viernes, 10 de diciembre de 2021

Juan Mariano Pérez Abad: “Los padres van en estampida a llevar a sus amados corderitos para protegerlos”


ELCHE.- El murciano Juan Mariano Pérez-Abad es médico; un buen médico en todos los sentidos, que, desde la racionalidad y la libertad, combate ese fenómeno degradado y degradante de los “vacunazis”. Lo entrevista Rambla Libre.

Usted es de los médicos que han hecho militancia de no ponerse esta terapia génica, este veneno de muerte, ¿le ha traído dificultades?

Poca cosa. Ya hace mucho tiempo que ejerzo fuera de la Sanidad Pública, libre de su jerarquía. Soy mi propio jefe y no me impongo ninguna penalización por no vacunarme. 

En el mundo de la salud se lleva la cobardía de no inyectarse y decir lo contrario, incluso aconsejarlo. ¿Es así?

No conozco a ningún sanitario no vacunado que les recomiende a sus pacientes y compañeros que lo hagan.

Los que ejercemos la profesión libre nos limitamos a no sacar la conversación ante nuestros pacientes, salvo que nos lo pidan explícitamente en una actitud dialogante y tolerante. 

Los que están en el sistema público tienen que camuflarse más para adaptarse a su entorno, a menudo por cuestiones de supervivencia psíquica y laboral. 

En ambos casos, creo que el hecho de que no nos hayamos vacunado resistiendo la enorme presión que se recibe para hacerlo es suficiente para eximirlos del calificativo de “cobarde”.

“Se suman irreflexivamente al rebaño”

¿Cree que hay motivos económicos para plegarse al veneno de muerte entre los médicos?

Creo que solo unos pocos reciben incentivos económicos desde los laboratorios farmacéuticos. La mayoría simplemente se suman irreflexivamente a la corriente del “rebaño”, tal vez impulsados también por el miedo al rechazo social y a las represalias por contradecir a los “pastores”.

Creo que nuestra profesión ha demostrado que está siendo ejercida con un nivel muy bajo de racionalidad, simplemente dejándose llevar por lo que dicen desde “arriba”, tanto los laboratorios como las autoridades político-sanitarias. 

¿Hasta qué punto afecta que sea un mundo funcionarial el médico y que los cuadros directivos de los hospitales sean médicos-políticos?

Los que ejercen el poder mandan porque la gente quiere obedecerles. La gente no haría algo como inyectarse estas vacunas si realmente se hubieran parado a pensar seriamente lo que están haciendo. 

Decía Winston Churchill que, en política, cada Pueblo tiene lo que se merece. En Sanidad sucede lo mismo. Al parecer, no cabe esperar que los médicos ejerzan una actividad crítica e intelectual distinta al conjunto de la Sociedad a la que pertenecen.

El miedo, potente inhibidor de la capacidad racional del ser humano

Han administrado e infundido el miedo en grandes dosis, los políticos, las televisiones, los medidos, todos al unísono, hasta hacer perder la racionalidad a la gente. Parece una tragicomedia con víctimas…

El miedo es un potente inhibidor de la capacidad racional del ser humano. Aterrorizarnos a todos era la única manera de conseguir objetivos tan ambiciosos como los de terminar de suprimir los pocos Derechos Fundamentales que aún se tenían en pie y de hacer que la gente se ofreciera en masa como cobaya en un ensayo clínico tan irracional y peligroso.

“Esto promueve un auténtico genocidio”

¿Son vacunazis?

Efectivamente, ese es un término muy apropiado para describir a los impulsores de todo este montaje a escala mundial. De entre los regímenes totalitarios que han castigado el mundo en las últimas páginas de la Historia, el Nazi es el que más nos han asociado con el concepto de “genocidio”. 

Desde los confinamientos, ya nos hemos transformado por completo en un régimen totalitario y, al ritmo que van los efectos adversos de las vacunas, esto promete ser un auténtico genocidio.

“Llevan 20 años hablando de la sobrepoblación del Planeta” 

Ahora van a por los niños…

Si miramos el mundo como una “Aldea Global”, tras la caída del Muro de Berlín, la Élite del Poder (Casta) que se apoderó de todo fue la que podríamos denominar como “los Magnates Financieros de Wall Street”. Miembros de esa casta llevan más de 20 años dando conferencias en su ONU, diciendo que hay superpoblación en el Planeta, que debemos reducir la población de forma radical. 

Les sobramos siervos. La mecanización, la robotización y la informatización han reducido radicalmente la necesidad de mano de obra. Para ellos, la gente que sobra gasta materia prima y les contamina su planeta. Tienen que hacer limpieza antes de que les gastemos todo su Petróleo. 

Los niños representan el futuro, la posibilidad de repoblación. Para “los Amos” es importante vacunarlos, porque eso podría exterminar o dejar estériles a una parte importante de ellos.

“En estampida directos al matadero, llevan a sus amados corderitos con ellos, para protegerlos” 

Los padres tienen la responsabilidad de defenderlos.

El pastor le ha puesto un megáfono a su perrito chiguagua. Ahora sus ladridos hacen un ruido atronador que atemoriza a los corderos. Los padres, ciegos de pánico, corren en estampida directos hacia el matadero, creyendo que encontrarán refugio en su redil. Por supuesto, se llevan a sus amados corderitos con ellos, para “protegerlos”.

Y los médicos…Un mensaje final para los médicos…

Supongo que me hablas de mis compañeros los pro-vacuna. Pero no de los que son conscientes de la verdad y, sea por dinero o amenazas, son cómplices del genocidio, sino de esa enorme mayoría que se ha dejado arrastrar sin pensar. Para ellos: Colegas corderos ¡Anda que ya os vale!

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