jueves, 7 de marzo de 2019

'Cáritas' denuncia el mayor impacto de la pobreza también en las mujeres

MURCIA.- Cáritas manifiesta que «si se hubiera acabado con la desigualdad entre hombres y mujeres», no estaría denunciando en el Día Internacional de la Mujer «la mayor incidencia de la pobreza en las mujeres», y es que, denuncia la organización, «no solo es mayor el número de mujeres pobres, sino que, además, la pobreza tiene un impacto mayor en ellas que en los hombres».

Tras lo que hace referencia al último informe de ONU Mujeres 'Transformar las promesas en acción: la igualdad de género en la Agenda 2030' publicado en 2018, donde se señala que si bien a nivel global ha habido avances en educación y mortalidad maternal, en materia laboral la situación se ha quedado estancada.
Asimismo, «las mujeres sufren más que los hombres la inseguridad alimentaria, incluso en los países industrializados, ganan menos que los hombres, dedican más tiempo que ellos a los cuidados domésticos, son más vulnerables a la pobreza extrema y tienen menos posibilidades de acceder al mercado laboral», continúa.
De todos los factores que pueden incidir en el hecho de que una persona sea pobre, ninguno es tan determinante como el género, añade Cáritas en comunicado de prensa, pues «son múltiples los factores que confluyen para mantener esta realidad» como que en el mundo laboral, los puestos de trabajo tradicionalmente asignados a las mujeres están peor valorados y remunerados, mientras que, al mismo tiempo, las mujeres tienen menores ingresos en el desarrollo del mismo puesto de trabajo que los hombres.
Además, les resulta difícil el desarrollo de su potencial profesional dada la imposibilidad de promoción y acceso a puestos relevantes (es el denominado techo de cristal). El Foro Económico Mundial alerta de que, si se mantiene el ritmo actual en los esfuerzos por eliminar esta brecha al ritmo actual, «tardaríamos hasta el año 2186 para lograrlo».
Otro de los factores, «los estereotipos sociales y el sistema educativo, las intolerables violencias machistas que sufren las mujeres, solo por el hecho de serlo y que son de naturaleza diversa y de diferentes intensidades, pero muy presentes en nuestra sociedad».
Según la propia experiencia de Cáritas, a los recursos, centros y servicios de la organización acuden, mayoritariamente, mujeres en situación de pobreza y exclusión social. En los proyectos para Personas sin Hogar, por ejemplo, detectan en los últimos años un aumento significativo de mujeres, «que nos preocupa al tratarse de entornos con elevado nivel de riesgo para ellas».
Tras lo que señala que sin un análisis serio sobre las causas de la pobreza femenina, es «imposible» erradicarla. Falta, en muchas ocasiones, «una perspectiva de género donde se investigue cómo la pobreza incide de manera distinta en los hombres y en las mujeres, y que mida el impacto que tienen tanto la pobreza como las políticas y programas para poder combatirla».
Y un factor clave, a juicio de Cáritas, es el hecho de que sigue siendo insuficiente la cantidad de mujeres en cargos de responsabilidad y en espacios de decisión que diseñen, aprueben e implementen políticas orientadas desde esta perspectiva.
Tras apuntar que trabajan de manera activa «para establecer un nuevo marco de relaciones entre hombres y mujeres, basado en una educación en la que los valores de igualdad, solidaridad y defensa de los derechos humanos tengan el protagonismo necesario», hacen un llamamiento a los poderes públicos, al conjunto de la sociedad y a la comunidad cristiana «para involucrarse conjuntamente en el desarrollo de una sociedad basada en la igualdad real entre hombres y mujeres».
«Reclamamos valentía y justicia para actuar firmemente contra cualquier forma de violencia machista, que ponga los derechos de las mujeres en el centro de las políticas, no únicamente por imperativo moral y obligado cumplimiento de los derechos humanos, sino como condición indispensable para el desarrollo sostenible de los pueblos», concluye el comunicado.

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