domingo, 27 de enero de 2019

¿Qué es la Iluminación Espiritual? / Guillermo Herrera *

La Iluminación Espiritual es la experiencia de lo divino. Esta experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad o sentido de unidad con el universo. Es un esclarecimiento interior.
 
Por lo tanto, la iluminación es la liberación del sufrimiento que surge cuando se percibe la naturaleza no-dual del Sí mismo. Cuando ya no te percibes a tí mismo como separado del mundo de los objetos, el conflicto desaparece y el sujeto se libera del deseo de obtener y conservar objetos.

Hay muchas definiciones con tantas tradiciones espirituales que intentan explicarlo, pero yo me quedo con estas.- El Alma es una sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida, y el Espíritu es una Unidad de Conciencia, que es consciente de ser consciente, y es la unidad de producción de energía de la vida, gracias a su conexión con la Fuente Original de la Creación Universal.

Por lo tanto un Espíritu Aclarado es un ser libre de confusión, que es capaz de crear su propio universo o vivir en el universo material. Un Espíritu Libre es causa sobre la vida y por lo tanto puede crear cualquier efecto sobre cualquier plano de existencia.

Pero también el Alma puede llegar ser un Espíritu involucionado que se haya degradado hasta el punto de servir únicamente a la función de supervivencia del organismo humano hasta convertirse en un esclavo del cuerpo.

TRADICIONES
El Dzogchen, según la escuela ‘Ñingmapa’ del Budismo Tibetano y la tradición Bön prebudista, es el estado primordial y condición natural de todo ser, una condición no-dual, sin apego y conceptos.

Los hindúes creen que cada Alma está atrapada en un cuerpo material, y que cada actividad (buena o mala) obliga al alma a volver a nacer (Samsara) en un próximo cuerpo con el cual disfrutar las reacciones del buen karma (actividades bondadosas o altruistas) o sufrir las reacciones del mal karma (actividades maliciosas o egoístas). La experiencia de ‘Moksha’ o liberación espiritual se refiere a la liberación del ser humano de las ataduras del karma, significa trascender al conjuro del engaño o ‘Maya’.

A mi juicio, a pesar de su nombre, las personas que pertenecen a la secta ‘illuminati’ no están verdaderamente iluminadas, en el sentido espiritual de la palabra, porque no han superado el deseo de lo material, sino que han adquirido ciertas habilidades psíquicas para hacerse ricos y entrar en contacto con ángeles caídos, pero no consiguen liberar su Espíritu.

 Yo lo llamo “iluminación luciferina” que no es blanca como en Sol sino rojiza, verdosa o fosforecente, porque procede de seres inicuos. Por eso desconfío tanto de todas las logias, sectas y hermandades.

EXTERIORIZACIÓN
Normalmente el espíritu se halla alojado dentro del cráneo humano pero cuando se libera, se sale del cuerpo y se sitúa a dos metros detrás de la cabeza, y este fenómeno se llama Exteriorización, y viene representado en la tradición como la aureola de los santos. Uno puede ver el cuerpo y controlarlo desde la distancia.

La Exteriorización se puede producir por las buenas o por las malas. En el segundo caso se llama Exteriorización Traumática y se puede producir por un accidente, debido a la situación o al dolor, o por la ingesta de drogas. En la película “Un hombre llamado caballo” se produce una exteriorización traumática causada por el dolor insoportable.

Otro caso es la Exteriorización Compulsiva o Mecánica, que es el acto de salir del cuerpo por no poder aguantar más el espacio que uno tiene, debido a una situación desagradable o a un sufrimiento insoportable, para no confrontar una situación en la que a la persona se le obliga a estar, pero no quiere estar.

La Exteriorización Consciente, es decir, por las buenas, se puede producir también durante la meditación, y no es una anomalía sino que es el estado más normal de un Espíritu. Cuando ocurre esto, él toma conciencia de ser uno mismo independiente del cuerpo físico. Él sabe entonces que no es un cuerpo y adquiere la certeza de sí mismo.

BUDISMO ZEN
Cuando yo practicaba meditación Zen, llegó un momento en el que me llevé un susto de muerte porque simplemente yo había desaparecido y era todo lo que me rodeaba, la habitación, los compañeros, los sonidos de la naturaleza, el calor y todo lo que percibía. El cuerpo material dejó de existir porque estaba vacío, no era sólido, y sólo existía el presente, el aquí y ahora.

Satori’ es un momento de no-mente y de presencia total en el aquí y en el ahora, término japonés que designa la iluminación en el Budismo Zen, y que significa literalmente ‘Comprensión’. 
 
Satori es el momento en que se descubre de forma clara que sólo existe el presente (donde nace el pasado y el futuro), creándose y disolviéndose en el mismo instante; con lo que la experiencia aclara que el tiempo es sólo un concepto, que el pasado y el futuro son una ilusión, al igual que todo el mundo físico.

Satori es un momento de comprensión al nivel más alto, es ir más allá de la experiencia terrenal. Esta experiencia sólo se da en niveles elevados de conciencia, comunes en los meditadores, pero está al alcance de cualquier persona que se cultive.

El término Satori es también análogo al concepto de creatividad, en el sentido de que reconcilia oposiciones aparentes. También se conoce como el momento de descubrimiento (el famoso ¡Eureka! de Arquímedes), que surge al aclarar una paradoja, que es el momento de catarsis o purificación.

En el Budismo, “Arhat o Arahant” es alguien que ha ganado una comprensión profunda sobre la verdadera naturaleza de la existencia, que ha alcanzado el Nirvana y en consecuencia, no volverá a nacer de nuevo.

NIRVANA
Nirvana’ es una palabra del sánscrito que hace referencia a la extinción del deseo, un estado que se puede alcanzar a través de la meditación, y que consiste en la liberación de los deseos, la conciencia individual y la reencarnación.

Buda afirmó que es posible el cese definitivo del deseo y del renacimiento. La meta de la práctica budista es, por tanto, el despertar de un engaño llamado ‘Samsara’ para experimentar la verdadera naturaleza de la existencia y la vida.

El Nirvaņa se describe principalmente por lo que no es: no-nacido, no-originado, no-creado, no-compuesto. Sin embargo, no se debe confundir ni con la aniquilación, ni con el aislamiento del individuo, ni con un nihilismo.

El hinduismo utiliza el término Nirvana en su contexto de Mokṣa (liberación del ‘Samsara’ o del ciclo de nacimientos y muertes), en el que el Alma o ‘Atman’ se funde con la Divinidad o lo Absoluto. Esta liberación es por tanto una fusión del Alma con la Divinidad.

Buda definió el Nirvana del siguiente modo.- “Hay, monjes, una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo, ni sol ni luna. A eso, monjes, yo lo llamo ni ir ni venir, ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni nacimiento ni efecto, ni cambio, ni detenimiento: ese es el fin del sufrimiento.” (Udana, VIII, 1).

Pero Buda redefinió el logro del Nirvana presente en el hinduismo mediante un proceso de meditación en el que se analiza el cuerpo y la mente como carentes de una individualidad intrínseca. En ese proceso existe una falta de individualidad (Sunyata) de todo lo presente en el cuerpo y mente del sujeto.

Al igual que en el Hinduismo, la realización del Nirvana budista implica la liberación definitiva del sufrimiento de la existencia. Pero en el Budismo esta idea se lleva hasta sus últimas consecuencias. La diferencia en el contexto hindú es que esto ocurre por la unión a un Absoluto (Brahman) a semejanza de lo que expone la mística de las religiones teístas occidentales que es la que yo comparto.

Muchos han llegado a la conclusión de que el Nirvana es la nada, porque fallan todos los conceptos que intentan describirlo. Del Nirvana sólo se puede saber una cosa: quien consigue el nirvana, lo experimenta como una felicidad indescriptible.



 (*) Periodista



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