lunes, 20 de septiembre de 2021

La Armada ya prueba barcos no tripulados para reforzar sus misiones


LISBOA.- La Armada Española planea adquirir en 2022 su primer buque no tripulado como apoyo a las misiones de su nuevo barco oceanográfico, logísticos o fragatas F-110. Con tal objetivo participa por primera vez en las mayores maniobras de la OTAN sobre doctrina y experimentación de este tipo de buques conocidos como USV ('Unmanned Surface Vehicle'). El ejercicio 'REP MUS 21' tiene lugar en aguas de Troia y Sesimbra (Portugal), desde el 13 al 24 de septiembre, según crónica de Abc.

«Es el futuro. Tal y como se ha desarrollado en el ámbito aéreo también experimentaremos una evolución parecida en el entorno marítimo», explica el teniente de navío Ignacio Vicente Salas, quien supervisa la maniobra que involucra a tres empresas españolas que presentan sus prototipos:

 Navantia Sistemas con el buque Vendaval (construido en aluminio por la empresa Aister); Seadrone el buque Sead 23; y Utek, con el Kaluga DS armado con una torre ligera de 12,7mm.

Además, la empresa Marine Instruments, especializada en drones aéreos para detectar bancos de atunes, participa como complemento con su avión tripulado remotamente con energía solar.

«España está intentando subirse al carro de esta tecnología lo más rápido posible. Otros países ya lo han hecho. El año próximo participaremos con un buque de acción marítima (BAM) en las maniobras 'Dynamic Messenger 22' donde integraremos hasta cuatro barcos no tripulados», explica el capitán de corbeta Jaime Rodríguez Tortosa.

El objetivo de estos USV o buques no tripulados es reforzar misiones de vigilancia, contra el tráfico ilegal, piratería, inmigración ilegal, salvamento y rescate, terrorismo, control de pesca, guerra de minas, detección de submarinos...

Los sistemas del USV

La clave no es tanto el buque sino los sistemas de detección, cámaras, sónares o radares capaces de integrar en su plataforma y conectarse con el buque matriz desde el cual se tripularía.

Para avanzar en esta adquisición, que se prevé a finales del próximo año, el Ministerio de Defensa ha puesto en marcha programas experimentales. Por ejemplo, la fragata Santa María pudo comprobar recientemente el funcionamiento del SUV Sead 23 en unas maniobras en el Mediterráneo. 

A través de unas coordenadas que se le indican al sistema del SUV, éste va navegando y realizando las misiones remotamente desde una cabina. En este sentido el funcionamiento es parecido a los aviones no tripulados pero con el condicionante del estado de la mar.

Pero los buques no tripulados no son una mera experimentación. En España ya hay un proyecto real: el USV Vendaval que navega en el Puerto de Ceuta, cuya dirección apostó por este buque autónomo hace dos años.

De 11 metros de eslora y 2,5 de manga el USV Vendaval incorpora los sensores necesarios para la navegación autónoma e incorpora sensores específicos como fluorímetro y estación de meteorología, un gancho de remolque, un lanzador de bengalas, otro de balsa de salvavidas, etc. (todos ellos operables por control remoto). 

«Es insumergible y cuenta con un casco de aluminio capaz de soportar altas temperaturas», explican desde Navantia Sistemas.

La compra de este buque –cuya licitación fue de casi un millón de euros– fue consecuencia del plan de seguridad del Ministerio de Interior al que tuvo que hacer frente la Autoridad Portuaria de Ceuta.

«Proporciona una alta disponibilidad con un mínimo de respuesta, permite la operatividad ante condiciones adversas de mar y elimina el riesgo humano. También es fundamental para vigilar condiciones medioambientales del agua. Por ahora siempre va un patrón dentro, para coger los mandos en caso necesario, pues la legislación así lo estipula», indica el director de la Autoridad Portuaria, César López.

Desde el astillero Navantia, los buques no tripulados –para su utilización en puertos o por la Armada– se han convertido en una «línea estratégica» previendo un incremento de la demanda en el mercado nacional e internacional.

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