MADRID.- Vocento, gruopo editor de La Verdad, se estrenó en bolsa el 8 de noviembre de 2006 -cinco años después de su nacimiento, fruto de la fusión entre el Grupo Correo y Prensa Española-, a un precio de 15 euros por acción, esto es, en la parte baja del rango establecido en el folleto de la OPV, entre los 14,4 y los 16,80 euros. Al final, el grupo fue valorado en 1.875 millones de euros, recuerdad Hispanidad.
Aquella fue una jornada muy positiva para los Ybarra, los Bergareche, los Luca de Tena
y compañía, no sólo porque los títulos se revalorizaron un 4%, sino
porque lograron captar 375 millones por el 20% de la compañía. ¡Qué
tiempos aquellos! Diecinueve años después, la empresa que preside Ignacio Ybarra vale
166 millones, con unas acciones que se intercambian a 1,3 euros. Eso
sí: la caída no ha sido exclusiva de Vocento y afecta a todos los medios
de comunicación.
Así las cosas, Vocento ha celebrado este martes su Día del Inversor,
con el foco puesto en la búsqueda de nuevos ingresos. En la presentación
remitida a la CNMV, el grupo que dirige Luis Enriquez explica
que las cuatro palancas sobre las que se va a sustentar el crecimiento
de los ingresos de Vocento, sobre todo en el mercado nacional, son la
publicidad programática, el branded content (contenidos patrocinados), el vídeo y la creación del marketplace.
Junto a esto, el grupo prevé aumentar considerablemente el número de suscriptores digitales
hasta los 70.000 e 2023, frente a los 25.200 que tiene actualmente.
Vocento confía ingresar, vía abonados, 3,8 millones de euros. Antes, en
2019, el grupo prevé cerrar el año con 40.000 suscriptores que aporten
cerca de un millón de ingresos.
El mercado no ha acogido bien estas previsiones y la cotización de
Vocento caía un 2,5% a media sesión, hasta los 1,3 euros por título.
Nuevas críticas en el seno de Vocento
La aparente tranquilidad en el seno del Consejo de Administración de Vocento
se ha alterado en las últimas semanas, al calor de las críticas de
algunos accionistas por la pasividad del equipo liderado por el consejero delegado, Luis Enríquez, ante el nuevo proceso de consolidación que se comienza a abrir en el sector.
Las fuentes consultadas por El Español indican que, de momento, estamos ante unas críticas que no salen de las reuniones del Consejo y que no se equiparan a la crisis generada en noviembre cuando el ya expresidente Santiago Bergareche buscó apoyos para destituir a Luis Enríquez, pero que podrían ir a más si el equipo gestor no da muestras de querer atender las peticiones de este sector.
Por el momento, las principales réplicas vienen de parte de Fernando de Yarza, presidente del grupo Henneo, miembro del Consejo desde febrero de 2016 y uno de los partidarios de comprar el grupo Zeta.
Dentro del grupo de críticos se considera que no comprar el editor de El Periódico fue una oportunidad perdida ya que -consideran- el encaje de Zeta y Vocento podría haber generado crecimiento orgánico en regiones donde el grupo de origen vasco no tiene presencia.
Se recuerda que durante la gestión de Luis Enríquez
se ha apostado por reducir el peso de los negocios en prensa y medios
de comunicación a cambio de entrar en otras líneas de negocio ajenas al ADN de la compañía.
En efecto, desde que en julio de 2011 el ex directivo de El Mundo desembarcara en el editor de ABC, se desmanteló la división de televisión, la de radio -se alquilaron las frecuencias- y se vendió el diario Qué!.
Negociaciones con Zeta
Por el contrario, la compañía se ha diversificado asumiendo la gestión del Madrid Fusión y la compra de productoras de televisión y agencias de comunicación. Enríquez siempre ha defendido estas decisiones como la única manera de devolver la rentabilidad a la compañía y los números de estos seis años reflejan que se han mejorado las principales magnitudes económicas.
En el caso de la frustrada compra de Zeta, desde la gestión de Vocento
se indica que la negativa a comprar el grupo fue una decisión tomada
por unanimidad en el propio Consejo de Administración y defienden su
salida de las negociaciones por la complicada situación financiera de la
compañía: una empresa con muchas cargas fiscales y con un lastre
económico que no encajaba en los números de Vocento.
Con todo, las voces críticas piden un mayor
protagonismo en los futuros procesos de fusión que se abran. El propio
Enríquez indicó hace dos años que querían ser protagonistas de estos
procesos y el propio expresidente Santiago Bergareche prometió en la junta de accionistas de 2017 que pasarían "al ataque" para liderar las consolidaciones.
"Momento de tranquilidad"
Unas intenciones que no se han cumplido a tenor de lo acontecido con el grupo Zeta, dicen los críticos. Ellos consideran que Vocento está en el mejor momento financiero -a diferencia de sus competidores naturales Prisa y Unidad Editorial-
para abordar nuevos retos y consolidaciones.
También creen que la
gestión no está siendo lo suficientemente agresiva en la búsqueda de
oportunidades, por lo que piden mayor protagonismo -y decisión- a la
hora de abordar futuras oportunidades.
Desde Vocento han indicado a El Español que el Consejo pasa por un "momento de tranquilidad" desde la llegada de Ignacio Ybarra
a la presidencia en noviembre y que -como en todas las compañías- hay
diferencias de opinión puntales en los consejos de administración, en
todos los temas y de parte de todos los consejeros. No obstante, a
diferencia de la crisis del año pasado, actualmente "hay un gran apoyo
de parte de todo el Consejo al management", dicen.
Durante la rebelión de noviembre del año pasado, liderada por Bergareche, las principales críticas a Enríquez eran al desarrollo del negocio, al estancamiento de la facturación impresa y a su plan de futuro.
La gestión se defendió indicando que se han reducido los costes, se ha
racionalizado la distribución en papel y se ha apostado por el pago por
contenidos digitales en las cabeceras regionales.
Finalmente, Bergareche renunció a la presidencia tras no conseguir los apoyos necesarios en el consejo para desbancar al consejero delegado.
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