MURCIA.-El Miércoles de Ceniza es un día sagrado en el que los fieles cristianos asisten a misa para recibir la bendición de las cenizas. Este día marca el comienzo de la Cuaresma, que es tiempo de preparación para la Pascua y la resurrección de Cristo en Semana Santa.
En
palabras de la Agencia Católica de Información "la esencia de las
cenizas reside en reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que
necesita ser redimida por la misericordia de Dios".
Esta tradición se remonta a la Iglesia primitiva, que tomó este símbolo de los romanos. Las cenizas se hacen con la quema de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos
del año anterior, y estas tienen múltiples significados dentro de la
Iglesia Católica. Las cenizas como símbolo de muerte, pues estas son
producto de las llamas, y la humildad y penitencia, pues nos recuerdan al cristiano su inicio y su fin.
"Hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Génesis 3,19),
en esta cita bíblica nos muestra el origen del ser humano, que proviene
de la tierra y que a ella regresará. Por ello en este mismo miércoles
se confiesan los pecados y los fieles se comprometen con Dios como
símbolo de penitencia.
Las cenizas se imponen en la frente en forma de cruz una vez finalizada la homilía.
Aquellos que lo deseen dejarán que el sacerdote les dibuje una cruz en
la frente con estas cenizas benditas seguido de las frases "Acuérdate
que eres polvo y que en polvo te convertirás" o "Conviértete y cree en
el Evangelio".
El tiempo que los creyentes deben mantener la ceniza en
la frente depende de lo que uno quiera.
En este día sagrado para los católicos, aquellos que estén entre los 18 y los 60 años deben hacer un ayuno obligatorio contando
solo con una comida abundante en todo el día. El Miércoles de Ceniza da
inicio a una abstinencia obligatoria de carne todos los viernes hasta
el final de la Cuaresma. Con todo esto el católico refuerza su fe por Cristo y demuestra el arrepentimiento que siente por todos sus pecados.
"La Cuaresma es una oportunidad para
ponernos delante de Dios, con transparencia, para vivir lo que somos con
el corazón en la mano, donando nuestra vida a los demás".
Con estas
palabras comenzaba el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca
Planes, la homilía de la misa de las 7:00 horas en la Catedral, en la
celebración del Miércoles de Ceniza. Previamente, a las 6:30 horas,
tenía lugar el rezo del Vía Crucis por las calles
aledañas al templo catedralicio. Al finalizar, comenzaba la celebración
de la Eucaristía presidida por el obispo de Cartagena, acompañado por su
obispo auxiliar.
Mons. Lorca señalaba que la ceniza recuerda en este día la fragilidad de la condición humana
e invitaba a los presentes a vivir este tiempo de preparación a la
Pascua de una "forma nueva, sin rutina".
Hacía alusión también al
mensaje del papa Francisco para esta Cuaresma en la que
se pide la conversión: "estamos llamados a vivir en la verdad, no en
las apariencias, por eso debemos dejarnos transformar por el Señor, él
nos ayudará a renovar nuestro Bautismo".
El obispo ha animado a los
fieles a vivir este tiempo con alegría; correspondiendo
a la fidelidad de Dios a través de la oración, el ayuno y la
penitencia.
"La iglesia nos pide hacer un alto en el camino para
analizar nuestra vida, un tiempo de revisión para enfrentarnos a la
verdad de lo que soy, para transformarnos y ser personas con dulzura de
carácter".
El rezo del Vía Crucis se repetirá todos los viernes de Cuaresma, iniciándose a las 6:30 horas en la plaza del Cardenal Belluga.
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