Descartados Juan José Molina y Ana Martínez Vidal, muñidores de la operación de asalto al Gobierno del PP –y de C's– en beneficio del PSRM y leales a Inés Arrimadas, todas las miradas están puestas ahora en la no cesada por López Miras, la vicepresidenta del Gobierno regional, Isabel Franco (más que próxima al PP y a la CROEM), Francisco Álvarez (ex jefe de ventas de El Pozo, ahora en excedencia) la "veleta" y musa del anterior, Valle Miguélez, y el hoy presidente de la Asamblea Regional y locutor de radio, Alberto Castillo (infiltrado en su momento oportuno por Antonio Gómez Fayrén en C's).
Solo dos de ellos son fundamentales para que prospere la moción de censura al todavía ex presidente Fernando López Miras. Pero ninguno de los cuatro son de fiar en esta mas que improvisada coyuntura aunque solo tres pudieran dar finalmente un paso atrás y malograr la iniciativa de su partido junto al PSRM.
Y eso aunque Vox se abstuviera en la votación de la que podrían ausentarse - o no asistir- al menos tres de los sospechosos excluido en este caso el presidente de la cámara porque debe presidir el Pleno.
El fantasma del 'tamayazo' por traición o compra de voluntades ha aparecido con fuerza en las últimas horas a tenor de como se comunicó la moción de censura junto al PSRM a los diputados que debían firmarla en la Secretaría de la Asamblea Regional tras instrumentalizarlos con mucha prisa, sabedores los promotores de la moción que C's, su partido, está penetrado desde hace tiempo en Murcia por rufianes y felones manejados por oscuras fuerzas locales y sus intereses creados.
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