martes, 11 de enero de 2022

De la tentación de la carne / José María Triper *

Sabido es que ese ministro de consumo inoperante y prescindible que es Alberto Garzón, al que ni le preocupa ni le ocupa el precio de la electricidad disparatado, siempre ha sido aficionado a las tentaciones de la carne.

Por eso no es la primera vez que peca de obra y de palabra mientras que como algunos clérigos en la historia disfruta de los placeres que prohíbe a la feligresía.

Recordar que el menú de su boda incluía como plato principal solomillo y carpaccio de ternera para 270 invitados para después, en julio pasado recomendar a los españoles que redujesen su consumo de carne porque, a su limitado entender "perjudica la salud y al planeta".

El mismo Garzón que anatemizaba a la ganadería a la que responsabiliza del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero y que ahora, desde las páginas del diario británico 'The Guardian' asegura que España exporta carne de mala calidad para añadir que las macrogranjas "con 4.000, 5.000 o 10.000 cabezas" son las que "contaminan el suelo y el agua".

Declaraciones no sólo improcedentes para alguien que debería atender y entender de los intereses nacionales, sino que, en una España que está en el último lugar entre los países del mundo desarrollado en el ranking de la recuperación de la economía y con más de cuatro millones de parados reales, suponen una irresponsabilidad al atacar y denigrar con falsedades a medias a un sector cuya cifra de negocios ascendió a 27.959 millones de euros con datos de 2020 y que para 2021 -los datos oficiales aún no están disponibles- se espera haya crecido entre el 5 y el 8 por ciento, además de representar el 22,2% de toda nuestra industria alimentaria.

Cifra de negocios de una actividad que supera a la de toda la industria química española, combustibles aparte, que da empleo y sustenta a miles de familias en España, y que el año recientemente finalizado realizó unas exportaciones por valor de 9.145 millones de euros, el 5.09% de todas nuestras ventas en el exterior.

Dentro del conjunto del sector el cerdo es el renglón más importante. España es el segundo productor mundial, sólo por detrás de Alemania y como certifican todos los informes de organismos fitosanitarios y de investigación nacionales y europeos, las granjas españolas, tanto intensivas como extensivas, producen con una tecnología absolutamente puntera, con los más altos estándares de calidad y con una apuesta decidida por la sostenibilidad tal y como certifica el Consejo General de Colegios Veterinarios.

Debería saber también el ministro que no existen en España granjas cárnicas de vacuno de 10.000 cabezas, sino una minoría con un máximo de 5.000 cabezas, mientras que si existen en el cerdo. Pero como explica el que fuera secretario general de la patronal alimentaria FIAB, Jorge Jordana, hoy director del Máster en Gestión de Empresas Agroalimentarias de la Fundación Lafer, "el problema no es que las macrogranjas produzcan purinas, sino que se gestionen bien, como ocurre con las aguas residuales, y eso dependen y es responsabilidad de las Administraciones, que son a quienes corresponde legislar y vigilar por el cumplimiento de la legalidad".

Responsabilidad, complicidad y consentimiento en este este grave daño a España y a un sector prioritario de nuestra economía que son también compartidas por la totalidad del Consejo de Ministros, con su presidente al frente al mantener en su cargo al autor material del atentando mientras sus cofrades podemitas le respaldan y el ala socialista del Ejecutivo se desmarca de lo dicho sólo con la boca pequeña y tibiamente.

Un ministro accidental, este Garzón, que no sólo no se retracta, sino que en un acto de soberbia y chulería institucional se permite el lujo de recordarle a Sánchez que acabará la legislatura como ministro de Consumo, porque ni él le nombró ni tiene potestad ni agallas para echarle. Como dice el refranero, "el que manda, manda, y Pedro anda".

 

(*) Periodista

 

https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/amp/11557932/De-la-tentacion-de-la-carne

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