El presidente del Partido Popular Pablo Casado va de lío en lío y sin
visos de solución por los muchos problemas que sufre su partido
especialmente en Murcia y en Madrid, donde la suspensión por un juzgado
de la decisión del alcalde J. L. Martinez Almeida de eliminar las multas
a los conductores que entren en Madrid Central se ha convertido en otro
fracaso político del PP.
El que se suma a la fallida investidura de Lopez Miras en Murcia y al
riesgo real de algo similar con Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y
como la consecuencia lógica a los enfrentamientos, aparentemente
irreconciliables, de Cs y Vox.
A ello hay que añadir el bajo perfil de Casado y del PP en las
encuestas por los malos resultados cosechados el 28-A y el 26-M, y por
errores políticos de bulto en las campañas electorales, en la selección
de sus candidatos y en la gestión de los pactos de gobernabilidad.
Con un exceso de hermanamiento del PP con Vox, con el regreso de
Aznar y el posible nombramiento de Cayetana Álvarez de Toledo – muy
superior al propio Casado- como la portavoz del PP en el Congreso de los
Diputados, lo que confirmaría el giro del Partido Popular hacia una
derecha extrema en el menoscabo del centro de la política.
Sí hay repeticiones electorales en Madrid y Murcia los que no
deberían de repetir son sus actuales candidatos a la investidura que ya
han fracasado en casi todo. Y si esto debe ser así cabe preguntarse si,
tras las derrotas del 28-A y del 26-M, Casado debe seguir siendo el
candidato del PP en caso de repetición de las elecciones generales.
Porque su liderazgo como Presidente del PP está a la baja en las
encuestas y, aunque pueda beneficiarse de un retroceso de Vox, ello
tampoco le iba a permitir al PP ganar las elecciones frente a Pedro
Sánchez y ya veríamos si incluso quedaría o no por delante de Albert
Rivera.
Si el PP, en su hermanamiento con Vox -‘las derecha y la ultra
derechita cobardes’- sigue empeñado en girar más a la derecha y en
abandonar el centro de la política en beneficio de Cs, pues en ese caso
más le valía pensar en un liderazgo más fuerte y radical como el de
Cayetana o el del mismísimo Aznar que se cree en la exclusiva posesión
de la verdad y que, sin duda, intentaría la unidad del PP y Vox.
Lo que no puede ser ni seguir así es que la sede central del PP en el
número 13 de la calle de Génova de Madrid se haya convertido en un
parque de bomberos en el que sus primeros dirigentes se pasan el día,
con el casco y la manguera, dedicados a apagar los incendios que sus
dirigentes regionales y locales -que fueron nombrados candidatos por
Casado- provocan a diario.
Lo último de Madrid Central se ha convertido en la ‘guinda’ de
fracaso de Murcia y puede que en el preámbulo del posible desastre en la
Comunidad de Madrid. Lo que de consumarse dejaría a Casado en pésima
situación y con nuevos horizontes electorales donde no le resultaría
nada fácil el tener que competir.
(*) Periodista
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