miércoles, 6 de septiembre de 2017

La Federación Nacional de Regantes pedirá al Ministerio "más trasvases viables"

MADRID.- El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo, asegura que la organización pedirá «más trasvases» que sean «viables desde el punto de vista ambiental y económico» en la reunión que mantendrán este viernes 8 de septiembre con la directora general del Agua, Liana Ardiles, en el marco del Pacto Nacional del Agua.

Ante la sequía que padece España, con los embalses españoles al 42,9% de su capacidad (37,9% para uso consuntivo), con los niveles de precipitaciones acumuladas un 12% por debajo de lo normal, Del Campo ha adelantado que los regantes pedirán a Ardiles «agua y tecnología».
En concreto, demandarán a la directora general que se culminen algunas obras de modernización, además de unir algunos trasvases dentro de la misma cuenca, pero «también entre diferentes» demarcaciones, «justificando siempre la viabilidad económica y ambiental».
Para Del Campo, con más trasvases y más embalses se puede «mitigar la amenazada del cambio climático» (que se traduce en «lluvias torrenciales y sequías prolongadas»). Así, considera que, «por un lado, se evitarán las inundaciones, porque el agua quedará retenida, y, por otro, los periodos de sequía. Es cierto que esto se acaba, -como ha ocurrido con el trasvase del Acueducto Tajo-Segura, ya que los sistemas de cabecera del río están por debajo del mínimo trasvasable-, pero se pueden hacer más siempre que cumplan con los impactos ambientales; y si no los cumplen, pues no se hacen», señaló el presidente de Fenacore.
«Lo que está pasando en nuestro país de forma agudizada es lo que yo llamo ´la contaminación política del agua', porque se defiende lo que da votos y los intereses partidarios por encima del bien común», lamentó Del Campo, quien afirmó que «hay un sentido localista del agua, porque parece que pertenece a quien la tiene más cerca y no a todos, como dice nuestra Constitución».
A su juicio, «esto es lo que causa conflicto y por eso es tan difícil hacer estas conexiones. No se le puede causar perjuicio al vecino, pero para eso están las medidas compensatorias», añadió, al tiempo que apuntaba que «sería viable si no se hubiera politizado».
Sobre el impacto de la sequía, Del Campo aseguró que, «tras el tercer año consecutivo con falta de agua», sobre todo en las cuencas del Duero, donde «ha sido sorprendente», y en la del Segura, se van a tener que cambiar cultivos de regadío por los de secano. «Por ejemplo, se va a sustituir maíz por girasoles o trigo», indicó.
Según Del Campo, esto va a tener «unas consecuencias económicas enormes, no solo en los ingresos de los agricultores, sino también en el complejo de alimentación asociado». No obstante, considera que aún es pronto para determinar cuántas hectáreas se verán afectadas. «En octubre comenzaremos a planificar todos estos cambios para estar preparados», avanzó.
Recordó que, «como es lógico, la legislación da prioridad al abastecimiento a la población frente a los cultivos», por lo que «quienes realmente se ven afectados son los agricultores».

Las actuaciones del Plan Copla en julio y agosto se reducen un 7,5% respecto al año pasado

MURCIA.- Las 252 personas adscritas al Plan de Vigilancia y Rescate en Playas y Salvamento en la Mar (Plan Copla) realizaron durante los meses de julio y agosto un total de 45.597 actuaciones, lo que supone un descenso del 7,5% respecto al mismo período de 2016.

Según indicó el consejero de Presidencia y Fomento, Pedro Rivera, quien realizó el balance del período de peligro alto en Lo Pagán acompañado por los alcaldes de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez, y de Los Alcázares, Anastasio Bastida, «29.778 actuaciones o, lo que es lo mismo, el 65,74% de esas actuaciones, fueron de ayuda a personas con dificultades o atención de solicitudes de información».
En efecto, mientras que en julio y agosto de 2016 los socorristas realizaron 20.352 curas y primeros auxilios, este año hicieron 15.200, señaló Rivera, quien agregó, en cuanto a rescates de personas, que el año pasado fueron 341 frente a los 248 de este.
Por el contrario, aumentaron las actuaciones relacionadas con servicios sociales, ayuda a personas con problemas de movilidad, solicitudes de información y búsqueda de personas extraviadas en la playa, que pasaron de las 28.265 de los meses de julio y agosto de 2016 a los 29.778 de este año.
Por municipios, en las playas de Cartagena se realizaron más actuaciones (45% del total), seguidas de las de San Javier (20,5%); Los Alcázares (12,25%); Mazarrón (9,9%); San Pedro del Pinatar (5,54%); Águilas (3,88%); La Unión (2,66%) y Lorca (0,29%).
Así mismo, apuntó que se contabilizó en este periodo un total de 2.741 alergias tratadas, frente a las 5.400 del pasado año; 6.109 picaduras de animales marinos, por 7.570 de 2016; 40 casos de quemaduras y 13 de insolaciones, por 35 y 12, respectivamente, de hace un año; y 3.438 ayudas a personas con movilidad reducida, que el año pasado fueron 3.227.
Durante la época de peligro alto del Plan Copla (meses de julio y agosto) se desplegaron un total de 90 puestos de vigilancia y 35 sillas móviles en 74 playas de los 8 municipios costeros de la Región.
El Plan Copla mantiene activos en la actualidad 36 puestos de vigilancia en las playas de la Región de Murcia, la mayoría de los cuales se mantendrán operativos durante la primera quincena del mes. Son tres en Águilas, once en Cartagena, tres en Los Alcázares, tres en Mazarrón, ocho en San Javier, cinco en San Pedro del Pinatar, y tres en La Unión.

La Región registra el cuarto agosto más húmedo de los últimos 77 años

MURCIA.- La Región de Murcia registró este año el cuarto mes de agosto más húmedo de los 77 años de registros, que comenzó con el paso de una borrasca y algunas tormentas.

A partir del día 3, el anticiclón atlántico se reforzó, soplaron vientos de levante y se calentaron las aguas costeras hasta superar los 28ºC en la boya de Cabo de Palos (de Puertos del Estado), lo que favoreció, hasta el día 9, un episodio de temperaturas y humedades relativas muy elevadas.
Asimismo, la proximidad de una borrasca sobre Francia inestabilizó la atmósfera de la Región, registrándose varios reventones cálidos, tormentas y viento fuerte el día 7.
Posteriormente, los días 9 y 10, tras la descarga fría asociada a la borrasca, se intensificó el viento de componente este, llegando a ser muy fuerte en el litoral y provocando un marcado descenso en la temperatura de las aguas costeras.
Tras el paso de la borrasca, dominó la estabilidad con temperaturas normales y a partir del 25 y hasta fin de mes se sintieron los efectos de un DANA que terminó provocando un episodio de fuertes, persistentes y generalizadas precipitaciones, con marcado descenso de las temperaturas.
La temperatura media mensual (26ºC) fue superior en +0,2ºC al valor medio, siendo el carácter del mes "normal". La media de las máximas, 32,6ºC, estuvo por debajo del valor normal en 0,3ºC, mientras que la de las mínimas, 19,7ºC, presentó una anomalía sobre el valor normal de +0,8ºC.
Destacaron las temperaturas cálidas de la primera decena del mes, siendo en el observatorio de Murcia la primera decena de agosto más cálida de los 34 años de registros; y las temperaturas bajas de los últimos días del mes, igualando el día 30, con 25,6ºC, la efeméride de la máxima más baja de agosto de este observatorio, de fecha 31 de agosto de 1986.
Las temperaturas máximas más altas en promedio se registraron el día 4, alcanzándose los 40ºC en puntos de la comarca del Noroeste, como Caravaca y Calasparra. La máxima absoluta del mes se registró en el observatorio de Murcia, el día 3, con 41,4ºC.
Las máximas más bajas se dieron el día 29, registrándose en la estación meteorológica de Zarcilla de Ramos tan solo 19,6ºC de máxima. Las temperaturas mínimas más altas se observaron el día 2, siendo la más alta la registrada en Águilas, con 26,7ºC ese día; y las temperaturas mínimas más bajas se dieron el día 13, con 12,4ºC en Las Fuentes del Marqués (Caravaca).
Durante este mes, la precipitación media en la Región fue de 40,1 l/m2, lo que supone 7 veces más que el valor de la mediana1 5,7 l/m2 , y caracteriza al mes como "muy húmedo". Las precipitaciones tuvieron carácter tormentoso.
Donde más precipitación se acumuló fue en las comarcas del Alto Guadalentín y Altiplano, superándose los 50 l/m2 en amplias zonas y acumulándose más de 70 l/m2 en Zarcilla de Ramos (Lorca). En diversas zonas de la Región no se superaron los 20 l/m2 .
Destacaron las precipitaciones de los días 7 y 9, localmente en forma de granizo, siendo severo (entre 4 y 5 cm de diámetro) el día 9 en el municipio de Jumilla.
Pero el episodio de precipitaciones más importante, por las cantidades acumuladas, se dio entre los días 26 y 31, especialmente los días 28, 29 y 30.
Se acumularon más de 60 l/m2 en las estaciones de Lorca y Puerto Lumbreras, alcanzando localmente intensidades fuertes y llegando a registrarse en Mazarrón hasta 9,0 l/m2 en tan solo 10 minutos, el día 29.
La precipitación máxima acumulada en 24 horas, en este mes de agosto, fue de 41 l/m2 en Jumilla, el día 29. En el observatorio de Murcia se registraron cuatro días de lluvia de barro, los días 1, 2, 7, y 10.
Durante este mes de agosto se han detectado 14 días con descargas eléctricas en la Región, con un total de 1274 rayos, de los que 698 se registraron el día 20.
El número de días de tormenta ha sido prácticamente el doble del promedio de la serie 2000-2016 (7,8 días) y eEl número de rayos también estuvo por encima del promedio 2000- 2016 (1071 rayos).
Las precipitaciones desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 31 de agosto de 2017, 443 l/m2, suponen el 167% del valor de la mediana para el mismo periodo, y un carácter pluviométrico "extremadamente húmedo".
Este carácter es debido, en gran parte, a las precipitaciones extraordinarias registradas en el pasado mes de diciembre. Si en el mes de septiembre lloviera lo normal, el año hidrológico 2016-2017 terminaría con un carácter "muy húmedo".
Este periodo octubre-agosto es el tercero más húmedo desde el principio de la serie de registros (1941), después de los años 1948-1949 con 592 l/m2, y 1946-1947 con 470 l/m2.
El mes de diciembre fue extremadamente húmedo; enero, marzo y agosto fueron muy húmedos; noviembre y julio fueron húmedos; los meses de octubre y abril tuvieron un carácter normal; junio fue seco; y febrero y mayo fueron muy secos.
El año agrícola, con una precipitación acumulada de 453 l/m2 , termina con un carácter muy húmedo, con un 145% del valor medio, 312 l/m2, siendo el séptimo año agrícola más húmedo desde 1941.
Durante este mes el episodio de vientos fuertes más importante por su persistencia fue el registrado los días 9 y 10 en el observatorio de San Javier, de componente este.
También se registraron vientos fuertes el día 7, de dirección suroeste en el observatorio de Alcantarilla y el día 27 de dirección noroeste en Zarcilla de Ramos (Lorca).
La racha máxima mensual registrada fue de 78 km/h en San Javier el día 10 y en Zarcilla de Ramos el día 27. El 7 de agosto varias zonas de la Región se volvieron a ver afectadas por el fenómeno llamado reventón cálido, que puede llevar asociados rachas de viento intensas.

'Navantia' programa de nuevo la puesta a flote del BAM construido en Ferrol


FERROL.- Navantia ha anunciado la puesta a flote «en las próximas semanas» del casco en construcción del sexto Buque de Acción Marítima (BAM), el Furor, en la factoría de la ría de Ferrol. El grupo naval señala en un comunicado que la operación «resulta imprescindible para continuar con la construcción del mismo dado los retrasos sufridos». Es el tercer intento para botar el buque, según La Voz de Galicia.

El programa «está manejando varias alternativas de fechas aun no decididas, en función de cómo se desarrollen los trabajos», indica. Según el calendario fijado, «una de ellas era el día 8, que ya no parece probable» y «otra será unas semanas después», pero que «está por determinar».
Navantia lamenta que «la conflictividad laboral de los últimos meses ha impedido el normal desarrollo de la estrategia constructiva y de la programación de un acto de botadura del barco terminado» para la Marina española.

Campamento soterramiento / José Daniel Espejo *

¿Os confieso una cosa? Hoy hay que hablar de soterramiento, y yo no sé qué decir. Han pasado más de cinco años desde que el gabinete de Rajoy decidió (gracias a la mansedumbre de nuestros gobiernos regional y local) que Murcia merecía muro y superficie. Desde entonces, como tantos vecinos y siguiendo las iniciativas de la Plataforma Prosoterramiento, he hecho cuanto estaba en mi mano para impedir la aberración. 

Como vocal en la junta de uno de los distritos afectados (el del Infante), preparé hasta tres mociones contra el plan. Me he plantado en las vías todos los martes que he podido, he asistido a todas las manifestaciones. En este espacio he denunciado a los culpables docenas de veces, así como en redes, en intervenciones públicas y en toda ocasión que se me ha presentado, muchas veces frente al disgusto de periodistas que veían colarse las ´palabras prohibidas´ (soterramiento, superficie, incumplimiento) en donde preferían silencio.

Ahora que las obras del muro avanzan finalmente hacia la ciudad, ahora que se anuncia la construcción de los pasos elevados para peatones en pasos a nivel como el de Santiago el Mayor, a mí no me quedan ya nuevas palabras ni nuevos argumentos, y tengo la sensación de que el cansancio y el paso del tiempo, tras cinco años largos de movilización, es una de las armas con que tratan de colarnos esta obscenidad de partir la ciudad en dos, hacernos apencar a los vecinos del lado sur con una infraestructura que nos condena al puro subdesarrollo.

También ha sido éste un lustro de manipulación, falsedad y promesas incumplidas. Mientras ciudades como Orihuela, Logroño o Langreo iban inaugurando o aprobando sus estaciones soterradas y el trámite para traicionar a Murcia iba confirmándose, no sé cuántas veces hemos tenido que sufrir anuncios triunfales en portada –con el futuro perfecto de las notas de prensa del Gobierno regional– que al poco quedaban en nada. Soluciones estrafalarias que nunca han pasado de mero proyecto, como la de la estación provisional en Los Dolores o la ´montaña rusa´ a la altura de Torre de Romo, iban apareciendo con ademán de trilero, y «enviados especiales» con cargo iban sucediéndose para asegurarnos soluciones definitivas, solo unos meses antes de decir digo y emigrar a la dorada prejubilación.

No saber qué decir no significa, por desgracia para nuestros mandantes, no saber qué hacer. Si hasta ahora nuestras razones se han estrellado contra el trámite a marchamartillo para elevar los muros del AVE sin soterrar, esta vez esos martillos son perfectamente audibles desde la ciudad. Contra esa aberración de cemento muere, también, la campaña de despiste puesta en marcha por los bochornosos políticos que padecemos. Tal vez el tiempo de la argumentación a distancia ha pasado ya. Nos vemos esta tarde en el paso a nivel de Torre de Romo. Y no olvidéis la tiendecica de campaña, porque esta vez nos quedamos.


(*)
Filólogo, político y escritor




http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/09/06/campamento-soterramiento/857848.html

Tres hipótesis / Antoni Puigverd *

Ahora mismo, pro­paganda aparte, las cosas están así. De ­entrada, hay dos posibilidades obvias: que el referéndum tenga o no tenga lugar. Si el Gobierno español, gracias a la Fiscalía y al TC, consigue impedirlo, habrá que ver la reacción que se produce en la calle, así como el alcance y la persistencia del movimiento de protesta.

En el caso de que las altas instituciones del Estado impongan una especie de pax romana, con cargos inhabilitados o encarcelados, como ya reclama Albert Rivera, es evidente que la cuestión, en lugar de resolverse, se habrá podrido irreversiblemente. En política, una herida podrida termina infectando todo. El sistema de 1978 quedará muy tocado. Aunque fuera muy clara, la victoria de Rajoy y del statu quo español sería inequívocamente pírrica, del mismo modo que la derrota del independentismo sería épica y permitiría un nuevo comienzo.


Ahora bien, en un contexto de sanciones e inhabilitaciones impuestas por el Estado, no puede descartarse la posibilidad de que las urnas aparezcan el día previsto y que, por lo tanto, se produzca una votación. Será más o menos folklórica, por supuesto. Pero, dejando de lado las cuestiones de procedimiento (juntas, locales de votación, censo, mesas, seguridad, etcétera), el éxito o el fracaso de este referéndum dependerá esencialmente de la participación. 

Si es inferior a la del 9-N, es evidente que la aventura de estos dos años será percibida como estéril. Si después de apostarlo todo a una sola carta, el independentismo no consigue llevar a las urnas más gente de la que ya participó el año 2014, mostrará algo más que límites. Demostrará impotencia. Ciertamente, el miedo habrá influido: las amenazas y los requerimientos del Fiscal General, del TC y del Gobierno. Pero el miedo es un ingrediente que hay que tener previsto antes de comenzar la aventura. A la revolución va uno curado de espantos. Si la hipótesis del fiasco se cumple, el independentismo quedará debilitado por haber impuesto con exiguas fuerzas una estrategia de alto riesgo y de fortuna incierta a una Catalunya más plural de lo que se quiere admitir.

Pero si el referéndum, en circunstancias de extrema dificultad, lograra superar la participación del 9-N, el independentismo obtendría una gran victoria. Una victoria que dejaría en fuera de juego al PSC y a los que (está por ver qué harán los Comunes), sin sumarse al inmovilismo de PP y Ciudadanos, han intentado oponerse al referéndum. El analista electoral Jaime Miquel habla de “quebequización”, concepto que implicaría la práctica catalanista del votante del no, el cual, a pesar de querer mantenerse en España, desobedecería de facto a los partidos que habrían combatido el referéndum.


¿La hipótesis del éxito de participación haría factible la independencia? Sólo en el caso de que este éxito fuera estratosférico (resultado que no se producirá). Ahora bien, una alta participación en el referéndum precipitaría sin duda una crisis de régimen en España. Siempre que Catalunya se mueve en serio, en España se produce un vuelco histórico.


 (*) Columnista y escritor catalán



Un conflicto, muchos responsables / Enric Hernández *

Como si la España del siglo XXI fuera el 'Far West' del XIX, los extremismos llevan un lustro desafiándose a la luz pública. Si esto fuera de bandos, como pretenden los intolerantes enfrentados, este sería el duelo definitivo de OK Corral: solo uno podría quedar vivo. Por fortuna, no es así.

Frente a las falsedades de quienes buscan la confrontación a toda costa, que los hay a ambos lados, emerge otra realidad: ni todos los catalanes quieren un referéndum a cualquier precio, 'peti qui peti', ni en el resto de España es unánime el rechazo a una consulta acordada y vinculante en Catalunya. Las últimas generales y los sondeos prueban que esa es la verdad, la diga Agamenón o su (equidistante) porquero. 

Si nos despojamos de las orejeras gregarias y ampliamos el campo de visión, el conflicto catalán tiene muchos responsables. El error de cálculo del tripartito (2004-2005) al no incorporar al PP al consenso sobre el Estatut. Las campañas catalanófobas de los populares y sus maniobras en el Constitucional para mutilar la Carta catalana (2005-2010). La indolencia del PSOE a la hora de defender ante el alto tribunal lo pactado y votado en Catalunya. El ansia de venganza de CiU por su desalojo del poder, que le llevó a mutilar el Estatut a cambio de recobrar la Generalitat. 

Las huidas hacia adelante de Artur Mas, que lo pusieron primero en manos de ERC (2012) y luego de la CUP (2015). Una crisis que han gestionado las derechas pero ha indignado y dividido a la izqiuerda. El inmovilismo de Mariano Rajoy en el último lustro. El cisma territorial del PSOE y los consiguientes vaivenes de Pedro Sánchez. La lectura errónea por parte de Junts pel Sí de unas autonómicas que presentaron como las definitivas plebiscitarias y, al perderlas en votos, reconvirtieron en el partido de ida.

Hasta aquí la retahíla de reproches que explica (pero en absoluto justifica) que la Generalitat y el Estado estén, metafóricamente, en pie de guerra. Hasta el referéndum de independencia (o no) debemos evitar entre todos que esta disputa deje secuelas irreparables en la sociedad catalana. Para que, tras el 1-O, volvamos a ser 'un sol poble'.


 (*) Periodista y director de El Periódico de Cataluña
 

Un mayor obstáculo para resolver la gran crisis social en Catalunya / Vicenç Navarro *

Como he documentado en artículos anteriores, el problema mayor que existe en Catalunya es el enorme deterioro de la calidad de vida de la población que ha ocurrido durante el periodo conocido como la Gran Recesión (ver “El mayor problema que tiene hoy Catalunya del cual no se habla: la crisis social”, Público, 30.06.17). Un dato que resume la gravedad de tal deterioro es que la tasa de mortalidad en Catalunya, que había ido descendiendo antes de que se iniciara la Gran Recesión, ha aumentado sustancialmente a partir del 2010 (un 10,1%). Como he indicado recientemente, una situación semejante ha aparecido en el resto de España durante el mismo periodo (ver El nuevo régimen social de España, Público, 23.06.17).


Las causas de este deterioro son fáciles de ver aun cuando los mayores medios de comunicación no informen de ello. Las responsables de esta situación son las políticas públicas neoliberales, que incluyen las reformas laborales que han debilitado enormemente al mundo del trabajo, como los sindicatos (causando el descenso de los salarios, de la ocupación, de la calidad de los puestos de trabajo y de la protección social) y los enormes recortes del gasto en las transferencias públicas como las pensiones –que están siendo reducidas significativamente– y  los servicios públicos del Estado del Bienestar (como sanidad, educación, servicios sociales, vivienda social, escuelas de infancia, servicios domiciliarios para personas con dependencias, y prevención de la pobreza y de la exclusión social, entre otros). 

Tales políticas neoliberales alcanzaron su máximo desarrollo durante los periodos que Catalunya y España han estado gobernadas por partidos de clara sensibilidad conservadora y neoliberal: Convergència Democràtica de Catalunya, hoy redefinido como Partit Demòcrata Català, en Catalunya, y el Partido Popular, en España. La evidencia  del enorme impacto negativo de esas políticas en el bienestar de las clases populares es abrumadora (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

La respuesta popular a la Gran Recesión: 
el 15-M en Catalunya y en el resto de España
Durante todos estos años de lo que debiera llamarse la Gran Crisis Social, el pensamiento neoliberal dominante en los establishments públicos mediáticos gobernantes en Catalunya y en España, canalizado a través de los mayores medios de información (estando los públicos claramente controlados por los partidos gobernantes y los privados por intereses financieros), fueron transmitiendo la imagen de que tales políticas neoliberales eran las únicas posibles debido al contexto europeo e internacional. Esta explicación, transmitida desde arriba, contrastaba, sin embargo, con la información que la gente normal y corriente recibía en base a su propia experiencia cotidiana, que le daba una visión diferente y opuesta a dicha información sesgada y manipulada desde arriba. 

De ahí que cuando apareció el 15-M, cuestionando la sabiduría convencional de que no había alternativas, sus denuncias fueran inmediatamente muy populares. Las encuestas detallaban que la mayoría de catalanes y españoles estaban en desacuerdo con el pensamiento dominante que afirmaba que no había alternativas, coincidiendo, en cambio, con una de las principales tesis del 15-M, que era afirmar que sí que había alternativas

Fue un motivo de gran orgullo para mí que en su primera manifestación en la Puerta del Sol en Madrid el movimiento 15-M mostrase, enfrente de los medios que cubrían tal evento, el libro que Juan Torres, Alberto Garzón y yo habíamos escrito titulado Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (Sequitur, 2011), en el que documentábamos que, en contra de lo que sostenía el pensamiento neoliberal dominante, había otras políticas alternativas que, de aplicarse, hubieran podido prevenir el enorme daño que las políticas públicas inspiradas en tal pensamiento, impuestas por los partidos gobernantes en España y en Catalunya, estaban causando al bienestar de las clases populares, corrigiendo, a la vez, las enormes injusticias y desigualdades que existían y continúan existiendo en el país (ver fotografía aquí).

El hecho de que estas políticas alternativas no se aplicaran se debía a que aquellos partidos gobernantes no estaban representando a las clases populares. En su lugar, estaban representando los intereses financieros y económicos que dominan la vida política y mediática del país, a través de un entramado de poder que obstaculizaba y continúa obstaculizando el desarrollo democrático de las instituciones llamadas “representativas”. El eslogan del 15-Mno nos representan fue enormemente popular a lo largo del territorio español, incluyendo en Catalunya, como también lo fue otro eslogan, no hay pan para tanto chorizo, que denunciaba la extendida corrupción en las instituciones políticas, resultado de la existencia de aquel entramado de poder político-económico-financiero.

El tsunami político que le siguió
Tal movimiento 15-M generó un tsunami político, apareciendo movimientos político-sociales a lo largo del país que constituyeron una amplia coalición de nuevos partidos políticos (Podemos, En Marea y En Comú Podem) a la que se unió una reformada Izquierda Unida y Equo. El éxito electoral de esta coalición no tenía precedentes en Europa. En menos de dos años llegó casi a ser la segunda fuerza política del país.

Su gran impacto en la vida política proviene de representar un deseo de cambio profundo en la sociedad española (incluyendo en la sociedad catalana) y en sus instituciones político-mediáticas, lo cual creó una predecible hostilidad por parte de los establishments político-mediáticos existentes tanto en Catalunya como en España hacia esta coalición de nuevas izquierdas que estaba exigiendo una reversión de las políticas de austeridad, una anulación de las reformas laborales, una democratización masiva de las instituciones del Estado (fuera este central, autonómico o local), así como otras muchas otras propuestas, entre las cuales destacaba la demanda de una visión plurinacional de España, distinta y opuesta a la visión uninacional y jacobina del Estado español que siempre ha caracterizado a las derechas españolas. 

Su aparición en la vida política del país y su rápida expansión determinaron toda una serie de hechos de gran transcendencia, que incluyeron, entre muchos otros eventos, la renuncia del monarca Juan Carlos I; la denuncia a la corrupción generalizada en las instituciones del Estado; la redefinición de España, con la creciente aceptación de la plurinacionalidad del Estado español; la rebelión de las bases militantes del PSOE frente al aparato y dirección de tal partido (exigiendo la unidad de las izquierdas para parar a las derechas), y otros muchos hechos incluyendo el gran debilitamiento del bipartidismo. Y en Catalunya este impacto fue incluso más allá, terminando con el bipartidismo, con un cuestionamiento del pujolismo y su absoluto control sobre los aparatos de la Generalitat de Catalunya.

Las nuevas izquierdas en Catalunya
En Catalunya, como consecuencia del tsunami político que representó el 15-M, aparecieron nuevas fuerzas políticas como En Comú y la rama catalana de Podemos (Podem), que al aliarse ganaron las elecciones legislativas en Catalunya, creando un revuelo y gran oposición por parte de los partidos tradicionales (incluidos partidos de la izquierda catalana). Y en la ciudad de Barcelona  un movimiento ciudadano de carácter vecinal, liderado por una mujer joven, Ada Colau, activista en los barrios populares contra  los desahucios, ganó las elecciones municipales en contra de todo pronóstico, mostrando la nueva alcaldesa de la ciudad un gran coraje y valentía en su enfrentamiento con las estructuras de poder que habían gobernado Barcelona y Catalunya durante muchos años. 

Tal coraje la ha convertido en una de las dirigentes políticas más populares de Catalunya. Esta popularidad fue paralela a la popularidad que Podemos despertó, a nivel de todo el Estado, incluyendo a Catalunya, generando un gran crecimiento de la rama catalana de Podemos. De ahí que la alianza En Comú Podem fuera esencial para conseguir el amplio apoyo electoral que explica sus consecutivas victorias en las legislativas, convirtiéndose en una fuerza política determinante tanto en Catalunya como en España. La alianza entre En Comú y Podem fue clave para conseguir el amplio apoyo electoral que explica su victoria en las legislativas. Nunca antes, durante el periodo democrático posdictatorial, se había visto un caso semejante en Catalunya.

La enorme oposición a las nuevas izquierdas en Catalunya
Predeciblemente, hubo inmediatamente una oposición y hostilidad hacia En Comú Podem por parte de los mayores medios de información en Catalunya y por parte también del gobierno de la Generalitat de Catalunya, cuyos aparatos han sido controlados abrumadoramente por la antigua Convergència durante la mayor parte del periodo democrático. Este partido, representante de la derecha catalana (ahora bautizada de nuevo como Partit Demòcrata Europeu Catalá), es la misma derecha responsable de la aplicación de las políticas neoliberales que generaron la enorme crisis social en la que viven las clases populares en Catalunya. 

Sus políticas económicas y sociales eran casi idénticas a las impuestas por el Partido Popular, y ello no se debía (como los independentistas de derechas indican) a que el Estado español se lo impusiera, sino a que ambos partidos (el PP y CDC) pertenecían a la misma familia política conservadora-neoliberal. En realidad, los recortes de gasto público social y las privatizaciones de los servicios públicos del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales, vivienda, escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre otros) fueron más masivos en Catalunya que en España.

Y dentro de las izquierdas, algunos sectores de ERC –un partido de centroizquierda- vieron también a En Comú Podem como su mayor adversario. De la misma manera que el PSOE había indicado explícitamente que su mayor adversario no era el PP, sino Unidos Podemos, algunos dirigentes de ERC indicaron que su adversario mayor no era la derecha catalana, sino En Comú Podem. En realidad, ERC fue incluso más allá que el PSOE. Aun cuando fue en una posición subalterna, ERC formó gobierno con CDC. Esta alianza contra natura, entre un partido de derechas neoliberales y un partido que se autodefine de centro-izquierda, está hoy gobernando Catalunya, siendo el punto de unión entre ambos partidos el tema nacional, promoviendo la secesión de Catalunya del resto de España como tema principal, aduciendo que el enorme problema social se resolverá una vez se haya alcanzado tal secesión. Para ambos partidos (que predeciblemente anuncian que el tema nacional y el social van juntos) la resolución de la Gran Crisis Social se pospone hasta que se haya conseguido la independencia: el tema nacional toma prioridad sobre el tema social.

La desunión de las nuevas izquierdas catalanas
Un deseo intenso por parte del gobierno de Junts Pel Sí (que ha priorizado, como parte de su estrategia política, la resolución del tema nacional) ha sido debilitar a En Comú Podem, rompiendo la alianza entre En Comú y Podem, que es una coalición entre dos fuerzas políticas soberanistas, pero no independentistas. Soberanismo es el compromiso de un partido con el derecho a decidir, concepto distinto al independentismo, que es el compromiso de una fuerza política con la secesión de Catalunya de España. Tal distinción entre soberanismo e independentismo nunca se hace. Todo lo contrario, de una manera un tanto manipuladora, ambos conceptos son considerados, en el discurso tanto del nacionalismo españolista como del independentista, idénticos e intercambiables. 

Pero tal distinción aparece claramente en el hecho de que la mayoría de la población catalana desea poder ejercer el derecho a decidir, pero solo una minoría (grande, pero minoría) desea la secesión. Constantemente se olvida (o se quiere olvidar) que todo independentista es soberanista, pero que no todo soberanista es independentista. En Comú Podem es una coalición soberanista pero no independentista, que ha hecho de la resolución del tema social su tema central, ahora y sin esperar a después. Y ahí hay una gran diferencia entre Junts Pel Sí, aliado con la CUP, por un lado, y Catalunya en Comú y Podemos, incluyendo a Podem, por el otro.

Las divisiones dentro de Podem
La situación actual de tensiones dentro de las nuevas izquierdas catalanas (que las está debilitando enormemente, y que está también haciendo mucho daño a Podemos a nivel del Estado) está consiguiendo lo que Junts Pel Sí siempre ha deseado, es decir, debilitar a En Comú Podem, pues la rama catalana de Podemos (Podem) se ha distanciado de En Comú, precisamente en el momento en el que hay un intento en Catalunya de consolidar una amplia alianza que incluya las nuevas izquierdas y las ya existentes, como ICV y EUiA, confluyendo en una nueva formación política. 

Naturalmente, y como sería de esperar (en cualquier país y en cualquier lugar, resultado de diferencias de cultura política e incluso de personalidades), hay diferencias entre lo nuevo y lo no tan nuevo. Pero el paso tomado en España por Podemos, por un lado, e Izquierda Unida, por el otro, para establecer Unidos Podemos atestigua que sí que se pueden trascender estas diferencias, si los líderes de tales formaciones anteponen la necesidad común del país  a las necesidades partidistas y/o personales. Había, pues, que intentar tal alianza.

Este entendimiento de la necesidad de mantener la unión explica que hubiera serios intentos de evitar la desunión entre la dirección de Podem y la de En Comú, intentos en los que participé activamente y gracias a los cuales se firmó un acuerdo que luego no se cumplió al oponerse a ello la dirección de Podem. Creo que ello fue un gran error para Podem que le afectará negativamente como también afectará negativamente a Catalunya en Comú. Al distanciarse Podem de En Comú, perdió la posibilidad de influenciar a tal coalición de partidos en la dirección deseada por Podem

En Comú necesita a Podem, pero Podem necesita también a En Comú. Sin dicha alianza, y sin apoyo de Podemos, Podem será como máximo otro grupo minoritario que perderá capacidad de influencia en la vida política catalana. Y ello sería una enorme (repito, enorme) pérdida para el país, pues Podem, como parte de Podemos, ofrecía un gran potencial de transformación. Pero la mayoría de votantes votan a Podemos en su totalidad, y de ahí también deriva el gran atractivo que ha ofrecido Podem en el pasado.

Es más, la separación y creciente hostilidad de Podem hacia Catalunya en Comú, acusándola injustamente de inmovilista entre otras cosas, está creando unas enormes tensiones dentro del propio partido Podem que no están siendo resueltas como deberían resolverse, a través del diálogo, sino a través de medidas expeditivas, purgando y excluyendo a más y más gente en un comportamiento que recuerda una práctica que siempre han llevado a los que las practican a ser fuerzas muy minoritarias.

Las consultas para ser creíbles no pueden percibirse como instrumentos de afirmación de lo que la dirección y el aparato del partido desea. En el primer redactado de la pregunta que va a preguntarse a los inscritos para saber su opinión y decisión sobre el mal llamado referéndum daba claramente la impresión que estaba sesgada para que los inscritos votarán a favor de la decisión previamente firmada por la Dirección y gran parte del aparato del partido. La protesta desde las bases ha forzado un cambio que es menos sesgado que el anterior. Pero los cambios deben ser mucho más sustanciales, pues el futuro de Podem viene condicionado por su capacidad de expansión, siendo inclusivo en lugar de exclusivo, tal como fue Vistalegre II, donde las minorías continúen enriqueciendo a Podemos con la diversidad, continuando en la dirección. 

En realidad, Podemos nunca ha sido más diverso que ahora, con varias sensibilidades presentes en la dirección. Lo opuesto está ocurriendo en Podem. Y esto predice mal para el futuro. Catalunya necesita de Podem, y que además pase a ser parte de esta nueva alianza de las izquierdas que se está estableciendo en Catalunya. Debería ser obvio que se podrá influenciar esta nueva fuerza política desde dentro mucho más que desde fuera de ella.

Lamento que la dirección de Podem no lo vea así, y lo que es más lamentable y censurable es que la gran visibilidad mediática que se está dando a la dirección actual de Podem por parte de los medios de información controlados por el gobierno de la Generalitat y medios afines, está siendo utilizada para debilitar a Catalunya en Comú y a Podemos, convirtiéndose  en cómplice de las fuerzas que se han opuesto a las nuevas izquierdas, complicidad que ha alcanzado en algunos momentos niveles extremos como cuando se escoge como fórum para atacar a Podemos al diario El País, el rotativo que ha dirigido la campaña mediática masiva contra Podemos y su secretario general.

¿Qué está pasando en Catalunya? El referéndum no es un referéndum
Hoy, uno de los movimientos más positivos que existen en Catalunya es un amplio movimiento de rechazo hacia el Estado central español (controlado por el PP con la ayuda, hasta hace poco, del PSOE), movimiento generado en gran parte por la Gran Crisis Social que Catalunya está viviendo, y también por la enorme insensibilidad y hostilidad del Estado español (especialmente cuando es gobernado por los herederos del franquismo, el PP, el máximo exponente del nacionalismo españolista uninacional) hacia la nación catalana, que ha sido una constante desde que el Tribunal Constitucional vetó elementos importantes del Estatuto propuesto por el gobierno Maragall de la Generalitat de Catalunya después de ser aprobado por el Parlament, las Cortes Españolas y refrendado por la población catalana.

Este gran movimiento de rechazo, sin embargo, lo está hoy dirigiendo institucionalmente el gobierno de la Generalitat de Catalunya, hegemonizado por el partido de las derechas catalanas (CDC), las mismas que, como he indicado en varias ocasiones, han controlado durante la mayor parte del periodo democrático todos los aparatos de la Generalitat. Tal partido, corrupto hasta la médula, es la versión catalana del PP, y es el corresponsable, junto con tal partido, de las políticas neoliberales causantes de la enorme crisis social de Catalunya. Este dominio está hoy facilitado por ERC (partido al que le han sido cedidas partes del aparato de la Generalitat, tales como Catalunya Ràdio –permaneciendo TV3 en manos de CDC–), quien atribuye tal enorme crisis social al “expolio” realizado por España, lo cual oculta la causa real de su enorme retraso social, que no es el déficit fiscal, sino las leyes aprobadas por las derechas catalanas y españolas, tanto en Catalunya como en España.

En realidad, si no fuera por el enorme peso del tema nacional en la vida política catalana hoy veríamos un rechazo generalizado hacia el régimen pujolista que ha dominado Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático. Es un enorme error creer que con la desaparición del clan Pujol ha desaparecido el pujolismo en Catalunya. Toda la estructura de poder institucional de la Generalitat de Catalunya está imbuida de la ideología nacionalista conservadora que caracteriza el pujolismo. Esta crisis del régimen pujolista, sin embargo, no se está dando. Todo lo contrario, se está reforzando debido al liderazgo que está ejerciendo en este proceso de secesión.

Hacer esta observación no quiere decir, como maliciosamente se interpreta constantemente cuando hago esta observación, que yo crea que CDC (con la ayuda de ERC) hayan generado el movimiento independentista. Este es un movimiento de importantes sectores de la sociedad civil catalana con gran autonomía (aun cuando son conocidas las relaciones entre CDC y Òmnium Cultural). Pero es de una enorme ingenuidad no ver que CDC (ahora PDeCAT) está intentando liderar tal movimiento, pues su futuro depende de la posibilidad de que mantenga su liderazgo en tal movimiento. Y su influencia en el movimiento independentista no ha sido menor. El president Puigdemont es el dirigente institucional del movimiento independentista, y detrás está el expresident Mas, líder en la sombra de tal movimiento.

Recuerdo vivamente que en las manifestaciones del 11 de septiembre de los pasados años, los dirigentes del movimiento independentista liderados por Convergència abucheaban las manifestaciones dirigidas por el Procés Constituent (movimiento soberanista de izquierdas). Y hemos visto en estos meses cómo el Pacto Nacional por el Referéndum, que incluía la mayoría de los movimientos soberanistas en Catalunya, incluyendo los sindicatos, fue marginado por el gobierno catalán en la preparación de lo que se llamaba el proceso constituyente. Es este dominio de Junts pel Sí de  tal proceso lo que está precisamente dificultando la plena realización del soberanismo (la celebración de un referéndum). Y no me estoy refiriendo predominantemente a la condicionalidad de que sea pactado con el Estado central (la historia de los movimientos progresistas está llena de desobediencia civil), sino a la necesaria movilización de las clases populares a favor de tal movimiento, condición esencial para conseguir el establecimiento de una nueva Catalunya, sea esta o no independiente.

Una nueva Catalunya es necesaria para resolver la Gran Crisis Social
Como consecuencia de la Gran Crisis Social, hoy habría posibilidades de movilizar a las clases populares en un movimiento de oposición tanto al Estado central como a la Generalitat de Catalunya. Hay que recordar que los que fundamos el Procés Constituent (movimiento en el cual estaban algunas de las figuras hoy más conocidas de las izquierdas catalanas, como Gerardo Pisarello, Xavier Domènech, Jaume Asens, Albano Dante, entre otros) teníamos como eslogan “el Estado español (a diferencia del pueblo español) no es el nuestro”, pero “la Generalitat de Catalunya de hoy tampoco”

El “no nos representan” aplicaba tanto a las Cortes como al Parlament. Y los datos así lo muestran. Hoy los independentistas tienen una mayoría parlamentaria que no corresponde a una mayoría electoral. No es cierto que, Junts Pel Sí, con el apoyo de la CUP, estén hablando en nombre del pueblo catalán. Están utilizando al pueblo catalán para conseguir sus objetivos partidistas. Y están intentando transformar el conflicto de los de abajo frente a los de arriba (tanto en Catalunya como en España) en un conflicto entre dos Estados, el español dominado por las derechas y el catalán (la Generalitat) bajo el control mayoritario de las derechas catalanas. Y lo están consiguiendo. Este es el gran error de las izquierdas que están apoyando la hoja de ruta del gobierno actual de la Generalitat dominado por la antigua Convergencia. 

Una nueva Catalunya no puede hacerse sin el apoyo de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares
La necesaria transformación de Catalunya hacia una nueva Catalunya constituida desde abajo hacia arriba no puede estar liderada por las fuerzas de siempre que han controlado aquellos aparatos de la Generalitat de Catalunya. Dicha transformación tiene que ser liderada por fuerzas políticas comprometidas primordialmente con las clases populares. De no ser así, estas clases no apoyarán la necesaria transformación del país, y la Catalunya resultante no será muy distinta de la actual. Los datos muestran que en las últimas elecciones al Parlament de Catalunya la suma de los votos a los partidos independentistas alcanzó la mayoría en los barrios barceloneses cuyo nivel de renta estaba por encima de la media de la ciudad, mientras que los no independentistas sumaban mayoría en los barrios por debajo de la media, todos ellos barrios populares. Hoy la mayoría de la clase trabajadora catalana no es independentista.  

¿Cómo pueden entonces algunas izquierdas aceptar las condiciones que se ponen a la convocatoria del 1 de Octubre, en el que será vinculante la decisión en un proceso -el referéndum- en el que casi seguro que el voto a favor de la independencia no representará más que un tercio de la población que podría votar en Catalunya? ¿Cómo puede sostenerse tal postura antidemocrática? Si los porcentajes de participación fueran semejantes a los del 9-N (y es más que probable que así sea), esta sería la situación. ¿Cómo puede una persona con conciencia democrática aceptar tal propuesta (en el que, además, no se reúnen las más mínimas normas de comportamiento democrático, como es la pluralidad de los medios públicos de la Generalitat, lo cual no se debe, única y exclusivamente, al gobierno central, sino también al gobierno de la Generalitat que controla abusivamente sus medios públicos de información) violando las más mínimas reglas democráticas?

¿Cómo pueden voces de izquierdas aceptar estas condiciones, que indudablemente (y tal como está diseñado) dará un resultado abrumador a favor de la independencia, cuando la mayoría de las clases populares –incluyendo la clase trabajadora– no están a favor de la independencia? Es de una enorme arrogancia, además de sectarismo, decir que el pueblo catalán desea la secesión, manipulando sectariamente la interpretación del “pueblo”. Por favor, vean los datos. Incluso entre los sindicalistas (el sector más politizado de la clase trabajadora) la mayoría no son independentistas. ¿Qué no ven los datos? Cuando dirigentes independentistas dicen con toda solemnidad que la mayoría del pueblo catalán desea la independencia que digan cuál es la fuente de tales datos. La única evidencia que muestran es su mayoría en el Parlament, resultado de una ley electoral de claro sesgo en contra de la clase trabajadora, que en sus orígenes había diseñado el Movimiento Nacional como condición para disolverse. Tal ley diseñada en el periodo predemocrático fue modificada más tarde durante la Transición, pero sin alterar su sesgo anti clase trabajadora. Y cuando se le dio al gobierno de la Generalitat de Catalunya la oportunidad de cambiarla, el pujolismo lo mantuvo.

El conflicto de los de abajo frente a los de arriba no puede convertirse en un conflicto entre Estados, ambos dirigidos por los de arriba
El reto para las izquierdas no es solo denunciar al gobierno del PP por su oposición a reconocer a Catalunya como nación y a su pueblo como soberano, sino también a aquellos que, siendo responsables de la Gran Crisis Social, hoy están utilizando un gran movimiento de liberación nacional con fines claramente partidistas y excluyentes, lo que implica que alcanzar la secesión no significaría un cambio y fin de la Gran Crisis Social. 

Una transición a la nueva Catalunya bajo el dominio de los aparatos de la Generalitat, controlados por el pujolismo, no nos llevaría a la nueva Catalunya, sino a una en la que las clases populares no tendrían ningún protagonismo. Estoy de acuerdo con mi buen amigo Joan Tardà, de la izquierda de ERC, al cual aplaudí en las Cortes Españolas desde la tribuna de invitados (discurso también aplaudido desde el grupo de Unidos Podemos), en la moción de censura al gobierno Rajoy, en cuyo discurso resaltó que el cambio en Catalunya ayudaría al cambio en España, haciendo también suya la causa de la liberación de todo el país. Ahora bien, el punto de desacuerdo es que no creo que haya un cambio notable en Catalunya (y en España) sin la participación masiva de aquellos sectores de la población que están por debajo del nivel de renta media del país, que son la gran mayoría de las clases populares.

Sectores dirigentes de Podem están intentando maliciosamente reforzar su postura presentando su desacuerdo como un conflicto entre Catalunya y España 
Lo cual me lleva a mi última observación. Querer convertir el desacuerdo entre Podem y Podemos en uno de Catalunya contra Madrid es falso y malicioso, pues el desacuerdo entre el uno y el otro no se basa en catalanismo o no (en realidad, según los estatutos de Podemos, el Secretario General puede destituir a la dirección de Podem, pero no lo ha hecho, ni ha utilizado tal amenaza, en contra de lo que se ha dicho, publicado y magnificado en los medios como parte de las hostilidades mediáticas hacia Podemos y su Secretario General), sino que es un desacuerdo entre catalanes sobre la estrategia a seguir en la campaña del 1 de Octubre y sobre sí hacer o no la alianza con En Comú Podem que hasta ahora ha sido enormemente exitosa. 

La propuesta (que no es un mandato de Podemos a Podem) es animar a que Podem sea plural y que pueda continuar expandiéndose, dentro de una coalición de izquierdas, que ya se ha visto que es factible a nivel estatal y que sería bueno para todos que funcionara a nivel catalán. Si a nivel del Estado, Podemos está en alianza con En Comú, es difícil de entender por qué no puede también tal alianza funcionar a nivel de Catalunya. Por otra parte, me consta que en Catalunya en Comú está a favor de apoyar las movilizaciones en contra del PP y a favor del soberanismo, y en este sentido, entiende el 1-O como un posible acto de afirmación de derechos pero no entrará a validar una hoja de ruta que en la manera que se ha desarrollado no es percibido como el paso para alcanzar esta nueva Catalunya que todos deseamos. Podemos, a diferencia de la dirección de Podem, está totalmente de acuerdo con esta postura. Lamento que algunos buenos amigos y amigas de Podem y otras fuerzas de las izquierdas catalanas no lo vean así.


(*)  Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona


Sánchez y el Frente Nacional / Ramón Cotarelo *

La foto de El Plural no es del todo justa pues parece como si los cuatro políticos estuvieran aliados frente al "órdago" catalán y no es cierto. Como se reconoce en el título, los del Frente Nacional (FN) son tres. Iglesias no está en él. Tampoco se encuentra muy lejos porque ha puesto en marcha una táctica lerrouxista para dividir al independentismo jugando a la ambigüedad y la mistificación de Colau y los suyos que es, probablemente, tan turbia e inútil como la del FN. Pero no está en él, es de justicia reconocerlo.

El FN está formado por Rajoy, Rivera con el reciente añadido de Sánchez de quien algunos habían esperado alguna aportación original, nueva, audaz y no esta claudicación ante la intransigencia y la agresividad del nacionalismo español más antiguo y casposo. Una pena: pudo ser quien desbloqueara la situación y se hiciera un nombre aportando una solución al problema más grave de España desde 1939, y ha resultado la comparsa del sempiterno centralismo oligárquico y anticatalán.  Pudo haber pasado a la historia y se ha quedado en historieta. Su propuesta de una comisión parlamentaria sobre Cataluña sin los catalanes tiene el mismo valor que el federalismo de Pérez Rubalcaba: un intento de tomadura de pelo a todo el mundo que no merece mayor atención. Y prueba de ello es que ya se ha sumado el PP de los sobresueldos y dentro de nada, lo hará su chico de los recados,  Rivera.

Con esta decisión el PSOE respalda a Rajoy y al partido más corrupto de la historia de España, la presunta asociación de delincuentes. Demuestra así que la unidad de España de la derecha (la misma que la del PSOE y, en el fondo, de toda la izquierda española) está por encima de la decencia, la verdad y el respeto a los derechos ajenos. Cosa muy normal. El presidente del Tribunal Supremo, otro devoto ultraconservador, también acaba de decir que la indisoluble unidad de España es superior al Estado de derecho. Doctrina que pone la justicia y su paladio, el Poder Judicial, al servicio del príncipe. Cree el buen hombre que podrá sustituir a los militares en su tradicional función represiva, ahora que ya no sirven, y no sabe que tampoco lo conseguirá.

El presidente de este corrupto gobierno (al que Sánchez se había comprometido a echar como primera providencia) es el mismo que dinamitó la convivencia en España recabando firmas contra los catalanes en 2006 y recurriendo el Estatuto de ese año ante el Tribunal Constitucional que, obediente a la voz del amo, lo destrozó en 2010 con una sentencia vergonzosa. En su estúpida inconsciencia Rajoy lo hizo para atacar al gobierno socialista. Esto es, destruyó la posibilidad de entendimiento España-Cataluña por sus miserables ambiciones de poder.

Al prestar ahora su apoyo a este individuo, Sánchez pecha con la humillación de condonar el juego sucio e irresponsable que se hizo contra su compañero de partido, Rodríguez Zapatero. Claro que este tampoco tenía mayor altura de miras pues, tras prometer que aceptaría el estatuto que saliera del Parlamento, permitió (si es que no apoyó directamente) que Alfonso Guerra lo vaciara de contenido anunciándolo así una de las comparecencias más chabacanas de la historia del parlamentarismo.

Contra los indepes catalanes vale todo en el nacionalismo español. Hasta el empleo de ese Tribunal de Cuentas, absolutamente desprestigiado, poblado de amigos, parientes, enchufados y correligionarios del PP. Este órgano ha amparado la financiación ilegal de su partido durante 12 años y ahora pretende confiscar el patrimonio de los responsables de la consulta del 9N en una actividad represivas repugnantes pues la confiscación del patrimonio de una persona no solo la arruina a ella sino también a sus descendientes.

Eso es lo que el PSOE de Pedro Sánchez está apoyando. La continuación del franquismo con los mismos medios de la represión, la tiranía y el robo. Y no solo eso. Al aceptar la mentira del PP de que el referéndum es ilegal, también está apoyando el resto de la corrupción sistemática de este partido, como la guerra sucia desde el ministerio del Interior (al fin y al cabo, también el PSOE organizó los GAL en su tiempo) y el control férreo de los medios de comunicación, puestos en manos de auténticos energúmenos como ese sujeto que han contratado en la TV pública para cobrar de nuestro dinero por insultar a quienes no votan al partido que le paga.

Esta lamentable actitud, probablemente influida por los elementos más reaccionarios del PSOE (González, Rubalcaba, Zapatero, Bono) así como por sus propias convicciones españolistas y su falta de categoría y audacia lo ha llevado a extremar su servilismo al extremo de pedir a los catalanes que no voten en lo que llama el simulacro de referéndum. Pobre hombre. No ha entendido la naturaleza de la cuestión y está haciendo el trabajo a un gobierno que no tiene ninguna posibilidad de evitar que los catalanes voten y, gracias a su obcecación, que voten "sí" hasta los que iban a votar "no".

Nunca ha estado tan claro y patente cómo una causa se pierde por la incompetencia, la falta de luces, la prepotencia y el autoritarismo de un gobierno que no sabe ni en dónde está. Como tampoco lo sabe la oposición, incapaz de ver que ha sacrificado las posibilidades de un partido de la izquierda histórica ante un gobierno que carece de toda autoridad, prestigio y crédito por ser el órgano de una presunta banda de malhechorees. Un gobierno impotente para imponer su criterio, que solo cuenta con unos medios de comunicación comprados y unos periodistas mercenarios a los que nadie hace caso, así como unos jueces sumisos al poder político que la opinión desprecia.

Cuando el próximo 11 de septiembre se manifiesten millones en Barcelona en la Diada y el 1º de octubre voten en el referéndum y gane el "sí" de modo plastante, todas estas fuerzas del pasado, empezando por el PSOE irán a parar al basurero de la historia. No a otro sitio. Al basurero. Es muy de apreciar esa idea de los indepes de que la separación de Cataluña contribuirá a que España cambie, pero es pura ilusión. España solo puede cambiar de tamaño, ingenio que he encontrado en twitter..

Los nacionalistas españoles tampoco podrán recurrir a su habitual ultima ratio, el ejército. No porque a este le falten ganas. Los cuarteles de España bullen de indignación patriótica y llamadas a la intervención militar. Pero, recuérdese, los militares casi nunca actúan por su cuenta, sino instigados, amparados y financiados por los bancos, las empresas, los consorcios. El ejército es el brazo armado del capital. Franco no se sublevó por su cuenta sino que encabezó una rebelión urdida y financiada desde mucho antes por la oligarquía española (y vasca y catalana) pero, al día de hoy, en la Unión Europea, lo último que quieren estas clases en España es la intervención y represión militares.

Es, pues, la misma oligarquía, la que impondrá una solución basada en una independencia a más o menos corto plazo de Cataluña.

Esa solución será la tumba del PSOE como partido y de Sánchez como político. 


Qué manera tan absurda de suicidarse

El PSOE ya ha aclarado que no presentará una moción de censura (MC). La aritmética parlamentaria, sostiene, no lo permite ya que sería preciso sumar los votos indepes, algo inaceptable para los socialistas. Se insiste, en cambio, en pedir la dimisión de Rajoy. Pero eso es como querer que el círculo tenga la gentileza de cuadrarse. Algo imposible. Este hombre solo dimitirá cuando un tribunal de justicia lo condene. Mientras tanto muestra su fortaleza retando a quienes le piden la dimisión a que presenten una nueva MC, justo lo que estos no pueden hacer porque no quiere el PSOE. 

El presidente de los sobresueldos y la corrupción galopante se siente seguro, no por su propia fuerza, sino por la debilidad de su contrario. Sabe que el PSOE no se aliará con los indepes porque, a su juicio, y al de la mayoría del partido (incluido seguramente su SG) y de los analistas esa alianza sería fatal para las expectativas electorales socialistas y dejaría  expedito paso al discurso patriótico del PP. Con la bandera de la unidad nacional, la derecha taparía su desastrosa gestión económica, su corrupción y su fabulosa incompetencia y arrasaría en las elecciones. 

Lo anterior es un supuesto. No puede saberse si correcto a no porque no se ha probado en la práctica. ¿Y si no fuera así? ¿Y si el electorado apoyara una política nueva de entendimiento con los catalanes mediante la convocatoria de un referéndum pactado? Todo cambiaría. El problema es que eso también sería inaceptable para el PSOE y no solo por el asunto de Cataluña sino por el más recóndito de la República, algo en lo que la ambigüedad de los socialistas es patente.

Precisamente para que nada cambie, el PSOE pasó de "no" al "sí". Y en el "sí" se ha mantenido incurriendo en la contradicción de apoyar como defensor del Estado (es de suponer que mediante la legalidad) a aquel a quien se quiere hacer dimitir por la corrupción. Resolver esta contradicción llevará los años que resten de legislatura. Es decir, al final, por las vacilaciones y la falta de audacia y flexibilidad de la izquierda, Rajoy completará su segundo mandato y el país habrá soportado ocho años de desgobierno, abuso, mendacidad y corrupción a ritmo lento de bolero

No era, pues, tan urgente echar a la derecha del gobierno. Lo es mucho más prohibir el referéndum, frenar la independencia, pues impedirla ya no parece posible, y esquivar el iceberg de la República. Por todo ello, el PSOE propone una comisión parlamentaria, pomposmente llamada de "modernización" del Estado autonómico que, como sabe todo el mundo, es la vía más segura de empantanar un problema y de conseguir de paso que un caballo tenga la forma de un camello. Pero justamente esto ya no es viable por cuanto los independentistas continúan con su hoja de ruta hacia el 1/10 y el margen de actuación del nacionalismo español de derecha y de izquierda se ha reducido a menos de un mes. 

La prudencia no parece haber dictado la decisión de Sánchez de ponerse de nuevo prácticamente a las órdenes de Rajoy sabedor de que este, a quien España importa más bien poco, lo dejará tirado si cree tener ventaja electoral. Y más imprudencia ha sido precipitarse a hacerlo antes de la próxima Diada. Todas las miradas están puestas en esa fecha. Todos los actores adaptarán sus decisiones al resultado de la manifestación del once de septiembre. Hubiera sido más sensato esperar y actuar en consecuencia. 
 
Si, como muchos suponemos, la participación supera todo lo anterior con la ocupación democrática y pacífica de una ciudad mediante un pueblo en marcha, respaldar un gobierno autoritario de maestro Ciruelo que mantiene la política tradicional del garrote revestida de una legalidad bajo mínimos es un disparate todavía mayor. Si la derecha recurre a la política represiva "con todas sus consecuencias", el PSOE aparecerá uncido a ella y quedará reducido a la irrelevancia por cuanto esa política está condenada al fracaso en función de dos factores: a) el grado de movilización de la sociedad catalana en defensa de sus instituciones, sus dirigentes y las decisiones que estos tomen. Y, de ser esta muy alta, b) el grado de implicación de la comunidad internacional y específicamente europea en el conflicto.

Hay materia más que suficiente para corregir el rumbo y pactar un referéndum como se ha hecho en otros países civilizados. La alternativa es perder la centralidad política y vegetar en una situación subalterna hasta la desaparición.

(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

Revista de Prensa / A. R. Mendizabal *


Miércoles, Día D de des­co­ne­xión, o Día R de re­fe­rén­dum, o Día del choque y la hora de la ver­dad, como ti­tula El Periódico ante una jor­nada al­ta­mente ra­diac­tiva, con todo pre­pa­rado en el Parlament para aprobar y firmar ley de re­fe­réndum en el Parlament y se su­pone que tam­bién listo el Gobierno para frenar la se­di­ción. 

Otros ejes de ac­tua­lidad que ne­ce­sa­ria­mente pasan a se­gundo plano en por­tadas y ti­tu­la­res: la caída de Reyal Urbis con un pe­sado pa­sivo y agu­jero al Estado; el aval del tri­bunal de Derechos Humanos de Estrasburgo a las em­presas para que puedan mirar los emails de sus em­pleados pero con la con­di­ción de que avisen an­tes; la anu­la­ción por la Audiencia de una multa de 120 mi­llones a Telefónica, Vodafine y Orange por abuso de po­si­ción do­mi­nante; la re­ve­la­ción por fin por parte de Pedro Sánchez de cuántas na­ciones hay en España, pero cita a cuatro con un in­se­guro 'al me­nos' que en­fada en Andalucía; la fil­tra­ción de un do­cu­mento de 81 pá­ginas por parte del Reino Unido sobre cómo va a res­tringir drás­ti­ca­mente la lle­gada de in­mi­grantes des­pués del Brexit; la propia re­vo­ca­ción por Trump del pro­grama para los 'dreamers', una me­dida que in­co­moda en el Congreso y que lleva a The New York Times a llamar 'cobarde' al pre­si­dente en un edi­to­rial; el pavor en Florida y el Caribe al hu­racán Irma; y la acu­sa­ción de co­rrup­ción a los ex pre­si­dentes bra­si­leños Lula da Silva y Dilma Rousseff. 

1-O -25
El Periódico: La hora de la ver­dad: el día del cho­que; Puigdemont se pre­para para con­vocar el 1-O y Rajoy para cor­to­cir­cui­tarlo; ambos go­biernos ase­guran que lle­garán hasta las úl­timas con­se­cuen­cias (Fidel Masreal). Otro ti­tu­lar: Una em­presa de Constantí im­prime ma­te­rial para el 1-O. La Vanguardia: El Govern tras­pa­sará hoy la línea roja y con­vo­cará el re­fe­rén­dum: JxSí pre­para el pleno de la des­co­ne­xión: 'Traigan co­mida y una muda, será largo' (Quico Sallés). Otro ti­tu­lar: El Tribunal de Cuentas cita a Mas, Ortega, Rigau y Homs para que abonen una fianza de 5 mi­llo­nes. Otro ti­tu­lar: Puigdemont de­nuncia 'un salto cua­li­ta­tivo del Estado' para fo­mentar el miedo ante el re­fe­rén­dum. Otro ti­tu­lar: Los tres es­ce­na­rios de Rajoy ante la ley del re­fe­réndum (Leonor Mayor Ortega). Otro ti­tu­lar: El Govern al fiscal ge­ne­ral: ‘Que se lea la ley; con­vocar un re­fe­réndum no es de­lito’ (Luis B. García). 

El Mundo: Mas y otros pro­mo­tores del 9-N pa­garán 5 mi­llones antes del 1-O (M.l Marraco y D. G. Sastre). Otro ti­tu­lar: El fiscal ge­neral ga­ran­tiza una ac­tua­ción 'firme y enér­gica' en de­fensa de la 'patria común e in­di­vi­si­ble' (Manuel Marraco). El País: El fiscal ge­neral ga­ran­tiza una ac­tua­ción 'firme y enér­gica' contra el se­ce­sio­nismo (F.J. Pérez). ). Otro ti­tu­lar: La ley del re­fe­réndum se apro­bará este miér­coles con se­cre­tismo (Pere Ríos). La Razón: Puigdemont y sus con­se­jeros se juegan sus 3,3 mi­llones de pa­tri­monio el 1-O. Economía Digital: Puigdemont y Junqueras se guardan una carta para el viernes (Manel Manchón). Europa Press: Rajoy tiene todo pre­pa­rado contra las leyes de rup­tura, in­cluida la sin­di­ca­tura elec­to­ral, que arriesga de­lito pe­nal. Otro ti­tu­lar: Fiscalía es­tudia ac­tuar pe­nal­mente contra el 'spot' que anima a los ca­ta­lanes a ejercer su 'derecho a de­ci­dir'. PRNoticias: Primer spot del re­fe­rén­dum: COPE, Onda Cero y la SER re­chazan la pu­bli­cidad de la Generalitat. 

El Confidencial: Alarma en el 'procés' ante la re­be­lión de sus fun­cio­na­rios y el ór­dago de la CUP en la ca­lle; el torpedo: la res­pon­sa­bi­lidad con­table de siete altos cargos (Marcos Lamelas y Antonio Fernández). Estrella Digital: Tensión en Moncloa: el Gobierno teme la in­su­rrec­ción del Govern ca­talán (Carlos Lospitao). Esdiario: La en­tente ca­ta­lana de Rajoy, Sánchez y Rivera deja solo y ais­lado a Iglesias (Charo Zarzalejos). Expansión: El desafío se­ce­sio­nista. El Fiscal General: ‘Actuación firme y enér­gica contra el se­pa­ra­tis­mo’; ra­dio­grafía de la eco­nomía ca­ta­lana. Público: Sánchez comió con Puigdemont un día antes de la ma­ni­fes­ta­ción de Barcelona: ambos ex­pli­caron sus po­si­ciones ante la si­tua­ción de Catalunya (Manuel Sánchez). Cinco Días: Empresarios de Cataluña ad­vierten de que la Hacienda ca­ta­lana pro­vo­cará un ‘caos’. Confidencial Digital: Empresarios ca­ta­lanes ex­plican en un in­forme las ven­tajas eco­nó­micas de una Cataluña in­de­pen­diente.

El Independiente: Moncloa fre­nará la pu­bli­ca­ción de las leyes de rup­tura en el BOE ca­talán (Cristina de la Hoz). Otro ti­tu­lar: El Constitucional pide al Gobierno que ex­pli­cite los cas­tigos por el re­fe­réndum (Iva Anguera de Sojo). Libertad Digital: El se­pa­ra­tismo torea al Estado y se da un plazo de 72 horas para con­vocar el re­fe­rén­dum: (Pablo Planas). Otro ti­tu­lar: Rajoy, Sánchez y Rivera coin­ci­den: hay que evitar que se co­lo­quen urnas el 1-O (P. Montesinos, K. Garat y M. Alonso). Vozpopuli: Los se­pa­ra­tistas pla­nean ocupar lu­gares clave de Barcelona en apoyo al re­fe­réndum (Jose Alejandro Vara). Eldiario: El Govern acusa al Estado de usar el Tribunal de Cuentas para una ‘campaña del miedo’ previa al 1-O (Arturo Puente). 

El Español: Sondeo SocioMétrica (IV): La ma­yoría apoya quitar com­pe­ten­cias a Cataluña para frenar el re­fe­rén­dum: los es­pañoles tam­bién son par­ti­da­rios de per­se­guir pe­nal­mente a Carles Puigdemont pero no de re­tirar las urnas por la fuerza; la ma­yoría apo­yaría la sus­pen­sión total de la au­to­nomía si la Generalitat de­cla­rase la in­de­pen­dencia de forma uni­la­teral (Alberto Lardiés). Otro ti­tu­lar: Las ges­tiones del rey, clave del frente común sobre Cataluña de Rajoy Sánchez y Rivera: la Corona afronta estos días con la mente puesta en el ‘cumplimiento de sus fun­ciones cons­ti­tu­cio­na­les’ (Jorge Sáinz). OKdiario: Sánchez no ve mal aplicar la Ley de Seguridad Nacional para im­pedir el re­fe­réndum se­ce­sio­nista (Manuel Cerdán). Otro ti­tu­lar: La CUP llama al en­fren­ta­miento civil y se pre­para para la ‘batalla de­fi­ni­tiva’ por la in­de­pen­dencia (Agustín de Grado). Otro ti­tu­lar: Rajoy or­dena a sus mi­nis­tros a estar a 30 mi­nutos de Moncloa para res­ponder al golpe in­de­pen­den­tista (Nacho Doral). 

OTRA INFORMACIÓN NACIONAL
Europa Press y otros: Pedro Sánchez cree que la 'nación de na­cio­nes' es­taría for­mada 'al me­nos' por España, Cataluña, País Vasco y Galicia. Otro ti­tu­lar: Sánchez pro­pone nuevo pacto de rentas para elevar sa­la­rios entre el 2,5% y el 3,5% en los pró­ximos cuatro años. El Economista: Pedro Sánchez pre­senta sus planes al­ter­na­tivos para ser pre­si­dente: anun­ciará sus pro­pios Presupuestos en oc­tu­bre. El Plural: Pedro Sánchez ca­brea a Susana Díaz y Teresa Rodríguez…, a la vez. Cinco Días: Órdago sa­la­rial de Sánchez, pide un pacto para que los sueldos suban el 3% anual hasta 2021 (Raquel Pascual Cortés). El País: La Guardia Civil abre una nueva in­ves­ti­ga­ción sobre la caja B del PP de Madrid (Ó. López-Fonseca y F.J. Pérez).
La Razón: ‘Atacad Madrid en par­ti­cu­lar’: Estado Islámico pidió el pa­sado do­mingo atentar contra ob­je­tivos en la ca­pi­tal. Eldiario: Entrevista con Ada Colau: ‘El uso par­ti­dista del aten­tado es una falta de res­peto a las víc­ti­mas’ (Olga Rodríguez). Confidencial Digital: Lo que oculta la Generalitat: la CIA lleva 10 años de in­tensa co­la­bo­ra­ción con los Mossos; miem­bros de los ser­vi­cios de in­te­li­gencia es­pañoles des­criben cómo se ins­ta­laron los es­pías nor­te­ame­ri­canos en Barcelona y cómo in­ter­cam­bian in­for­ma­ción con la po­licía au­to­nó­mica. El Mundo: El sa­queo del Canal: el nú­mero 2 de González con­fiesa que acordó una co­mi­sión de 900.000 euros (Esteban Urreiztieta). Otro ti­tu­lar: El PP y el PSOE pactan re­formar la RTVE al margen de Podemos y C's. 

ECONOMÍA
Cinco Días: La prima de riesgo ca­ta­lana es­cala a má­ximos de 10 me­ses. Otro ti­tu­lar: Madrid y Barcelona retan a París y Londres como cen­tros del tu­rismo de com­pras. El Economista: El co­mercio ca­talán se frena ante la in­cer­ti­dumbre po­lí­tica (Javier Romera). Otro ti­tu­lar: El sector tu­rís­tico se pre­para para afrontar un ‘salto de ca­li­dad’ (Gonzalo D. Velarde). 

Expansión: Los ma­yores pa­tri­mo­nios de España están en Madrid, Galicia y Canarias (Mercedes Serraller). Libertad Digital: El em­pleo avanza un menor cre­ci­miento del PIB en la se­gunda mitad del año: España cre­cerá un 3,1% en el con­junto de 2017, dos dé­cimas menos que la pre­vi­sión an­te­rior (Javier García Echegaray). Vozpopuli: El pro­blema ca­talán añade ten­sión a la nueva re­no­va­ción de la CNMC (Rubén Arranz). La Vanguardia: España tiene más del doble de mul­ti­mi­llo­na­rios que antes de la cri­sis: en 2015, 549 per­sonas de­cla­raron un pa­tri­monio su­pe­rior a 30 mi­llones (Alicia Rodríguez de Paz). 

EMPRESAS
Vozpopuli: La quiebra de Reyal hace un roto a las arcas del Estado de 1.273 mi­llones (Alberto Ortín). La Razón: Reyal Urbis deja un agu­jero al Estado de 1.363 mi­llones (J.M. Villanueva). El País: Reyal Urbis pro­ta­go­niza la se­gunda mayor li­qui­da­ción de la his­toria em­pre­sa­rial de España (Cristina Delgado). Otro ti­tu­lar: CCOO con­voca huelga en Adif y Renfe para el pró­ximo 29 de sep­tiem­bre. Cinco Días: Nueva guerra de pre­cios en las ae­ro­lí­neas para llenar los avio­nes: las grandes del sector se acercan a las low cost (J.F. Magariño). El Periódico: El grupo IAG trans­portó más de 70 mi­llones de pa­sa­jeros hasta agosto: Iberia ob­tiene un cre­ci­miento del 6,5% de via­je­ros. El Economista: Amazon arre­mete contra el im­perio de Ortega: lanza su propia marca de moda, Find, que pre­tende re­plicar en in­ternet el model de éxito de Inditex (Chema Flores). Otro ti­tu­lar: Iberdrola le­vanta su primer com­plejo de ofi­cinas en Madrid (Alba Brualla). 

SECTOR FINANCIERO
Capital Madrid: Los ba­jistas le com­plican la vida a Goirigolzarri y le hacen perder un mi­llón de euros (José Luis Marco). Otro ti­tu­lar: Pesimismo entre los an­ti­guos ac­cio­nistas del Popular: la com­ple­jidad ju­rí­dica, la ne­ga­tiva del BCE a en­tregar el in­forme de Deloitte y la le­janía del Tribunal de Luxemburgo di­fi­cultan el pro­ceso (José Hervás). Otro ti­tu­lar: Las emi­siones de deuda an­ti­crisis equi­valen ya al 10% del valor en Bolsa de la banca (Quesada Vargas). Otro ti­tu­lar: Moody's des­acon­seja a Scotiabank la compra de BBVA Chile: la fi­lial tiene 'débil ca­pi­ta­li­za­ción, altos costes y már­genes mo­de­rados (Luis Cadagua). Vozpopuli: Sabadell y CaixaBank tras­vasan ne­gocio de Cataluña a Madrid en pleno 'procés' (Jorge Zuloaga). Expansión: Los bancos afrontan un otoño ca­liente: los li­ti­gios por el caso Popular y los con­tactos para nuevas fu­siones mar­carán la agenda. 

Cinco Días: Sabadell lanza una ofen­siva para vender pisos a par­ti­cu­la­res: im­pulsa con Solvia una po­tente red de fran­qui­ciados con 180 agen­cias y 36 ofi­cinas pro­pias. Otro ti­tu­lar: Neinor ace­lera con la ad­qui­si­ción de suelo de Unicaja. Otro ti­tu­lar: Informe de Tecnocasa: el 29% de las com­pras de casas usadas son para al­quilar (Raquel Díaz Guijarro). Otro ti­tu­lar: Telefónica y el ICO vuelven al mer­cado con co­lo­ca­ciones mil­mi­llo­na­rias. Vozpopuli: Los abo­gados sos­pe­chan que Montoro va a por las ma­cro­de­mandas contra la banca: el Consejo General de la Abogacía Española es­tudia im­pugnar el acuerdo del Consejo General del Poder Judicial y la Agencia Tributaria que su­pone re­mitir datos fis­cales de todos los pro­cesos en los que han par­ti­ci­pado abo­gados y pro­cu­ra­dores entre 2014 y 2016 (Alberto Ortín). 

OPINIÓN
Editorial en La Vanguardia: ‘Ante el con­flicto ins­ti­tu­cio­nal: entre unos y otros hay otro sector de la so­ciedad ca­ta­lana, am­plio y pro­ba­ble­mente ma­yo­ri­ta­rio’. Antoni Puigverd en el mismo dia­rio: ‘Tres hi­pó­te­sis: una alta par­ti­ci­pa­ción en el re­fe­réndum pre­ci­pi­taría sin duda una crisis de ré­gimen en España'. Editorial en El Mundo: ‘Frente a la de­ses­pe­ra­ción se­pa­ra­tista, la se­re­nidad del Estado’. Otro edi­to­rial: ‘Imputación ló­gica a los ase­sores de Cristiano Ronaldo’. Otro edi­to­rial: ‘La Justicia avala la pri­va­cidad del ho­rario la­bo­ral’. Editorial en La Razón: ‘Los jue­ces, ga­rantía del Estado’. Otro edi­to­rial: ‘La cre­ciente ame­naza yiha­dista sobre España’. Editorial en El Periódico: ‘Reformar y re­cu­perar la Rambla’. Marçal Sintes en el mismo dia­rio: ‘Un desen­lace im­pre­vi­si­ble: co­mienza en el Parlament la lucha de ver­dad’. Enric Hernández en el mismo dia­rio: ‘Un con­flicto, mu­chos res­pon­sa­bles: errores que ex­pli­can, aunque no jus­ti­fi­can, que el con­flicto haya lle­gado hasta la con­vo­ca­toria del re­fe­réndum ilegal del 1-O’. 

Editorial en El País: ‘El man­dato de Rajoy: la pro­puesta de Ciudadanos busca un atajo in­de­bido para cesar al pre­si­den­te’. Yolanda Gómez Sánchez en el mismo dia­rio: ‘Contra la li­mi­ta­ción de man­da­tos: la pro­puesta de Ciudadanos es una res­tric­ción ex­ce­siva y ar­bi­traria del de­recho de ac­ceso a un car­go’. Joaquim Coll en el mismo dia­rio: ‘El ca­ta­la­nismo des­pués del 1-O: debe sin­ce­rarse con la plu­ra­lidad ca­ta­lana y aceptar el lugar de España en Cataluña’. Editorial en OKdiario: ‘El sen­tido de Estado le sienta bien a Sánchez’. Otro edi­to­rial: ‘Cuando juega a na­cio­na­lista hace el ri­dícu­lo’. Editorial en El Imparcial: ‘Manuela Carmena, se­ce­sio­nis­ta’. Editorial en El Español: ‘Frente a la neo­len­gua, el len­guaje de la ley’. Casimiro García-Abadillo en El Independiente: 'Sánchez sobre Cataluña: miopía po­lí­tica o falta de gran­de­za'. Antonio Martín Beaumont en Esdiario: ‘Iglesias se ahoga en su propia so­ga’.

Editorial en Libertad Digital: 'La mer­mada cre­di­bi­lidad de la Fiscalía ante el 1-O'. Emilio Campmany en el mismo me­dio: 'Seguridad e in­de­pen­dencia de facto. ¿Qué clase de so­be­ranía sigue ejer­ciendo el pueblo es­pañol sobre Cataluña, cuando nues­tras fuerzas de se­gu­ridad no pueden allí ni si­quiera com­batir el te­rro­ris­mo?'. Carmelo Jordá en el mismo me­dio: '¿Independencia? ¡No sin mi pasta! El mismo Puigdemont que se ha mos­trado dis­puesto a ir a la cárcel se nos pone de los ner­vios cuando le men­cionan la pas­ta'. Editorial en El Imparcial: ‘Manuela Carmena, se­ce­sio­nis­ta’. Editorial en Cinco Días: ‘El reto de ser una po­tencia tam­bién en el tu­rismo de com­pras‘. Jesús Rodríguez Márquez en el mismo dia­rio: ‘El ver­da­dero de­bage de una Hacienda ca­ta­la­na’. 


(*) Periodista


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