MURCIA.- El obispo de la Diócesis de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca
Planes, ha criticado que se esté haciendo una "propaganda atractiva"
sobre la eutanasia, ya que, denuncia, "implica la muerte de otro y se
puede considerar como una especie homicidio".
Lorca Planes considera que "la
eutanasia hay que considerarla sin adornos, desde la verdad y así se
percibe como inmoral y antisocial, incluso aunque lo pida la propia
persona, porque uno no es dueño de su vida".
Tras señalar que "la están presentado como un bien social, una
solución para los problemas de una persona enferma o mayor", recuerda
que "la muerte se presenta como si fuera la solución de las debilidades o
de las soledades y esto ya no es bueno, porque la muerte es muerte y
nunca es solución de nada" y confiesa que desconoce lo que se pretende
con esto.
A su juicio, "estar dándole vueltas a este tema con frialdad puede
llevar a las personas enfermas o mayores a desconfiar de toda la
sociedad, de los médicos e incluso de sus propias familias, porque crea
desconfianzas y miedos. Con lo que esto es realmente antisocial y llena
de dolor a mucha gente".
Lorca Planes afirma que la Iglesia "siempre ha apostado por la vida,
porque cree que la vida viene de Dios y es un regalo de Dios y por eso
hay que cuidarla y protegerla. Como la vida viene de Dios nadie tiene
derecho a disponer de ella".
Aboga por "cuidar siempre a la persona, especialmente a los más
débiles y a los enfermos, desde el amor, estando cerca, ayudándoles a
llevar juntos los sufrimientos de su enfermedad o de la ancianidad con
buen carácter para que se sienta arropado. Nuestra tarea es ayudar al
enfermo para que descubra el sentido positivo de una vida gastada, pero
que sigue siendo un regalo de Dios".
Hay muchos enfermos que "hacen de la enfermedad virtud". En muchas
ocasiones, indica, "hay personas mayores, que están sufriendo, porque
están enfermas, que no se pueden mover, pero que están haciendo de su
vida una ofrenda a Dios y están alcanzando la santidad en el ejercicio
de la paciencia y de la serenidad".
Según el obispo, "la enfermedad no es solo cuestión de una persona,
es cuestión también de una familia y de una sociedad, porque se nos
invita a cuidar, proteger, ayudar, a estar cercanos y a buscar todos los
recursos a nuestro alcance para hacerle la vida agradable a su ser
querido y, eso, es un valor importante, te ayuda a crecer en humanidad".
Por otra parte, para el creyente "la vida tiene un carácter
trascendente, sabemos que la vida depende de Dios, que nos ha prometido
la vida después de la muerte, y esto lleva al cristiano a aceptar,
incluso, la cruz de una enfermedad".
"La llamada a la santidad nos pide agarrarnos a la cruz y aceptar que
el amor exige, muchas veces, sacrificio, donación, ofrenda incluso de
la propia vida, eso lo sabemos, pero siempre que sea voluntad del Señor,
no de una decisión de una persona", ha defendido Lorca Planes.
También destaca que "cuando una persona está viviendo sus últimos
momentos, la medicina tiene recursos para paliar el dolor con los
cuidados paliativos, que se ven como un signo de misericordia para el
que está en ese trance de la despedida".
Argumenta que la misericordia "llega también a respetar a la persona y
a no someterla a situaciones de más sufrimiento por alargarle la vida
artificialmente. En estos casos es cuando debemos pensar que somos
finitos, que nos llega el momento en el que hemos de entregar nuestra
vida a Dios y eso hay que vivirlo con toda naturalidad, con serenidad.
También para esta circunstancia hay que prepararse bien, pero desde
mucho tiempo antes".
"Siempre diré que un cristiano ha apostado por la vida, que un
cristiano mira a Dios que es el autor y el dueño de la vida, que mi
confianza está en mi Señor. Un cristiano no busca morir, lo que busca es
vivir y vivir para siempre, en la esperanza de que después de esta vida
encontrará, también, el regalo de la vida eterna", ha concluido.
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