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lunes, 26 de abril de 2021

Pablo Iglesias vincula los daños al monolito de Mula en homenaje a víctimas locales del nazismo con "normalizar" el fascismo


 MURCIA.- El secretario general de Podemos y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, ha vinculado este lunes el derribo de un monolito de homenaje a los seis vecinos de Mula que murieron en un campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial con "normalizar las ideas fascistas".

"Atacar un monumento que homenajeaba a españoles asesinados en los campos de concentración nazis es otro paso más", ha escrito Iglesias en su cuenta de Twitter, antes de añadir que "normalizar las ideas fascistas produce estas aberraciones".

"Mi cariño al pueblo de Mula. Honor a sus vecinos asesinados en Mauthausen por combatir el fascismo", ha añadido el líder de Podemos.

Por su parte, el coordinador autonómico de la formación morada y diputado en el Congreso, Javier Sánchez Serna, ha enmarcado este acto vandálico dentro de una "escalada de violencia" por parte de la extrema derecha, al tiempo que ha advertido de que "blanquear al fascismo produce monstruos", como se está "viendo con especial preocupación durante los últimos meses".
 

 
 Estupor y rechazo de todos los partidos
 

A plena luz del día y en el centro del municipio. Unos desconocidos derribaron el pasado domingo el monolito en homenaje a los seis muleños deportados y asesinados en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen. 

Los hechos fueron puestos de inmediato en conocimiento de las autoridades que investigan la autoría de este acto vandálico contra la historia y el patrimonio de Mula, según la crónica de La Verdad.

La pieza de piedra fue volcada al suelo con los consiguientes daños. Desde el Ayuntamiento se interpuso la correspondiente denuncia de los hechos para que se investigen las causas y se localice a los autores del ataque. 

 Todos los partidos políticos condenaron lo sucedido, ya que lo consideran un incidente intolerable y con el único propósito de causar daño.

En septiembre de 2019, el Consistorio rendía homenaje con sus instalación a los muleños que fueron deportados y asesinados en el campo de concentración de Mauthausen. Instalado en la plaza Santa Teresa de Jornet, cuenta con una placa conmemorativa con el nombre de todos ellos.

Los socialistas muleños, en el Gobierno municipal, manifestaron su más rotunda condena ante el ataque. 

«Los discursos de odio que estamos viendo en los últimos días son los que alientan a que descerebrados sin resquicio de humanidad lleguen a hacer estos actos», indicaron en una nota de prensa, y añadieron que «queremos expresar a los familiares de los muleños víctimas del campo de concentración nuestra solidaridad y cariño. Las ideas se combaten con la palabra siempre. La democracia impera ante todo como modelo único de convivencia».

Desde el PP también condenaron el derribo del monolito. 

«Nuestra más enérgica repulsa. El diálogo, la palabra, la expresión son parte de la comunicación y el entendimiento, ese es el camino para fortalecer nuestra democracia. Trabajemos juntos por el entendimiento y la concordia, hay mucho por hacer y mucho que mejorar», resaltaron desde el partido local.

El edil de IU, Antonio Moreno, dijo que «en septiembre de 2019 conseguimos que desde la institución del Ayuntamiento de Mula se hiciera un homenaje y reconocimiento a seis muleños que asesinaron en el campo de concentración de Mathausen en la II Guerra Mundial a manos del nazismo. Era la mínima justicia histórica que podíamos hacer por nuestros vecinos que fueron asesinados por defender la democracia y la libertad». 

Algo que ahora «se transforma en una rabia infinita ya que han destrozado el monolito de reconocimiento que, con justicia».

Ginés Abellán, nuevo coordinador local de Vox, también quiso hacer constar su rechazo a la violencia: 

«Conste mi total repulsa ante esta falta de respeto hacia la ciudad. De esta y de cualquiera que se produzca, ya sea contra monumentos o cualquier tipo de patrimonio de todos los muleños». 

Y el coordinador de C's de Mula, Francisco Javier Martínez, mostró su repulsa por tal acto: «Condenamos rotundamente los actos vandálicos que ha sufrido el monumento en homenaje a los vecinos de Mula asesinados en Mauthausen».

Por su parte, el secretario general del PSRM, Diego Conesa, dijo que «ha sido víctima del odio y la sinrazón. Seguiremos manteniendo viva su memoria. Porque es de justicia. Porque hacerlo es defender la libertad y la democracia».

miércoles, 28 de noviembre de 2018

El cartagenero Pérez-Reverte apuntilla a Dani Mateo: “He visto a mucha buena gente morir por una bandera"

MADRID.- Si faltaba alguna crítica o condena más a Dani Mateo por su gag sobre la bandera en el programa El Intermedio de La Sexta, bien puede ser la del periodista y escritor cartagenero Arturo Pérez Reverte, que con su habitual contundencia le ha pegado un buen repaso al humorista, tal como recoge www.esdiario.com.

El académico, que considera a Mateo “un presentador de televisión, cómico o algo parecido”, admite que que no puede ser “imparcial”  por su relación con otros humoristas “desaprensivos”. Y a su lado, Mateo “es un pastorcillo de Belén”, escribe el autor de La tabla de Flandes en su última columna en la revista XL Semanal.
Pérez-Reverte afirma que “vi a demasiado sinvergüenza envolverse en banderas, como para respetarlas sin reservas, y a demasiada buena gente morir por ellas, como para despreciarlas sin reparos”. Y deja claro que nunca se le ocurriría insultarlas.
Por último, Pérez-Reverte apostilla que “los disidentes, por su parte, también pueden sonarse en donde quieran, incluso en la foto del que se suena. Nadie lo impide, y sonarse es un acto libre. A menudo olvidamos que lo importante es elegir bien lo que uno ve, más que criticar o controlar lo que ven otros".

domingo, 20 de mayo de 2018

Historia de la bandera en su 175º aniversario


MADRID.- Fue en 1843 cuando Isabel II firmó un real decreto que impuso la bandera rojigualda como enseña común de todos los Ejércitos, acabando con la amplia variedad de colores y escudos que portaba cada regimiento hasta la fecha. Así se ha mantenido durante los últimos 175 años con la única excepción de la tricolor durante la II República y la Guerra Civil en el bando republicano.

"La unidad de la monarquía española y la actual organización del Ejército y demás dependencias del Estado exigen imperiosamente desaparezcan todas las diferencias que hasta ahora han subsistido". 
Así rezaba la orden con la que el 13 de octubre de 1843 Isabel II dictaba que banderas, estandartes y escarapelas debían adoptar los colores rojo y amarillo.
Sin embargo, fue Carlos III quien 58 años antes había elegido estos colores, según ha explicado el coronel Gerardo López Mayoral, experto en vexilología --disciplina centrada en el estudio de las banderas-- y uno de los responsables del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra de divulgar este 175 aniversario.
Al subir al trono, el monarca observó que la mayoría de países utilizaban banderas en las que predominaba el color blanco, lo que daba lugar a confusiones en alta mar llegando incluso a provocar algún desafortunado incidente.
Para ponerle remedio, Carlos III encargó en 1785 a su ministro de Marina, Frey Antonio Valdés, que le presentase varios modelos de banderas que fuesen fácilmente reconocibles. El ministro convocó un concurso del que seleccionó doce bocetos que presentó al rey, que eligió el modelo que ha llegado hasta hoy en día para la Marina de Guerra y un segundo diseño (con los mismos colores pero diferente composición) para la Mercante.
Este diseño de la rojigualda fue entonces el adoptado por los barcos de guerra y más tarde se amplió su uso a todos los establecimientos dependientes de la Armada, popularizándose así en las ciudades costeras. Hay además pruebas puntuales de su utilización en otros ámbitos durante el convulso siglo XIX, aunque el Ejército continuó usando sus banderas anteriores.
Así siguió hasta 1843, cuando una joven Isabel II, siendo presidente del Gobierno provisional Joaquín María López, firma un real decreto para imponer la bandera roja y amarilla con medidas de 1,47 x 1,47m y un escudo circular en el centro con las armas Reales. Pese a ello, su adopción por todas las unidades militares fue progresiva y durante los siguientes años algunos regimientos siguieron usando sus enseñas.
El uso de la rojigualda fue así ampliándose y siguió vigente incluso durante la I República, cuando se suprimieron todos los símbolos reales de los escudos pero se mantuvo la bandera. Hubo un proyecto para cambiarla por una nueva bandera tricolor roja, blanca y azul, aunque finalmente no se llevó a cabo.
No fue así durante la II República, en la que tan sólo dos semanas después de su proclamación el Gobierno promulgó un real decreto implantando la bandera tricolor de franjas roja, amarilla y morada con el escudo de España en el centro, sustituyendo la corona real por un castillo.
Esta bandera siguió siendo utilizada por el bando republicano durante la Guerra Civil junto a las enseñas de los distintos partidos políticos o sindicatos. Mientras, el bando del dictador Francisco Franco restableció la bandera bicolor tan sólo un mes después de la sublevación militar y, una vez concluida la guerra, incluyó el águila de San Juan en el escudo.
Con puntuales variaciones en el escudo continuó el símbolo hasta la promulgación de la Constitución de 1978, que recoge la rojigualda como bandera de España: "La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas", reza el artículo 4 de la Carta Magna.
El escudo no aparece sin embargo recogido en la Constitución, sino que es una ley posterior de 1981 la que lo define: cuartelado de Castilla, León, Aragón y Navarra, con la Granada en la punta y el escusón central de la casa de Borbón, timbrado por corona Real y con las columnas de Hércules a sus costados.
Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra está conmemorando este aniversario durante todo este 2018 con diversas iniciativas entre las que se encuentra una exposición de banderas de España que ha estado ya en Barcelona, se encuentra ahora en Cartagena (Murcia) y visitará La Coruña y Valencia.

miércoles, 31 de enero de 2018

Nuevo escudo de la Generalitat Valenciana


VALENCIA.- El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha presentado la renovación del logotipo de la Generalitat Valenciana, con una "estética del presente" y que, al mismo tiempo, "recoge el pasado" y sus 600 años de historia.

Este "símbolo renovado para una Generalitat renovada" supone un remozado del compuesto hace 34 años, en 1984, por los mismos diseñadores del actual, Dani Nebot y Nacho Lavernia, según se ha explicado en el acto celebrado en el Patio Gótico del Palau de la Generalitat.
Los autores del diseño han explicado que con la actualización se simplifica el símbolo nacido en 1984, que constaba de 22 elementos gráficos, transformado ahora con ocho.
"Interpretamos con un dibujo de 2018 un texto del siglo XV", han explicado, en referecia al origen del símbolo: la heráldica de Pedro IV el Ceremonioso, del que nace la imagen que representa hoy al Gobierno de los valencianos.
En clave más política, con esta declaración se pretende "mostrar una posibilidad de construcción moderna del Estado que quedó truncada al comienzo del siglo XVIII, a raíz de la abolición del ordenamiento político e institucional foral al Reino de Valencia".
De hecho, el pasado 12 de enero, el pleno del Consell aprobó una declaración institucional con motivo del 600 aniversario de la creación de la Generalitat Valenciana, cuyo objetivo es "un mejor conocimiento de la historia de la institución que encarna la representación política de los valencianos y la administración del autogobierno".
Según explicó entonces la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, con esta celebración se busca entender mejor la especificidad de la Generalitat en comparación con las instituciones de otras partes de la Corona de Aragón, de España y de Europa occidental.
El presidente Puig ha señalado que han querido acometer la renovación del símbolo este año para enmarcarlo en la celebración del 600 aniversario de la Generalitat Valenciana.
"Tengo que confesar que cuando me comentaron la posibilidad de actualizar el emblema de la Generalitat, me puse en una posición claramente contraria", ha admitido Puig.
Sin embargo, ha afirmado que "más de treinta años después, es el momento de tener una imagen de la Generalitat del siglo XXI".
Por su parte, los diseñadores del logotipo, Dani Nebot y Nacho Lavernia, ganadores del Premio Nacional de Diseño, han señalado que la renovación del símbolo se basa en reproducir el anterior "con una mayor síntesis, proporción y equilibrio".