domingo, 15 de marzo de 2020

El Consejo de Gobierno constata 78 contagios en la Región

MURCIA.- El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha confirmado, tras el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado este domingo, que los positivos por coronavirus han aumentado desde esta mañana, situándose en 78 las personas contagiadas.

De ellas, López Miras indicado que 63 se encuentra en aislamiento domiciliario, dos continúan en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y 13 se encuentran ingresadas en centros hospitalarios, aunque ha indicado que, en las próximas horas, alguna de esas personas podrían recibir el alta y regresar a sus casas.
 
El Gobierno regional pide "flexibilización laboral" 


López Miras, ha prometido este domingo al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, "lealtad y apoyo" al ejecutivo tras decretar el estado de alarma por el coronavirus y ha advertido de que se pueden tomar nuevas medidas si el escenario se modifica.
"Se han puesto en marcha medidas que hoy pueden parecer extremas, pero que quizás mañana sean insuficientes", ha afirmado López Miras tras la reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno celebrada tras la videoconferencia que ha mantenido Sánchez con los 17 presidentes autonómicos.
López Miras ha mostrado su "lealtad" al gobierno ante los momentos "muy duros" que está provocando la pandemia del Covid-19, que ha obligado a tomar decisiones "muy difíciles", y ha anunciado que ha acordado con Sánchez enviarle una carta con algunas peticiones por parte de la comunidad.
En este sentido, el presidente murciano ha detallado que ha solicitado al presidente del Gobierno que el estado garantice el suministro de recursos y material sanitario "para salvar vidas" y proteger a los profesionales sanitarios, que están "arriesgando sus vidas por las nuestras", así como un trato "especial" para las empresas de logística y suministro.
Además, le ha reclamado medidas urgentes para sectores como el hostelero, turístico y agroalimentario, acordando que le enviará este lunes una carta con las propuestas al respecto, al tiempo que apuesta por que Sánchez plantee a la UE financiación extraordinaria y una flexibilización de los criterios de estabilidad de los estados más afectados por el Covid-19.
Al respecto, el presidente de la comunidad murciana ha mostrado su preocupación por las consecuencias que va a generar esta crisis sanitaria "pero también económica" a empresas, autónomos y trabajadores, por lo que ha reclamado "flexibilización laboral".
Tras apelar a la unión entre todas las administraciones como única forma de volver a la normalidad "cuanto antes", ha considerado un "sacrificio muy considerable" la suspensión de las procesiones de Semana Santa en la Región de Murcia.
Por otra parte, López Miras se ha mostrado orgulloso y esperanzado por las imágenes de las calles de las localidades murcianas "vacías", ha garantizado el aprovisionamiento de productos y ha pedido no colapsar las líneas telefónicas ni hacer colas "para comprar lo mismo que podríamos hacer tranquilamente al cabo de un rato".
Finalmente, ha anunciado que los centros educativos también cerrarán sus puertas al personal, que trabajará desde casa, y ha revelado que ha hablado con organizaciones no gubernamentales para que las personas sin hogar puedan ser atendidas en lugares techados y no continúen en la calle expuestas a un "riesgo cierto".

Felipe VI renuncia a la herencia de don Juan Carlos y le retira la asignación

MADRID.- El Rey Felipe VI ha renunciado a la herencia que personalmente le pudiera corresponder de su padre, don Juan Carlos, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen pueda no estar en consonancia con la legalidad o con criterios de rectitud.

La Casa Real ha hecho público un comunicado en el que informa además de que don Juan Carlos deja de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos de la Casa de Su Majestad el Rey.
El comunicado se ha hecho público tras diversas informaciones publicadas este fin de semana en las que se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad "offshore" creada por el rey Juan Carlos I vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.

COMUNICADO DE LA CASA DE S.M. EL REY

Ante las informaciones referidas a S.M. el Rey Don Juan Carlos, aparecidas hasta la fecha en distintos medios de comunicación, la Casa de S.M. el Rey quiere hacer constar:

1. Que en su discurso de proclamación ante las Cortes Generales el 19 de junio de 2014 S.M. el Rey dijo lo siguiente: 

“La Corona debe (…) velar por la dignidad de la Institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social. Porque, sólo de esa manera, se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones. Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren –y la ejemplaridad presida– nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos.”

2. Que en coherencia con las palabras pronunciadas en su discurso de proclamación y con la finalidad de preservar la ejemplaridad de la Corona, S.M. el Rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el Rey Don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia de Don Juan Carlos que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona.

3. S.M. el Rey Don Juan Carlos deja de percibir la asignación que tiene fijada en los Presupuestos de la Casa de S.M. el Rey.

4. En relación con las noticias aparecidas en el día de hoy sobre la entidad denominada “Fundación Zagatka”, Su Majestad el Rey desconoce por completo totalmente y a día de hoy su supuesta designación como beneficiario de dicha Fundación. En todo caso, de ser cierta su designación como beneficiario de la citada Fundación, resultaría de aplicación el apartado 2 de este comunicado.

5. En relación con las noticias aparecidas en el día de hoy sobre la entidad denominada “Fundación Lucum”, se hace constar lo siguiente:

5.1 Mediante carta de fecha 5 de marzo de 2019, dirigida a la Casa de S.M. el Rey por el despacho de Abogados Kobre&Kim (U.K.), Su Majestad el Rey tuvo conocimiento -sin ninguna justificación documental-, de su supuesta designación como beneficiario de la “Fundación Lucum”, desde el momento en el que se produjese el fallecimiento de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos. 

5.2 Ante esa información, Su Majestad el Rey adoptó preventivamente las siguientes decisiones:

Primera. Trasladar copia de dicha carta a S.M. el Rey Don Juan Carlos, así como a las autoridades competentes.

Segunda. Que la Casa de S.M. el Rey comunicase al citado despacho de abogados, que ni Su Majestad ni Su Casa tenían conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba, -por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos-, ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna con el citado despacho de Abogados sobre los hechos descritos.

Dicha comunicación se llevó a cabo mediante escrito de fecha 21 de marzo de 2019.

Tercera. Comparecer ante Notario, el 12 de abril de 2019, para manifestar que ha dirigido una carta a su padre, el Rey don Juan Carlos, a fin de que si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum, dejara sin efecto tal designación, manifestando igualmente que no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad, renunciando asimismo a cualquier derecho, expectativa o interés que, aún sin su consentimiento o conocimiento, pudiera corresponderles ahora o en el futuro en relación con la Fundación Lucum.

Cuarta. Asimismo, y en el mismo acto notarial, y además de lo anterior, manifestó no haber tenido conocimiento ni prestado consentimiento a participar, en nombre propio o en representación de terceros, en particular de su hija, en ningún activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad pudieran no estar en plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad que informan su actividad institucional y privada. Y en la hipótesis de que, aun sin su consentimiento ni conocimiento, hubiera sido unilateralmente designado como heredero, legatario o beneficiario en relación con cualesquiera activos inversiones o estructuras, manifestó no aceptar participación o beneficio alguno en dichos activos y renunciar a cualquier derecho, expectativa o interés que pudiera corresponderles en el futuro.

6. S.M. el Rey Don Juan Carlos ha pedido a la Casa de S.M. el Rey que se hagan públicos los siguientes extremos:

6.1 Que de las dos Fundaciones anteriormente citadas en ningún momento facilitó información a S.M. el Rey.

6.2 Que ha designado para su representación al Abogado D. Don Javier Sánchez-Junco Mans que, en el ejercicio del derecho a la defensa, será a partir de este momento quien proceda a dar cuenta públicamente de las informaciones que le puedan afectar y se consideren procedentes.

6.3 Que, tras su abdicación en junio de 2014, el 27 de mayo de 2019 anunció que en junio de ese año ponía fin a toda actividad institucional u oficial, retirándose completamente de la vida pública.


Palacio de La Zarzuela, 15 de marzo de 2020

Ascienden ya a 71 los infectados en la Región

MURCIA.- El consejero de Salud, Manuel Villegas, ha comparecido esta mañana para informar de los últimos casos que han resultado positivos en la Región de Murcia, que han crecido en 18 desde los últimos datos difundidos anoche, elevando el número de infectados por el Covid-19 a un total de 71.

Del total de infectados, 11 permanecen en ingreso hospitalario y 2 de ellos continúan en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de sus respectivos hospitales, el Morales Meseguer y Los Arcos, y 58 aislados en sus domicilios. Por el momento no hay ninguna persona curada del virus en la Región.
Ante algunas informaciones aparecidas en las redes sociales y difundidas por los ciudadanos, que apuntaban que el uso del ibuprofeno para tratar los síntomas del coronavirus podría ser contraproducente, el consejero ha aclarado que sólo se deben seguir las indicaciones proporcionadas única y exclusivamente por los sanitarios a cargo de la situación, que están preparados para atender situaciones de enfermedad, y no dejarse llevar por bulos ni fuentes dudosas.
El número de pruebas por coronavirus ya supera el millar en la Región de Murcia. En su comparecencia durante la mañana de ayer, Villegas anunció que se ampliaban a 35 los operadores desde las cinco de la tarde de ayer en el teléfono habilitado para el coronavirus, 900 12 12 12.

Uno de los casos es una profesora de Fuente Álamo

El Ayuntamiento de Fuente Álamo ha confirmado que uno de los nuevos positivos por coronavirus en la Región es una profesora de la especialidad de inglés del CRA Alzabara, que imparte docencia de Infantil y Primaria en las pedanías de Cuevas de Reyllo, El Escobar y Los Cánovas.
Asimismo reiteran que Salud ya está informada y ha puesto en marcha el protocolo para aislar este caso, además de recomendar a las familias que hayan tenido contacto con esta profesora que mantengan la calma, permanezcan en sus viviendas durante 14 días y, si presentan algún síntoma (fiebre, tos, dificultad respiratoria) no acudan al centro de salud y llamen al teléfono 900 12 12 12 / 112 para ser atendidos.

Primeros controles a la población que sale de casa

Tras el anuncio emitido ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que anunciaba la aprobación en Consejo de Ministros extraordinario del decreto por el que todo el país entraba en estado de alarma, concretaba la limitación establecida para la libre circulación de los ciudadanos para frenar la expansión del coronavirus.

En concreto, el decreto establece que las personas sólo podrán circular "por las vías de uso público" en ocho supuestos, entre los que se encuentra la adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad. 
Por ello, desde primera hora de esta mañana, tanto las policías autonómicas como Guardia Civil y Policía Nacional están ordenando a varios ciudadanos que habían desobedecido expresamente la prohibición que vuelvan a sus casas.
Policía Local de Murcia se ha visto obligada a ordenar a varias personas que corrían por la margen del río en el centro del municipio que volviesen a sus casas inmediatamente, y Guardia Civil y Policía Local de Alcantarilla, entre otras, han hecho lo propio con multitud de ciclistas que, pese a la prohibición, habían salido a hacer deporte al aire libre incumpliendo la obligación de aislamiento social impuesta desde el Gobierno.

Trabajo y supermercados

En los trabajos, "todas las empresas saben que se deben guardar las distancias de seguridad entre los empleados". 
"Distancia siempre superior a un metro y medio y cualquier persona que tenga síntomas ha de permanecer en su domicilio", especificó ayer el consejero de Salud, Manuel Villegas, en la rueda de prensa ante las preguntas de varios periodistas presentes en la misma.
Pero, si en un sitio no se está respetando distancia alguna de seguridad, es en un supermercado. 
"El suministro esta totalmente garantizado, es una auténtica locura ir agobiados a comprar. Porque no va a faltar de nada", destacó el titular de Salud.
"Es conveniente que la gente compre lo que compraba habitualmente, porque dentro de una semana habrá alimentos de todo tipo. Si entramos en pánico, vamos a contagiarnos por ir todos juntos al supermercado", aseveró Manuel Villegas, que cree que "no hay ninguna necesidad de ir a comprar como si se fuese a acabar algo: no se va a acabar nada, las empresas de transporte y alimentación están funcionando con normalidad".  

Reino Unido recomienda no viajar a España

LONDRES.- El Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha emitido un aviso por el que recomienda no viajar a España debido al estado de alarma declarado para atajar el contagio del coronavirus.

"El Ministerio recomienda no viajar a España debido a las restricciones impuestas por el Gobierno español en respuesta al brote del coronavirus (Covid-19)", ha indicado el Gobierno británico.
El propio embajador británico en Madrid, Hugh Elliott, ha publicado un vídeo en su cuenta de Twitter en el que explica las implicaciones del estado de alarma en particular para residentes británicos y para turistas, a los que subraya que no están suspendidos los vuelos internacionales, por lo que podrán regresar a su país.
El embajador concluye expresando su "enorme agradecimiento" por el trabajo de los trabajadores sanitarios españoles, por "lo que están haciendo para mantenernos a salvo y bien". "Muchísimas gracias", concluye el mensaje empleando el castellano.

El coronel Baños confirma el reseteo / Guillermo Herrera *

El famoso coronel español Pedro Baños ha ratificado que la crisis sanitaria favorece el reinicio financiero mundial, a través del siguiente tweet: “Es muy probable que estemos asistiendo a una reconfiguración del orden económico mundial. Un Reseteo esperado, pero que la crisis sanitaria puede acelerar. Queda por ver quién se va a beneficiar: el dinero no se crea ni se destruye, sólo cambia de manos.”
 
El coronel Baños reconoce que esta crisis sanitaria le viene femonenal a EE.UU. porque China le estaba haciendo una gran competencia, e incluso estaba adelantando a la gran potencia americana en muchos campos. Además las primeras compañías que decidieron cerrar sus negocios en China fueron las estadounidenses. Baños fue jefe de contrainteligencia del Cuerpo del Ejército Europeo y participó en diversas misiones en Bosnia. Es escritor, y es colaborador habitual en diferentes programas de televisión.

Hacía falta la palabra de un militar español de prestigio para confirmar el proceso de reinicio financiero mundial, que muchas personas escépticas siguen negando, a pesar de todas las señales y evidencias que aparecen cada día. Opina el coronel Baños que “el periodismo alternativo y en libertad es un ejercicio de riesgo, porque el periodismo es una profesión de riesgo” y yo me siento aludido por estas palabras porque lo mío es el periodismo alternativo y de misterio. Además me complace coincidir con mi coronel como Oficial Reservista Honorífico.

TODO ESTÁ PLANEADO

Se rumorea que la declaración del estado de emergencia que hizo el presidente Trump el viernes 13 de marzo fue en realidad la luz verde para la revaluación de las divisas, y también fue una forma suave de decir que estamos en una Ley Marcial Sanitaria. La facción positiva ha planeado esto durante mucho tiempo, y ahora están usando la crisis sanitaria para declarar el Estado de Sitio y así cubrir la seguridad de la revaluación de las divisas y de los arrestos masivos.

La prohibición de vuelos y el cierre de fronteras de EE.UU. y de otros países, que entró en vigor el viernes 13 de marzo por la noche, fue un requisito del Tribunal Internacional y de los Ancianos Chinos para que ocurra la revaluación de las divisas.

Es probable que se apague Internet, o al menos todas las redes sociales, así que no te asustes si ocurre. No será para siempre. Probaron derribar plataformas específicas y el servicio celular un par de veces. Los satélites de la CIA han sido apagados, así que han sido cegados.

El sábado 14 de marzo comenzó la pausa del Congreso estadounidense, abriendo el camino para una tormenta de arrestos relacionados con las acusaciones selladas de alto nivel sobre el abuso de FISA. Se supone que los arrestos masivos comenzarán en serio mañana lunes 16 de marzo y continuarían durante las próximas dos semanas. Estén listos para decirle a todo el mundo que no entre en pánico cuando suceda todo lo que está planeado para liberar a la humanidad.


LLEGÓ LA HORA

Q publicó ayer sábado una frase que decía "It's Go Time" que significa “Es Hora de Marcharse”. Esto significa arrestos masivos, y sabemos que esto va a suceder en todo el mundo, por lo que necesitaban una cobertura para restringir los viajes y preparar a la gente para tener una interrupción en los suministros mientras se produce el reinicio financiero y los arrestos. El presidente Trump está tratando de decir a los estadounidenses que se preparen bajo el pretexto de una crisis sanitaria.

Por primera vez, la Reina de Inglaterra fue encerrada fuera del Castillo de Windsor, brevemente el viernes. Era una señal para decir a los que seguían a Q que ya era hora. Una publicación de Q de septiembre de 2018 decía lo siguiente: “Castillo cerrado. Los patriotas tienen el control ahora. Pánico en el Reino Unido. Pánico en Washington DC. Nada puede detener lo que viene. Nada.”

El mercado de valores necesita ajustarse a la baja para poder hacer un reajuste completo y movernos a una moneda respaldada en oro y deshacernos de la Reserva Federal. El mercado de valores ha sido falsamente inflado durante un tiempo.

La India se llenó de celebración cuando la visitó el presidente Trump. Es porque ha llegado a un acuerdo con la India para empezar a producir muchas de las cosas que se producían en China a bajo precio y eso ayudará mucho a la India.

CUARENTENA

Los centros de cuarentena se han establecido en áreas donde es la más alta la concentración de acusaciones selladas. Estos serán centros de detención para muchos criminales y traidores. Incluso se pueden establecer como cárceles con gran número de ellos.

Guantánamo ha tenido una actualización multimillonaria que se ha completado. Se ha enviado a Guantánamo un nuevo juez principal. Una gran cantidad de soldados fueron enviados a Guantánamo para una misión de dos años el verano pasado. Se gastaron millones de dólares para mejorar los edificios de Justicia y las oficinas de abogados en Guantánamo, y en otra base militar.

El presidente Trump ha sustituido a muchos de los jueces de Obama y a otros que no harían lo correcto cuando se produzcan los arrestos masivos. Eso llevó mucho tiempo para conseguir que fueran confirmados y colocados estratégicamente donde se necesiten.

Ha habido mucho movimiento de la Guardia Nacional y de equipo militar bajo el disfraz de un estado de emergencia sanitaria. Se están poniendo en marcha para ayudar a hacer frente a cualquier disturbio civil que se produzca cuando la gente se asuste por los arrestos, o traten de iniciar problemas grupos como ‘Antifa’, porque han sido pagados por Soros para hacerlo.

ESPAÑA

España confina a la población.- El Gobierno español aprobó el sábado, y por segunda vez en la democracia, el estado de alarma, atribuyéndose poderes excepcionales, de manera temporal, para combatir la propagación de la infección, entre ellos la limitación de la movilidad de la población, y la posibilidad de intervenir empresas para afrontar la crisis sanitaria. Confinar es recluir a alguien dentro de límites.

Llamamientos a la calma en España para evitar la aglomeración en los supermercados.- Ante la aglomeración en supermercados de toda España, tras anunciarse el estado de alarma, autoridades del Gobierno o de comunidades autónomas han decretado el cierre de comercios, a excepción de tiendas de alimentación y farmacias, como Madrid o Murcia, y han pedido evitar la aglomeración en supermercados.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha hecho un llamamiento a la calma y ha asegurado que no tiene sentido acumular víveres, ya que los suministros están garantizados, máxime cuando el estado de alarma permite adoptar las medidas necesarias para garantizar ese suministro.

ÉXITO DE CHINA

China da por superado el pico de contagios en su país.- El pico de transmisiones en China ha llegado a su fin, anunció este jueves un portavoz de la Comisión Nacional de Salud del país asiático durante una rueda de prensa en Pekín.

Los casos nuevos siguen disminuyendo. Creemos que hemos superado el pico del actual brote epidémico, que ahora se mantiene en un nivel bajo. La atención médica debe ser la máxima prioridad pero no hay tregua, debemos intensificar los esfuerzos de prevención y control” dijo el portavoz, Mi Feng.


 (*) Periodista


Homenaje a los trabajadores de la sanidad pública / Jesús Cintora *

Este artículo es un sencillo homenaje a los trabajadores de la sanidad pública. Son empleados que están metiendo muchas horas, salvando vidas, soportando la fatiga y la tensión, aguantando nuestros errores y, además, cuando vuelven a casa, también tienen familiares con los que tienen contacto o han dejado de verles por temor al contagio. 

También los currantes de la sanidad pública tienen padres mayores y allegados con dolencias de riesgo a los que no pueden ver. Es uno de los sacrificios de estos trabajadores que, además, llevan años sufriendo recortes y privatizaciones.

Este artículo es un homenaje a los médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, celadores, auxiliares, técnicos, personal de laboratorio, de limpieza, de desinfección, de cocina, administrativos… Todos están trabajando por nosotros para sacarnos de esta situación. En algunos casos, en contacto permanente con casos confirmados de Covid-19. También los hay que se quejan de que, incluso, sin la debida protección. 

Ellos también sufren los nervios, el miedo, la tensión, pero son profesionales, por encima de todo, que nos están sacando las castañas del fuego. En muchos casos, después de haber sufrido "externalizaciones", aumento de horas, bajadas de sueldo, desplantes y desprecio.

Este artículo es un homenaje a los profesionales de la sanidad que están al pie del cañón, mientras les llegan casos de pacientes llegados de otras ciudades, como Madrid, porque consideraron que podían pasar unos días de vacaciones fuera. 

Son empleados sanitarios que también están recibiendo a jóvenes con dolencias leves o a enfermos graves, mientras una parte de la sociedad decidía que podía seguir de cañas en los bares, apelotonándose en la cola del súper o dejando sin papel higiénico a ese trabajador de la sanidad pública que, cuando sale del hospital, también tiene necesidad de ir al centro comercial, porque caga como tú.

Este artículo es un homenaje al trabajador de la sanidad pública que lleva años aguantando las teorías de los gurús que defienden las privatizaciones de los servicios de salud. La crisis del coronavirus nos ha demostrado quién se desentendía del tratamiento, quién cobraba cifras astronómicas por pruebas, quien entró en el negocio de la sanidad para ganar dinero y qué importante es saber que nuestra salud no es un mercado, sino que nos va la vida en ello. 

Una sanidad pública fuerte, bien dotada, equipada, con buena gestión, en manos de profesionales y no de mercaderes es un seguro vital ante situaciones como la que estamos viviendo. Espero que tomemos nota.

Creo que una de las lecciones de esta crisis del coronavirus es darnos cuenta de lo vulnerables que somos. Pasamos los días discutiendo sobre asuntos que, ante una emergencia así, quedan reducidos a un papel muy secundario. De repente, algo de lo que no habíamos oído hablar, el Covid-19, comienza a extenderse y flipamos. Estamos pagando y pagaremos sus consecuencias sanitarias y económicas. 

Ahora mismo, es incalculable el coste en vidas y en puestos de trabajo. Como suele ocurrir, pagan los más vulnerables. En contraste, y ya es otro clásico, seguro que habrá aprovechados que sacarán tajada. Estemos alerta y confiemos en que, por lo menos, sacaremos algo en claro para nuestra escala de valores. Los trabajadores de la sanidad pública merecen estar en lo alto. Gracias y disculpas.


(*) Periodista


Dos epidemias por el precio de una / Pedro J. Ramírez *

Si, como decía el polímata Pascal, "a base de hablar de amor, se enamora uno", a base de pronunciar a diario palabras de odio, se termina odiando al rutinariamente despreciado.

Ahora que una amenaza real planea sobre la salud de todos y cada uno de nosotros, ahora que nuestra economía se encuentra al borde del colapso y nuestros puestos de trabajo en peligro, ahora que la mayor parte de nuestras diversiones y rutinas se han visto interrumpidas por un estado de emergencia ya declarado, deberíamos aprovechar este incierto paréntesis de excepcionalidad y angustia compartida para preguntarnos por qué hay hoy muchos más españoles que odien a otros españoles que en ningún otro momento del último medio siglo.

Escuchando o leyendo algunos medios, rastreando las redes sociales o captando simplemente los sonidos de la calle, cualquiera diría que hay quienes se alegran de que el congreso de Vox haya podido ser un foco de expansión del coronavirus, con el detestado Ortega Smith como paciente cero y el aborrecido Santi Abascal como siguiente eslabón; y quienes, correlativamente, se relamían, a la espera de que alguna notoria asistente a las ridiculizadas marchas del 8-M diera positivo; y han levitado cuando la infectada ha resultado ser nada menos que Irene Montero, para abalanzarse así sobre el Gobierno y culparle de haber favorecido la propagación de la epidemia, con tal de preservar su demostración de fuerza de lo que llaman "hembrismo".

¿Y qué decir de quienes se escudan en la disparidad de la incidencia del virus, o del criterio de control y cómputo de los casos, o incluso, como ha dicho la consellera de Salud de Torra, en que el virus de Igualada es "diferente al del resto del país", para señalar a la poco higiénica y nada morigerada Madrid como amenaza perpetua para la pulcra y sofisticada Cataluña?

¿O de quienes aprovechan la expansión de la incertidumbre para abalanzarse sobre el Estado Autonómico, el modelo de colaboración entre la Sanidad pública y la privada, los ajustes de plantilla de hoteles y líneas aéreas e incluso la integridad del infatigable portavoz del ministerio, Fernando Simón, contraponiendo su descripción de lo que ocurría hace diez días con el posterior agravamiento de la situación?

Todos estos discursos, tan maniqueos, parciales y virulentos, llevan implícita una delectación en el imaginario justo castigo de la plaga, como si estuviera quedando acotado sólo a aquellos "ultraderechistas" -es decir "fascistas"-, o a aquellos "izquierdistas 'progres'" -es decir "gentuza asquerosa"-, o a aquellos "españoles imperialistas" -es decir "opresores" y "represores"-, que merecen que todas las calamidades caigan sobre ellos, para purgar la sociedad de esas miasmas purulentas, de esos forúnculos y humores que, vistos siempre desde la acera de enfrente, vienen infectándola con su mera existencia.

***

Cada mañana, cada mediodía, cada atardecer o cada prime time nocturno, el dial o el mando a distancia, o no digamos el timeline de Twitter, nos ofrecen, bajo distintos disfraces, el mismo sermón, el mismo repique inquisitorial, que el fanático padre Paneloux dirigía a sus feligreses desde el púlpito de su iglesia de Orán, en La Peste de Camus:

"Hermanos míos, habéis caído en desgracia, hermanos míos, lo habéis merecido... ¡Si hoy la peste os afecta, es que ha llegado el momento de que reflexionéis! Los justos no temerán nada, pero los malos tienen razón para temblar... En las inmensas trojes del universo, el azote implacable apaleará el trigo humano, hasta que el grano sea separado de la paja. Habrá más paja que grano, serán más los llamados que los escogidos... ¡Meditad sobre esto y caed de rodillas!".

Cualquiera diría que todas esas plegarias, elevadas de forma simétrica al ángel exterminador de cada parroquia, cadena de radio, emisora de televisión o racimo de trolls, están siendo atendidas desde lo alto, pero de un modo tan implacablemente simultáneo, que se compensan y neutralizan entre sí.

Por incomprensible que les parezca a los "hunos" y los "hotros", en esta hora de la infección, resulta que el coronavirus no discrimina entre el bien y el mal. Igual le sube la fiebre a Irene Montero que a Ortega Smith y de la misma manera tosen Macarena Olona y Carolina Darias. Cuidado con esta pandemia: puede resultar tan subversiva, como para hacernos descubrir que todos estamos hechos de la misma materia y todos nuestros sueños pueden quedar rebozados en el mismo barro.

Ni los organizadores del congreso de Vox ni los de las marchas del 8-M fueron lo suficientemente precavidos para embridar sus entusiasmos. También eso los hermana. El Gobierno de Sánchez y el de Díaz Ayuso se limitaron a "recomendar" que nadie con síntomas asistiera a concentraciones de masas. Eso incluía las manifestaciones feministas, pero también la Liga de Fútbol, con muchísimos más asistentes, o las carreras populares, los cines y teatros. Se quedaron cortos, llegaron tarde. También eso los hermana, aunque el nivel de responsabilidad no sea el mismo.

Pero qué estúpido y ofensivo para el lector inteligente, para el español de bien, sería seguir dedicando esfuerzos a culpar al adversario político, al antagonista ritual, por los contagios ya producidos y los retrasos en la respuesta a la epidemia. Si todavía los hay que niegan el cambio climático, quién es nadie para lapidar al que dejó suelto su optimismo diez minutos más de la cuenta.

Aparquemos, como mínimo, el debate hasta que remita la epidemia. En una sociedad tan porosa como la nuestra, el contagio se habría producido de todas formas. Quien vea la ponzoña de la mala voluntad en el ritmo de las decisiones adoptadas estos días, estará mirándose al espejo. Es verdad que el Consejo de Ministros de este sábado ha sido caótico, que la presencia de un Pablo Iglesias en cuarentena ha resultado doblemente perturbadora y que la excepcionalidad de la situación está pidiendo a gritos una inmediata ampliación de la base del Ejecutivo. Porque lo que toca ahora es aunar todos los esfuerzos, por una vez con limpieza de corazón, para impedir que el daño se extienda y agigante como el remolino de un agujero negro que todo lo engulle.

Sabemos que lo peor está por llegar y ni siquiera sabemos cuánto peor será. Sánchez ha hablado este viernes de que se pueden alcanzar los 10.000 mil casos la próxima semana y eso supondría tener que enterrar a 300 o 400 compatriotas. Hay autoridades madrileñas que calculan que, al filo de la Semana Santa, habrá habido 20.000 casos y cerca de mil fallecimientos, sólo en la comunidad autónoma, pero eso no tiene por qué ser inexorable.

Las noticias que nos llegan de Italia, sobre médicos desbordados y obligados a decidir a qué pacientes intentan salvar y a cuáles dejan morir, pueden reproducirse entre nosotros. Y pobre del que tenga un ataque de apendicitis o un accidente de tráfico grave porque la gran mayoría de los quirófanos se están convirtiendo en UCIS. 

Algunas informaciones sobre funerales expeditivos y atenazados por el miedo nos remiten ya al texto de Camus: "Se sacaba el féretro entre rezos, se le ponían las cuerdas, se le arrastraba y se le hacía deslizar; daba contra el fondo, el cura agitaba el hisopo y la primera tierra retumbaba en la tapa. La ambulancia había ya partido para someterse a la desinfección y, mientras las paletadas de tierra iban sonando cada vez más sordamente, la familia se amontonaba en un taxi. Así todo pasaba con el máximo de rapidez y el mínimo de peligro".

***

El relato del doctor Rieux, el héroe y protagonista de La Peste, nos advierte del error que ya no podemos seguir cometiendo: "Las medidas no eran draconianas y parecían haber sacrificado mucho al deseo de no inquietar a la opinión pública... En realidad, fueron necesarios muchos días para que nos diéramos cuenta de que nos encontrábamos en una situación sin compromisos posibles".

Aquí, por fortuna, sólo han sido "necesarios" unos pocos días, media docena a lo sumo, para esa dura caída del guindo de la contención. Debe haber un antes y un después de la inequívoca decisión de Sánchez de decretar el Estado de Alarma. Ésa ha de ser la caja de Pandora de la que salgan cuantas medidas excepcionales hagan falta para acortar y atenuar el devastador paso de la plaga.

Salvador Illa ha emergido, entre el denostado páramo de la clase política, como el ministro a la altura de las circunstancias, capaz de coordinar la "autoridad única" de la que se ha dotado el Gobierno en materia sanitaria. Y ha encontrado en el consejero madrileño Enrique Ruiz Escudero, tan desconocido como él lo era hace un mes, un cómplice competente y leal donde los haya.

Podría parecer contradictorio que se haya relajado el sistema de detección y control de los positivos por coronavirus, como consecuencia del "cambio de estrategia" en la Comunidad de Madrid, y no se haya cerrado la capital y su área circundante a cal y canto. Si, por economía de medios, al común de los ciudadanos ya no se le hacen las mismas pruebas que a los ministros, los diputados o los Reyes cuando tienen síntomas leves o han estado en contacto con alguien que ha dado positivo, y por lo tanto ya nadie puede saber si es portador o no del virus, y por lo tanto ya nadie puede poner en alerta o tranquilizar a sus circundantes, lo razonable sería aislar a todos los madrileños, tal y como ha ocurrido en esas manzanas de Haro o en esos cuatro pueblos en el entorno de Igualada.

Pero tal vez esta lógica responda a esa etapa de contención, desgraciadamente ya desbordada por los acontecimientos. El coronavirus ha entrado y salido de Madrid suficientes veces, como para que la técnica del gueto pudiera ya proteger a los residentes extramuros de una urbe medieval. Entre otras cosas porque el epicentro de la pandemia se ha trasladado de la China cerrada a la Europa abierta. Baste pensar que, cuando el norte de Italia estaba ya teóricamente sellado, decenas de vuelos despegaban y aterrizaban a diario de los aeropuertos milaneses.

Más que aislar tal o cual foco, conviene ahora aplicar a rajatabla las recomendaciones generalizadas de distanciamiento social. Hagámonos huraños durante un mes -a algunos nos costará menos que a otros-, practicando el "I don't meet people" que esgrimía Woody Allen cada vez que un fan le asaltaba, al final de un concierto de clarinete.

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Escribo desde la perspectiva de mi cuarentena -1980-2020- como director de periódicos y periodistas. Ni en Diario 16 ni en El Mundo nos tocó vivir nada parecido. Desde los medios debemos transmitir a nuestros dirigentes un triple mensaje. Primero, que no les tiemble el pulso al tomar las decisiones que la ciencia y la prudencia aconsejen. Segundo, que Gobierno y oposición, administración central y autonomías, actúen en comandita, escuchando los argumentos ajenos, buscando consensos, pero aceptando que hay una decisión final fruto de la excepcionalidad constitucional, que corresponde a esa "autoridad única", impuesta por el Ejecutivo. Y tercero, que les jalearemos en todo lo que acierten y ejerceremos lealmente la crítica, si creemos que en algo se equivocan -avisaremos, discutiremos, sugeriremos- pero seguiremos a su lado, lo haremos juntos.

Y mi propuesta a los ciudadanos es aún más simple. Que, además de las manos, se laven los oídos y los ojos cada vez que escuchen o contemplen mensajes de odio, bajo coartada ideológica. Que no acepten más ladridos e improperios, vengan de donde vengan. Que cambien de emisora, de canal o de página, que bloqueen al transmisor de infamias o de bulos, que den la espalda a todo reverbero ambulante de la inquina, cada vez que comprueben que ni siquiera en estas circunstancias, se da tregua al sectarismo sádico y cruel de quien acompaña cada apreciación de un mote denigratorio o un adjetivo insultante. Que no toleren que haya quienes, como el padre Peneloux, el juez Othon o el delincuente Cottard -antihéroes de la novela de Camus-, parezcan cómodos con la epidemia y terminen instalándose en ella, incluso aprovechándose de ella.

Por fortuna no dejan de aflorar entre nosotros, especialmente entre el abnegado personal sanitario de nuestros hospitales públicos y privados, esos valientes que, sin escatimar horas ni riesgos, anteponiendo su vocación médica, su juramento hipocrático, a cualquier otra consideración, han decidido como el doctor Rieux, justamente mitificado por Camus, dar un paso al frente y salir al encuentro de la epidemia. Porque "cuando se ve la miseria y el sufrimiento que acarrea, hay que ser ciego o cobarde para resignarse a la peste".

Pongamos todos los medios disponibles en sus manos; reclamemos que se movilice a cuantos puedan servirles de ayuda, sean neófitos o reservistas, nativos o importados; rebañemos las arcas públicas para insuflar más recursos en el sistema sanitario; aplaudamos a los hoteleros que ceden sus establecimientos para habilitar camas hospitalarias; a las empresas suministradoras de mascarillas que aumentan su producción; a las tecnológicas que fabrican respiradores y otras máquinas providenciales; a las farmacéuticas que perfeccionan medicamentos e investigan contra reloj, en pos de la vacuna.

Médicos, enfermeras, directores de hospitales, farmacéuticos, científicos, tecnólogos, vosotros sois nuestro Ejército de Salvación. Pedid lo que necesitéis. Anoche os hemos aplaudido espontáneamente. Obligadnos a escucharos desde hoy. Mantened la posición, hasta que recibáis los refuerzos que el Gobierno ya recluta.

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Es cierto que a todos nos espera un duro polisíndeton vital pues, durante al menos un mes, no podremos ni viajar, ni ir al fútbol, ni visitar museos o teatros, ni dejar a los niños en la escuela o a los abuelos en el centro de día, ni trabajar como nos gusta, ni ganar el dinero que quisiéramos, ni gastarlo en ropa, bares o cafeterías, ni probablemente votar.

Pero pensad, pensemos, que tras la sangre, sudor y lágrimas -sin olvidarnos del esfuerzo: "Toil, blood, sweat and tears"- habrá un Día de la Victoria y que, si el arrimar solidariamente el hombro de hoy, como acaba de hacer Pablo Casado, desemboca en un empeño de reconstrucción común, con unos presupuestos de emergencia comunes, como los que propone Inés Arrimadas, tal vez bajo la batuta de un Gabinete de Guerra, fruto -ojalá- de un gobierno de concentración, a lo mejor resulta que, descubrimos con el doctor Rieux, que "aunque el sol de la peste extinga todo color y haga huir toda dicha, hay en las personas -incluidos los españoles y españolas que no piensan como nosotros- más cosas dignas de admiración que de desprecio". Y eso nos permita -insha'Allah, Dios lo quiera- vencer a dos epidemias por el precio de una.


(*) Periodista y editor de El Español


El virus de la Corona / José Antich *

La grave situación de salud pública que vive España por el coronavirus, en parte amplificada por la negligencia del gobierno de Pedro Sánchez a adoptar desde el primer momento drásticas medidas como se le pedía, por ejemplo, desde Catalunya, no debe tapar lo que, sin duda, es una noticia de alcance internacional y que compromete muy seriamente a la monarquía española. 

El rey Felipe VI ha reconocido a través de un comunicado de la Casa Real que tenía conocimiento desde hace tiempo, al menos más de un año, de las cuentas offshore de su padre en el extranjero, amasadas con total impunidad y que iba a ser el receptor de la fortuna corrupta.

El envoltorio que se le ha dado al comunicado poniendo el acento en que renunciará a la herencia -debería explicar como ya que el Código Civil  prohíbe la renuncia a la herencia futura  (artículos 816 y 991)- y que su padre, Juan Carlos I, dejaba de percibir su asignación de los Presupuestos Generales del Estado es la parte, digámoslo así, amable, de una noticia que deja ante los ojos de todos los españoles la corrupción en la jefatura del Estado durante décadas.

Si los españoles no estuvieran en el lógico estado de shock por el imparable avance del coronavirus y el confinamiento de la población, la degradación moral en que ha entrado la monarquía española la haría saltar por los aires. También, si los pusilánimes representantes de los partidos del régimen -PSOE, PP, Cs y ahora Vox- hicieran simplemente su trabajo en el Congreso de los Diputados en vez de oponerse a la creación de comisiones de investigación como le habían instado los partidos indeendentistas catalanes y vascos y, en este caso, también Podemos.

Felipe VI intenta soltar lastre una vez la prensa internacional - la de Suiza y la del Reino Unido, fundamentalmente- había dado muestras suficientes de que no iba a dejar correr el asunto y pensaba proseguir con nuevos escándalos en los próximos días. El escandaloso silencio de la prensa oficialista española, tanto de Madrid como de Barcelona, ha servido de bastante poco, ya que la prensa digital ha cubierto con creces los compromisos del establishment mediático para camuflar la noticia en sus páginas de papel.

La opacidad no ha resistido más y la monarquía española ha despeñado buena parte del poco crédito que tenía ante la sociedad española con un comunicado que pone los pelos de punta. No estamos hablando de los elefantes en Botswana, ni de los continuados devaneos en la vida privada de Juan Carlos I. De algo que se pueda tapar con una disculpa pública. 

Estamos hablando de cómo se ha amasado una fortuna con presuntas comisiones ilegales, lo que exige la intervención de la justicia y abrir en canal lo que ha sido vox populi desde hace muchos años y no se ha querido abordar para salvaguardar la institución. 

En 2014 se forzó su abdicación; ahora, la situación afecta a toda la familia, incluido el actual rey, Felipe VI, que solo ha reaccionado cuando se ha conocido la información y no cuando el tuvo conocimiento de ella. Un matiz más que signifcativo.


(*) Periodista y director de El Nacional


Las lecciones que puede dar el coronavirus a la especie humana / Luis González Reyes *

En los últimos 6.000 años, pero sobre todo en los pasados 200 y, más concretamente, a partir de los años 50, las sociedades humanas han ido tomando altura. Mucha altura. Desde arriba, contemplamos a un diminuto virus y, tal vez, podamos aprender algo de él.

Desde lo alto del antropocentrismo

El ser humano primigenio era un predador que también podía ser cazado por otros predadores. Pero gracias a su increíble capacidad de coordinación y su desarrollo tecnológico ha conquistado la cúspide de la cadena trófica concibiéndose como invulnerable y todopoderoso.
 
Sin embargo, la vida surgió desde los seres vivos más minúsculos y sigue basándose en ellos. No en los superpredadores. El reino de lo pequeño es el que permite que exista la vida en el planeta. Sin las bacterias no habría suelo fértil y muchas otras cosas. De manera más general, sin ellas no sería posible la reutilización de los elementos (carbono, nitrógeno, fósforo, etc.) en grados de reciclaje inimaginables por la tecnología humana (del orden del 99,5-99,8%). No olvidemos que vivimos en un planeta en el que no entra materia nueva, que tenemos que apañarnos con lo que hay.

El coronavirus puede servir para hacernos recordar que lo minúsculo es determinante en la Tierra. Y que, en la trama de la vida, realmente somos prescindibles.

Desde lo alto del sistema agroindustrial

Para nuestro control de todos los seres vivos, el sistema agroindustrial resulta determinante. La domesticación de algunas especies animales y vegetales, y la transformación de los ecosistemas para que puedan medrar estas y no otras.

Desde el principio de la agricultura y la ganadería, esto ha provocado que distintos virus hayan saltado de otros animales a los seres humanos: de las vacas, el sarampión y la tuberculosis; de los cerdos, la tosferina; o de los patos, la gripe. Esto no ha dejado de ser así en las últimas décadas. Es más, es algo que se ha acelerado conforme se incrementaba la destrucción de distintos ecosistemas. Como refleja Sonia Shah: “Desde 1940, han aparecido o reaparecido centenares de microbios patógenos en regiones en las que, en algunos casos, nunca antes habían sido advertidos. Es el caso del VIH, del ébola en el oeste de África o del zika en el continente americano. La mayoría de ellos (60%) son de origen animal. Algunos provienen de animales domésticos o de ganado, pero principalmente (más de dos terceras partes) proceden de animales salvajes”. Este parece ser el caso del coronavirus, que puede tener como huésped original a los murciélagos. 

Por otra parte, el sistema agroindustrial también es uno de los factores directores del cambio climático, como sabemos. Un reciente estudio muestra cómo el cambio climático ayuda a la transmisión de virus entre distintas especies de mamíferos. De este modo, en un mundo donde la disrupción ecosistémica es la norma, el ser humano no solo tiene cada vez menos defensas (por ejemplo, pierde potenciales principios farmacológicos, pues la mayoría de ellos provienen de otros seres vivos), sino que sufre amenazas crecientes. El desequilibrio ecosistémico es en todas las escalas, también la microbiana, y afecta de lleno a los seres humanos. Un ejemplo es el coronavirus.

Desde lo alto de Occidente

Entremos en las sociedades humanas, porque en ellas también se han producido escaladas de unas formas determinadas de organización social. La forma de vida occidental ha arrasado con todas las demás. Se ha convertido en la hegemónica, lo que ha supuesto una importante homogeneización social. Un ejemplo es la primacía de lo urbano, de lo moderno, de lo tecnológico. Una primacía que ha ido igualando los espacios de sociabilidad humana en todo el planeta pero que tiene, indudablemente, su epicentro en las regiones centrales.

El coronavirus pone en solfa esa primacía. La infección comenzó en el mundo urbano. En uno de sus territorios de mayor desarrollo y, desde ahí, se está expandiendo a sus equivalentes marcando casi a la perfección cuales son las venas por las que corre la globalización. En todo caso, también es determinante que en el Hemisferio norte es invierno (o como se soliera llamar a esta estación antes del cambio climático).

El virus se expande de manera sencilla porque hemos cercenado la diversidad humana en una “aldea global”. En la historia de la vida, la aparición de formas más complejas no ha conllevado la desaparición de las formas más simples, sino que se ha producido una reacomodación simbiótica (desde la perspectiva macro). Esto ha permitido a los sistemas tener más resiliencia. Sin embargo, en las sociedades dominadoras —y más en el capitalismo—, el incremento de complejidad ha destruido las formas menos complejas, perdiéndose diversidad cultural, económica y política.

Desde lo alto del neoliberalismo

El capitalismo ha llegado a su paroxismo con la globalización y con el neoliberalismo, aunque en realidad son dos caras del mismo proceso. 

Una de las expresiones de la victoria del neoliberalismo es el desmantelamiento de lo público. Tantos años de desmontaje de la sanidad pública para que ahora, de manera dramática, descubramos que es lo único que tiene alguna posibilidad de parar el coronavirus y, a la vez, el sistema más vulnerable a la infección, ese por el que se cierras escuelas, ciudades y países para que no colapse. Mientras, la sanidad privada está escudada tras sus cláusulas de no atención en caso de pandemias.

La segunda es el desmantelamiento de lo común. Más dramático que el desmoronamiento de lo público ha sido el de lo común. El de las redes de apoyo mutuo sociales que permiten procesos de autoorganización. Es la victoria del sálvese quién pueda. Del individualismo absoluto. La epidemia del coronavirus muestra lo absurdo de esa estrategia. Las sociedades humanas están basadas en la hipercooperación (asimétrica, muy asimétrica). 

No hay posibilidad de que nadie se salve en solitario porque dependemos del trabajo de muchísimas otras personas. Nos creemos individuos porque ocultamos las relaciones de cooperación forzada (podemos llamarlas explotación) que sostienen nuestra “individualidad”. Pero el coronavirus llega más lejos. El aislamiento para no expandir el contagio es, probablemente, el torpedo a la línea de flotación de lo que somos como especie más importante de la situación que estamos viviendo.

Desde lo alto de la globalización

El sistema socioeconómico actual tiene elementos de resiliencia importantes. Uno es que la alta conectividad aumenta la capacidad de responder rápido ante los desafíos. Por ejemplo, si falla la cosecha en una región, el suministro alimentario se puede garantizar desde otro lugar del planeta —si es que interesa— y lo mismo se podría decir de una parte sustancial del sistema industrial.

Sin embargo, la conectividad también incrementa la vulnerabilidad del sistema, ya que, a partir de un umbral, no se pueden afrontar los desafíos y el colapso de distintas partes afecta al conjunto. El sistema funciona como un todo interdependiente y no como partes aisladas que puedan sobrevivir solas. A partir de un elemento cualquiera, como el colapso por saturación de los servicios de emergencia, esta carencia se transmite al conjunto. En este sentido, demasiadas interconexiones entre sistemas inestables pueden producir por sí mismas una cascada de fallos sistémicos. Además, una mayor conectividad implica que hay más nodos en los que se puede desencadenar el colapso.

Pero el capitalismo global no solo está interconectado, sino que es una red con unos pocos nodos centrales. El colapso de alguno de ellos sería casi imposible de subsanar y se transmitiría al resto del sistema. Algunos ejemplos son: i) Todo el entramado económico depende de la creación de dinero (crédito) por los bancos, en concreto de aquellos que son “demasiado grandes para caer”. 

Además, el sistema bancario se ha hecho más opaco y, por lo tanto, más vulnerable con la primacía del mercado en la sombra. ii) La producción en cadenas globales dominadas por unas pocas multinacionales hace que la economía dependa del mercado mundial. Estas cadenas funcionan just in time (con poco almacenaje), son fuertemente dependientes del crédito, de la energía barata y de muchos materiales distintos. iii) Las ciudades son espacios de alta vulnerabilidad por su dependencia de todo tipo de recursos externos que solo pueden adquirir gracias a grandes cantidades de energía concentrada y a un sistema económico que permita la succión de riqueza. Pero, a su vez, son un agente clave de todo el entramado tecnológico, social y económico.

El colapso de esta maraña interconectada no tendrá una única causa, sino que se producirá por la incapacidad del sistema de solventar una multiplicación de desafíos en distintos planos en una situación de falta de resiliencia. El colapso se da en situaciones de altos niveles de estrés en distintos planos del sistema. Igual que sucede con el coronavirus: las personas que mueren por la infección lo hacen porque ya tenían un cuadro de patologías previas.

Pero el Covid-19, más allá de una metáfora de la vulnerabilidad de los sistemas con múltiples desafíos, es un desafío más a este sistema, como argumenta Nafeez Ahmed. El capitalismo global ya estaba en crisis antes de la pandemia de coronavirus —se puede leer a Michael Roberts—, pero las medidas de salud pública que se están tomando la refuerzan. 

Primero, al reducir de manera importante el número de personas trabajando para la reproducción del capital. Segundo, disminuyendo el número de personas que dan salida a los bienes y servicios producidos (el turismo es un ejemplo claro). Tercero, porque la propia producción se ve comprometida por cortarse las cadenas de producción (falta de actividad en unos lugares, falta de transporte en otros).

Más allá de estos elementos generales indispensables para la reproducción del capital, hay elementos concretos en la actual coyuntura que son centrales. Las crisis capitalistas conllevan un incremento de competencia entre los entes económicos respaldados por sus Estados que puede ser fatal. 

Por ejemplo, en el campo energético, donde ya hay una situación de crisis profunda fruto de haber alcanzado el pico del petróleo convencional y de acercarse todos los demás, la lucha se ha recrudecido. Arabia Saudí ha hecho que se desplomen los precios del crudo (ya bajos por la crisis económica). Con esto trata de torcer la mano de Rusia, pero quien más puede sufrir por todo esto es EE UU. 

De los tres gigantes de extracción de hidrocarburos, el último es, con diferencia, quien tiene los costes de extracción más altos y, por lo tanto, quien va a sufrir más por unos precios del crudo por los suelos. Y la cuestión no es solo de la industria petrolera estadounidense, sino de su industria financiera, no en vano la primera está sostenida por inversiones gigantescas de la segunda. Y decir que hay problemas con las finanzas de EEUU es decir en realidad que están comprometidas las del mundo. Recordemos el crac del 2007/2008.

La cuestión no es solo de una crisis del sistema económico, sino también de la organización política, del Estado. El Estado tiene cada vez menos capacidad de hacer frente a crisis de amplio espectro. El coronavirus significa una desafío que pone al límite (ya veremos si supera) al sistema de salud. Ahora entendemos en Europa la construcción en Wuhan de un hospital gigantesco a marchas forzadas.

Pero la cuestión no es solo del sistema de salud. También está el control social. Hasta ahora, el miedo al contagio y la responsabilidad cívica han permitido implantar medidas muy duras de control social. Lo que hemos visto en China no tiene precedentes, al menos en las últimas décadas. Pero en Europa se está tomando un camino similar (con las adaptaciones político-culturales pertinentes). ¿Hasta cuándo será eso posible? 

Por ejemplo, si la mezcla entre desescolarización infantil y cierre de empresas se prolonga, ¿cuánto tardaremos en ver estallidos de las poblaciones más vulnerables? No imaginemos estallidos organizados, sino más bien estallidos desorganizados en forma de pillajes de supermercados. Unos estallidos que podrían reactivar la expansión del coronavirus, añadiendo de paso más complejidad a todo.

Ante estos estallidos, podemos prever una respuesta muy virulenta —el adjetivo viene que ni pintado— de la pujante extrema derecha, que pueda acrecentar la guerra que tiene declarada a los grupos sociales más vulnerables. Esto podría complicar mucho más la desestabilización sistémica si no logra tener éxito.

Tiremos de más hilos. Sin lugar a dudas, el Estado intentará responder a todos estos desafíos. Pondrá dinero para sostener las industrias petroleras, pondrá dinero para sostener los fondos especulativos, pondrá dinero para reprimir a la población, pondrá dinero para amortiguar el golpe en las clases más protestonas… Hasta que deje de poder hacerlo. Esto puede ser más rápido que tarde en una situación de agotamiento de las medidas tomadas frente a la crisis del 2007/2008, que aquí no hay espacio de desarrollar.

Estos son solo algunos ejemplos, podríamos pensar en más. El resumen es que el coronavirus no es el factor que va a provocar el colapso de nuestro orden social, pero puede ser el que lo desencadene en un contexto de múltiples vulnerabilidades del sistema (crisis energética, climática, material, de biodiversidad, de desigualdades, agotamiento de los espacios de inversión, deslegitimación del Estado, etc.). Y si no es el coronavirus, será otra la gota que colme el vaso.

Desde lo alto de la tecnología

En el imaginario social está la idea de que, pase lo que pase, el ser humano será capaz de resolverlo gracias a la tecnología. No lo decimos así, pero creemos que la tecnología nos permite ser omniscientes y omnipotentes.

Sin embargo, esto no es cierto. La tecnología tiene múltiples límites. Uno central —pero ni mucho menos único— es que para su desarrollo necesita grandes cantidades de materia y energía, justo dos de los elementos centrales que están fallando en la crisis múltiple que estamos viviendo. 

En el pasado, los cambios climáticos y las pandemias fueron factores determinantes en la evolución poblacional humana. Si en la historia reciente esto no ha sido así, se ha debido a que hemos tenido a nuestra disposición grandes cantidades de energía que, transformada en tecnología, nos ha permitido sortear estos desafíos. Esta disponibilidad energética —y por ello tecnológica)—abundante va a dejar de ser una realidad para siempre.

Pero, más allá de eso, la tecnología no genera soluciones inmediatas. En el caso de las investigaciones médicas, diseñar una vacuna en casos óptimos puede llevar 12-18 meses. Y diseñar una vacuna no quiere decir tenerla disponible de manera universal, pues después habría que resolver los problemas de rentabilidad, financiación, fabricación y distribución, que no son nimios. 

Igual puede ser demasiado tarde para sortear una crisis sistémica. Cuando las sociedades se enfrentan a múltiples vulnerabilidades, el tiempo cuenta, y mucho.
Por todo ello, uno de los principales aprendizajes que podríamos adquirir del coronavirus es que los seres humanos somos vulnerables, vivimos en cuerpos que se pueden morir sin que podamos evitarlo.

Tomando tierra

En conclusión, igual lo que podemos aprender del coronavirus es que necesitamos tomar tierra. Bajar de las alturas del capitalismo hipertecnológico hasta entendernos como parte de la trama de la vida. Desterrar el antropocentrismo.

Desde una mirada ecocéntrica, para el conjunto de la vida, para Gaia —de la que no somos más que un simple organismo más—, el coronavirus es una excelente noticia. Está significando un parón en la actividad económica que implica un freno a la destrucción ambiental, la primera de todas la distorsión climática.

No nos engañemos, este tipo de frenazos en seco son los únicos que, a día de hoy, pueden evitar un cambio climático desbocado, que sería una catástrofe para el conjunto de la vida inimaginable. Este es el resultado de un trabajo reciente, en el que hemos mostrado cuáles podrían ser esas transiciones para la economía española. Lo único que permitiría tener opciones de sortear el desastre climático sería abordar rápidamente la triada decrecimiento-ruralización-localización con objeto de reintegrarnos de forma armónica en los ecosistemas. Ese es el camino que nos enseña el coronavirus.

El microorganismo también nos dice que para que esa reconversión se produzca con algo de garantía para las mayorías sociales son imprescindibles fuertes repartos del trabajo y de la riqueza.

Uno de los organismos que componen Gaia, debido a una mutación, se ha convertido en una pandemia que está poniéndola en serio riesgo. El coronavirus de Gaia son el antropocentrismo, el capitalismo o la tecnolatría. Por ello, hay que desterrarlos de forma urgente y tomando las medidas draconianas que sean necesarias.


(*) Coordinador de Ecologistas en Acción y doctor en Ciencias Químicas


sábado, 14 de marzo de 2020

Suspendida la Semana Santa en la ciudad de Murcia, Cartagena y Lorca


MURCIA.- El Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías de Murcia, reunidos hoy en una sesión extraordinaria, con la presencia de la totalidad de los presidentes que lo componen, y ante las instrucciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias de la Región de Murcia, consensuadas con el alcalde José Ballesta y con el beneplácito del Obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha adoptado por unanimidad suspender las procesiones que organizan las Cofradías en la ciudad de Murcia, así como todos los actos a celebrar en la vía pública en los días de la Semana Santa.

"Nos unimos a la petición de nuestro Obispo, para que nos unamos en oración, personal y comunitaria, implorando la intercesión de la Santísima Virgen María, para que Dios nos conceda la pronta superación de esta pandemia", han concluido en su comunicado.
Precisamente el obispo afirmó el pasado jueves que no le iba a "temblar la mano" si tuviera que tomar decisiones al respecto.
La Semana Santa de Murcia está declarada de Interés Turístico Internacional y sus procesiones, especialmente las de Miércoles y Viernes Santo, son seguidas por decenas de miles de personas.
Después de que el Cabildo de Cofradías anunciara la suspensión de las procesiones y los actos públicos de la Semana Santa de la ciudad de Murcia o Lorca, luego han hecho lo propio en Cartagena.
Así, la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cartagena ha decidido suspender los desfiles pasionales del próximo mes de abril, debido a la pandemia del coronavirus. La decisión ha sido comunicada este mediodía de forma oficial a la alcaldesa, Ana Belén Castejón.
Las cuatro cofradías cartageneras, marrajos, californios, resucitados y del Socorro, habían acordado hace unos días suspender sus actos de cuaresma, hasta el 31 de marzo, tres días antes del Viernes de Dolores, día grande de Cartagena y en el que debía de salir su primer desfile.
Las procesiones de la Semana Santa de Cartagena están declaradas de Interés Turístico Internacional y congregan a decenas de miles de fieles y visitantes, que asisten a sus desfiles multitudinarios.

También en Lorca

Según ha informado el Ayuntamiento de Lorca a través de una nota informativa, "de común acuerdo, los Presidentes de las Cofradías y el Alcalde de Lorca y tras las medidas adoptadas por el Gobierno de la Nación y el Gobierno Regional en relación al coronavirus COViD-19 y la alerta sanitaria decretada, se ha adoptado por unanimidad suspender con carácter definitivo la celebración de la Semana Santa de Lorca así como todos los actos de toda índole relacionados con ésta, con el fin de garantizar la salud pública en nuestro municipio".

Ascienden a 53 los positivos, solo dos más que esta mañana en la Región

MURCIA.- El Gobierno regional ha actualizado, a través de su cuenta de Twitter, el número de positivos confirmados por coronavirus en la Región de Murcia. En total, a las 20.00 horas, ese número ascendía a 53, solo dos más que esta mañana a las 11.00 horas, cuando el consejero de Salud, Manuel Villegas ofrecía la rueda de prensa diaria sobre la actualidad y las novedades del virus.

De esos 53 casos positivos, 39 se encuentran en aislamientos domiciliario, 12 ingresos hospitalarios y en la UCI permanecen las mismas dos personas que se encontraban en la Unidad de Cuidamos Intensivos. Mañana, a las 11.30 horas, está previsto que el consejero de Salud vuelva a informar en rueda de prensa sobre el coronavirus.