La importancia de tener dinero es que no tienes que vender lo que no quieres vender, y que incluso por estética puedes mantener tu dignidad aunque sea perdiendo –o renunciando a ganar– 200 millones de euros. Las quejas de los directivos del club francés sobre los contactos que el Real Madrid habría mantenido con Mbappé para ficharle, teóricamente prohibidos al tener el jugador contrato en vigor con otro equipo, contrastan con las múltiples reuniones que el PSG tuvo con Neymar o Donnarumma, cuando aún tenían contrato con el Barcelona y el Milán respectivamente. Concretamente con Neymar tuvieron lugar hasta 11 encuentros.
En el sentido contrario, el Barcelona ha acabado cediendo a Griezmann al Atlético de Madrid, para ahorrarse así la ficha del jugador, y rebajar aún más su masa salarial. Coutinho y Umtiti continúan bajo el pretexto de darles «una última oportunidad» pero la verdad es que no se ha encontrado a nadie que los quisiera. Jordi Alba y Sergio Busquets, como ya hiciera Gerard Piqué, han aceptado rebajarse el sueldo, y una vez rebajado, diferir la cantidad en más cómodos plazos para la damnificada economía azulgrana.
Ilaix fue traspasado ayer por la tarde al Leipzig por 16 millones de euros, más 8 en variables. Además, el Barça se reserva el 10% de una futura venta del jugador. También ayer, anunció el traspaso de Emerson Royal, por 25 millones, al Tottenham. Durante el verano, Laporta había vendido igualmente a Júnior Firpo por 15 millones, a Todibo por 14 y a Aleñá por 5.
Entre tener y no tener dinero está siempre y en todo la diferencia. Por eso Florentino Pérez y Joan Laporta insisten en el proyecto de la Superliga. El fútbol español tuvo su gloria cuando Guardiola, Mourinho, Cristiano y Messi coincidieron en la Liga. En el mercado de hoy, sólo algunos jeques pueden pagarles, a ellos o a sus relevos generacionales. La guerra no es entre lo público y lo privado, entre Florentino y Tebas, o entre equipos grandes y pequeños. De hecho, ni siquiera es una guerra. Es una decisión muy concreta, que es si buscamos la manera de pagar para que el fútbol español merezca la pena.
(*) Columnista
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