sábado, 14 de agosto de 2021

Los franceses realizan nuevas protestas contra el pasaporte sanitario


PARÍS.-  Por quinta semana consecutiva, decenas de miles de franceses protestaron hoy sábado en las calles de varias ciudades del país contra las medidas para frenar el coronavirus, centrando sus críticas a la implantación del pase sanitario. 

Más de doscientas manifestaciones contra el certificado Covid, en París y muchas capitales regionales, reunieron entre 250.000 y 300.000 manifestantes, en toda Francia, confirmando una fronda social inflamable contra Emmanuel Macron.

París, Marsella, Lyon, Nantes y Montpellier han sido algunas de las ciudades que han acogido protestas, días después de que haya entrado en vigor el llamado pase sanitario, un código que las autoridades francesas emiten digitalmente y que permite ir a los hospitales, cines, museos, trenes u otros espacios públicos.

Al grito bastante generalizado de «¡Libertad, libertad!», enarbolando banderas nacionales, las manifestaciones se suceden pacíficamente y terminan, sistemáticamente, con gases lacrimógenos y enfrentamientos de baja intensidad.

"Lucho contra esta especie de dictadura en la que se ha convertido Francia, el país de las libertades", denunció en declaraciones a varios medios Carlo Alberto Bursa, un abogado de origen italiano que lideró una de las tres manifestaciones que se celebraron este sábado en París.

El código al que alude Bursa -validado por los jueces del Constitucional francés- se genera cuando una persona tiene la pauta de la vacuna completa, un test de antígenos o PCR negativo con 72 horas de validad o un certificación de cura del COVID-19.

La protesta a la que acudió este letrado, considerado una especie de gurú por los críticos a las restricciones por la pandemia, partió de la plaza de la Bolsa, en pleno centro de París. Otras cuatro manifestaciones se realizaron en las últimas semanas.

Valérie, de 54 años, escogió esta movilización después de haber visto un vídeo precisamente de Bursa en Internet. La mujer trabaja en un centro sanitario de París, en la parte de la restauración.

"Me he vacunado a la fuerza por miedo a perder mi trabajo, creo que me han envenenado. Lo que me ha hecho venir hasta aquí ha sido que mi jefe me ha hecho firmar un papel que me habilita a controlar el pase sanitario de otros. Yo no soy policía, ni médico", se quejó.

Además de la protesta que se inició en la Bolsa, otras dos se celebraron en diferentes puntos de la capital, una promovida por el minoritario partido de ultraderecha "Los Patriotas" (fundado por Florian Philippot, el exnúmero 2 de Marine Le Pen) y otra por grupos que se identifican como "chalecos amarillos", un célebre movimiento de contestación nacido en 2018.

En la mayoría de protestas se vieron muchas pancartas en favor de la libertad individual y contra el control sanitario. También se avistaron mensajes contra la tecnología "5G" o en rechazo a una eventual vacunación obligatoria contra el coronavirus.

En París, las dos manifestaciones más numerosas empezaron a detrás de una amplia gama de consignas como 'Libera Francia' o 'Parad la 'coronalocura', 'Sí a la libertad de elegir' o 'Retira tu pase. Macron y despeja'. Ante la generalización del citado pase, validado por el Consejo Constitucional, los manifestantes denuncian un obstáculo a su "libertad" o una "falta de perspectiva" sobre las vacunas.

"Las vacunas hacen mucho daño", denunciaba desde las filas de una de las protesta Philippe Bailleul, un jubilado de 71 años que se ha unido desde Alençon a la manifestación lanzada en la capital por el exdiputado del Rassemblement National (ultraderecha) Florian Philippot, y el colectivo Los Patriotas. "No existe ninguna justificación sanitaria, no hay necesidad de que nos vayamos a un asilo, porque ya estamos en él", ha agregado, no lejos de él, Arnault Perrier de 53 años.

En la marcha alternativa, organizada en este caso por los chalecos amarillos, Marie Huguet, jubilada, criticaba "la idea de no poder ir a donde ella quiere". En cuanto a Yann Fontaine, escritor de 30 años de la comarca del Indre, denunciaba en el pasado sanitario "una medida liberticida, segregacionista".

Desde su inicio a mediados del mes pasado, esta variada y heterogénea movilización antigubernamental ha seguido creciendo en Francia, donde a los negacionistas se unen familias y manifestantes apolíticos y algunos colectivos como, por primera vez, cuidadores o bomberos uniformados.

Eran poco más de 237.000 la semana pasada, según el Ministerio del Interior, más del doble de los registrados en los inicios del movimiento a mediados de julio. Los manifestantes acusan al gobierno de subestimar la protesta contra el pase sanitario. El colectivo Le Nombre Jaune, que publica un recuento ciudad por ciudad en Facebook, registró más de 415.000 participantes "mínimos" en Francia el pasado sábado.

El diálogo de sordos entre manifestantes y gobierno podría continuar más allá de las vacaciones. En las manifestaciones, muchos manifestantes están preocupados por una hipotética obligación de vacunar a los niños para que vayan a la escuela. En París, Carole, de 44 años, que se negó a dar su apellido, se opuso resueltamente el sábado, creyendo que su hijo de 17 años "corre menos riesgo si atrapa el covid que si lo vacunan".

En el resto de Francia, unas doscientas manifestaciones, medianas o pequeñas, con millares y algunas decenas de millares de manifestantes, confirmaron la existencia de una suerte de fronda social invertebrada pero profunda.

Desde hace cinco semanas, las cifras de la participación han continuado creciendo. El Ministerio del Interior calculaba que este fin de semana pudieron manifestarse unas 250.000 personas. Cifra modesta en un país de 67 millones de habitantes. Diversos organizadores doblan la participación, evaluada en unas 400.000 personas, en toda Francia.

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