MADRID.- Que fumar es perjudicial y no tiene efectos positivos para los consumidores del tabaco, más allá del psicológico es una obviedad siempre demostrada. Que además es perjudicial en lo que respecta a cómo la covid-19 ataca a los organismos dañados por el humo, también está demostrado. Pues bien, ahora también se ha verificado que existe una relación directa en cómo se generan menores anticuerpos en personas acostumbradas a ingerir tabaco.
Otro punto a favor de la sanidad y la salud en su lucha contra los fumadores. Un reciente estudio realizado en Japón ha demostrado que existen evidencias de que un consumidor de tabaco tiene menos capacidad de generar anticuerpos con las vacunas contra la covid-19 que una no fumadora.
Así se desprende de las muestras obtenidas de casi 400 sanitarios de entre 32 y 54 años que habían obtenido la vacuna de Pfizer. Una relación directa a la que se llegó una vez se vio que había más fumadores que fumadoras, con niveles muy por debajo de estos sobre los varones que no ingerían tabaco.
Además, las investigaciones también reafirmaron la idea de que se debe aplicar una tercera dosis sobre los pacientes mayores de 65 años. Y es que estos también obtuvieron menos anticuerpos, por lo que Japón ya tiene una evidencia más para aplicar una medida que se está llevando a cabo, entre otros, en Israel o Estados Unidos.
Este ha sido el primer estudio que establece una relación directa entre la capacidad de generar anticuerpos y el consumo de tabaco. Eso sí, sin efectos verídicos en exfumadores, las pruebas no hacen más que confirmar que la covid-19 ataca más a los que se mueven en entornos de estos humos y no a los que se movieron en el pasado.
Una razón más para acabar con este producto, que desde el inicio de la pandemia ha sufrido considerables reveses
al quedar más que demostrado que sanitariamente un organismo afectado
por el tabaco y el coronavirus es más vulnerable que uno que no tiene
restos de tabaco.
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