El informe de la Abogacía del Estado, o mejor dicho de la Abogacía
del Gobierno, sobre la presunta inmunidad de Oriol Junqueras, dictada
por el Tribunal de Luxemburgo de la UE, es un informe lamentable y con
truco.
Porque propone la libertad de Junqueras para incorporarse en Bruselas
al Parlamento Europeo (PE), sin exigir que previamente concluya en el
PE el suplicatorio que contra su inmunidad (y las de Puigdemont y Comin)
debe presentar el Tribunal Supremo de España ante la Cámara de
Bruselas.
La Abogacía del Estado/Gobierno, o de la investidura de Sánchez, se
ha puesto al servicio de Junqueras, a sabiendas que si el sedicioso
líder de ERC va a la capital belga a tomar posesión de su condición de
eurodiputado puede no volver a España, y quedarse libremente por el
resto de los países de la UE.
Y si no se ‘fuga’ -con todas ‘las de la ley europea’- es porque es
tonto. Que es lo que dice de Junqueras su compinche Puigdemont. Y lo
demostró el prófugo Puigdemont huyendo de España en 2017, mientras
Junqueras y sus otros cómplices cayeron en las manos de la Justicia.
Y
ya llevan más de dos años en prisión, mientras Puigdemont, que fue el
más listo de la banda golpista, vive en su palacete de Waterloo y ahora
tendrá otros cuatro años de inmunidad europea.
Por ello, si el Tribunal Supremo deja a Junqueras ir a Bruselas, sin
esperar al suplicatorio del Parlamento Europeo, Junqueras se fugará,
salvo que prefiera regresar a la cárcel española de Lledoners a esperar
el indulto de Sánchez.
Lo que para él puede ser muy importante para eliminar su
inhabilitación en España -que no niega el Tribunal de la UE-, lo que
permitiría a Junqueras presentarse en 2020 a las elecciones autonómicas
de Cataluña y aspirar a la Presidencia de la Generalitat.
Comicios catalanes cuya fecha y calendario están ahora en las manos
de Quim Torra, que es ‘el muñeco diabólico’ de Puigdemont que es, en
este enredo, el amo de la política catalana y ‘el listo’ de la banda del
golpe de Estado del 27-O de 2017.
Al menos, hasta que el Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias concedan,
a los condenados por el Tribunal Supremo, los indultos correspondientes
en pago por la abstención de ERC a la investidura y por los
Presupuestos de 2020.
Junqueras, pues, se puede y quizás debería fugarse de España si asume
la condición de eurodiputado en Bruselas, como pretende esta Abogacía
de Sánchez tan propicia a Junqueras.
Pero si se fuga corre el riesgo de
quedar sin indultos, porque el Tribunal Supremo (a petición de la
Fiscalía y de Vox) derribará los indultos tras los correspondientes
recursos en su contra.
De manera que Junqueras se encontrará ante el dilema de huir o no
huir, si lo dejan salir de la cárcel para incorporarse al Parlamento
Europeo. Una muy difícil encrucijada en la que el odio que el ahora
preso le profesa al listo de Puigdemont es inmenso.
Y las ganas que
tiene Junqueras, por encima de cualquier otra cosa, de ser el presidente
de la Generalitat derrotando en los comicios catalanes a Puigdemont van
a pesar mucho en su decisión.
El tiempo dirá aunque ya sabemos -como sospechábamos- que los mandos
de la Abogacía del Estado son, como los Reyes Magos, papá y mamá. Es
decir Sánchez e Iglesias, esa extraña pareja que nos va a gobernar.
(*) Periodista
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