miércoles, 17 de julio de 2019

'Volotea', otra ‘low cost’ del montón: ni mejor ni peor / Finito de Ayreflor *

Volotea no es ni más ni menos que otra ‘low cost’ del montón. Es decir, una compañía de bajo coste que opera con los mismos problemas que las demás, que son muchos, e idénticas virtudes, que son pocas. Nos la han querido vender como una aerolínea modélica  en su segmento y simplemente no es ni mejor ni peor que sus competidoras. O sea, más de lo mismo.

Sus debilidades son las que caracterizan a casi todas las ‘low cost’ del mercado aeronáutico: flojo servicio en tierra y a bordo debido a una plantilla más bien corta y no suficientemente capacitada (probablemente por sus salarios bajos); aeropuertos secundarios en su mayoría; con importantes ingresos extras de organismos públicos; y clara impuntualidad.

Y digo que casi todas porque hay excepciones como Easyjet e Iberia Express,  la más completa la primera de ellas porque viene prestando desde hace tiempo un servicio similar a las convencionales, y la más puntual la segunda de acuerdo con todos los medidores. La Volotea de Muñoz y Ros no supera ni por asomo a ninguna de las dos citadas.

¿Carencias? Uno de los vuelos a Génova, por ejemplo, lo cambiaron de horario de un día para otro —de las 13 y pico a las  21,50 horas—y no nos consta que avisaran a tiempo a todos los pasajeros—ellos dicen que sí— con el consiguiente problema que se generó entre los usuarios con conexiones, agendas y compromisos varios. Y en tierra no se aclaran.

El servicio de hándling lo tienen contratado en Madrid a la empresa WFS y deja mucho que desear ¿Pruebas? Un pasajero priority le preguntó a una de la dos empleadas que hacía el pre embarque del vuelo a Génova si irían en autobús o entrarían en el avión directamente por el fínger. “No lo dude: por fínger, en esta puerta D 66 y por su fila prioritaria”, aseveró.

Cinco minutos después, solo cinco minutos más tarde, se cambió el embarque a la puerta D65 y los pasajeros prioritarios accedieron al avión en autobús (“ jardinera “en el argot de la aviación comercial) y la sonriente trabajadora del hándling le dijo al pasajero preguntón, al verlo cuando se subía en el autobús: “Al final llevaba usted razón…”

O sea, que en Madrid no vale la pena gastarse unos euros por el servicio prioritario de Volotea ya que todos los pasajeros son conducidos en autobuses (esto sucede con otras compañías en otros aeropuertos españoles secundarios, mismamente Vueling). De Génova a Madrid sí es aconsejable abonar un extra: el acceso se hace directamente por fínger.

De lo que no tiene culpa Volotea es de que en la pantalla del pre embarque salgan destinos distintos a donde viajan los pasajeros, como Múnich y Mónaco. Pero si se le ha de achacar que las “voces” las den solo en inglés e italiano en un avión ocupado por muchos hispanos. ¿Y los pasajeros españoles o latinos que no entienden dichos idiomas? Qui lo sa…

La virtud es el precio, pero siempre y cuando la reserva se  haga con mucho tiempo de antelación. Por lo demás, Volotea es igualita que sus competidoras por mucho que sus fundadores se esfuercen en decirnos que están un escalón por encima. ¿Méritos suficiente para salir a Bolsa, como aspiran sus creadores? El mundo de las finanzas es complejo y variopinto… 


 (*) Pseudónimo de un piloto mallorquín


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