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lunes, 12 de agosto de 2019

El Brexit provoca un descenso en la población británica en Cartagena de 1.423 personas en los últimos cuatro años

CARTAGENA.- La Concejalía responsable de Estadística y Población, que dirige la edil Alejandra Gutiérrez, está elaborando un estudio para conocer de forma pormenorizada la situación demográfica del municipio de Cartagena y poder prestar así un mejor servicio a la ciudadanía.

“Los primeros resultados que ha arrojado el estudio muestran que en los últimos 10 años la población extranjera ha experimentado un descenso del 26,54%. De hecho, de los 32.541 personas de otras nacionalidades que residían en Cartagena en el año 2010, actualmente quedan 23.904, lo que significa que se han ido 1 de cada 4 personas”, ha explicado Alejandra Gutiérrez.
Las nacionalidades con mayor representación en el municipio hace 10 años eran la marroquí, ecuatoriana, británica y rumana, por ese orden, y todas ellas se han sufrido un descenso significativo. 
Concretamente, la población marroquí ha bajado en 1.546 personas; la ecuatoriana en 2.891, con la marcha de 3 de cada 4 ciudadanos; y la rumana que ha pasado de las 1.249 personas de 2010 a 318 en 2019.
En cuanto a la población británica, la situación es diferente, ya que durante años continuó aumentando hasta alcanzar su pico más alto en 2014 con 3.743 personas. 
Sin embargo, la concejala ha indicado que “todo parece indicar el comienzo del Brexit en 2016 dio paso a un descenso progresivo de ciudadanos de origen británico y actualmente residen en el municipio de Cartagena 1.976, 1.423 menos que hace 5 años”.
En lo referente a otras nacionalidades, la concejala ha afirmado que también se ha producido una bajada importante en las comunidades colombiana y boliviana, ya que en 2010 Cartagena contaba con cerca de 1.000 personas procedentes de ambos países y este año su población es prácticamente residual.
Cabe destacar también que en estos 10 años se ha duplicado la población procedente de Venezuela, pasando de los 121 ciudadanos de 2010 a los 253 que viven en Cartagena actualmente.
“Con estas primeras cifras que ha arrojado el estudio podemos concluir que la reducción del número de habitantes de Cartagena no está condicionado por el descenso de población autóctona, sino por la disminución de los ciudadanos procedentes de otros países”, ha concluido la edil.

viernes, 19 de julio de 2019

La población de la Región de Murcia aumenta casi un 30% desde 2000

MADRID/MURCIA.- El número de habitantes en la Región ha crecido un 28,6% desde el año 2000, mientras más del 60% de municipios de España y 13 provincias pierden población, según un estudio de la Fundación BBVA que analiza la despoblación en el país.

Así, la población española ha aumentado un 15,4% desde el año 2000, pero este crecimiento enmascara una dispar evolución demográfica a nivel municipal ya que el 63,1% de los municipios y 13 provincias han perdido habitantes desde entonces.
El fenómeno de la despoblación se acentúa y, en 2018, la mitad de las provincias españolas perdieron residentes respecto al año anterior, según informaron fuentes de la Fundación BBVA en un comunicado.
Los pueblos de 1.000 o menos habitantes, que representan el 61,5% del total de municipios españoles, son los que más han sufrido el desplazamiento de habitantes y actualmente solo concentran al 3,1% de la población. Por el contrario, casi el 80% de la población vive en municipios de más de 10.000 habitantes.
Por provincias, destaca el aumento de personas en Guadalajara, que ha ganado un 53,8% de residentes desde el año 2000, seguida de Almería, Gerona, Baleares y Tarragona.
La despoblación es un fenómeno demográfico y territorial que se inició en España a principios del siglo XX como respuesta al modelo de industrialización, que ofrecía mayor creación de empleo, competitividad e ingresos en las ciudades y, por consiguiente, una mejor calidad de vida.
El envejecimiento y el crecimiento vegetativo negativo, derivados de la salida de personas jóvenes en edad de trabajar, hacen que la despoblación persista y sea un proceso que va más allá del flujo de población de las zonas rurales a las urbanas, según las mismas fuentes.
España presenta ganancias de población a lo largo de las dos últimas décadas, salvo entre 2013 y 2016, acumulando un crecimiento del 15,4% entre 2000 y 2018. No obstante, este comportamiento a nivel nacional presenta grandes variaciones en función de la región que se analice.
Entre 2000 y 2018 determinadas provincias experimentan un crecimiento demográfico acumulado, más intenso en el caso de Madrid y municipios colindantes, municipios de Murcia, la parte más sur de Andalucía, así como en la zona del mediterráneo.
Guadalajara (53,8%) es con diferencia la provincia con mayor crecimiento de población, seguida a distancia por Almería (36,9%), Gerona (34,7%), Baleares (33,5%) y Tarragona (33%). Guipúzcoa (6,7%) es la única provincia que gana población de forma ininterrumpida año tras año.
Por el contrario, el 63,1% de los municipios españoles pierden población en ese lapso de tiempo. Este escenario municipal se traduce en 13 provincias que han visto reducir el número de habitantes, lideradas por Zamora (-14,2%) y Orense (-10,4%) que presentan una 19.07.2019 despoblación ininterrumpida a lo largo de todo el periodo.
El fenómeno de la despoblación en determinadas regiones españolas se ha agudizado a lo largo del siglo XXI. En 2018, el 62,7% de los municipios y el 50% de las provincias españolas pierden población _si se compara con el año anterior_ y 22 de ellas lo hacen ya 6 ejercicios consecutivos.
Zamora (-1,6%), Ávila (- 1,4%), León (-1,0%) y Cáceres (-0,9%) son las provincias con mayor merma poblacional en términos relativos, frente a Baleares (1,2%), Madrid (1,1%), Sta. Cruz de Tenerife (1,1%) y Gerona (0,8%) que se encuentran en el extremo opuesto, con ganancia poblacional.
La despoblación tiene relación directa con el tamaño de los municipios. Así, desde 2011, el número de municipios de 1.000 o menos habitantes aumenta hasta alcanzar los 4.995 en 2018, lo que representa el 61,5% del total de municipios españoles, el valor más alto desde el año 2000.
Detrás de este incremento está el mayor número de municipios de 100 o menos habitantes, ya que pasan de 928 en el año 2000 a 1.360 en 2018, un 46,6% más. Es decir, la despoblación hace que crezca el número de municipios más pequeños y que, al mismo tiempo, en su conjunto, pierdan habitantes, según el estudio.
En estas últimas dos décadas, la población de los municipios de 1.000 o menos habitantes ha caído un 8,9% (142.000 habitantes menos). De esta forma, han pasado de concentrar el 4% de la población en el año 2000 al 3,1% en 2018.
Este tipo de municipios de 1.000 o menos habitantes, característicos de la España rural, suponen más del 90% en el caso de Soria (94%), Zamora (93,1%), Burgos (93%), Ávila (92,3%), Salamanca (92%), Teruel (91,9%) y Palencia (90,1%). Todas estas provincias, a excepción de Burgos, concentran en este tipo de municipios más del 20% de su población, sobre todo en localidades de entre 101 y 500 habitantes.
Esta realidad pone de manifiesto una clara polarización de la población en dos ámbitos demográficos muy determinados, rural y urbano, acrecentando la existencia de minifundios demográficos con las correspondientes limitaciones económicas y sociales. La pérdida de población en muchas provincias tiene que ver con el problema de baja natalidad y elevado envejecimiento de España que ha derivado en un crecimiento vegetativo negativo desde 2015.
Así, la cantidad de provincias en las que el número de defunciones supera al de nacimientos ha ido en aumento, especialmente en los municipios de 10.000 o menos habitantes, que presentan en 2017 crecimiento vegetativo negativo en 48 de las 50 provincias españolas.
Zamora lidera el crecimiento vegetativo negativo por tercer año consecutivo, con 10 personas menos por cada 1.000 habitantes, situándose Orense en el segundo lugar.
El envejecimiento poblacional se observa también en el índice de recambio generacional (proporción de personas de 15-19 años de edad que entrarían al mercado laboral respecto a las que se jubilarían) que cae un 41% desde el año 2000, ya que las personas que abandonan las zonas rurales son jóvenes en edad de trabajar y reproductiva.
En definitiva, las consecuencias de la combinación de una baja natalidad frente a mayores defunciones, junto a un recambio 19.07.2019 generacional cada vez más deteriorado, retroalimentan la despoblación y contribuyen a que continúe su dinámica.
Las estadísticas de migraciones muestran que el movimiento interprovincial de extranjeros ha amortiguado en cierta manera el saldo negativo de los españoles en aquellas provincias más castigadas por la despoblación. No obstante, esa contribución se ha ido reduciendo en los últimos años, indicando que también los extranjeros abandonan estas provincias siguiendo el patrón marcado por la población local.
Por otra parte, la llegada de extranjeros a España ha superado la salida desde 2008 en la mayoría de las provincias con mayor problema de despoblación, excepto en el año 2013, y ha permitido los saldos migratorios exteriores positivos de estas regiones.
Pese a todo, el porcentaje de residentes extranjeros en los municipios de 1.000 o menos habitantes sobre el total de población provincial de este tipo de municipios es reducido, sin superar el 5%, salvo en Soria (5,6%) y Teruel (9%).
En consecuencia, el impacto del colectivo extranjero, si bien es positivo, no ha tenido la suficiente fuerza como para modificar la tendencia de despoblación que caracteriza a estas regiones.

martes, 25 de junio de 2019

La población regional de Murcia crece en 2018 hasta rozar el millón y medio de personas

MURCIA.- La Región de Murcia cuenta con 1.487.698 habitantes a 1 de enero de 2019, según la Estadística dada a conocer este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato supone un incremento de 12.129 personas con respecto a la misma fecha del año anterior, un 0,82% más de población en términos relativos.

De esta forma, Murcia es una de las 13 comunidades autónomas en las que creció la población en el año 2018. En concreto, la Región registró el sexto mayor aumento, solo inferior al registrado por Baleares (+1,79%), Madrid y Canarias (+1,39%), Cataluña (+1,02%), Navarra (+0,95%). Está por encima de la media nacional del 0,59%.
En este sentido, de los nuevos habitantes de la Región, 3.448 se deben al crecimiento vegetativo, mientras que la mayoría, 8.859, corresponden al saldo migratorio exterior positivo.
En cambio, perdió 154 habitantes por el saldo migratorio interior negativo, es decir, por ciudadanos que se fueron a otras comunidades.

La llegada de extranjeros en 2018 lleva al mayor aumento de la población española en diez años

MADRID.- La llegada de inmigrantes a España en 2018 compensó el aumento de las defunciones y la caída de la natalidad e hizo que se registrase el mayor aumento poblacional desde 2008, de 276.186 personas, lo que situó la población española en 46,93 millones de habitantes.

Así, según los últimos datos de la Estadística de Migraciones que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2018 se registró el mayor aumento poblacional desde 2008 cuando lo hizo en 570.333 personas, aunque advierte de que ese es el primer año de la serie histórica en términos homogéneos.
El alza del pasado año fue consecuencia de un saldo migratorio positivo de 333.672 personas (hubo 643.037 llegadas procedentes del extranjero y 309.365 salidas) que compensó el saldo vegetativo negativo de 56.262 personas (367.374 nacimientos, frente a 423.636 defunciones).
Destaca el INE que la llegada de extranjeros es la mayor desde 2008, primer año de la serie homogénea, y que la salida de población es la menor registrada desde el mimo año. Unas llegadas que crecieron un 20,8% respecto al año anterior y unas salidas que cayeron un 16,1%.
En términos relativos, el crecimiento anual de la población se ha duplicado desde el 0,28% de 2017 al 0,59% de 2018.

Las cifras estadísticas de población en España a 1 de enero de 2019 son las más altas desde que hay registros, con 46,9 millones de personas. Se trata del crecimiento más elevado desde 2008 (cuando la población aumentó en 570.333 personas), que permite superar el anterior valor histórico más alto, alcanzado en 2012.
Estas estadísticas son diferentes a las del Padrón Municipal, que ya registran en la misma fecha una población que superó por primera vez en la historia los 47 millones de personas, según especificaron fuentes del INE, que precisan que ambos datos tienen funcionalidades y procedimientos diferentes y no son comparables.
En todo caso, las estadísticas revelan que la población aumentó en 276.186 personas, lo que supone un 0,58 por ciento más en un año. Además, se duplica la tasa de crecimiento del ejercicio anterior (,0,28%). Así, el aumento de la población durante 2018 se debió a un saldo migratorio positivo de 333.672 personas (el mayor de la serie iniciada en 2008), pese al saldo vegetativo negativo (nacimientos frente a defunciones) de 56.262 personas.

Casi 10.000 españoles menos

Concretamente, los españoles disminuyeron en 9.368. Esta evolución fue resultado de un saldo vegetativo negativo (de 102.682 personas), que no se vio compensado ni por el saldo migratorio positivo (3.475 personas) ni por las adquisiciones de nacionalidad española (que afectaron a 90.828 personas, según datos provisionales). Si se limita a los españoles nacidos en España, la población se redujo en 98.595 personas a lo largo del año 2018.
En 2018, llegaron a España 643.037 personas, un 20,8% más que en 2017. Es el dato más elevado desde que comenzó la serie de la Estadística de Migraciones, en 2008. Concretamente, vinieron a España 559.309 inmigrantes extranjeros, un 23,2% más que en 2017, también la cifra más elevada desde 2008. De este modo, el número de extranjeros residentes en España creció un 6,3% (285.554 personas más) durante 2018 y se sitúa en 4,8 millones, el dato más alto desde 2013.

Los mayores aumentos extranjeros, de América

En la clasificación de extranjeros más numerosos en España se mantuvieron los cuatro primeros puestos, mientras que los colombianos superan a los chinos y se sitúan en quinto lugar. Concretamente, los marroquíes son la población más numerosa con 714.239 personas; seguidos de rumanos, con 671.233; los británicos, 287.292; los italianos, 244.148; los colombianos, 199.540; y los chinos, con 190.624.
Los mayores aumentos relativos de población extranjera se produjeron entre los venezolanos, con un 47%, Les siguen los hondureños, con un incremento del 32,4%; los colombianos, en el 25,1%; los peruanos, 20,2%; y los italianos, 10,3%.
Además, las llegadas más numerosas en 2018 procedieron de Marruecos, el 10,9%; Colombia 9,5%; y Venezuela 8,4%. Mientras, los mayores descensos relativos de población se produjeron entre los nacionales de Ecuador (-3,0%) y dos países de la Europa del Este: Bulgaria (-1,1%) y Rumanía (-0,4%).
En el otro lado, en 2018 abandonaron España con destino al extranjero 309.365 personas. Es la cifra más baja de emigrantes desde 2008, cuando se marcharon 288.432. El 17,8% de las personas que se fueron de España durante 2018 habían residido siempre en España. El resto (82,2%) habían inmigrado en algún momento.
El saldo migratorio de las personas con nacionalidad española con el exterior fue de 3.475 personas en 2018. Es positivo por primera vez desde el inicio de la Estadística de Migraciones, en 2008. Este saldo fue consecuencia de una inmigración procedente del extranjero de 83.728 personas y de una emigración al exterior de 80.253, el dato más bajo de emigración desde 2013.
La llegada de españoles no consiste fundamentalmente en una inmigración de retorno, sino de personas con nacionalidad española no nacidas en España (31.438 personas de las 83.728 que inmigraron habían nacido en España).
La población de nacionalidad española que llegó a España en 2018 procedía, principalmente, de Venezuela (18.132 personas), Ecuador (6.399) y Reino Unido (5.465). En contraste, un 20% de emigrantes españoles (16.294 personas) se fue a Reino Unido; un 12,2% a Francia; un 10,5% a Estados Unidos; y un 7,6% a Alemania.
Entre las nacionalidades extranjeras que más emigraron en 2018, se observan comportamientos diferentes. Así, de los 38.087 rumanos que se fueron de España el año pasado, el mayor número de entradas se concentró en 2007. Y de los 20.296 marroquíes que emigraron, habían llegado a España en mayor medida en los años más recientes (2015 y 2016). En cambio, de los 19.536 británicos que emigraron en 2018, la mayoría había llegado a España durante los años 2004 a 2007.

La población sube en la mayoría de comunidades

La población creció durante 2018 en trece comunidades autónomas. La mayor subida se registró en Baleares (+1,8%), Madrid y Canarias (+1,4%) y Cataluña (1,02%). Por el contrario, bajó en cuatro regiones, Asturias y Extremadura (-0,5%), Castilla y León (-0,43%), Ceuta (-0,43%) y Galicia (-0,10%).
Los mayores saldos migratorios entre comunidades durante 2018 se dieron en Comunidad de Madrid (7.307 entradas netas), Comunidad Valenciana (3.728) y Baleares (3.686). Por el contrario, Andalucía (-6.374), Castilla y León (-4.099), Extremadura (-2.980) y Cataluña (-2.811) presentaron los saldos más negativos.

miércoles, 19 de junio de 2019

La Región de Murcia registra 948 nacimientos menos en dos años

MURCIA.- La Región de Murcia registró en 2018 un total de 508 nacimientos menos con respecto a 2017, año en el que a su vez hubo también una disminución de 440. Sigue la línea del continuo descenso en la natalidad que se inició en 2010, cuando se alcanzó un récord de 18.039. 

Así, según una estadística del INE, la tasa de variación en la Región de Murcia ha sido del -3,4%, por encima de la nacional que sufrió un descenso del -6,1%.
El número de nacimientos disminuyó en el año 2018 en todas las comunidades y ciudades autónomas, excepto en Melilla, donde aumentó un 0,6%. Galicia (-10,3%), La Rioja (-9,2%) y Extremadura (-8,1%) registraron los mayores descensos.
El indicador coyuntural de fecundidad, es decir, el número de hijos por mujer, ha sido en la Región de Murcia en 2018 de 1,53, el tercer mejor resultado autonómico por detrás de Melilla (2,35) y Ceuta (1,70) y por encima de la media nacional (1,26).
Por su parte, el número de defunciones aumentó en 10 comunidades. Los mayores incrementos se dieron en Canarias (5,7%), La Rioja (5,1%) y en la ciudad autónoma de Melilla (3,6%).
En la Región de Murcia se registraron en 2018 un total de 11.132 defunciones frente a las 11.522 de 2017 y 10.867 de 2016, mientras que en 2015 fueron 11.233 y en 2010, 9.976.
La tasa de variación anual del número de defunciones fue en 2018 en la Región de Murcia del -3,4%, frente el 0,4 de incremento de media estatal, siendo el tercer mayor descenso junto con Castilla-La Mancha (-4%) y Ceuta (-5,9%).
La tasa bruta de mortalidad, es decir, el número de defunciones por mil habitantes, ha sido en 2018 en la Región de Murcia de 7,5, frente al 9,1 nacional y muy por debajo del 12,9 de Asturias, que ha sido la mayor tasa.
La esperanza de vida al nacimiento alcanzó los valores más altos en Comunidad de Madrid (84,8 años), Comunidad Foral de Navarra (84,2) y Castilla y León (83,9).
Por el contrario, los valores más bajos se dieron en las ciudades autónomas de Melilla (80,5 años) y Ceuta (80,8) y en Andalucía (81,9). La esperanza de vida en la Región de Murcia fue de 82,8 años en el año 2018.
El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) fue positivo en el año 2018 en Comunidad de Madrid (10.904 personas), Región de Murcia (3.448), Illes Balears (1.946) y las ciudades autónomas de Melilla (838) y Ceuta (445).
Por el contrario, los saldos vegetativos más negativos se dieron en Galicia (-15.854 personas), Castilla y León (-14.199) y Principado de Asturias (-7.503).

Por otra parte, Hugo ha desbancado a Lucas y Martín como el nombre preferido por los padres para los niños nacidos en 2018. En el caso de las niñas, repiten Lucía y Sofía, según la Encuesta de nombres y apellidos más frecuentes publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En la Región de Murcia, los nombres más usados han sido Lucas y Sofía.
A nivel nacional, 3.800 niños nacidos el año pasado fueron inscritos como Hugo, el nombre más común durante cinco años hasta 2017 y que en 2018 volvió a liderar el ranking. El segundo nombre de niño más frecuente es Lucas con 3.617 inscritos, seguido de Martín con 3.332. Daniel (3.223); Pablo (3.139); Mateo (3.100); Alejandro (3.000); Leo (2.651), Álvaro (2.465) y Manuel (2.476), les siguen en el ranking.
En el caso de las niñas, Lucía sigue liderando el ranking con 4.004 inscritas, seguidas de Sofía con 3.701 y Martina con 3.534. El top-10 de las niñas se completa con María (3.533); Paula (2.847); Julia (2.738); Emma (623); Valeria (2.420); Daniela (2.503) y Alba (2.350)
En las últimas posiciones del listado de 104 nombres contabilizados por el INE figuran Miguel Ángel, Jon, Mauro, Teo y Luka en el caso de los recién nacidos varones. Para niñas, en la última parte de la tabla figuran Malak, Yasmin, Nuria, Isabella y Paola.
Por Comunidades Autónomas, en Galicia y Asturias, los preferidos son Sofía y Mateo; en Cantabria, Martín y Lucía; en País Vasco, Markel y Ane; en Navarra Lucía e Ibai; en Aragón Lucía y Martín y en Barcelona, Julia y Marc.
Asimismo, en Castilla y León, los padres se inclinan por Lucía y Mateo también y en la Rioja empatan entre Alba y Lucía y para los niños Mateo. En Madrid, también lideran el ranking Lucía y Mateo, en Extremadura Carmen y Manuel; en Castilla-La Mancha Lucía y Hugo, en Comunidad Valenciana Sofía y Lucas; en Murcia Maria y Hugo y en Andalucía María y Manuel.
En Baleares los nombres preferidos son Sofía y Marc, en Canarias Lucas y Martina, y en Ceuta y Melilla Mohamed y Adam para los niños y Yasmin y Amira para las niñas.

jueves, 9 de mayo de 2019

La Región de Murcia, única española que no va camino del «suicidio demográfico»

MADRID.- Todas las comunidades autónomas, menos la Región de Murcia, se encaminan hacia el «suicidio demográfico», según un informe del Instituto de Política Familiar, que explica que en 11 de las 17 mueren más personas de las que nacen, la media de maternidad se sitúa en 31 años y la mitad no llega a 1,3 niños por mujer.

Asturias, Canarias y Cantabria son las comunidades que ocupan los últimos lugares por sus peores indicadores demográficos, de natalidad, nupcialidad y de ayudas a la familia, indica el informe «Evolución de la familias en las Comunidades Autónomas 2019», mientras que los mejores indicadores conjuntos se dan en Navarra, la Región de Murcia y País Vasco.
Teniendo en cuenta la natalidad, sitúa en posición crítica -1 hijo por mujer- a Asturias (1,03), Canarias (1,05) y Castilla y León (1,14); analizando la evolución desde 1980 las regiones con peores índices de fecundidad son Canarias (-1,48), Andalucía (-1,37), Murcia (-1,33) y Extremadura (-1,21).
La edad media de maternidad es cada vez más elevada: todas las CCAA tienen una edad media de maternidad superior a los 31 años, aunque la edad superior está en País Vasco, Galicia y Madrid, superando los 32,6 años.
La natalidad de las madres extranjeras está «paliando algo la natalidad crítica de las españolas»; uno de cada cuatro nacimientos en Baleares, Cataluña y La Rioja son de madres extranjeras.
Desde 1980, en todas las regiones ha aumentado la edad de las madres que tienen su primer hijo, pero en la que más ha subido es en Galicia con un incremento de 5,5 años.
El informe destaca el aumento de hijos fuera del matrimonio, que es superior en Canarias donde 2 de cada 3 niños nacen en parejas que no están casadas, y cuantifica en 2,2 millones el número de abortos registrados desde esa fecha.
Respecto a la evolución de la población, todas las comunidades, a excepción de la Región de Murcia, se han convertido en comunidades viejas: tienen más personas mayores que jóvenes.
Once tienen crecimiento negativo (Galicia y Castilla y León son, con diferencia, las que tienen un índice mayor) y solo una de cada 8 personas son jóvenes en Asturias, Galicia y Castilla y León, y una de cada cuatro, mayor de 65 años.
El estudio señala la inversión de la pirámide poblacional y alerta de que una de cada tres comunidades (en concreto, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Cantabria y La Rioja) perderán población en los próximos 15 años y si se mantienen los datos, Canarias adelantará en población a Castilla y León y Baleares a Aragón.
Todas las regiones han registrado «un vaciamiento de los hogares»; Asturias con 2,2 miembros es la que tiene hogares más pequeños, seguida de Castilla y León, La Rioja y País Vasco. Desde 1991, Baleares, Madrid y Murcia han perdido más de un miembro en cada núcleo familiar.
El informe del IPF señala el descenso de las uniones matrimoniales; Castilla y León (3,16), Aragón (3,26) y Extremadura (3,28) son las comunidades con menos matrimonios en relación a su población. También aumenta la edad de esas uniones que superan los 35 años -en Canarias llega a los 38,4 años).
Los matrimonios civiles superan a los eclesiásticos, sobre todo en Cataluña, Baleares y País Vasco, donde 7 de cada 8 parejas se casan exclusivamente por lo civil.
Respecto a las rupturas, en todas se producen al menos cinco de cada 10 matrimonios; dos de cada tres (el 63%) fueron en Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana.
Para el presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, «el déficit de ayudas a las familias está provocando que los indicadores de demografía, natalidad y nupcialidad se estén agravando».
El instituto recuerda que la mayoría o no dan ayudas directas (es el caso de Baleares) o si las dan las limitan por renta (Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Navarra y Valencia). Destaca que País Vasco es la comunidad que proporciona una mayor deducción fiscal por hijo en el IRPF.

martes, 23 de abril de 2019

Los cambios climáticos condicionaron la evolución demográfica en la península Ibérica


BARCELONA.- Los cambios climáticos, tanto las glaciaciones como los episodios de calentamiento, condicionaron y en gran parte limitaron la evolución demográfica de las poblaciones en la península Ibérica hace miles de años.

A esa conclusión ha llegado un equipo multinacional de investigadores, en el que han participado científicos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de la Universidad Rovira i Virgili, que publica este martes los resultados en la revista Nature Communications.
Los investigadores han reconstruido la evolución demográfica de las poblaciones de cazadores y recolectores que ocupaban la península entre 18.000 y 8.000 años atrás, y han comprobado que la evolución demográfica estuvo en aquel periodo directamente relacionada con los grandes transformaciones medioambientales.
La investigación revela la gran capacidad que tenían las poblaciones para el crecimiento demográfico y cómo ese crecimiento estuvo limitado como consecuencia de los cambios medioambientales, sobre todo en los momentos de empeoramiento climático.
El investigador del IPHES Javier Fernández ha subrayado que se trata de un periodo “especialmente interesante” para estudiar cómo evolucionaron las poblaciones de la península, ya que tuvieron que enfrentarse a transformaciones climáticas y medioambientales “de gran magnitud”.
Para entender el alcance de aquellos cambios, el investigador ha señalado como ejemplo el Acuerdo de París (2015) contra el cambio climático, que pretende limitar el calentamiento global a 2 grados en los próximos cincuenta años.
“Aquellas poblaciones se enfrentaron a bajadas de temperaturas de hasta 6 grados en el Dryas reciente (hace entre 12.700 y 10.200 años) y ascensos de las temperaturas de hasta 6 grados en el Holoceno inicial“, ha explicado Javier Fernández.
El trabajo ha consistido en el análisis de todas las dataciones de carbono 14 que existen de la península correspondientes a ese periodo (entre 18.000 y 8.000 años), y se han realizado miles de simulaciones para comparar diferentes modelos de crecimiento demográfico.
Javier Fernández ha explicado que se han analizado más de 1.000 dataciones de casi 250 yacimientos de la península, que han permitido conocer las dinámicas geográficas desde la última glaciación hasta el Holoceno.
Esos análisis han constatado tres grandes fases demográficas durante el periodo analizado, y en cada una de ellas los niveles de población respondieron de forma diferente a los factores climáticos y a procesos endógenos.
La primera de esas fases se desarrolló al final de la última glaciación, entre hace 16.600 y 12.700 años, cuando la población creció de forma exponencial.
Ese crecimiento contrasta con la siguiente fase, entre 12.700 y 10.200 años, un periodo en el que se produjo un enfriamiento climático, primero, y un rápido calentamiento global después; durante esta fase los niveles demográficos decrecieron de una manera significativa.
La tercera fase la han situado entre hace 10.200 y 8.000 años, cuando la población volvió a crecer de una forma muy rápida, antes de volver a estabilizarse durante el periodo posterior (el Mesolítico).
Después del periodo analizado en esta investigación no han vuelto a producirse oscilaciones climáticas tan pronunciadas, aunque sí algunas “crisis climáticas” como la que se produjo hace 4.200 años, caracterizada por las severas sequías y periodos muy áridos que afectaron muy gravemente a sectores como la agricultura.
Javier Fernández ha subrayado que en este caso las poblaciones no dependían tan directamente del medio ambiente y contaban ya con más medios y recursos para afrontar los cambios.
La investigación se ha efectuado en el marco del proyecto PALEODEM (Late Glacial and Postglacial Population History and Cultural Transmission in Iberia), financiado por el Consejo Europeo de Investigación, y han participado investigadores del Departamento de Arqueología de la Universidad de Bournemouth y de la Escuela de Negocios de la Universidad de Warwick, ambas en Reino Unido.

sábado, 20 de abril de 2019

C's alerta de que la población de Cartagena ya baja de los 214.000 habitantes y vuelve a las cifras que tenía en 2009

CARTAGENA.- Ciudadanos ha sido el único partido político que ha alertado del acusado descenso de población en Cartagena en los últimos cinco años, “en agosto de 2018 alertamos públicamente de este preocupante y revelador indicador demográfico”, ha señalado hoy el portavoz y candidato de C's a la alcaldía de Cartagena, Manuel Padín, que informa de que “la regresión demográfica continúa y el último dato del INE nos sitúa ya por debajo de los 214.000 habitantes (213.943), hemos perdido en menos cinco años 3.700 habitantes, curiosamente el mismo número de personas que ha ganado el municipio de Murcia en sólo un año”.

Para Manuel Padín, “tenemos un grave problema entre manos, o empezamos a darnos cuenta de que esto no puede seguir así o estamos condenados a la más absoluta irrelevancia territorial”. 
El portavoz liberal enumera algunas de las causas de la regresión demográfica en el municipio, “la falta de servicios públicos, de oportunidades profesionales, de infraestructuras del transporte, el envejecimiento brutal del parque inmobiliario, el deterioro y el abandono de los barrios y diputaciones, la escasa promoción turística exterior,  la falta de facilidades para emprender un negocio, la falta de incentivos fiscales, la contaminación o por supuesto la descomunal concentración de empresas, entidades e instituciones públicas en la ciudad Murcia”. 
“Que esta situación se esté dando en un municipio portuario, con una fuerte vocación turística, con un patrimonio natural y cultural único,  y con un tejido industrial tan potente y asentado es una anomalía que da una idea de hasta qué punto han sido incapaces, dañinas e injustas con Cartagena  las políticas municipales y regionales de los últimos 20 años”.
Ciudadanos ha sido el único partido que ha alertado de este fenómeno en Cartagena y logró el pasado mes de octubre sacar adelante en el Pleno ordinario un acuerdo que insta al Gobierno de Cartagena a desarrollar, a la mayor brevedad posible, un estudio sobre la realidad socioeconómica del municipio, para identificar la evolución de aquellas zonas con un mayor déficit en servicios e infraestructuras, así como falta de ayudas públicas y aquellas que están sufriendo el fenómeno de la despoblación. 
La iniciativa de Cs pasa también por ampliar el actual y limitado Observatorio de Empleo municipal de manera que extienda sus objetivos para que sea un completo observatorio socioeconómico que oriente las políticas presupuestarias, “los barrios y diputaciones han sufrido décadas de repartos de inversión injustos, electoralistas  y sin cabeza”.

El plan más ambicioso contra 
la despoblación lo tiene C's
Ciudadanos sabe cómo revertir esta situación, y está en condiciones de afrontarla, primero con el análisis socioeconómico y segundo, con la redacción y ejecución de un plan económico integral contra la despoblación en Cartagena que incluya fuertes incentivos fiscales para las implantación de empresas, la descentralización de instituciones y el traslado de la Consejería de Turismo o la Aduana a Cartagena, el diseño de presupuestos orientados a las prioridades y a la recuperación de las zonas más abandonadas, fortalecer y no dejar escapar más líneas de ayuda regionales y europeas para adecentar y rehabilitar viviendas, trabajos de intermediación para resucitar la actividad comercial,  nuevos inventarios y bolsas de viviendas vacías, promover el acceso a los servicios bancarios en el medio rural, fomentar servicios de guardería de proximidad inspirados en la ayuda a domicilio para las personas mayores, teleasistencia medica y telefarmacia en las zonas donde los desplazamientos son difíciles y costosos, optimización y mejoras en el transporte público, “entre otras muchas medidas de las que tenemos ya contrastada su eficacia”, ha señalado Manuel Padín.

jueves, 11 de abril de 2019

España vuelve a superar los 47 millones de habitantes por el aumento de la inmigración


MADRID.- La población española aumentó en 2018 en 284.387 personas (0,6 %), lo que situó el total de habitantes en más de 47 millones, una cifra que no se superaba desde 2013.

Una población que, según el Padrón Continuo difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tiene una edad media de 43 años, se reparte casi a la mitad entre hombres y mujeres, está envejecida, compuesta por un 90 % de españoles y un 10 % de extranjeros y donde 4 de cada 10 personas vive en municipios de más de 100.000 habitantes.
Y donde ya hay más de 5.000 pueblos en los que viven menos de mil personas, reflejo de la incesante despoblación de la España rural.
Con datos a 1 de enero de 2019, del total de ciudadanos (47.007.367), el 89,3 %, es decir 42 millones, son españoles, y el 10,7 %, 5 millones, extranjeros, un colectivo que no superaba esta cifra desde 2014.
Y es que, por segundo año consecutivo, aumenta el número de extranjeros empadronados, que casi duplica al del año anterior y de los que el 10 % ya ha nacido en España.
Así, a lo largo de 2018, tercer año consecutivo de aumento de la población, el número de españoles descendió en 6.186 (un 0,01 %), mientras que el de extranjeros creció en 290.573 (6,1 %), de los que 36.049 (2 %) provienen de algún país de la UE y el resto, 254.524 (8,6 %), son no comunitarios.
Otros de los datos que destaca Estadística son la distribución por sexos, que apenas ha variado, con un 49 % de hombres y un 51 % mujeres; y que el 85,7 % de la población ha nacido en España y el 14,3 % en el extranjero.
En cuanto a la edad, las cifras vuelven a dejar patente el envejecimiento de España, un país en el que solo el 15,7 % de la población tiene menos de 16 años mientras que el 36,3 % tiene entre 16 y 44 años, el 28,7 % entre 45 y 64 años, y uno de cada cinco habitantes (19,3 %) es mayor de 65 años.
Por nacionalidad, la diferencia más acusada en el porcentaje de edad entre españoles y extranjeros se da en el grupo de 16 a 44 años, una franja en la que se encuentran el 34,1 % de los españoles, frente al 55 % de los extranjeros.
Otra de las diferencias entre estos grupos de población es su edad media, con 44 años en el caso de los españoles y 36 años en el de los extranjeros (la de los ciudadanos de países de la UE es 40 años).
Entre los extranjeros, las edades más altas son las de los británicos (53,6 años), alemanes (49,2) y franceses (42,6), mientras que los más jóvenes son los hondureños, con una edad media de 30,3 años, seguidos de los pakistaníes (30,9) y los marroquíes (31).
Por nacionalidades, los más numerosos son los marroquíes (812.412), seguidos de los rumanos (669.434), británicos (249.015) italianos (227.912), chinos (224.372) y colombianos (206.413).
Pero destaca Estadística que el mayor crecimiento es el registrado por los venezolanos, que han aumentado en 41.956, un 43,9 %, en un año marcado por el agravamiento de la crisis que sufre el país caribeño. La distribución de la población continúa siendo heterogénea con una comunidades mucho más pobladas que otras.
Así, Andalucía, con 8,4 millones de habitantes; Cataluña, con 7,6; la Comunidad de Madrid, con 6,6; y la Comunidad Valenciana, con 5 millones, aglutinan al 59 % de la población española.
Mientras que La Rioja, con 317.000 habitantes; Cantabria, con 581.000; y la Comunidad Foral de Navarra, con 654.000 personas, continúan siendo las regiones con menos habitantes.
Añade el INE que, en el último año la población ha disminuido en cuatro comunidades autónomas (Extremadura, Principado de Asturias, Castilla y León y Galicia) y ha aumentado en el resto.
En cuanto a la población extranjera, que en 2018 solo disminuyó en las ciudades de Ceuta y Melilla, las regiones con mayor proporción son Illes Balears (17,8 %), Cataluña (15,1 %) y Murcia (14,1 %), junto con Melilla que tiene un 15,3 % de foráneos.
En el extremo contrario se sitúan Extremadura, con solo un 3 % de población extranjera, seguida de Galicia (3,7 %) y el Principado de Asturias (4,1 %).
Si se agrupan por grupos de países los extranjeros más numerosos en España son los de la UE-28, que representan el 36,3 % del total de extranjeros, seguidos de los de África (22,3 %).

martes, 9 de abril de 2019

Las murcianas de 40 y más años, entre las españolas que desean más hijos

MURCIA.- Las mujeres de 40 y más años de Murcia, Madrid y Navarra son las que quieren tener más hijos en España, pero por distintos motivos no lo consiguen, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En su encuesta de fecundidad, relativa a 2018, señala que el 79,2% de las mujeres de 25 a 29 años aún no ha tenido hijos, porcentaje que se eleva al 88,1% para todas las mujeres de entre 18 y 30 años. En cuanto a los hombres, más del 95% de los menores de 30 no tienen.

En general, las mujeres desean tener más hijos de los que tienen realmente en todas las comunidades autónomas, pero son el grupo de 40 y más años el que está más lejos de conseguirlo. De hecho, el 42% de las madres en España ha tenido su primer hijo 5,2 años más tarde de lo que habría deseado. Las razones económicas, laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral son las más habituales.
Más de la mitad de las mujeres de 30 a 34 años (el 52%) aún no tuvo hijos, tasa que se reduce al 27,8% en las que tienen de 35 a 39 años y al 19,0% en las de 40 años y más. El porcentaje de mujeres que no tuvieron hijos evoluciona con la edad de forma similar en todas las comunidades autónomas. Las menores tasas de mujeres sin hijos se registran en Murcia, para las menores de 30 años (77,8%) y para las de 30 a 34 años (37%), mientras que en Aragón viven las de 35 a 39 años (18,2 %) y en Castilla-La Mancha, las de 40 años y más (12,0%). Las menos elevadas se dan en Galicia para las menores de 30 años (93,5%), Castilla y León para las de 30 a 34 (64,1%) y desde 35 a 39 años (48,1 %), y en Cantabria para las de 40 hacia delante (28,6%). 
Respecto al número medio de hijos por mujer, Murcia también posee el mayor número en todos los grupos de edad, alcanzando un máximo de 1,78 entre las mayores de 40 años. Por edades, Madrid y Galicia se sitúan en último lugar entre las menores de 30 años, Castilla y León en el grupo de 35 a 39, y Asturias tanto entre las de 30 a 34 como entre las de 40 y más años.
El estudio vincula la fecundidad con el nivel educativo ya que, conforme aumenta el nivel educativo se retrasa la edad a la maternidad. Así, las mujeres con nivel de estudios superiores que actualmente tienen entre 45 y 49 años tuvieron en promedio 1,50 hijos; las que completaron estudios de segunda etapa de secundaria tuvieron 1,58 hijos y las que alcanzaron primera etapa de secundaria o inferior tuvieron, de media, 1,63 hijos.
Si se tiene en cuenta la situación laboral actual de las mujeres de 18 a 55 años residentes en España, las que están trabajando tienen menos hijos de media para todas las edades. Entre ellas, la mayor fecundidad se da en las ocupadas con 40 o más años, con una mediade 1,5 hijos. Mientras, las que se encuentran en situación de inactividad son las que más hijos tienen de media, llegando a alcanzar los 1,8 hijos en el grupo de edad de 40 a 44 años.
La encuesta también detalla que el porcentaje de mujeres que trabajan y que no tienen hijos es superior al de las mujeres que ya han sido madres en todos los grupos de edad, excepto para las menores de 30 años. En el grupo de edad de mayor fecundidad (30 a 34 años) un 78,0% de las que no tienen hijos está actualmente trabajando, frente al 64,0% de las que ya han tenido hijos.
Prácticamente la mitad de las mujeres que actualmente tienen entre 30 y 44 años estaba trabajando en el momento de tener a su primer hijo, con porcentajes que oscilan entre el 50,4% de las de 35 a 39 años y el 46,9% de las de 40 a 44 años. En cambio, para el resto de edades (menores de 30 y de 45 años y más) son mayoría las mujeres que estaban en situación de inactividad en el momento de tener su primer hijo.
En general, y a cualquier edad, lo que más aprecian las mujeres de un puesto de trabajo es que contar con unas buenas condiciones económicas. Sin embargo, las medidas de conciliación familiar y el horario pasan de ser aspectos poco valorados por las mujeres sin hijos, a ser los más importantes para las mujeres que sí los tienen. Esto sucede a todas las edades, aunque en mayor medida por debajo de 40 años, superando el 38,0%.
Por otro lado, que el trabajo sea interesante y les satisfaga personal y profesionalmente pasa de ser la segunda cuestión más considerada por las mujeres sin hijos menores de 30 años, a la sexta para las mujeres de la misma edad que sí tienen. 
La encuesta añade que el 62,1% de las mujeres sin hijos de entre 30 y 34 años y el 57,5% de entre 35 y 39 años tiene intención de tenerlos en los tres próximos años, mientras que el 41,8% de las mujeres de 34 o menos años con hijos piensa volver a ser madreen los tres próximos años.
Las razones económicas, laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral son los principales motivos para no tener más hijos entre las menores de 30 años, y son la segunda razón aducida por las que tienen entre 30 y 39 años. Entre las mujeres sin hijos hay mayor variedad de motivos para no tener la intención de tenerlos en un futuro próximo. 
Entre todos ellos destacan las razones económicas, laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral, no tener pareja o no ser ésta la adecuada y no querer ser madre para las mujeres de entre 30 y 44 años. Por su parte, las razones de edad también son uno de los principales motivos para no tener intención de tener hijos, tanto entre las menores de 30 años como para las de 45 y más.

lunes, 25 de febrero de 2019

La población de Murcia capital crece a costa de otros municipios

MURCIA.- La población del municipio de Murcia creció en más de 3.700 personas en 2017, con lo que el padrón oficial a 1 de enero de 2018 era de 447.207 habitantes, lo que la consolida como la séptima ciudad más poblada del país.
La Comisión de Pleno de Asuntos Generales ha dado hoy el visto bueno a los datos del padrón oficial, que especifican además que a lo largo de 2017 hubo 17.673 bajas y 21.410 altas y casi 22.900 alteraciones por cambio de domicilio dentro del municipio.
El motivo principal de las bajas fue el cambio de residencia a otros municipios (unas 8.700 personas), seguido de las inscripciones indebidas o duplicadas (más de 3.900), las defunciones (cerca de 3.300) o la no renovación (un millar), entre otras.
En cuanto a las altas, más de 9.800 fueron por cambio de residencia desde otros municipios, casi 4.600 por nacimientos y cerca de 4.500 por incorporación de personas procedentes del extranjero.
A 1 de enero de 2018 había censados en el municipio 228.588 mujeres y 218.619 varones.
Los mayores incrementos de población tuvieron lugar en las pedanías, con 3.561 nuevos residentes, mientras que en el centro se han incorporado 169 personas.
Hay cinco barrios (El Carmen, Vistalegre, Infante don Juan Manuel, Santa María de Gracia y Espinardo) y siete pedanías (El Palmar, Puente Tocinos, Cabezo de Torres, La Alberca, Sangonera La Verde, Beniaján y Santiago y Zaraíche) que superan los 10.000 habitantes.
En el extremo opuesto, no alcanzan los mil habitantes las pedanías de Carrascoy-La Murta, Cañada Hermosa, Cañadas de San Pedro, Baños y Mendigo, Valladolises, Los Martínez del Puerto y Rincón de Beniscornia.

sábado, 16 de febrero de 2019

C's y COAG coinciden en la necesidad de abordar el problema de la despoblación en zonas rurales

LORCA.- Ciudadanos ha mantenido una reunión con COAG, que representa el 60% del sector agrícola regional, para pulsar y analizar su problemática. En el encuentro, al que acudieron el presidente de COAG, Miguel Padilla, junto a los directivos Francisco Gil y José Ángel Navarro, la secretaria de Programas de Ciudadanos, Elena García trasladó a la organización agraria la implicación de la formación naranja con el sector, “y no solamente en el tema del agua, sino en otras amenazas, como el despoblamiento de las zonas rurales, la necesidad de un análisis actualizado de la situación del sector o la evolución de la producción”.

Sobre el despoblamiento, García destacó que gracias a Ciudadanos “por primera vez el presupuesto regional incluye una partida específica sobre la despoblación, que supondrá una inversión de 200.000 euros”. 
“Hay comarcas como el Noroeste o el Valle de Ricote donde la despoblación es un problema real, y además de esta partida hemos introducido otras, como 2,6 para agricultura de montaña o los 11,5 millones para repoblación forestal y silvicultura, que permitirán fijar a la población”, ha añadido la secretaria de Programas de Ciudadanos. 
De hecho, la formación celebró en Ojós una jornada técnica donde se abordó la problemática, de la despoblación rural, y de la que surgió la apuesta por introducir por vez primera en las cuentas regionales esta partida específica contra la despoblación.
Sobre la política hídrica, Ciudadanos reiteró su postura, defendida a nivel nacional, de elaborar un Plan Hidrológico Nacional “basado tanto en criterios técnicos como en el principio de solidaridad que nuestra Constitución consagra”. 
Además, en el encuentro se abordó la necesidad de elaborar un mapa de secano y regadío de los cultivos de la Región y evolución de la producción.

miércoles, 13 de febrero de 2019

España afronta la segunda oleada de despoblación

MADRID.- El padrón de 2018, publicado a principios de este año, dibuja dos Españas. Una, pujante, ha visto crecer su población en la mayoría de sus ciudades y pueblos grandes en la última década. Pero, en otra, en decadencia, ha ocurrido lo contrario. La España que no está bañada por el mar, salvo Madrid, se ha dejado por el camino un cuarto de millón de habitantes desde enero de 2008 hasta enero de 2018, según publica hoy El País.

La melancolía por la decadencia de su localidad ya no es patrimonio exclusivo de los últimos vecinos de pueblos pequeños. La despoblación ya ha llegado a las capitales de comarca, incluso a muchas de provincia del interior de España.
Agotados ya los caladeros de habitantes que les llegaban de los pueblos y que ya no dan más de sí, las capitales del interior no aguantan el zarpazo de las macrociudades.
La caída demográfica de las poblaciones importantes se hace notar en especial en provincias como las de Asturias, Jaén o Albacete. Allí, de 2008 a 2018, han perdido habitantes nueve de sus diez mayores municipios. En cuatro provincias de Castilla y León (Ávila, Burgos, Soria y Zamora) y en Teruel, ocho de las diez mayores localidades han menguado también en esa década.
Frente a esa realidad, Madrid, Barcelona y, aunque de manera desigual, la costa mediterránea se revelan como grandes polos de atracción que extienden su alcance cada vez más lejos de sus zonas de influencia tradicionales. Los 10 mayores municipios de Barcelona y de Almería han crecido desde 2008. Lo mismo ocurre en los nueve mayores de las provincias costeras de Gipuzkoa, Huelva, Málaga o Las Palmas, y solo en una de interior, Guadalajara, que se beneficia de su cercanía con Madrid.
La comisionada por el Gobierno para esa estrategia, Isaura Leal, aprecia una oleada "muy intensa" de movimiento de población, como ya sucedió en los años sesenta con el éxodo rural por trabajo de los pueblos a Madrid. "La mayoría de las personas que se mueven buscan unas mejores condiciones de vida, igualdad de oportunidades y empleo", describe la experta.
"Siempre se piensa en el declive rural, pero si se pone la vista en muchas de esas ciudades intermedias, se ve cómo decae su población de forma similar a las zonas rurales", apunta Diego Ramiro, jefe del Departamento de Población del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC. 
"Lo primero que detectamos los demógrafos fue la despoblación rural, pero las siguientes en caer son las ciudades intermedias, antiguos centros comarcales. Luego, les llega el turno a las ciudades medianas", avanza el experto.
¿Qué tienen en común estas ciudades mermadas, más allá de ver cómo se resiente su autoestima colectiva? Aunque ni la intensidad con que decrecen ni el porqué son los mismos en cada caso, suelen compartir una receta que incluye tres ingredientes demográficos. Primero: una baja fecundidad, porque los jóvenes que se marchan se llevan fuera a los hijos que ya han tenido (y cada vez son menos) y porque ya será también fuera donde nazcan los que tengan.
 Segundo: un aumento de la mortalidad, porque quienes se quedan son los más viejos. Tercero: la salida de inmigrantes que vivían en estas localidades, de media más fecundos y que, sin ataduras con ningún terruño, son más propensos a cambiar de residencia que sus vecinos españoles.
Las cabeceras de comarca y las capitales de provincia fueron unas aliadas involuntarias contra la despoblación rural. Retenían población: el desgarrón demográfico quedaba aplacado por las coronas metropolitanas que nacieron alrededor de las ciudades al albur de la burbuja de la construcción. 
Pero eso ya no está ocurriendo en provincias como las de Burgos, Palencia, León, Jaén, Zamora o Salamanca, en las que la población de la capital, su área y su provincia van a la baja: "La capital salmantina empezó a perder población porque la gente se compraba casa, más barata, en los alrededores. Esa corona creció durante unos años, pero ahora la gente se va, y ya es fuera de la provincia", describe el profesor de la Universidad de Salamanca José Ignacio Plaza, experto en análisis geográfico. 
En otros muchos casos, la pérdida de población de capitales como Cádiz, Vigo o Granada sigue coexistiendo con la subida de habitantes de sus áreas metropolitanas. Son sobre todo las áreas metropolitanas de las ciudades grandes, como la de Madrid o Barcelona, las que han impulsado a varios de sus municipios a crecer por encima del 50% en apenas 10 años.
Con la marcha de habitantes se esfuma también un aura: la capacidad de transmitir que una ciudad es un buen lugar para vivir y prosperar. Implica también perder inversiones, infraestructuras y representación política (por ejemplo, el número de concejales de los Ayuntamientos). 
Los barrios se vacían y envejecen. Cierran comercios y hay más casas vacías. "Se provoca una atonía social y de la dinámica urbana, aunque todo depende de cada caso, que contribuye a crear un paisaje deprimente, regresivo", ilustra Plaza. Incluso se altera artificialmente la percepción de prosperidad de un sitio: "Cuando nos dicen que esas pequeñas ciudades tienen un índice de desarrollo igual o superior a hace años no nos damos cuenta de que eso es solo porque ahora los que quedan son menos a repartir".
Las carreteras y la obligación de desplazarse lejos han hecho parte del resto: "Cada vez más las personas en edad productiva están dispuestas a hacer kilómetros y kilómetros para ir a trabajar, y eso está afectando a las pequeñas ciudades que están cerca de otras medianas y grandes", apunta el catedrático emérito de la Universidad de Léon Lorenzo López Trigal. Muchas localidades del interior vivieron un pico de población entre la década de los cuarenta a la de los sesenta, luego se estancaron y después empezaron a perder población. López Trigal ha estudiado el caso de Astorga (León), que ha perdido ya a uno de cada diez empadronados de los que tenía cuando llegó el nuevo siglo, sin competencia posible con la cercana León o la más alejada Ponferrada, que ahora también ven cómo sus áreas urbanas pierden población.
"A Astorga ya no está llegando gente de la antigua área de influencia. Se van a León, a Madrid o al extranjero", detalla López Trigal, que guarda una reflexión para el caso de localidades más pequeñas, como Puebla de Sanabria (Zamora), toda una cabecera de comarca con sus poco más de 1.400 habitantes, pero que no han dejado de bajar en los últimos años. 
"Cuando no solo disminuye la población de la comarca, sino también la cabecera, estamos en el ciclo final de la pérdida demográfica. Si se pierde un centro de atracción y de funcionalidad, de comercios y servicios, se viene abajo todo el territorio", apunta. En estas pequeñas urbes van de la mano la mengua de población y de las funciones típicas de una ciudad: el comercio, los servicios o la vida cultural.
López Trigal calcula que un tercio de la población entre 25 y 40 años de la España interior ha emigrado fuera de esa amplia zona de la geografía, sobre todo a las grandes ciudades ("Madrid y en mucha menor medida Barcelona") o al extranjero.
"Las ciudades han perdido la capacidad de atracción que tenían, que nunca fue mucha, pero al menos capturaron mano de obra para la construcción y para atender los servicios públicos, como la sanidad o las universidades", describe para el caso de Extremadura Antonio Pérez Díaz, profesor de análisis geográfico regional de la universidad extremeña. Salvo la capital, Mérida, y la ciudad más poblada, Badajoz, los otros 11 municipios que superan los 10.000 habitantes van en clara recesión. En nueve de esas ciudades extremeñas se va fuera más gente de la que llega. Las perspectivas tampoco dejan albergar esperanza para los próximos años. 
El Instituto de Estadística de Extremadura prevé que Cáceres o la comarca de Tierra de Barros perderán población y que la que quede, será más vieja. El instituto es una de las raras entidades demográficas que se atreve a hacer prospectiva de un territorio inferior a la provincia, porque la población está sujeta a cambios coyunturales que alteren las cuentas a muchos años vista.
La crisis política catalana no es la única que cuestiona la estructura del Estado. La decimonónica división en provincias y la creación de las autonomías a partir de los últimos años setenta y primeros ochenta dejó desatendida, coinciden varios expertos, la escala intermedia, la de los territorios interiores. "Se debería haber articulado el territorio de manera funcional, para atender a las necesidades de la población que se distribuía en esas zonas, y no se ha hecho", apunta José Ignacio Plaza. 
"Esos centros comarcales deberían haber atendido los servicios básicos: la educación, la sanidad, los servicios sociales, para que no todo estuviera concentrado en la capital provincial o en la autonómica". Joaquín Recaño, demógrafo del Centro de Estudios Demográficos en Barcelona, urge a abordar una cuestión peliaguda: hay demasiados municipios: "Hay muchos que son inviables desde el punto de vista demográfico, pero, a la vez, hay que pensar en la gente que vive en esos lugares y en los servicios que hay que prestarles".
7,5 millones de habitantes viven en seis grandes municipios, mientras que 1.355 de los más pequeños apenas suman 75.000 personas en su conjunto. Dicho de otro modo: en el 16% de los municipios, aquellos que no llegan a 100 habitantes, vive solo el 0,2% de la población de España. 
Julián Mora, doctor en sociología y ordenación del territorio, describe el país como "un gran desierto demográfico entre montañas y llanuras de cereal o adehesadas, y salpicado de oasis de relativa pujanza, las ciudades, desde los 249 pequeños (las ciudades entre 20.000 y 100.000 habitantes) a las 16 grandes ciudades (por encima de 250.000) de las que solo seis superan el medio millón".

Fecundidad aún más baja

Una diagonal imaginaria cruza el mapa de España desde los Pirineos a Huelva surcando Madrid. La dibuja el profesor Joaquín Recaño. De la línea hacia el norte y el oeste, la fecundidad es "bajísima". "En algunos lugares está ya por debajo del hijo por mujer, como en Galicia, Asturias y Castilla-León. La tasa mínima para asegurar el reemplazo de una generación por la siguiente es de 2,1 hijos por mujer; la media española ronda el 1,3.
Al otro lado de la línea, hacia el este y el sur, la situación es distinta. La fecundidad sigue siendo baja, pero no tanto, alentada en determinados puntos por la buena situación económica.
 "En algunos momentos previos a la crisis la fecundidad era más elevada en Cataluña que en Andalucía", describe el experto, que pone como ejemplo de sitio fecundo a Sant Cugat del Vallès (Barcelona), un municipio de 90.000 habitantes que ha crecido un espectacular 72% desde el año 2000, y que goza de uno de los niveles de renta más altos de España. "Es un lugar adonde se quieren ir a vivir las familias que quieren tener hijos", remata Joaquín Recaño.
La crisis de 2008 golpeó de pleno en la fecundidad, pero a aquella debacle económica se ha añadido otra, demográfica: no solo nacen menos niños, sino que cada vez hay menos mujeres en edad de tenerlos. "En los últimos 10 años hemos visto cómo ha retrocedido el número de mujeres en edad fértil. Las nacidas desde principios de los sesenta a mediados de los setenta [un grupo de población numeroso de la generación del baby boom] ya está fuera de sus edades fértiles en la mayoría de los casos", describe Recaño. 
A pesar de la recuperación económica y un ligero repunte de la fecundidad, los bajos salarios actuales hacen retrasar la decisión de formar pareja y tener hijos.
Además, hasta la llegada de la crisis las pequeñas ciudades se habían beneficiado de la inmigración en el saldo demográfico, pero se redujo mucho cuando acabaron las oportunidades. 
"Vemos, además, que en muchos sitios se están perdiendo más españoles que extranjeros, por la mera razón de que los españoles que quedan son más viejos, y mueren", ilustra Recaño. Los españoles no solo son de media más mayores, sino que cambian de residencia menos que los extranjeros. España e Italia están en los niveles más bajos de movilidad de todo el continente, aunque la laboral aumentó el año pasado
"Los inmigrantes han arreglado los parches de movilidad: son los que se desplazan para ocupar los nichos que quedan desiertos en la agricultura, en la hostelería y el cuidado de ancianos", describe el investigador, experto en este ámbito específico de la demografía. A los inmigrantes se les debe uno de cada cuatro cambios de residencia que hubo en España entre 2001 y 2005.
"La hipermovilidad de la población extranjera es la que ha mantenido los flujos entre comunidades autónomas, no ya los antiguos interregionales [por ejemplo, de regiones del sur al norte y noreste], que están de capa caída". Fuera de esa dinámica, el único flujo "interesante" de emigración interior dentro de España, según Recaño, es la de los jóvenes universitarios del interior hacia las ciudades.
España prepara una Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico que se presentará, de cumplirse lo anunciado, la próxima primavera. La comisionada, Isaura Leal, cree que hay que consolidar las fortalezas de estas ciudades medianas, pierdan o no población. 
"Hay que dotarlas de oportunidades, que lo son para todo el territorio de su zona de incidencia; también de buena prestación de servicios básicos y de igualdad de oportunidades, para que los derechos de los ciudadanos sean efectivos, no solo nominales, para todos, sin importar en qué lugar vivan". 
En ese objetivo, apunta, será necesaria la participación de todas las administraciones, la UE, y también del sector privado. Fijar población es importante también para evitar, considera la responsable, la concentración excesiva de población en unos cuantos puntos. "Las grandes megalópolis generan una enorme brecha de desigualdad y de tensión social y económica".
La comarcalización estricta no es, apuntan expertos consultados, una panacea. "No se trata tanto de recuperar la viejas comarcas, sino modelos más adaptados a la realidad actual del territorio y cómo está organizado", aventura José Ignacio Plaza. Comunidades como Aragón y Cataluña cuentan con un modelo de comarcalización, y en Galicia está pendiente de que se ponga en marcha. 
"No hay que crear un nivel añadido de Administración, con más gastos, sino de establecer unidades subprovinciales. En muchas provincias se produce una concentración excesiva de actividad en la capital provincial".

Escocia, ejemplo positivo

Muchos en la España despoblada miran con envidia el raro caso de las Tierras Altas de Escocia. Inversiones sostenidas durante décadas en alojamiento, beneficios fiscales, políticas de repoblación, buena conectividad a Internet y una apuesta por el turismo son algunas de las medidas aplicadas para que la remota región recupere población para alegría de propios y aliento para extraños, como los políticos y empresarios de las comunidades que pierden gente. 
Los de Teruel o Cuenca enviaron una delegación a Escocia para conocer sus buenas prácticas. El crecimiento demográfico en la zona ha doblado el de Escocia de 1996 a 2016. Una de las ciudades más castigadas por la bajada de población en el pasado, la norteña Inverness, ha pasado de unos 47.000 habitantes en 2000 a rozar los 64.000 en 2016.
En España no hay motivo para pensar en ese alivio a medio plazo. 
"La tendencia general de la estructura demográfica es en negativo. Lo único que podría ayudar sería la inmigración, pero a escala planetaria, ya lo estamos viendo, no son buenos tiempos para la movilidad", precisa Joaquín Recaño. Desde el CSIC, el director del Departamento de Estudios de la Población, Diego Ramiro Fariñas, adelanta un panorama hoy inaudito: "Las ciudades competirán entre sí para ver cómo atraer más gente".

El difuso límite entre pequeña ciudad y pueblo grande

“Las ciudades pequeñas no están siendo muy estudiadas”. No hay una definición en España y eso dificulta el análisis, apunta Dolores Sánchez Aguilera, presidenta del grupo de Geografía de la Población de la Asociación de Geógrafos Españoles. 
“Considerar ciudad o no ciudad depende mucho de la zona: no es lo mismo una ciudad pequeña en el interior de Cataluña o en la provincia de Burgos, donde una ciudad podría considerarse como tal con un número de habitantes muy pequeños, que un municipio con más habitantes en un entorno metropolitano. Falta una definición única porque lo que da sentido a una ciudad son las funciones, los servicios, el comercio…”. Sánchez Aguilera pone el ejemplo de poblaciones grandes en el entorno metropolitano. “Puedes tener un municipio con bastantes habitantes pero con mera función residencial (dormitorio), mientras que en la provincia de Teruel o en Castilla y León municipios con muy poca población, tienen funciones urbanas, por ser cabeceras de su entorno. No se debe equiparar”.

lunes, 28 de enero de 2019

IU insiste en la necesidad de implementar medidas urgentes para frenar la despoblación en la Región


MURCIA.- La dirección regional de IU-Verdes a través de su coordinador regional José Luis Álvarez-Castellanos, ha abogado por la necesidad de intensificar las políticas en pro de una mejora de las condiciones de vida en las zonas rurales de la región y evitar así su despoblación.

Álvarez-Castellanos ha manifestado que "la Jornada sobre el medio rural y su vertebración social y territorial", organizada por el CES de la Región de Murcia, así como los últimos informes del INE, vienen a poner de manifiesto lo que es una evidencia desde hace años: el medio rural se despuebla por falta de oportunidades provocadas por años de abandono en los que los gobiernos de turno han manifestado escasa sensibilidad hacia la falta de servicios, mal estado de las infraestructuras, falta de digitalización de las comunicaciones, y sobre todo hundimiento de su economía".
Precisamente, la crisis económica y las políticas de recortes presupuestarios han tenido una mayor incidencia, si cabe, en estas zonas, necesitadas de una mayor inversión en la mejora de los servicios y el mantenimiento de las infraestructuras. Pero es sobre todo, en la falta de oportunidades laborales donde radica una de las causas más importantes para el abandono de las zonas rurales por parte de los jóvenes fundamentalmente.
Desde IU-Verdes se manifiesta que es una evidencia que las políticas impulsadas y centradas sobre todo en las ayudas a jóvenes agricultores no han sido suficientes ni bien orientadas dado el resultado obtenido, a pesar de ser el eje central de las políticas tanto del gobierno regional como a nivel estatal y europeo.
 Pero además, "el fomento de las ayudas al sector primario, aún siendo básicas para aportar soluciones al problema, la falta de servicios educativos, sanitarios, de transporte, de comunicaciones, etc. constituye una razón tan poderosa o más que la anterior, en la decisión de las familias al abandonar el medio rural" señala el candidato de IU-Verdes.
Para IU-Verdes en la Región de Murcia, según las conclusiones obtenidas en las jornadas que esta formación política celebró en el mes de octubre pasado, simultáneamente en pedanías de Lorca, Caravaca y Moratalla, con participación de los propios habitantes de estas zonas y la colaboración del Parlamento Europeo, el apoyo a la actividad económica debe abrir el abanico e incluir no solo ayudas a la actividad agrícola y ganadera sino también a actividades de transformación y comercialización de productos agrícolas y ganaderos, así como a actividades del sector de servicios en relación al turismo cultural y ambiental, así como a actividades en relación con las energías limpias, entre otras.
La situación de deterioro es tan importante que requiere, a juicio de la formación de izquierdas, de medidas urgentes y eficaces, bien orientadas y en colaboración con los propios afectados, y contando con una implicación de los propios ayuntamientos que de entrada ya deberían contar con una financiación extra, junto con el gobierno regional, destinada al mantenimiento de los servicios básicos: educación, 0-3, comedores escolares, transporte, servicios sanitarios adecuados (urgencias, pediatría,) y buenas comunicaciones para el acceso rápido al resto de servicios en las localidades cabecera de comarca, así como digitalización de las comunicaciones telefónicas y de internet.

martes, 22 de enero de 2019

La Región de Murcia sigue siendo la comunidad autónoma con más jovenes de España

MADRID.- La edad media de la población en la Región se sitúa en 40,22 años según datos del INE correspondientes al Padrón municipal a 1 de enero de 2018. Una cifra que convierte a la Región en la comunidad autónoma más joven de todo el país, a pesar de que aumenta la edad media respecto al año pasado (39,22).

A nivel nacional, la edad media de la población en España supera por primera vez los 43 años en España. En el caso de los hombres, la edad media se sitúa en 41,8 años. En el caso de las mujeres, en 44,4. En cualquier caso, la edad media de los extranjeros es de 36,01 años frente a los 43,9 de los españoles.
La comunidad autónoma más envejecida de España es Asturias, con una edad media de 48,05 años; le sigue Castilla y León, con 47,35; Galicia, con 47,01; País Vasco, con 45,17; Aragón, con 44,73; La Rioja con 44,21; Extremadura, con 44,12; Navarra, 43,08; Castilla-La Mancha, con 42,88; Cataluña, con 42,62 Cantabria, con 42,29; Madrid, con 42,12; Comunidad Valenciana, con 42,04; Andalucía, con 41,56; Canarias, 41,98; Baleares, 41,06; y la Región de Murcia, con 40,22. Mientras que la población de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla tienen una edad media de 37,01 y 35,28 años, respectivamente.
La provincia más envejecida de España es Orense, con una edad media de 50,97 años. Junto a ella, sólo la provincia de Zamora supera los 50 años de edad media.

viernes, 4 de enero de 2019

Murcia es la capital donde más ha crecido la población de entre las diez grandes ciudades españolas


MURCIA.- Murcia se afianza como una de las capitales españolas más dinámicas y que más crecen en población. El incremento de 16.611 habitantes experimentado en la última década supone un aumento del 3,86%, triplicando la tasa nacional, y situando a Murcia como el municipio donde más ha crecido la cifra de población de entre las diez grandes ciudades españolas.

En este periodo, se ha revelado además como la octava capital de provincia con mayor crecimiento relativo de entre las cincuenta existentes, sólo detrás de Vitoria, Gerona, Almería, Lérida, Guadalajara, Toledo y Cáceres. En realidad, 26 provincias españolas perdieron población en 2017.
Respecto a 2017, la ciudad ganó 3.939 habitantes, hasta alcanzar la cifra de 447.182 personas, lo que representa el 30,26% del total de residentes en la Región de Murcia (1.447.946), que el último año sumó 8.236 habitantes. Casi la mitad, por tanto, eligieron Murcia para vivir.
De los datos conocidos ahora se desprende que Murcia acumula cinco años seguidos de incremento de población (desde 2013). En 2015 se dispara el incremento de población en el municipio, con las relevantes consecuencias sociales y económicas que implica.

miércoles, 2 de enero de 2019

Crece la población en la Región

MADRID.- Un total de 26 provincias españolas, más de la mitad del total, perdieron población en 2017, según los datos de la Revisión del Padrón Municipal publicados este miércoles 2 de enero de 2019 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se trata de los datos definitivos del Padrón a 1 de enero de 2018, es decir, a cierre del ejercicio 2017, según han informado fuentes del INE. Según estos datos, en esa fecha había en España 46.722.980 habitantes.
Las provincias que perdieron población fueron: Albacete, Asturias, Ávila, Badajoz, Burgos, Cáceres, Cádiz, Cantabria, Ciudad Real, Córdoba, La Coruña, Cuenca, Granada, Huesca, Jaén, León, Lugo, Orense, Palencia, Pontevedra, Salamanca, Segovia, Soria, Teruel, Valladolid y Zamora.
Por el contrario, Madrid fue la provincia donde más creció la población, con un aumento de 70.895 habitantes. En relación a años anteriores, la población en la provincia de Madrid ha crecido durante tres años consecutivos. Así, en 2015 el incremento fue de 30.000 habitantes y en 2016, de 40.188.
A Madrid le siguen Barcelona, con un incremento de 33.313 habitantes en 2017; Alicante, con 13.487 más; las Islas Baleares, con 12.909 más; Santa Cruz de Tenerife, con 10.869 más; y Málaga, con 10.506 más.
Por capitales de provincia, Madrid también es la que más creció en 2017 con un aumento de población de 40.353 habitantes. De lejos, la siguen: Murcia, con un aumento de población de 3.939 habitantes; Valencia, con un incremento de 3.605; Palma de Mallorca, con un aumento de 3.169; Vitoria, con una variación positiva de 2.200; y Málaga, con un aumento de 2.024.
Por el contrario, Cádiz fue la capital de provincia que más decreció en 2017 con una caída de población de 1.069 habitantes, seguida de Huelva cuya población disminuyó en 857 personas; y Valladolid, con 849 habitantes menos.
Entre las capitales de provincia que también pierden población se encuentra Barcelona, con 466 habitantes menos.
Si bien, en número total de habitantes, Barcelona es junto con Madrid la capital de provincia con mayor número. En concreto, Madrid se sitúa a la cabeza con 3,2 millones de habitantes y Barcelona se coloca la segunda con 1,6 millones.

jueves, 13 de diciembre de 2018

La población de España aumenta hasta los 46,7 millones de habitantes gracias al aumento de extranjeros

MADRID.- La población de España aumentó en 74.591 personas durante la primera mitad del año y se situó en 46.733.038 habitantes por lo que se consolida así el crecimiento de población iniciado en el segundo semestre de 2015 debido, principalmente, al aumento de extranjeros, según se desprende de los datos provisionales de las cifras de población correspondientes a 1 de julio de 2018, publicadas este 13 de diciembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estos datos continúan la tendencia que reflejaba el Padrón Continuo en España a 1 de enero de 2018, que contaba con 46.698.569 habitantes, lo que suponía un incremento de población en España de 126.437 personas más (un 0,3%), el segundo aumento consecutivo registrado que se producía, en ese caso, por el aumento de extranjeros, que subían por primera vez en siete años, desde 2011.
En cuanto a los datos provisionales de la Estadística de Migraciones de este primer semestre de 2018, el aumento poblacional del citado periodo fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 46.273 personas (178.939 nacimientos, frente a 225.212 defunciones), que se vio compensado con un saldo migratorio positivo de 121.564 personas (hubo 287.882 inmigraciones procedentes del extranjero y 166.318 emigraciones con destino al extranjero).
De este modo, el crecimiento poblacional de España en la primera mitad de 2018 se debió en gran medida al aumento del número de extranjeros. 
En concreto, el incremento fue de 100.764 personas hasta un total de 4.663.726 extranjeros. Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 26.173 personas.
En el caso de los extranjeros, el aumento poblacional se debió en su mayor parte al saldo migratorio positivo, que fue de 123.254 personas.
Por su parte, la población de nacionalidad española presentó saldo vegetativo negativo (-67.788 personas) y saldo migratorio también negativo (-1.690). La suma de ambos no se compensó con las adquisiciones de nacionalidad española que, según datos provisionales, afectaron a 43.882 personas.
En el caso de los españoles nacidos en España, la población se redujo en 66.654 personas en la primera mitad de 2018. Las comunidades autónomas con mayor crecimiento de población fueron Islas Baleares (0,83%), Comunidad de Madrid (0,58%) y Canarias (0,53%).

La población crece un 0'24% en la Región de Murcia durante el primer semestre de 2018

MURCIA.- La población creció en nueve comunidades autónomas, entre ellas Murcia (0'24%), y lo hizo especialmente en Baleares (0,83%), Madrid (0,58%) y Canarias (0,53%), mientras que se redujo en las ocho restantes, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La población de la Región creció un 0,24 % durante el primer semestre de este año y llegó en julio a 1,4 millones de habitantes, y durante la primera mitad de 2018 registró un saldo migratorio de 140 movimientos.

Según las cifras de población y del saldo migratorio publicadas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) establecen que la población de España aumentó en 74.591 personas durante la primera mitad del año y se situó en 46.733.038 habitantes. El saldo migratorio positivo de 121.564 personas compensó un saldo vegetativo negativo de 46.273 personas.
Los descensos de población más acusados se dieron en la ciudad autónoma de Ceuta (-0,35%), en Castilla y León y Asturias (-0,32% en ambas) y en Extremadura (-0,30%). 
El efecto conjunto del crecimiento vegetativo, del saldo migratorio con el extranjero y del saldo migratorio con otras autonomías es lo que determina el crecimiento o decrecimiento de la población de cada comunidad y la suma de estos tres componentes constituye el crecimiento poblacional.
Todas las comunidades presentaron saldo migratorio positivo con el exterior en la primera mitad de 2018 y Los mayores se dieron en Cataluña (33.125), Madrid (29.037) y Canarias (13.718). Donde los saldos migratorios fueron menores fue en La Rioja (568), Extremadura (682) y Cantabria (1.010). 
Respecto a las migraciones interiores, Madrid (5.529), Baleares (1.999) y la Comunidad Valenciana (1.630) presentaron los mayores saldos migratorios entre territorios durante la primera mitad de 2018. Andalucía (-3.086), Castilla y León (-2.344) y Extremadura (-1.513) registraron los saldos más negativos.

martes, 11 de diciembre de 2018

"Se hunden los nacimientos mientras las españolas quieren ser madres...", dice el Foro de la Familia Región de Murcia


MURCIA.- El presidente del Foro de la Familia de la Región de Murcia, Alfonso Galdón, señaló tras analizar los datos presentados hoy por el INE sobre el movimiento natural de la población española "la necesidad urgente de firmar un gran Pacto Social por la Maternidad, que además de luchar contra el invierno demográfico dé respuesta al deseo expresado por 3 de cada 4 españolas de tener hijos" .

Para el presidente, "las estadísticas publicadas hoy son demoledoras. Una caída del 5,7% en los nacimientos, y el aumento del 2,1% en la mortalidad presentan un panorama sombrío para nuestro país, una condena a muerte, a la soledad y a la pobreza para los ciudadanos en un futuro que no está tan lejos como algunos parecen pensar".
Sin embargo, "tenemos la solución delante, al alcance de nuestra mano. Hace una semana, este mismo instituto recogía el deseo de la mayoría de las españolas de ser madre de dos o más hijos. Tenemos un problema y el deseo de solucionarlo, necesitamos voluntad política y un Gran pacto Social por la Maternidad, dando respuesta así a una necesidad real expresada por la sociedad".
Dado lo alarmante de la situación, "es necesario tomar medidas de inmediato. Por ejemplo, para ayudar a las mujeres embarazadas en situación de dificultad, podría desarrollarse la ILP Red Madre, aprobada en la Asamblea de Murcia hace nueve años y que sigue parada".
Galdón relacionó la baja natalidad con el descenso del número de matrimonios en los últimos años. "No es casual que estas cifras de nacimientos coincidan en el tiempo con el número de matrimonios actual. Formar una familia requiere compromiso, vocación de estabilidad y continuidad, especialmente para traer nuevas vidas al mundo, y eso se está obviando. Necesitamos medidas que protejan esta institución".
"Lo más preocupante de los datos que arroja la encuesta de los movimientos de la Población española del INE es que siguen empeorando sin ser tomados en serio. Hace una semana, este mismo instituto recogía el deseo de la mayoría de las españolas de ser madres de dos o más hijos. Tenemos un problema y el deseo de solucionarlo, necesitamos voluntad política y un Gran pacto Social por la Maternidad", señala Alfonso Galdón.
"No es casual que estas cifras de nacimientos coincidan en el tiempo con el número de matrimonios actual. Formar una familia requiere compromiso, vocación de estabilidad y continuidad, especialmente para traer nuevas vidas al mundo, y eso se está obviando. Necesitamos medidas que protejan esta institución".
En la Región de Murcia ha habido 181 nacimientos menos que en el primer semestre de 2017, pero el saldo de este periodo de tiempo es positivo al reducirse las defunciones un 2,6%. El número de parejas que contrajo matrimonio cayó un 1,9%.