domingo pasado tiene mucho que ver con este regüeldo o regreso del estilo hispano: ausencia de élites democráticas, alianza entre los intereses económicos y el pensamiento reaccionario, negación radical del otro en nombre de una España encogida y homogénea en la que precisamente España —la España difícil que ha sacado la cabeza en las últimas décadas— no cabe.

Paradójicamente la derecha española ha llamado siempre "España" a una idea abstracta muy simple y "anti-España" a la difícil España realmente existente. Nuestra derecha se ha radicalizado, como la estadounidense, la italiana o la brasileña, pero lo ha hecho de una manera muy castiza, mediante un negacionismo patriótico que niega precisamente la endiablada dificultad de España. 

Esta es la paradójica dificultad adicional de un país difícil y mal construido: la de una derecha premoderna que quiere simplificar todas las dificultades: las relaciones entre los cuerpos, las relaciones entre los territorios, las relaciones entre los poderes, las relaciones entre las clases, las relaciones entre las memorias.

Así que convendría no olvidar algunas cosas. La primera: que esa derecha simplona y radical no ha ganado, pero tampoco ha perdido las elecciones. El domingo pasado no consiguió los votos necesarios para gobernar el Estado, pero gobierna la mayor parte de las instituciones locales y autonómicas y, sobre todo, opera ya en una sociedad antropológicamente más neoliberal, más reaccionaria y menos democrática.

Tampoco conviene olvidar —en segundo lugar— que la España difícil que ha ganado las elecciones (por utilizar la sinécdoque abusiva banal) no es de izquierdas: el escrutinio visibiliza de hecho la España republicana y federal que aún no existe de derecho. En España no hay, como se cree, un bloque de derechas enfrentado a un bloque de izquierdas.

Hay una derecha castiza, nacional, simplificadora y radical, enfrentada a una constelación territorial e ideológica diversa: formada —es decir— de dos izquierdas españolas (PSOE y Sumar, una más moderada y otra más transformadora), tres izquierdas nacionalistas no homologables entre sí (ERC en Catalunya, Bildu en el País Vasco y BNG en Galicia) y dos derechas nacionalistas, vasca y catalana, cuyos programas no se reducen al pragmatismo económico (PNV y Junts).

La España difícil es tanto de izquierdas como de derechas; por eso es ya republicana y federal y por eso, frente a la España simplona de Procusto y Alejandro, es mucho más democrática. España, de hecho, lo sabemos, no puede gobernarse democráticamente sin los nacionalismos centrífugos, de izquierdas y de derechas, a los que habrá que agradecer que, en una coyuntura difícil (y a veces con un ejemplar sentido de la responsabilidad), estén ayudando a las izquierdas españolas a salvar la democracia y el derecho en España.

A cambio, el futuro Gobierno de coalición —si, como espero, llega a formarse— debería hacer explícita de una vez por todas la dificultad nuclear de nuestro país y movilizar todos los medios a su alcance para convencer a los ciudadanos de que la democracia —la complejidad negociadora, el nudo desatado a muchas manos— es mucho más satisfactoria, pacífica y eficaz que cualquier simplificación patriótica. 

Frente a la tentación de la simplicidad, alimentada por buena parte de los medios de comunicación, necesitamos una pedagogía de la dificultad: un patriotismo de nudos y lazos y no de tajos y atajos.

El verdadero desafío para ese Gobierno será el de construir una sociedad menos neoliberal, menos reaccionaria y más democrática que deje hablar y votar, pero no mandar, a los simplificadores. 

La España difícil que se ha votado a sí misma no se va a imponer en los próximos cuatro años como pluralidad de destino en lo territorial, pero el PSOE de Sánchez (del otro mejor no hablar) no debería olvidar que, más allá de sus negociaciones con Junts, la democracia en España seguirá estando en peligro mientras no se haga retroceder al mismo tiempo el neoliberalismo, el oscurantismo mediático y el castizismo institucional y territorial. 

La España difícil debe ser, de manera simultánea, un hecho electoral y un proyecto de futuro.

Pero la España difícil —por último— es ese conglomerado de cálculos, desencantos y temores que ha comparecido, de manera inesperada y en el último minuto, en unas elecciones en las que muchos votantes de izquierdas han votado a regañadientes y sin esperanza de representación. 

El PSOE no debe olvidar, por ejemplo, a los muchos votantes de Sumar que le han prestado el voto en provincias donde solo el partido de Sánchez podía obtener escaños. Una parte de Sumar está hoy dentro del PSOE y eso debe reflejarse en los acuerdos de Gobierno y en las leyes. 

Sumar, por su parte, no debería olvidar a los muchos abstencionistas convencidos que le han prestado el voto por temor a las políticas simplificadoras de la derecha radical. Si Sumar quiere comprometer para siempre a ese electorado intermitente de izquierdas tendrá que llevar su programa económico y social al Consejo de Ministros, sí, pero también ofrecer a los jóvenes que se politizan una organización acogedora, plural y democrática: el país difícil no puede ser aún federal y republicano, pero nuestras organizaciones políticas sí.

El 23J fue un alivio, no un triunfo. Ahora toca trabajar, atando y desatando nudos, para formar un gobierno que represente y defienda la España difícil y democrática y deje poco a poco sin habitantes, mediante leyes mejores y mejor defendidas, esa España simplificadora y autoritaria que la derecha castiza radicalizada (racista, machista, homófoba y neoliberal) va a seguir tratando de imponernos, con democracia o sin ella.

 

(*) Escritor, filósofo marxista y ensayista

 

https://blogs.publico.es/dominiopublico/54407/quien-ha-ganado-las-elecciones/ 

miércoles, 26 de julio de 2023

Con una circunscripción única, Sánchez no necesitaría a Puigdemont para ser investido


MADRID.- El sistema electoral español divide el territorio nacional en 52 circunscripciones electorales, una por provincia más Ceuta y Melilla, y a cada una de ellas le corresponde un determinado número de escaños en el Congreso de los Diputados en función de su población. 

Es un mecanismo que favorece la representación de las provincias menos pobladas porque todas tienen asegurado un mínimo de dos diputados, pero que también recibe muchas críticas: hay quienes denuncian la sobrerrepresentación de los partidos nacionalistas y otros que censuran el exceso de poder que otorga a los grandes partidos nacionales.

¿Pero qué hay de cierto en todas esas críticas? ¿Cambiaría algo el dibujo del Congreso con una sola circunscripción electoral para toda España? Para salir de dudas, 20 Minutos ha realizado una simulación repartiendo los 350 escaños de la Cámara Baja bajo una hipotética circunscripción única, según los resultados de las elecciones generales de este domingo 23J y manteniendo el sistema de reparto que establece la Ley d'Hont. Este sería el resultado:

  1. PP: 120 (-16)
  2. PSOE: 115 (-7)
  3. Vox: 45 (+12)
  4. Sumar: 45 (+14)
  5. ERC: 6 (-1)
  6. Junts: 5 (-2)
  7. Bildu: 4 (-2)
  8. PNV: 4 (-1)
  9. PACMA: 2 (+2)
  10. BNG: 2 (+1)
  11. Coalición Canaria: 1 (0)
  12. CUP: 1 (+1)

Como se puede apreciar, los dos grandes partidos, PP y PSOE, serían los más perjudicados porque perderían 16 y 7 escaños, respectivamente. El PP se mantendría como primera fuerza en el hemiciclo, pero caería de 136 a 120 diputados, mientras que los socialistas pasarían de 122 a 115, en segunda posición.

En el lado opuesto aparecen Vox y Sumar, los grandes beneficiados de la circunscripción única, ya que ambos escalarían hasta los 45 diputados. La formación de Abascal ganaría 12 escaños y la de Yolanda Díaz, 14.

Perderían representación los principales partidos nacionalistas vascos y catalanes porque Junts y Bildu cederían dos diputados, mientras que PNV y ERC entregarían uno. Sin embargo, la CUP, que se ha quedado sin representación tras las elecciones del 23J, lograría mantenerse en el Congreso con un escaño. También el BNG ganaría un escaño y se situaría con dos, mientras que Coalición Canaria mantendría su escaño.

La circunscripción única permitiría, asimismo, la entrada en el Congreso del partido animalista PACMA, que obtendría dos diputados, y dejaría fuera a Unión del Pueblo Navarro (UPN), que el 23J logró un escaño.

Pero más allá de las subidas y bajadas de cada partido, la circunscripción única dibujaría un panorama mucho más esperanzador para Pedro Sánchez que para Alberto Núñez Feijóo de cara a sus posibles investiduras. Mientras que la suma de PP y Vox se quedaría en 165 diputados y Feijóo seguiría incluso más lejos que ahora de la mayoría absoluta (176), a Sánchez sí le darían las cuentas.

De hecho, eliminando las 52 circunscripciones, Sánchez ya no dependería de Puigdemont para ser investido presidente del Gobierno porque al PSOE le bastaría con los votos de Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG para lograr la mayoría absoluta. La ahora imprescindible abstención de Junts, no sería necesaria.

Con la regla del 3% solo quedarían cuatro partidos

En la simulación anterior hemos eliminado la exigencia de alcanzar un mínimo del 3% de los sufragios para poder obtener un escaño. Es una norma recogida en la ley electoral y que se aplica en cada una de las 52 circunscripciones, pero que si se aplicara en una circunscripción única borraría del arco parlamentario a todas las formaciones de ámbito autonómico.

Es decir, desaparecerían del Congreso los partidos nacionalistas porque solo lograrían representación aquellos partidos de ámbito nacional, ya que el umbral del 3% se situó en las recientes elecciones generales en 734.476 votos y el partido nacionalista más votado, ERC, solo alcanzó los 462.883 sufragios.

Aplicando la regla del 3% en una circunscripción única, los 350 escaños de la Cámara Baja se distribuirían de la siguiente forma:

  1. PP: 130
  2. PSOE: 124
  3. Vox: 48
  4. Sumar: 48

Con estas reglas del juego, el gran beneficiado sería Feijóo, que podría ser investido con los votos de Vox al alcanzar los 178 diputados. En cambio, la unión del PSOE y Sumar se quedaría en 172 escaños, a cuatro de la mayoría absoluta.

Desfile de muertos vivientes en el cementerio de la derecha política


MADRID.- “Colapso en el PP ante unos datos muy por debajo de las expectativas y que no estaban en ningún cálculo”, decía una frase en la crónica de la noche electoral en la sede de Génova publicada en ABC en la noche del domingo. No la busquen ahora. Desapareció en una edición posterior cuando alguien decidió que daba una imagen muy negativa del ambiente en la sede del partido, según advierte www.eldiario.es

Luego aparecieron hasta catorce personas en el balcón del PP para fabricar una imagen de victoria. Alberto Núñez Feijóo se rodeó de trece guardaespaldas a ver si socializaba la culpa. Una de ellas vestida de rojo, Isabel Díaz Ayuso, exhibía una mirada enigmática. No podía ocultar que todo ese jolgorio sólo encubría el fracaso de Feijóo.

Al día siguiente, el PP mantuvo la ficción. Los resultados habían demostrado que la idea de España del PP, incluso si le sumamos la de Vox, no era compartida por la mayoría de los españoles. Antes de admitir que el país al que se dirigen no es el que de verdad existe, Borja Sémper situó al PP en la posición de víctima. Colocó al PSOE y Vox en los extremos y les hizo responsables de “un escenario políticamente muy endiablado fruto de la polarización”. 

Que el PP no acepte su responsabilidad en la polarización acaecida en esta legislatura, también llamada crispación, es prácticamente un fenómeno extrasensorial. Es una escena sacada de una película de zombis. Son muy peligrosos, pero no se puede sostener que sean capaces de pensamientos racionales.

El sentimiento de perplejidad, de palparse los huesos después de un choque frontal a más de cien kilómetros por hora, se extendía como un virus en la derecha mediática. Habían construido un gólem demoníaco llamado Sánchez al que veían controlado por la antiEspaña y que sólo podía acabar siendo destruido por las fuerzas del bien.

Fabricaron nuevas evidencias de esa corrupción. Denunciaron que se estaba cocinando un inmenso fraude en el voto por correo, aunque ahí sólo seguían la senda marcada por dirigentes del PP, algunos de los cuales daban por hecho en una fecha tan cercana como el 17 de julio que medio millón de personas se quedaría sin votar. Cuando eso no funcionó, un incendio en un túnel ferroviario el mismo domingo les volvió a excitar. Ni un día sin conspiración. Está en su naturaleza.

El escritor Andrés Trapiello se volvió loco al escuchar a la gente gritar “¡no pasarán!” por la noche ante la sede socialista de Ferraz. Antonio Ferreras no paraba de mencionar el “Gobierno Frankenstein”, una terminología obviamente partidista y favorable a la derecha. Jorge Bustos se quedó estupefacto al ver que los españoles no piensan igual que los columnistas de derecha. José Antonio Zarzalejos estaba tan dolido que pareció anunciar un largo periodo de abstinencia periodística, ya que había descubierto que el país que imaginaba no existía.

En Telecinco, Ana Rosa Quintana protagonizó en directo la pataleta del día, indignada porque Sánchez estuviera tan sonriente la noche anterior. Estaba tan crecida que había anunciado unos días antes que sólo había pedido una entrevista para el lunes, la del líder del PP como vencedor. Al final, se tuvo que conformar con Cuca Gamarra, lo que le debió de parecer un bajón.

“El ridículo que hemos protagonizado muchos columnistas ha sido de órdago a la grande, a la chica, a los pares y al juego”, escribió Alfonso Ussía consiguiendo por primera vez en su vida el asentimiento de la izquierda y la derecha. Fue un raro momento de lucidez que probablemente no dure mucho. Otros pensaron que era más inteligente echar la culpa a los españoles: “Por qué últimamente nos gusta tanto hacernos daño”, dijo Ignacio Varela, un fanático del antisanchismo. 

En la izquierda, Sumar intentó aprovechar el impulso de los resultados para asumir protagonismo a la hora de recabar el apoyo de Junts al Gobierno de coalición. Lo mismo esa labor le corresponde al presidente en funciones. El partido de Carles Puigdemont ha dejado claro en tantas ocasiones que no apoyará a nadie que no le garantice un referéndum de independencia que parece difícil que sea un socio viable. Eso en el caso de que se pueda establecer una posición clara sobre lo que hará Junts, un partido / movimiento que tiene más líderes que estrategias. O que tiene una por cada día de la semana.

Los socialistas no dieron la impresión de tener mucha prisa en desenredar el asunto de la gobernabilidad, sobre todo si Sumar o ERC les hacen parte del trabajo incómodo. “No habrá repetición electoral”, dijo Sánchez el lunes a los dirigentes socialistas. No explicó cómo va a conseguirlo. Pero, claro, si PerroSanxe, Mr. Handsome o Pedro el Bello te dice que te vayas tranquilo de vacaciones después de una escapada en el límite que ya quisiera Houdini, como para decirle que no.

“Es el PP quien está hablando ahora consigo mismo. Vamos a dejar que se cuezan un poco en su propia salsa”, dijeron fuentes socialistas a este diario.

Es una salsa bastante aguada. Feijóo reunió a la Junta Directiva Nacional del PP para comunicarles que habían ganado las elecciones. Algunos aún no lo tenían muy claro. Aparentó ser el político que recibirá el encargo de formar Gobierno y de ahí que explicara que había estado en contacto telefónico con líderes de otros partidos. 

Pasaron unas pocas horas y el PNV le envió un mensaje para decirle que lo que ya debería saber, que nunca estará en una mayoría de investidura en la que participe la extrema derecha. Tampoco había que ser un genio de la política.

“España necesita moderación y entendimiento”, dijo. Evidentemente, nada de derogar el sanchismo. No había tanto sentido del humor como para seguir en esa línea. Ahora toca reclamar el apoyo socialista con la intención de dinamitar su obra legislativa. Las caras de los dirigentes del PP eran reveladoras de su escaso entusiasmo. Les valen para el próximo funeral al que tengan que asistir.

Díaz Ayuso parecía tranquila con muchas miradas pendientes de ella. Si el escenario es una repetición electoral en diciembre, el PP no se planteará cambiar de montura. Otro fracaso o victoria incompleta abriría escenarios muy diferentes. La presidenta madrileña tampoco está en condiciones de alardear de haber avisado. 

Dos días antes de las elecciones, este era su pronóstico: “Creo que esto está sentenciado. Sánchez dimitió directamente en mayo y todo lo que estamos viviendo en la campaña es una broma, una pantomima, una gran mentira”.

La derecha ha vivido en una broma infinita en esta legislatura. Nunca es tarde para despertar.